“No hay ya día sin malas noticias para Pablo Casado –advertía Iñigo Sáenz de Ugarte el lunes pasado en Eldiario.es, bajo el titular ‘Ayuso quiere sangre y Feijóo prepara la barbacoa’–. Esta semana comenzó con tal número de ellas que presagiaban el entierro del líder del Partido Popular. En sólo cinco días, ha visto cómo su presión contra Isabel Díaz Ayuso se le ha vuelto en contra, su partido se ha hundido en una espiral de autodestrucción y los principales barones regionales preparan su eliminación. Ahora, Casado se ha refugiado en El Álamo –es decir, Génova 13–, mientras ve cómo las tropas enemigas son cada vez más numerosas y dan los últimos toques al asalto final”. En ese trance por resistir, se anunció para la próxima semana una Junta Directiva Nacional del partido, el órgano interno con más de 550 miembros que es el único que puede convocar un congreso extraordinario, como quieren los principales barones regionales del partido. Casado cedió para sobrevivir una semana más mientras hacía cuentas sobre sus apoyos. Pero las noticias cobraron para él un aire de funeral inminente cuando Alberto Núñez Feijóo movió sus piezas con sorprendente rapidez. La mitad del trabajo la había hecho el domingo. Habló por teléfono con Casado. No dijo a los periodistas al día siguiente qué le había contado, pero no había que imaginar demasiado. Él sabía lo que el presidente gallego pensaba y le correspondía tomar esa última decisión. También habló con Ayuso, quien le confirmó lo que anunciaba el lunes. Ella se quedaba en el Gobierno de Madrid. Feijóo también reclutó para la causa al presidente andaluz. Mientras tanto, el entierro del líder del PP estaba ya decidido. Pretendían desangrarlo hasta terminar forzando su dimisión. No pueden esperar más tiempo para poner fin a la convulsa y a veces histérica presidencia de Pablo Casado. Díaz Ayuso no iba a aceptar nada que no fuera la eliminación del que fue su mentor, el hombre que la sacó casi de la nada para hacerla candidata a la presidencia de Madrid ante la perplejidad del PP regional. El parricidio ya estaba decidido. ‘Aquí hace falta un giro absoluto (en el partido) por el bien de España’, dijo el lunes en el discurso de inauguración de una biblioteca pública en Boadilla. Y, por el bien de su sed de venganza, después de que Casado osara insinuar que la comisión recibida por Tomás Díaz Ayuso podría haber supuesto un delito de tráfico de influencias”.
El presidente de la Xunta, Núñez Feijoó, a su llegada a la reunión Ejecutiva Nacional del PP en la sede de Génova, de Madrid.Ayuso se sentía cada vez más firme y exigente, frente a un Casado, menos seguro y más dubitativo. La paz en el partido pasaba en primer lugar por reclamar un desagravio. Alguien debía pagar por lo que le habían hecho pasar. Llevaba toda su carrera política presentándose como la víctima de oscuros designios y no le ha ido mal. Era de esperar que reincidiera. Por su parte, el presidente gallego abandonaba su papel tradicional y se desplazaba a Madrid, en donde se convertiría en el líder de la oposición por aclamación. Su llegada, veintidós meses antes de las próximas elecciones era el momento oportuno para introducirse en la incertidumbre del panorama político. “Nadie puede saber con seguridad si la noticia fortalecerá al PP y le dará más opciones en unas elecciones nacionales o si acelerará la agonía del partido y hará que sea superado por Vox. Los rebeldes –es difícil definir a alguien de la trayectoria de Feijóo con ese apelativo– juegan con la ventaja de contar con el pleno apoyo de la prensa de derechas. El último fue el más importante. En la noche del domingo, el diario ABC difundió su editorial del lunes para afirmar que la suerte de Casado estaba echada: ‘Pablo Casado no tiene meses, ni semanas, ni días para salir de una crisis que ya le ha superado por completo, que ha desbordado su autoridad, reducida hoy a lo meramente reglamentario, pero sin ascendente político ni moral sobre dirigentes, ni militantes’. Lo verdaderamente llamativo era que el periódico consideraba que la manifestación del domingo ante las puertas de Génova era prueba suficiente para exigir la muerte política de Casado, ‘la evidencia de una indignación real’ entre la militancia. Los gritos y comentarios de varios de sus asistentes llevaron a muchos de los periodistas que presenciaron la concentración a contar que los asistentes parecían más votantes de Vox que del PP. Son por ejemplo los que gritaban ‘Teodoro, al inodoro’… Díaz Ayuso había conseguido que ya no se hablara en el partido del afán de lucro de su hermano en los peores momentos de la pandemia. No se puede negar el carácter implacable que demostró cuando Casado le dijo lo que sospechaba de ella, ni la amplitud de los apoyos de los que goza en la derecha mediática. Lo que ha ocurrido ahora es que sus intereses se han unido a los de Feijóo, Moreno y otros barones. Esta singular confluencia bastará para decapitar a Casado, pero no durará eternamente. Miguel Ángel Rodríguez se ocupará de ello”.
