Nicolás Sartorius, abogado, periodista y escritor. Fotos de Javier Carbajal.
Nicolás Sartorius Álvarez de las Asturias Bohorques, nacido en San Sebastián el 4 de mayo de 1938 y popularmente conocido como el “aristócrata rojo”, es un abogado, político y periodista español. De familia noble, hijo de los Condes de San Luis, Nicolás Sartorius fue un activo militante antifranquista, detenido y condenado en varias ocasiones por su militancia política durante la dictadura, siendo uno de los detenidos imputados en el conocido Proceso 1001. En total, pasó seis años recluido en prisión. Fue miembro del Secretariado, el Comité Ejecutivo y el Comité Central del PCE y Diputado al Congreso por Madrid en la II, III y IV legislatura por Partido Comunista de España e Izquierda Unida (IU), llegando a ser portavoz de la misma. Después se unió a la corriente Nueva Izquierda que terminó por constituirse en partido político como Partido Democrático de la Nueva Izquierda. Desde el abandono de IU se ha dedicado a escribir artículos y libros sobre historia contemporánea de España, la mayoría en relación con el periodo de la Transición española. En su labor como periodista colabora habitualmente en el diario El País y en el programa Hoy por hoy de la Cadena SER. Entre sus libros escritos, el ensayo histórico, “El final de la dictadura”, junto con Alberto Sabio; “La conquista de la democracia en España” (2007) y “La manipulación del lenguaje” (2018), en el que puso de manifiesto el mal uso del lenguaje y de algunos conceptos acuñados a lo largo de la historia, tanto por los políticos, como por los medios de comunicación o la sociedad en general, seleccionando los términos que para él son los más representativos procedentes de los ámbitos político, social y económico, y disponiéndolos en forma de diccionari0. En el 2020, Nicolás Sartorius acaba de publicar “La nueva anormalidad”, un lúcido ensayo donde los problemas del presente orbitan en torno a las disyuntivas ortodoxia-heterodoxia; igualdad-desigualdad.
El pasado domingo, Daniel
Ramírez, le entrevistaba en El Español. Y, entre todo lo “anormal”, dentro de
esa maldita “nueva normalidad”, le preguntaba ¿qué es lo que más le incomoda? “La
desigualdad –contestaba Sartorius–. Porque es el
origen de todos los males que padecemos. También el signo de nuestro tiempo:
una desigualdad tan indecente como creciente. Cuando la desigualdad alcanza un grado
tan alto como el de ahora, afecta seriamente a la democracia. En la pandemia,
se ha revelado de manera descarnada. Ha afectado mucho más a la gente menos
pudiente. Por tanto, la pandemia no es neutral desde el punto de vista de
pobres o ricos. Claro que han muerto ricos, ya que ha afectado a mucha gente;
pero la incidencia del virus ha sido más letal en las residencias y en los
barrios populares. España hizo bien tres cosas: la Transición, la creación de
un Estado del Bienestar y entrar en Europa. Pero nos falta una cuarta que es muy
importante: actualizar el tejido productivo”. Sartorius dice que somos el país
con más economía sumergida de Europa. “El tejido está muy vinculado al ladrillo
y al turismo, tenemos muy poca pegada industrial. Ahora que se ha hundido el turismo,
lo estamos comprobando con mucha transparencia. Su trayectoria política tampoco
es, si me permite el adjetivo, muy ‘normal’: aristócrata y comunista. Eso
tampoco entraba dentro de lo que, en los setenta, era la ‘normalidad’. Para mí,
el concepto ‘aristocracia’ es pura fantasía. No existe. En todo caso, podría
existir una aristocracia del conocimiento, pero no en el sentido que usted
menciona”.
Sartorius cuenta que,
cuando era niño, era más bien un chico de barrio que jugaba al fútbol en un
solar. Nunca tuvo mucha conciencia de aquello. Y, cuando la gente le pregunta
si existía ese concepto de la aristocracia, confiesa que no le influyó. “Fui a
la universidad aquí en Madrid, cuando estaba en San Bernardo. Entonces
empezaron las luchas estudiantiles. Participé y tomé conciencia de lo que
significaba una dictadura tan horrible y represora, que nos impedía entrar en
Europa. Dediqué un tiempo de mi vida a acabar con eso. Siempre encontré un
respeto muy grande por lo que hacía. No tuve problemas de rechazo ni nada por
el estilo. Yo intento ser un heterodoxo al completo. Los heterodoxos logran los
avances. La heterodoxia intenta ir por delante de la realidad. Todo cambia,
todo fluye y sólo el heterodoxo intenta ver más allá de lo establecido.
