“Cuando un barco se hunde –escribe Javier Gallego bajo el acertado título de ‘Las ratas y el barco’, publicado el pasado lunes en Eldiario.es–, las mujeres, niños y ancianos son los primeros en ser evacuados. La tripulación, los últimos. Pongamos que la pandemia es el Titanic y las vacunas, los botes salvavidas. Pues en España los primeros en lanzarse a los botes han sido de la tripulación: consejeros, alcaldes, concejales, oficiales del Ejército, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, directores de hospitales, otros altos cargos y sus allegados, sacerdotes y hasta un obispo. Lo de siempre: las fuerzas vivas. Políticos, curas y militares. Para entender la gravedad de lo que han hecho, se han subido en las barcas que debían salvar a los miles de sanitarios, ancianos y trabajadores básicos que se han quedado en el barco. Les han quitado el salvavidas a quienes más peligro corren. Su irresponsabilidad ha costado vidas. Muy pocos han dimitido, sólo el JEMAD, el consejero murciano que coló a 400, algún alcalde y para de contar. Todos deberían ser sancionados, cesados y expulsados de sus partidos (PSOE y PP mayoritariamente), pero no sucederá. El privilegio no sólo les vacuna del virus, también del castigo. Más bien hay quien ha salido en su defensa. El portavoz nacional del PP y alcalde de Madrid, Almeida ha defendido que la cúpula militar y el Gobierno central deberían vacunarse porque España no puede quedar descabezada en esta crisis y Ana Rosa Quintana ha pedido que se vacune ya al rey. No vaya a ponerse malo y se pierda un día de trabajo. Adónde va a ir a parar este barco si nos falta su timonel. También podríamos enviar una dosis a Abu Dabi para su padre, que es persona de riesgo. Almeida y AR reflejan lo confundidos que están por ahí arriba sobre quiénes son las personas esenciales para sacarnos de ésta”.
Desde que, el pasado 27 de diciembre, comenzó el plan nacional de vacunación contra la covid, varios escándalos explotan, coincidiendo con el salto del protocolo y las dosis de vacunas disponibles para los grupos de riesgo. Los más sonados fueron el del general Miguel Ángel Villarroya, anterior Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el de Manuel Villegas, consejero de Salud de Murcia, su homólogo en Ceuta, el de Javier Guerrero, y el de otros alcaldes por todo el país... Pero, comencemos por el caso del general Miguel Ángel Villarroya, al que la ministra de Defensa, Margarita Robles, solicitó su cese tras su polémica vacunación, pese a que él defienda que en ningún momento se aprovechó de “privilegios no justificables”. No todos los miembros de la cúpula del Estado Mayor de la Defensa (EMAD) se vacunaron, a pesar de tener las dosis a su disposición. Al menos tres altos mandos siguieron el camino opuesto al general Miguel Ángel Villarroya, y renunciaron a vacunarse contra la covid-19. Igualmente, los altos mandos al frente del CNI militar, el CESEDEN y el área de Ciberespacio, rechazaron la dosis. Tampoco se han vacunado los dos jefes de la UME. Ni un pequeño grupo de generales de brigada dentro del EMAD –alrededor de media docena– que tampoco se sumaron a la vacunación.