El miércoles los llamados barones del partido designaron a Núñez Feijóo ante Pablo Casado como relevo, al tiempo que señalaban al actual presidente del PP la puerta de salida. Esta vez todo indicaba que sí daría el salto a Madrid. “Los mismos que piden el cambio, deben hacer una propuesta”, insistió Feijóo. En apenas unos días, el líder de los populares gallegos pasó de negar ante los micrófonos de Federico Jiménez Losantos la necesidad de un congreso extraordinario de la organización a exigir a Casado una “última decisión”. Y ya no esquivaba la crudeza a la hora de definir la situación del PP que definía como “colapso”. “Todos –declaraba él mismo– debemos estar a la altura de las circunstancias. Ser responsables de la situación y tomar decisiones, yo entre ellos, en función de lo que observemos en el partido y de lo que el partido le pida a cada uno que haga”. Dice haber observado que los jefes territoriales quieren que él pilote la nave para superar la crisis abierta por la descarnada guerra entre Casado y Ayuso. Y pacta con Ayuso, con la que también conversó el domingo, los pasos a seguir. La madrileña había asegurado que permanecía en la Puerta del Sol y no optaba, de momento, a cotas más altas. Daniel Salgado y Gonzalo Cortizo así lo indican en Eldiario.es del martes: “Mientras tanto el barón gallego mide al milímetro cada movimiento, pero pide velocidad y ‘urgencia’. Todo parece estar preparado. Los equipos de trabajo más cercanos al presidente de la Xunta ya barruntan la posibilidad de un cambio de domicilio y la preparación del desembarco en Génova. Mar Sánchez, la principal asesora del político gallego, despeja la posibilidad entre risas: ‘¿Yo en Madrid? Quita, quita’. A la legislatura gallega le quedan por delante dos años y el PP tiene mayoría absoluta. Lo que menos preocupa ahora es lo que Feijóo deja atrás si no vuelve a abortar la operación en el último minuto. No es la primera vez que los barones del PP miran a su colega en Galicia. Lo hicieron ya en 2018, cuando la corrupción del partido condujo a la moción de censura que acabó con el segundo gobierno de Mariano Rajoy. Entonces quisieron colocar a Feijóo al mando. Este se lo pensó mucho, tanto que llegó a convocar a la prensa y a la plana mayor de los populares gallegos y acudió a la cita con dos discursos preparados, uno para anunciar que se iba a Madrid, otro para decir que se quedaba en la comunidad. Este último fue el que utilizó. El presidente gallego no vio entonces extendida la alfombra roja que a él le gustaría para llegar a Génova, 13. ‘Demasiados contrincantes y la sombra de los dosieres’, dijeron entonces los analistas. Ahora el panorama ha cambiado y, a no ser que Pablo Casado finalmente se presente a la reelección en ese congreso extraordinario, no habrá rival. El ansiado puente de plata para Feijóo está preparado”.