Menéndez Pelayo, al que tanto admiro, era muy… estático”. Y confiesa que los
carnés nunca le han interesado demasiado. “No sé si tuve alguna vez el del
Partido Comunista. Bueno, imagino que en aquella época sí porque todo eso
cotizaba. Luego, el partido se integró en IU… Hoy, no tengo carné de nada, sólo
el de Comisiones Obreras… Para mí, el comunismo es un estadio de la sociedad,
no una ideología ni un partido. El problema es que algunas formaciones de
izquierda se llamaron ‘comunistas’. En eso, la derecha viene siendo mucho más
lista. No existe ningún Partido Capitalista. Pero no creo en el fin de la
Historia, así que espero que algún día alcancemos una sociedad diferente a esta”.
Nicolás Sartorius opina que el estalinismo fue una tergiversación nefasta de
las ideas comunistas. “Fue un totalitarismo, por supuesto, que causó muchísimas
víctimas. Sería bueno que la derecha también condenara el fascismo. Pero Vox no
condena el franquismo y al PP le costó muchísimos años. ¡Y claro que hay que
condenar las brutalidades de Hitler y Stalin! Yo las condeno, pero reconozco
que hicieron cosas distintas. Les guiaban motivos diferentes. Uno asesinaba por
razón de raza; y el otro, por cuestiones ideológicas. Pero me niego a ese
maniqueísmo que implica condenar el fascismo y el nazismo a costa de olvidarse
del colonialismo”.
En su último ensayo, Sartorius se define ante Daniel Ramírez, cargado de ironía, como un “viejo patriota”. “Yo siempre me he considerado un patriota. Lo de ‘viejo’ sólo es ahora. Considero muy importante distinguir entre patriotismo y nacionalismo. No tienen nada que ver. Yo aborrezco todos los nacionalismos, también el español. Mitterrand tenía razón: ‘El nacionalismo es la guerra’. No siempre, pero puede llevarnos a ella. El patriotismo es querer que tus conciudadanos tengan derechos y puedan alcanzar la prosperidad. Algunos se dan golpes en el pecho y gritan ‘¡Viva España!, pero luego no pagan impuestos… Yo no me siento incómodo con la bandera. Aunque en eso soy bastante laico: huyo de las estampitas, las medallas. No creo que eso sea lo más importante de un sentimiento patriótico. Son símbolos recogidos en la Constitución que hay que respetar. Si de un símbolo común se hace algo de parte, se destruye. Pongo el ejemplo de la Constitución. La idea de que hay ‘partidos constitucionalistas’ es nefasta. PP y Ciudadanos lanzan ese eslogan y se autoproclaman constitucionalistas. El día que la Constitución sólo sea de esos partidos estará liquidada. No se dan cuenta del peligro que supone. Porque en la elaboración de la Carta Magna estuvimos todos… Creo que es un error dejar la bandera y la Constitución en manos de la derecha. No obstante, Podemos ha evolucionado. Ya no carga contra la Constitución ni contra ‘el régimen del 78’. Iglesias ya saca en los debates la Constitución como si fuera un programa electoral. Ojo, cuidado porque tampoco es eso. La Constitución no puede ser un programa partidista. Yo fui muy feliz el día que la derecha se hizo demócrata después de cuarenta años apoyando la dictadura”.
Con Sartorius, Daniel Ramírez intenta profundizar en “El Español”. “Y presupone que es absurdo proclamar que un comunista tenga que vivir en la pobreza. “Pero Iglesias cargó contra la ‘casta’ y criticó a todos aquellos que tenían chalés como el suyo. ¿Qué le pareció la polémica?”. Sartorius contesta sin inmutarse: “Jamás opino sobre la vida personal de alguien; tampoco permito que se metan en la mía. ¿El chalé de Iglesias? Si le gusta y tiene dinero para pagarlo, no tengo nada que opinar. Pensar que un político, por ser comunista, tiene que vivir en la pobreza es una estupidez. Habrá una sociedad distinta a la capitalista cuando ese sistema permita que se viva mejor. Hasta ahora no ha sido así. En los países que se dicen socialistas o comunistas, como Cuba y Venezuela, se vive mucho peor. El capitalismo fenecerá cuando la humanidad comprenda que la desigualdad nos lleva a la ruina. Ocho personas tienen la misma riqueza que 3.500 millones en conjunto. ¡Es demencial! Ese es el origen de todos los desastres”. Ramírez insiste: “Hablemos, ahora, de los partidos a la derecha del centro. Usted ha conocido bien el franquismo. Estuvo seis años en la cárcel. El Gobierno dice que Vox tiene reminiscencias franquistas. ¿Está de acuerdo?”. Sartorius le responde: “Es poco riguroso decir que Vox es un partido fascista. Eso sería banalizar el fascismo. Porque el fascismo no es solo liquidar la libertad, sino también organizar la no libertad. Miguel Primo de Rivera acabó con la libertad, pero se quedó ahí. Franco sí creó estructuras en el sentido que le digo: el llamado Movimiento. Vox es el típico partido de ultraderecha”.