En una orden del Ministerio de Defensa del 13 de enero, se establecieron unas prioridades o escalones que autorizan a los altos mandos del Estado Mayor a vacunarse. Bajo este paraguas quedan encuadrados el jefe del Estado Mayor de la Defensa y toda la cúpula del EMAD. A este organismo militar le corresponden 300 dosis, si bien solo contaron con una veintena de sanitarios adscritos al no necesitar en sus edificios de más personal médico. Pero, en vez de acompasar la administración de las dosis al mismo ritmo que el resto de los ejércitos, se decidió administrar los viales al resto de por el criterio de mayor a menor edad. El calendario de vacunación fue tan rápido que alcanzó a los ayudantes militares o edecanes del propio general Villarroya, según desvelaron las citadas fuentes. El Ministerio de Sanidad repartió 1.346.100 dosis de vacunas entre las comunidades autónomas. Pero no existió apartado alguno que identificase a los vacunados que corresponden a personal militar. Fuentes de Sanidad aseguran que las únicas dosis que no figuran en el documento fueron las que recibe Defensa. Vozpópuli se puso en contacto con los Ministerios de Sanidad y Defensa. Sin embargo, ambos declinaron informar del número de dosis entregadas a la Farmacia Militar. Fuentes de este centro afirmaron que el proceso de distribución se produjo con “un ocultismo nada habitual”. “En la campaña de vacunación de la gripe lo normal es que llegue un documento Excel donde se indica la distribución de la vacuna en los distintos puestos militares”, explicó un militar. “En este caso, hemos recibido las dosis para nuestra base y nada más”. Se presupone que las gestionadas por el Estado Mayor de la Defensa fueron más de 300. Una de ellas fue la que recibió el general Miguel Ángel Villarroya. Y el JEMAD terminó presentando su dimisión ante la ministra Margarita Robles.
La vacunación general a 450 funcionarios de la Consejería murciana de Salud le costó el puesto a su consejero, Manuel Villegas, y al resto de trabajadores de su departamento que se negaron a esperar su turno para recibir la vacuna. El Gobierno de Murcia afirma que se encuentra “frustrado” “enfadado” e “indignado” con lo ocurrido. El Servicio Murciano de Salud se puso en contacto con la Gerencia de Emergencias Sanitarias 061para mandar una ambulancia con personal sanitario y con viales de la vacuna. La ambulancia se dirigió a uno de los edificios de Salud con el objetivo de comenzar la inoculación de la vacuna a los funcionarios. Días previos, la Consejería, dirigida por Villegas, había enviado un mensaje electrónico a sus empleados para ofrecerles la posibilidad de vacunarse. Prácticamente todos ellos aceptaron, y la ambulancia inició la vacunación general. La operación comenzó el 13 de enero y se prolongó durante tres días. La mayoría del Ejecutivo regional alegó que desconocía lo que estaba sucediendo en Salud. Una doctora mostró su malestar en Twitter, descubriendo la vacunación secreta y “levantó la liebre” que terminó con la carrera política de Villegas, quien ostentaba la etiqueta de consejero independiente. Su resistencia a dimitir por la mañana, tras la exclusiva del diario La Verdad, sorprendió aún más a sus compañeros dentro del Gobierno regional. Un alto cargo del Ejecutivo murciano resumió: “El trabajo que se ha hecho en los últimos meses con la pandemia ha sido bueno, pero cuando tienes un error como este no queda otra”. Esa fue la tumba política del consejero de Salud.
Esther Clavero, alcaldesa socialista de Molina de Segura, dimitía en la madrugada del pasado lunes después de que 8 de los 12 ediles de su grupo que gobiernan la cuarta ciudad murciana más importante en coalición con Podemos-Equo, le retiraran su confianza por haberse vacunado sin tener todavía derecho a ello según el protocolo fijado. “Siento no poder cumplir vuestro mandato, pero me debo a un partido que ha tomado esta decisión y fallaría a mis principios resistiendo ante las decisiones de órganos superiores”, señala Clavero en su despedida de los molinenses, en la que citó a Sartori: “Las guerras terminan cuando los vencedores imponen a los vencidos su propia regla decisoria”. Su anuncio se produjo ocho horas antes de que fuera a dar comienzo un pleno ordinario al que Mariano Vicente, el concejal de la formación verde-morada, había decidido no asistir en protesta por la presencia de Clavero, a quien la dirección nacional de su partido le había pedido que dimitiera, además de haberle dado de baja cautelarmente de militancia la regional, renuncia que también le había exigido su socio de Gobierno. En una nota dirigida a todos sus cargos vacunados sin tener prioridad para ello, la Ejecutiva de su partido declaraba: “El PSOE no consiente este tipo de actitudes insolidarias”. Con ese comunicado, indicaba que sus militantes y especialmente sus cargos públicos y representantes en las instituciones deben “dar ejemplo y no avergonzar unas siglas con más 140 años de historia que siempre han defendido el bien común por encima de intereses individuales” y que “este tipo de actitudes reprobables están muy alejadas de lo que significan” sus siglas.