Casado no cae por incumplir la Constitución, con su bloqueo a la renovación del Poder Judicial. Ni por sabotear la llegada de los fondos europeos a España, ni por su máster regalado. Al presidente del PP le echan por romper la omertá. Así lo expone claramente Ignacio Escolar en el artículo “El PP humilla a Casado para coronar a Feijóo”, aparecido en Esocolar.net. “Dice la Constitución española que la estructura interna y el funcionamiento de los partidos políticos deberán ser democráticos. Muy rara vez ocurre así. Y la última prueba está en el colapso interno que hoy vive la dirección del PP, en cómo están siendo los últimos días de Pablo Casado al frente de esta formación, en los detalles de una operación política puesta en marcha para sacar de Génova, lanzándolo por la ventana, al primer presidente elegido por primarias en el PP. (…) Es cierto que aquellas no fueron las primarias más perfectas que se recuerdan en la historia de la política mundial. Pablo Casado no fue el más votado, y logró su victoria frente a Soraya Sáenz de Santamaría tras un pacto de perdedores con los delegados de María Dolores de Cospedal. Pero Casado llegó a esa presidencia por un método bastante más democrático que el que ahora están utilizando quienes han decidido que ya no podía seguir al frente del partido ni un día más. Había una vía estatutaria en el PP para tumbar a su líder: una Junta Directiva Nacional donde los rebeldes sumaran al menos dos tercios de los votos. Había un segundo camino: ganarle en el siguiente congreso ordinario, que, en unos meses, Casado estaba obligado a convocar. Esperar a que los militantes hablaran, y decidieran en libertad. Pero los conjurados contra Casado han preferido apostar por otro método: un golpe palaciego, con algarada en frente de la sede del PP incluida, fuego graneado desde los medios de comunicación y una cascada de dimisiones en cadena para forzar su retirada inmediata y absoluta. Su máxima humillación. (…) Quien hoy lidera esta operación, Alberto Núñez Feijóo, no quiere otras primarias: busca una coronación. Sin rivales. Y para ello era imprescindible generar este colapso, este hundimiento y esta humillación, que desembocará de manera natural en la elección de un nuevo líder por aclamación. El método ha sido poco democrático. Los motivos lo son menos aún. Porque este 23 de febrero, ese golpe palaciego contra Casado no llega porque el líder del partido esté incumpliendo desde hace tres años la Constitución, con su bloqueo a la renovación del Poder Judicial. Tampoco por ese comportamiento antipatriótico con el que Casado ha intentado boicotear la llegada a España de los fondos europeos. Ni por su máster regalado. Ni por las enormes dudas sobre sus títulos académicos. Ni por sus permanentes mentiras, empezando por ese “postgrado en Harvard” que acabó siendo un cursillo de cuatro días en Aravaca. Todo eso el PP se lo perdonó.
Los doce 'apóstoles' de Pablo Casado para el rearme del PP.“Este golpe palaciego tiene otro fondo y otra última causa que ha desencadenado este final. Es la respuesta casi unánime de los principales referentes del partido a la ruptura de la omertá. El gran pecado de Pablo Casado, la causa última de su destitución es que se atreviera a denunciar abiertamente un presunto caso de corrupción. A señalar a Isabel Díaz Ayuso por la comisión que ella misma reconoce que su hermano cobró. Y también su torpeza: cerrar el expediente 24 horas más tarde de acusar a la presidenta de Madrid. La valentía de Pablo Casado en liza contra la corrupción, su compromiso con la limpieza y la regeneración solo duró un día. Y después se acobardó. (...)A pesar de la propaganda de esas encuestas que situaban al partido en primera posición –y que difundían los mismos medios que hoy parece que no se las creían tanto–, la realidad es que el PP no iba bien. Que el liderazgo de Casado no cuajaba. Que Vox estaba muy cerca del sorpaso. Y que esa pírrica victoria en las elecciones de Castilla y León no había salido según el plan. (…) Los detalles que hoy desvela Gonzalo Cortizo de cómo fue la última reunión de su comité de dirección dan para una obra de teatro. Una tragicomedia. Casado y sus apóstoles –trece en total– tomando sándwiches de Rodilla, con más judas que leales a un presidente que solo sabía repetir: ‘No me lo merezco, ¡qué es lo que he hecho mal!’. La rapidez del colapso demuestra que el desenlace estaba cantado ya. En ausencia de reglas democráticas, se impone la ley de la selva, y nadie aguanta en el poder más de un minuto cuando todos los que le rodean saben que morirá. El miedo de muchos de los suyos a quedarse en el bando perdedor ha acelerado el desenlace. Algunos de los que hoy dimitían a Casado son los mismos que hace menos de una semana –cuando todo empezó– le elogiaban por su valentía frente Ayuso. Otros de los que hoy elogian a Feijóo son los mismos que antes le insultaban. Es la miseria de la política, en su máximo esplendor. Pero la forma tan humillante en la que el PP ha tirado a la basura a quien fuera su presidente durante tres años y medio tendrá consecuencias. Como las tuvo otro golpe palaciego; el comité federal que mató a Pedro Sánchez el 1 de octubre de 2016. (…) Feijóo tendrá que pisar barro, algo que no le gusta. A la Moncloa no va a llegar por el camino elegido para liderar el PP: con otra coronación. Tendrá que pelear, y no está acostumbrado al nivel de navajazos de Madrid. Hoy tiene un pacto de no agresión con Isabel Díaz Ayuso. Pero no está tan claro como parece si ella lo respetará. Ayuso tiene 43 años y menos de tres en primera división. En este tiempo ha demostrado contar con el suficiente instinto asesino como para traicionar al líder y amigo personal que le dio su gran oportunidad. Si le hizo esto a Casado, al que le debía todo, ¿qué no estará dispuesta a hacer frente a Núñez Feijóo?”