De un abogado, escritor y periodista, pasamos a un dibujante surrealista y arquitecto canadiense. Robert “Rob” (“Rob” Gonsalves) nació el 10 de julio de 1959 en Toronto (Canadá), muriendo 14 de junio de 2017, a la edad de 57 años. De pequeño, desarrolló su interés por el dibujo imaginativo a través de diferentes medios. A la edad de doce años, su conciencia de la arquitectura creció a medida que iba aprendiendo técnicas de perspectiva y comenzó a crear sus primeras obras y representaciones de los edificios que imaginaba. Tras descubrir pintores como Dalí y Tanguy, creó sus primeras obras surrealistas. El “Realismo Mágico” lo acercó a Magritte junto con las ilusiones de perspectivas precisas de Escher, que también fueron una influencia en su obra.
En sus años posteriores a
la universidad, Gonsalves se dedicó plenamente a la arquitectura y la pintura
de murales trompe-l'œil, murales y decorados de obras de teatro. Después de una
respuesta entusiasta a la Exposición de Arte al aire libre de Toronto de 1990,
Gonsalves decidió inclinarse plenamente por la pintura, recibiendo el
reconocimiento del público en la Exposición de Arte al Aire Libre de Toronto de
1990. Aunque sus obras son, a menudo, tachadas de surrealista, sus imágenes son
intencionadamente planeadas y son resultado de pensamientos conscientes. Las ideas
son en gran parte generadas por el mundo externo e implican actividades humanas
reconocibles, usando herramientas ilusionistas planeadas cuidadosamente.
Gonsalves inyecta un sentido mágico a escenas realistas. Su trabajo es un
intento de representar el deseo de los humanos a creer lo imposible, a ser
abiertos en la posibilidad.
Influenciado muy fuertemente por pintores como Dalí, Renê Margritte o Escher, Rob Gonsalves desafía nuestras mentes con sus fascinantes ilusiones ópticas. En sus cuadros consigue que el mundo real se dé la mano con universos imaginarios. Quizá tenga mucho que ver con ello que el pintor comenzara a dibujar con tan solo 12 años, pues su trabajo destila la creatividad del imaginario propio de un niño unido al saber hacer de la técnica y los años de estudio y experiencia. Después de una etapa de su vida dedicada a la arquitectura, decidió enfocarse por completo a la pintura, recibiendo el reconocimiento del público en la Exposición de Arte al Aire Libre de Toronto de 1990.
Su gran capacidad para mezclar la realidad con los sueños nos lleva a clasificar su estilo como realismo mágico. El término “realismo mágico” fue utilizado por primera vez en 1925 por el crítico de arte alemán Franz Roh, quien aseguró que este tipo de obras retrataban fielmente el exterior de un objeto, y al hacerlo, se revelaba el espíritu o la magia del mismo. En realidad, el realismo mágico es una corriente presente especialmente en la literatura, y muy concretamente en la literatura latinoamericana con escritores como Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa a la cabeza.
Si lo trasladamos a la pintura, podemos decir que Frida Kahlo, Jared French o George Tooker han sido algunos de sus máximos exponentes. Sin embargo, las grandes influencias pictóricas de Gonsalves han sido otras: Salvador Dalí y su creación de escenarios imposibles, así como la mezcla entre realidad y fantasía en un mismo plano; Yves Tanguy y sus realidades distorsionadas y oníricas; el belga René Magritte y su juego para cambiar la percepción predeterminada de la realidad; y su mayor influencia, Maurits Cornelis Escher y su desafío de la lógica.