Dos días antes dimitía Alicia Martínez como coordinadora de IU-Verdes en el municipio de Murcia. Fue por haberse inyectado la primera dosis contra la COVID-19 como personal del Servicio Murciano de Salud (SMS). “Sin haberlo solicitado, me vacunaron como funcionaria del SMS y por coherencia política he decidido dimitir”, confesó a Eldiario.es. Junto a ella, también presentaron su dimisión las personas que le acompañaban en la lista a la coordinadora: Francisco Muñoz, Miguel Mérida, Mamen Martínez y Manuela Écija. “He tomado esta decisión –dijo en referencia a la polémica– para no hacer daño a mi organización, IU, que es digna y honesta. No quiero que su nombre se ensucie al verse vinculada con este hecho desafortunado. Y aunque no tengo responsabilidad institucional, sí política, y, de este modo, IU puede reclamar con autoridad la dimisión de miembros del gobierno municipal”. Los miembros de la Coordinadora municipal afirman que “el proyecto de IU-Verdes va más allá de las personas, y quienes fuimos elegidos miembros de la Coordinadora municipal tenemos una responsabilidad frente a nuestra militancia”.
Cuatro días después de que se desvelase que se había vacunado antes de tiempo, saltándose el protocolo, el consejero de Sanidad de Ceuta, Javier Guerrero, del PP, presentó igualmente su dimisión. Guerrero, que se puso la vacuna junto a la directora general de Sanidad y Consumo del Gobierno de la ciudad autónoma, Rebeca Benarroch, y otros trabajadores de la consejería, se justificó diciendo que se lo habían pedido los técnicos y que no se había “saltado ningún protocolo o estrategia”. Por eso presentó su “dimisión irrevocable”, aunque aseguró estar convencido que, en todo momento, había actuado de manera correcta y de buena fe. De igual manera, el exconsejero renunció al acta de diputado de la Asamblea de la Ciudad Autónoma y justificó su marcha explicando que “el Gobierno de la ciudad y el Partido Popular van a continuar con la gestión de la pandemia con igual eficacia”. La dimisión del consejero se produjo tan sólo unos días después de que compareciera públicamente para poner de manifiesto que se había vacunado por recomendación de los técnicos del área de Sanidad, según confirmaba en un comunicado el Gobierno ceutí. Guerrero insiste en que “no es cierto” que se haya puesto la vacuna sin corresponderle. “Nadie se ha saltado ningún protocolo ni estrategia”, dijo para asegurar que “se vacunará todo el personal de primera línea”.
Los obispos de Mallorca y Córdoba, Sebastià Taltavull y Demetrio Fernández, respectivamente.A estos casos de políticos cabe añadir otros personajes que destacan dentro de la Iglesia Católica en nuestro país. Son los obispos de Mallorca y Córdoba. El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, admitió que se vacunó de modo irregular el pasado 5 de enero, en una residencia de sacerdotes jubilados, a pesar de ni siquiera reside en ella o hace servicios allí. Su argumento fue que el Papa Francisco había pedido a toda la comunidad que se vacunase, y él no dudó en hacerlo en cuanto tuvo una ocasión, aprovechando la vacunación de las residencias, muchas de ellas en manos o controladas por la Iglesias. Taltavull, de 73 años, quería dar ejemplo “para que otros se vacunasen y no tuvieran miedo al suero”. En la semana del 11 de enero también se vacunó el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, de 70 años, en su caso como residente de la Casa Sacerdotal San Juan de Ávila de Córdoba, al autoconsiderarse “grupo de riesgo” por su edad.