En la tarde-noche del miércoles Pablo Casado escenificó despedida del Congreso con una última intervención donde quiso quedar como un líder moderado y honesto. Con lo que todos sus diputados se pusieron en pie para aplaudirle, aunque antes tuvieron que dejar en la silla el cuchillo que aún tenían en la mano. Pero solo tres salieron corriendo detrás de él, cuando Casado decidió abruptamente, como quien no puede más, renunciar a su turno de réplica, levantarse y salir del Congreso para ir a Génova. Allí, esa misma noche debía retirarse para ser sustituido por un nuevo presidente, pero no lo hizo, aunque el plan de los barones y de todos los que le traicionaron no era este. Querían su dimisión inmediata, pedida desde hace días. Pero Casado se resistió para conseguir su “salida digna”. Consiguió arrancar un último deseo antes de morir: seguirá en el cargo hasta el congreso de abril del que debe salir el nuevo líder. “No he hecho nada malo, quizás algo mal. Pero no merezco tener que dimitir hoy. Os pido disculpas”. Con estas palabras, Casado logró cambiar el desenlace de la agónica –reunión que, durante más de cuatro horas y media, mantuvo el todavía presidente del PP hasta el Congreso extraordinario que se celebrará el 2 y 3 de abril– y los barones autonómicos. A cambio, se comprometía a no presentarse y a apoyar a Alberto Núñez Feijóo, que aspiraba a revelarle sin más. Ahora éste tendrá que esperar unas semanas más porque Casado seguirá figurando, aunque no mande. Se ha nombrado a una gestora sin llamarlo 'gestora' sino “coordinadora general” y será Cuca Gamarra. Lo que a Ayuso le ha aguado la fiesta. Pilar Gómez lo cuenta en ElConfidencial al final de su crónica: “Casado se dirigió a los barones dando ‘su palabra de honor’ de que nadie jugaría sucio. Él no se presentaría. Tampoco había que temer que, desde su equipo, se alentasen candidaturas para rivalizar con su ya ungido sucesor. Los barones empezaron a virar. A entender que no era necesario un escarnio. Su todavía presidente solo pedía poder decir adiós en un congreso. Irse como llegó. Con honores. Explicó que ni él ni su familia merecían más sufrimiento. Los presidentes autonómicos miraban a su nuevo referente, Feijóo, quien asentía. Hubo acuerdo en que quien hasta hace menos de una semana era ‘nuestro presidente Casado’ se había ganado el derecho en estos años a una salida digna. Su papel desde hoy será el mismo de Mariano Rajoy desde que anunció que se marchaba tras la moción de censura hasta la celebración del congreso. Y Casado sí ganaba esta vez la batalla”.
La Comunidad de Madrid confirmó que la cantidad que cobró el hermano de Isabel Díaz Ayuso durante la pandemia por el contrato de mascarillas adjudicado a un amigo de la familia ascendió a 283.000 euros, una cantidad muy similar a la que denunció Pablo Casado la semana pasada en la Cope. La crisis del PP de la última semana tuvo su origen en una exclusiva de elDiario.es: la Comunidad de Madrid adjudicó a dedo un contrato por valor de 1,5 millones de euros en mascarillas a una empresa propiedad de un amigo de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. El miércoles de la semana pasada, “El Mundo” y “El Confidencial” publicaron sendas informaciones en las que apuntaban a un supuesto “espionaje” al entorno de Ayuso, ordenado desde Génova y ejecutado desde una empresa del Ayuntamiento de Madrid, para obtener información sobre si por esos contratos cobró una comisión el hermano de la presidenta madrileña, Tomás Díaz Ayuso. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, aseguró que investigaron ese supuesto espionaje y no encontraron pruebas. Las acusaciones desde el entorno de la Comunidad de Madrid filtradas en esas informaciones provocaron la reacción de la dirección del PP, que pidió explicaciones públicas a la presidenta madrileña. Un día más tarde, Pablo Casado cifró en 286.000 euros la cantidad cobrada por el hermano por ese contrato. Ayuso reconoció que su hermano cobró el dinero, pero lo rebajó a 55.850 + IVA y advirtió de que no fue en concepto de comisión por la adjudicación sino un pago directamente de la empresa por las gestiones para traer las mascarillas desde China. Tras el cruce de acusaciones comenzaron los movimientos dentro del PP para forzar una salida de la dirección actual, que se concretó el martes pasado en una reunión de los barones. En el contrato de la Comunidad de Madrid con el amigo de los Ayuso figuraban mascarillas de tipo FPP2 y FPP3. Las que llegaron a España fueron de tipo NK95, más baratas, de menor calidad, y no homologadas actualmente por las autoridades sanitarias. Una vez resuelta la crisis interna en el partido, con la convocatoria de un congreso extraordinario consumará el fin del mandato de Pablo Casado, siendo probablemente elegido Alberto Núñez Feijóo, como nuevo líder popular. Otra cosa es la Comunidad de Madrid bajo la presidencia de Ayuso, cuyo final nadie se atreve a pronosticar.