Rob Gonsalves (Toronto, 1959) es uno de los creadores actuales de ilusiones ópticas cuyo trabajo es más espectacular. Con influencias de Dalí, Magritte o Escher, el artista canadiense crea imágenes en que varios mundos se funden en una misma obra, de manera que los ojos de un puente se trasforman en barcos o el reflejo de los árboles en un lago da forma a mujeres que surgen de sus aguas.
Y de del realismo mágico de “Rob” pasamos a la magia del Emérito. Don Juan Carlos habría ocultado millones de euros de acciones de compañías de empresas del Ibex 35, a través de la Fundación Zagatzka, según adelantó el pasado martes El Confidencial. El rey Juan Carlos I ocultó en dos bancos suizos y a través de cuentas de esta Fundación, la sociedad que supuestamente utilizó para ocultar el cobro de comisiones ilegales, millones de euros de acciones de compañías de una decena de empresas españolas del Ibex 35. El Emérito fue accionista durante casi veinte años de empresas como BBVA, Santander, Repsol, ACS, Iberdrola o Acciona, entre otras. La Fundación Zagatzka, dirigida por su primo Álvaro de Orleans, figuraba como titular de las inversiones. Juan Carlos habría utilizado dos bancos suizos, Credit Suisse y Lombard Odier, para esconder el dinero. Sus cuentas reflejaban compras opacas de “millonarios importantes” de acciones mediante financiaciones ilegales. Cuando las acciones daban resultados positivos, el Emérito, según El Confidencial, invertía el dinero en vuelos privados o estancias de hoteles. La sociedad también registró en sus cuentas operaciones con fondos de inversión de otras entidades como Swiss Re, Danone o Eon y obtuvo porcentajes de otras multinacionales como Henkel, Carlsberg, Carrefour, Telecom o Allianz.
El pasado 21 de noviembre, Jordi Évole compartía un demoledor vídeo de tan solo un minuto para sus más de 3,5 millones de seguidores de Twitter. En el mismo, diversas personalidades de la política como del mundo de la comunicación respondían a preguntas del propio periodista de La Sexta sobre el rey Juan Carlos. Y lo hacían resaltando el importante papel del Emérito. El vídeo recopilaba las declaraciones que hicieron en Salvados Gregorio Peces-Barba, José Manuel Villarejo, Santiago Carrillo, Carod-Rovira o Jaume Matas, sobre los escándalos del ahora exiliado Juan Carlos. Peces-Barba, uno de los padres de la Constitución, negaba que el entonces rey tuviera “negocios privados”. Carrillo, histórico líder del PCE, reconocía que “abrió las puertas al sistema democrático”. El vídeo concluía con la entrevista de Évole a José María García en la que el veterano periodista llamaba al emérito y hablaba con él, pero, al pasar el teléfono a Jordi para que éste pudiera seguir hablando, Juan Carlos colgaba y desaparecía. “Está atemorizado por las preguntas que le puedas hacer”, comentaba García. Évole promociona el programa del domingo sobre el rey Juan Carlos: “Dura un minuto. Y recoge algunas de las preguntas que hemos hecho en Salvados sobre Juan Carlos I y la monarquía. Mañana más y mejor en un programa imperdible con Gonzo”, escribía el periodista. Un minuto donde se recogían diferentes preguntas hechas por él mismo a varios personajes ligados de una manera u otra con el campechano. Unas preguntas que recibían respuestas que hoy tendrían que hacer caer la cara de vergüenza a más de uno, y que ahora, con el Borbón de escándalo en escándalo, les dejan retratados.
Al día siguiente, domingo, coincidiendo con los 40º aniversario de la coronación de Juan Carlos, el 22 de noviembre de 1975, Gonzo recuerda cómo el Emérito abandonadó España, huyendo con el rabo entre las piernas hasta Abu Dhabi. Aprovechando la efeméride del rey fugado, el programa Salvados ofreció jugosas entrevistas, ofreciendo los testimonios, entre otros, de José Manuel García Margallo (PP) y José Bono (PSOE). Gonzo le preguntó a éste: “¿Alguna vez tuvo que decirle 'no' al rey Juan Carlos porque quería meterse donde no debía o no podía?”. La respuesta de José Bono fue un rotundo “sí, y muchas”.
Marta Haserrea publica en
LQS el artículo “Maradona: posiciones manidas”, que reproducimos íntegramente:
No creo que pueda
zanjarse la caracterización de lo que significa Maradona desde las manidas
posiciones, aparentemente encontradas, de «el dios amigo de Fidel» o «un simple
maltratador».