El obispo de Mallorca, Sebastiá Taltavull.El obispo de Mallorca recibió
antes de hora la vacuna anticovid en la residencia Sant Pere i Sant Bernat, de
Palma, que acoge a sacerdotes mayores y a jubilados de la diócesis, que ya no
desempeñan funciones pastorales. “Me incluyeron en la relación de personas a
vacunar”, declaró tras publicarse la noticia de su vacunación tras haberse
saltado el protocolo. Monseñor Taltavull añadió que “no solicité ser vacunado”
y que tiene “una edad de riesgo”. Vivo al lado de la residencia, mantengo
contacto con los sacerdotes que viven allí y soy el responsable de este centro”.
Recordó que “el Papa Francisco nos instó a todos a vacunarse para evitar la
propagación de la pandemia del coronavirus, por lo que, cuando fui incluido en
la relación de personas que debían recibir la vacuna, no puse objeción alguna y
actué de buena fe para dar ejemplo”. Taltavull manifestó su extrañeza de que se
hubiera filtrado y lamentó la confusión que pudo crear esta situación, manifestando
que, en ningún momento, hubo la más mínima intención de actuar en contra del
protocolo establecido por las autoridades sanitarias. “Por eso, pido perdón por
el malestar que haya podido provocar este hecho”, concluyó el prelado en una
nota “Lamento la confusión que haya
podido crear esta situación y manifiesto que, en ningún momento, ha habido la
más mínima intención de actuar en contra del protocolo establecido por las
autoridades sanitarias. Por eso, pide perdón por el malestar que haya podido
provocar este hecho”.
Según informa Iker Rioja
Andueza, en Eldiario.es, el gerente del hospital Santa Marina de Bilbao, el
exconcejal del PNV, José Luis Sabas, no solamente se procuró una vacuna contra
la COVID-19 saltándose el protocolo sino que lo grabó todo en un vídeo musical
para la posteridad. En ese centro sanitario los sobrantes fueron a parar a
otros directivos y a 16 personas que ni siquiera son personal directo del
centro, concretamente a cuatro sindicalistas, cuatro religiosos, cuatro
trabajadores de la cafetería, dos personas de la empresa de 'vending' y dos
mensajeros. La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, reveló estos datos en el
Parlamento Vasco, en donde compareció el miércoles para explicar las
conclusiones de la investigación interna iniciada al descubrirse que tanto
Sabas como también el gerente de Basurto, el exconcejal Eduardo Maíz, se
colaron para recibir la vacuna. “Este mal uso de parte de las dosis recibidas,
unida a lo poco ejemplar que resulta que los altos cargos utilicen vacunas
destinadas a personas vulnerables o expuestas, es lo que ha tenido como
resultado la exigencia de responsabilidades al gerente”, dijo Sagardui sobre
Santa Marina. Sabas, durante días, trató de hacer ver que tenía el visto bueno
de la dirección general de Osakidetza y de la propia Sagardui para hacerlo, pero
la consejera lo volvió a negar.
El 19 de enero, un día antes de que se pidiera a Sabas que dejara el cargo, el propio gerente escribió a Rosa Pérez Esquerdo, directora general del Servicio Vasco de Salud. Le dijo que habían vacunado a 244 personas, lo que constituyó una referencia “coherente” con el tamaño del hospital y los criterios fijados, que pasaban por priorizar al personal de primera línea y no vacunar de golpe a más del 50% de los servicios para evitar posibles efectos adversos en equipos enteros y mantener el servicio. Sin embargo, “al filo de las diez de la noche”, Sabas escribió de nuevo a Pérez Esquerdo y a la propia Sagardui y actualizó el dato: habían administrado ya 550 dosis. “Ahí es cuando nos dimos cuenta de que tenía que haberse producido un error de planificación”, afirmó Sagardui, admitiendo su responsabilidad por la “descoordinación” en este hospital y prometiendo “reforzar los circuitos de información”. En cuanto a Basurto, la investigación reveló que Maíz no sólo se vacunó cuando no le correspondía, sino que lo ocultó al no registrar los pinchazos en el preceptivo registro de control.
En algunas comunidades comenzaron la vacunación con otro personal que trabaja en hospitales (limpieza, cocineros o seguridad). Y la excusa más repetida por los dirigentes vacunados de manera irregular fue que su condición les obligaba a estar en contacto continuo con hospitales y residencias. El viernes, 22 de enero, se conocieron dos casos más en Aragón: el alcalde de Luesia, Jaime Lacosta (PP), y el de Asín, Rogelio Garcés (PSOE). Ambos terminaron abandonando sus partidos, pero no su alcaldía. Curioso fue el caso de la pareja de políticos que hizo viral su excusa por haberse vacunado —“sobraban vacunas y las íbamos a tirar a la basura”—. Fueron los socialistas valencianos Ximo Coll, alcalde de El Verger, y Carolina Vives, alcaldesa de Els Poblets a los que el PSOE solo suspendió de militancia. Conforman la lista de políticos que ya se han vacunado el consejero de Sanidad de Murcia; su homólogo en Ceuta; la consejera de Sanidad del Cabildo de La Palma; el alcalde de Asín (Zaragoza); la alcaldesa de Els Poblets (Alicante); el alcalde de Villahermosa del Río (Castellón); el alcalde de Rafelbunyol (Valencia); el concejal de Sanidad de Orihuela (Alicante) y el alcalde de La Nucía (Alicante). A estos les siguen el concejal de Sanidad de La Nucía (Alicante); la alcadesa de Molina (Murcia); la de Torrecampo (Córdoba); la coordinadora de IU en la ciudad de Murcia; el alcalde de Matamala (Soria); dos concejales en La Palma; un concejal en Garachico (Canarias); el alcalde de Castejón de Sos (Huesca) y el alcalde de El Verger (Alicante). También lo han hecho el alcalde de Valdelosa (Salamnca); la teniente de alcalde de Denia (Alicante); la alcaldesa de Tossa (Gerona); alcalde de Alcaracejos (Córdoba); el alcalde de El Guijo (Córdoba); la concejala de Salud de Bonares (Huelva); una concejal en Murcia; el alcalde y un concejal de Riudoms (Tarragona); un concejal en Plasencia (Cáceres); el alcalde de Villavicencio de los Caballeros (Valladolid) y el primer edil de Luesia (Zaragoza).
María Jesús Novo defiende que ella no quería vacunarse pero que, si no se la ponía, “había que tirarla”.La alcaldesa de Boimorto (A Coruña), María Xesús Novo, recibió la vacuna contra el coronavirus a pesar de no tener ningún tipo de relación con la actividad médica. La regidora del PP, según informan fuentes sanitarias, se habría identificado como directora de la residencia de mayores del municipio a pesar de que este cargo lo ocupa otra persona. El centro residencial tiene capacidad para algo más de una treintena de usuarios que recibieron la vacuna contra el coronavirus siguiendo el plan establecido por las autoridades, al pertenecer a grupos de riesgo. No es este el caso de Novo que, según indican fuentes sanitarias, fue identificada como una empleada de la residencia, “en concreto, como directora de la misma”. Las mismas fuentes aseguran que “se vacunó a conciencia”, por lo que la alcaldesa habría falseado su cargo para recibir la vacuna. Novo indica ElEspañol.com que estaba incluida en la lista de la Xunta y que ella no quería vacunarse, pero que acabó aceptando porque le dijeron que “si no me la ponían a mí había que tirarla”. En los últimos días, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se mostró contrario a este tipo de actuaciones. El líder del PP gallego apeló a “comportamientos éticos” individuales y pidió que, si alguien es llamado por error para vacunarse contra la Covid-19, lo notifique y no reciba la dosis, ya que hay colectivos prioritarios que las necesitan. Hace unos días, Feijóo aseguró que todos los políticos que reciban la vacuna fuera de los protocolos “deben dimitir”. Pero la alcaldesa de Boimorto se ha hecho la sorda. En Boimorto hay “una población muy envejecida, con muchas personas dependientes y personal del Servizo de Axuda no Fogar, colectivos todos ellos que no pudieron recibir aún la vacuna por no estar en el grupo prioritario establecido por el protocolo de la Xunta”, asegura la portavoz del PSOE municipal, Sandra Sánchez.