Nacido en un suburbio, yo
encuentro en él la representación de que el capitalismo, bajo el halo de la
superación y la creación de ídolos, realmente se dedica a destrozar vidas. El
mejor futbolista de la historia dejó lugar a una caricatura esperpéntica.
Drogadicto, alcohólico y maltratador, él mismo reflejaba todo lo que
denunciaban sus abrazos a Chávez, su pasión por Fidel o su amor por sus
orígenes. No creo saber de nadie que se convierta en un producto del
capitalismo y que no lo sea también del heteropatriarcado que lo mantiene, que
se entregue al vicio y no destroce su entorno y en concreto a las mujeres de su
vida.
El misógino no salió de
una favela, se construyó en el pedestal.
Rozó el cielo y le
llamaron D10s pero apoyó a los gobiernos antiimperialistas, a los pobres, a los
jubilados, a Palestina, y eso, lo hizo casi exclusivo en la élite mundial. ¿Se
imaginan a cualquier otro divo del fútbol apoyando la lucha social?.
Vivió de corazón, no de
talonario.
Esas contradicciones
marcaron su personalidad atormentada y hasta su aspecto insano, su cuerpo
hinchado, sus ojos idos y sus labios acartonados que nunca dejaron de besar su
tatuaje del Che y el barro de las chabolas.
Maradona «no es una
persona cualquiera», «es un ángel y se le ven las alas heridas», pero tanto en
su vida como en el mundial de Méjico, «dejó por el camino a mucho inglés».
Fue más que fútbol porque
el fútbol, nos guste o no, representa hoy más que fútbol.
Los Nadie vivieron y
vibraron con él, visibilizó a los Invisibles. Ojalá Ellas estén presentes algún
día también.
Rabie el imperio porque la
Historia la hizo Él.
Imágenes, fotomontajes y
fotos sorprendentes:
El futbolista Diego Armando Maradona murió el pasado miércoles a la edad de 60 años a causa de una parada cardiorrespiratoria. Fue el mismo día que Fidel Castro. Tras conocerse la noticia, las redes sociales se han llenado de mensajes dirigidos a uno de los mejores futbolistas de la historia. “Maradona fue adorado no sólo por sus prodigios, sino también porque era un dios sucio, pecador, el más humano de los dioses, escribió sobre él Eduardo Galeano, que compartía con 'el Pelusa' su debilidad por el fútbol y la propensión a los tiranos. Anduvo Maradona con Fidel Castro y Hugo Chávez, con Evo Morales y Nicolás Maduro”. Pablo Iglesias recuerda su memoria con una línea de una canción de Los Chikos del Maíz: “Diego nuestro, santificada sea tu zurda, Dios no está en el cielo, se recupera en Cuba Diego nuestro, barrilete cósmico divino, Dios lleva el 10 a la espalda y es argentino”. Gabriel Rufián, portavoz de ERC se lamenta por el año (“Maldito 2020”) que llevamos.
El Gobierno de la República Argentina anunció el decreto de tres días de luto nacional tras el fallecimiento del astro portugués. Y el presidente del país, Alberto Fernández, dijo sentir “mucha tristeza” tras conocer la noticia. “No puedo creerlo. Estoy desolado. Es la peor noticia que puede recibir un hincha de Argentinos Juniors, nosotros lo amamos. Mucha tristeza”. El último adiós al '10' ha provocado incidentes y tensión multitudinaria en los alrededores de la Casa Rosada. Para los argentinos se ha muerto algo más que un futbolista; han perdido a 'D10S'. El fanatismo por 'el Pelusa' en argentina trasciende del planeta futbol, su fallecimiento ha instalado un luto nacional que será difícil de digerir.
“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente aprende a odiar y si se puede aprender a odiar, también se puede enseñar a amar'. Nelson Mandela.
El humor de esta semana en la prensa: El Roto, Peridis, Eneko, Manel F, Vergara, Miliki y Duarte, Javirroyo, Iñaki y Frenchy, Polo, Iconeo…
Rotas.
Pep Roig, desde Mallorca: La gran juerga, Españanavidadeando, La doctrina morotoniana, Sólo importa hoy, Clases, Dejad que los ricos se acerquen a mí…
Los vídeos de esta
semana:
Escuchá todas las frases históricas que dejó Diego Maradona y que serán inolvidables.
Murió Diego Armando #Maradona
Polònia - Polònia - 26/11/2020
LATE MOTIV - Raúl Cimas. Fren Chiquen | #LateMotiv777
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Estopa y Albert Pla en el primer programa de Buenas noches y Buenafuente
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