En la amplia lista de políticos que ya se vacunaron están entre otros el consejero de Sanidad de Murcia; su homólogo en Ceuta; la consejera de Sanidad del Cabildo de La Palma; el alcalde de Asín (Zaragoza); Carolina Vives, alcaldesa de Els Poblets (Alicante); el alcalde de Villahermosa del Río (Castellón); el alcalde de Rafelbunyol (Valencia); el concejal de Sanidad de Orihuela (Alicante) y el alcalde de La Nucía (Alicante). A estos les siguen el concejal de Sanidad de La Nucía (Alicante); la alcadesa de Molina del Segura (Murcia); la alcaldesa de Torrecampo (Córdoba); la coordinadora de IU en la ciudad de Murcia; el alcalde de Matamala (Soria); dos concejales en La Palma; un concejal en Garachico (Canarias); el alcalde de Castejón de Sos (Huesca) y Ximo Coll, alcalde de El Verger (Alicante).También lo han hecho el alcalde de Valdelosa (Salamnca); la teniente de alcalde de Denia (Alicante); la alcaldesa de Tossa (Gerona); alcalde de Alcaracejos (Córdoba); el alcalde de El Guijo (Córdoba); la concejala de Salud de Bonares (Huelva); una concejal en Murcia; el alcalde y un concejal de Riudoms (Tarragona); un concejal en Plasencia (Cáceres); el alcalde de Villavicencio de los Caballeros (Valladolid) y el primer edil de Luesia (Zaragoza). Sólo nueve de los 700 políticos y altos cargos que se han vacunado contra la covid han dimitido.
El escándalo de los políticos vacunados continúa aumentando: la inmensa mayoría no dimite.En Galicia, la Xunta ha reconocido 17 vacunaciones a informáticos desde la Consellería de Sanidad en Pontevedra, aunque los sindicatos médicos elevan hasta 200 los casos irregulares. Se trata de un tema sensible que incluso ha enfrentado a algunos dirigentes entre sí. El líder del PSOE en Murcia, Diego Conesa, aseguró que las vacunas de la Región de Murcia no se habían quedado solo en la comunidad autónoma, sino que “algunos cargos de Madrid” también se las habían puesto, señalando su condición de representantes de la Región. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, se dio por aludido y respondió en un tuit: “Mensaje a Diego Conesa. Yo no estoy vacunado, tú sí estás imputado”. La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha comunicado que, de momento, no se administrará la segunda dosis de la vacuna Pfizer a aquellos cargos institucionales cuya vacunación se encuentra sometida a un expediente informativo tras recibir la primera dosis en algunos centros sociosanitarios de las islas. En concreto, Sanidad informa en una nota que se encuentran en dicha situación la consejera de Sanidad del Cabildo de La Palma, Susana Machín; la concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Puntallana, María Eugenia Rodríguez; la concejala de Servicios Sociales, Sanidad e Igualdad del Ayuntamiento de Puntagorda, María Mercedes Candelario Pérez, y el concejal de Hospital, Salud Pública, Seguridad y Salud en el Trabajo de Garachico, José Elvis de León Rodríguez. La polémica con la vacunación de personas que no se encuentran en el primer grupo establecido en el protocolo nacional se está extendiendo a cada vez más sectores, y ya alcanza al menos a 700 ciudadanos, de los cuales la mayoría son políticos, altos cargos, sindicalistas liberados, cúpula militar o informáticos, entre otros. De estos cargos públicos, tan sólo nueve han decidido dimitir y uno de ellos ha sido cesado, por lo que en total diez personas han dejado su cargo por vacunarse cuando no les correspondía, según recoge Europa Press.
“Y, mientras el político de turno se saltaba la cola –concluye el artículo de Gallego con el que comenzábamos y terminamos el resumen de esta semana–, aún tenemos sin vacunar a muchos mayores, personal asistente y trabajadores de limpieza y servicios de los centros. Los trabajos esenciales en esta pandemia no son los del consejero, el general, el alcalde o el monarca, ni siquiera los ministros que son sustituibles si enferman. Son los trabajadores de primera línea en pesca, agricultura, alimentación, transporte, reparto o suministros los que mantienen el país en funcionamiento. A esos es a los que hay que vacunar porque dependemos de ellos y están en contacto con el público. Prefiero que vacunen antes al rider que al rey. Prefiero también que vacunen a los científicos y científicas para que eviten pandemias, curen enfermedades, encuentren soluciones. Y a maestras y maestros que hagan una sociedad solidaria, crítica y participativa. Se me ocurren muchas profesiones a las que habría que proteger antes que a militares y políticos… Es lo contrario de lo que ha hecho esta casta, que han pasado por encima de los demás para escapar del hundimiento antes que nadie. Ya saben ustedes qué roedores son los primeros en abandonar el barco. Pues eso”.
Imágenes, fotomontajes y
fotos sorprendentes:
“¿Desde cuándo un político que se salta los protocolos para colarse y vacunarse se tiene que ir?”, destaca Dani Mateo tras la dimisión de Manuel Villegas, consejero de Salud de Murcia. El presentador de Intermedio afirmó que “los otros 12 cargos públicos se han puesto la vacuna sin ser de riesgo y saltándose la cola. “A falta de la segunda dosis, todavía no son inmunes a la vacuna, pero sí a la vergüenza”, resaltó Dani Mateo al presentar a los “trinca-vacunas”, personas que creen en la Ciencia, pero no en las Matemáticas “Por eso no saben que no hay vacunas para todos”. Dani Mateo enumera todos esos políticos que se han vacunado cuando no les tocaba y sí, hay personas de varios partidos: desde el PP al PSOE.
“Parece cachondeo, pero no es verdad”, critica El Gran Wyoming al analizar a los nuevos 'trincavacunas' como el hospital Santa Marina, el cual inmunizó a curas, sindicalistas, mensajeros y empleados del 'vending'.Y el Gran Wyoming critica especialmente a Manuel Villegas, ahora exconsejero de Salud de Murcia, por no haber esperado la “cola” de la vacunación. Siendo también médico, Wyoming le manda este mensaje: “Ni tú ni yo estamos en primera línea”.
La vacunación contra la covid del obispo de Mallorca en una casa para sacerdotes diocesana se hizo extensiva a los sacristanes de la Catedral de Palma. Según el Diario de Mallorca, al igual que monseñor Sebastià Taltavull, los acólitos que le asisten cuando celebra misa recibieron también las dos dosis del fármaco para inmunizarse contra el coronavirus. Son dos varones en torno a los cuarenta años que ayudan en la liturgia catedralicia, así como en otras celebraciones en iglesias de la isla, según se ha podido comprobar esta misma semana en actos del obispo.
Conocida como la Luna de Lobo e igualmente como Luna de Hielo, Luna Fría o Luna Vieja, representa la primera Luna llena del año. El evento astronómico puede ser visible desde cualquier parte del mundo donde haya cielo despejado.
El humor, en la prensa de esta semana: El Roto, Enrique, Eneko, Manel F., Malagón, Vergara, Ferrán, Javirroyo, Ortifus, Santigutiérrez, Milki y Duarte, Urtican…
Pep Roig, desde Mallorca: Concurso de salto de protocolo, País de privilegios sin mesura, Misterios insondables, Al dictado, Alosuyo i Cia, Esquizofrenia, Privilegios consentidos…
Los vídeos de esta semana:
Dimite el Jefe de Estado Mayor de la Defensa tras la polémica por vacunarse contra la COVID
El presidente de Murcia anuncia , emocionado, la renuncia de su consejero de Sanidad tras vacunarse |
La alcaldesa de Molina de
Segura dimite por vacunarse de la Covid
El consejero de Sanidad
de Ceuta admite que se vacunó pero que él "no quería"
Varios alcaldes fueron vacunados sin ser población de riesgo ni personal sanitario
Salvador Illa (Queco Novell) se estrena como candidato protagonizando el musical “De ministre a president”, de la película “Hèrcules”, de Disney.
Un zorro que se encariñó con una persona después de ser rescatado.