José Luis Uriz Iglesias descifra, en Nuevatribuna.es, bajo el artículo “Maquiavelo entra en la crisis del PP”, que en el vodevil del PP existe un protagonista clave: Miguel Ángel Rodríguez. “De él –escribe– se conoce que tiene contactos periódicos con los máximos gurús de la derecha extrema, Steve Bannon y Dominic Cummings, maestros de la manipulación y las fake news. El extraño episodio, al más puro estilo MAR, de supuesto espionaje intentado por la cúpula, más la aparición de un siniestro y a la vez torpe personaje como Carromero (‘carroñero’ le conocen por allí) con indicios de tonto útil, ha logrado su efecto y ahora Casado está en situación de máxima debilidad. Pero quizás y de ahí la pregunta del título de esta reflexión, exista una ‘maquiavélica’ operación de largo alcance detrás de este episodio para llevar a Ayuso a la Moncloa, no necesariamente a través del PP. MAR, que es el más listo de la clase, ha entendido que con Ayuso ha encontrado un verdadero ‘mirlo blanco’ y es consciente de que va a tener muy difícil, quizás imposible, liderar al PP porque si cae Casado siempre puede aparecer un Feijóo. También es consciente que todo lo ocurrido ha potenciado su aurea mística y victimista que tanto cala entre sus seguidores y podría hacerlo entre los votantes”. Uriz Iglesias muestra el camino tomado por Mar: tomar la decisión estratégica de abandonar el partido por el machaque sufrido. “Después con la ‘presión’ de sus seguidores (al más puro estilo Sánchez, en 2016), crear una nueva fuerza en el espacio de la derecha extrema, a la que MAR augura un excelente futuro, que incluso tuviera ya nombre: ‘Libertad’. Una fuerza de carácter liberal que conecte con la idea lanzada en las últimas elecciones en Madrid, que arañara votos a PP y VOX. ¿Se estaba construyendo así la ‘pista de aterrizaje’ para ella? En estos momentos, Ayuso va a por todas, como demuestra el hecho de que, a pesar de levantarle el expediente, no haya sido capaz de desactivar la concentración convocada ante Génova el domingo a la que han acudido miles de personas. Mientras, una izquierda con cataratas se frota las manos imaginando una importante pérdida de apoyo al PP en las próximas elecciones, con Casado de líder. Pero la vencedora podría ser una sibilina Ayuso con esta novedosa ‘Libertad’ y aplicar a partir de ese momento su tesis de pactos globales con VOX sin ningún pudor, sabiendo que su electorado está perfectamente preparado para ello. Un electorado conservador que es inmune a las prácticas de corrupción o corruptelas de su líder. El pacto ‘Libertad-VOX’ sería una horrible noticia para los progresistas de este país. Las izquierdas, sus ideólogos si es que aún le queda alguno, deben tener en cuenta ambas circunstancias, para no errar su diagnóstico”.
Gerardo Tecé escribe en ctxt el artículo “Pablo Casado y lo humano” en el que dice: “Asistimos boquiabiertos al funeral político de Pablo Casado. En pocos días, el que ha sido durante tres años y medio líder del PP, ha pasado de gritar consignas ultraderechistas atacando sin freno a todo ser viviente fuera de su espectro ideológico a preguntarse, solo y asediado en su despacho, por qué tengo que irme, si yo no he hecho nada. Casado se va porque una emboscada de hienas lo ha echado y, como ocurriera con Julián Muñoz, la parte humana tapa las ganas de celebrar la salida de quien tanto crispó, zancadilleó y pervirtió la política para alcanzar su objetivo. Apuñalado por todos los que hace una semana le aplaudían y coreaban presidente, presidente, Pablo Casado ha dado en el Congreso el que parece que será su último discurso. Un discurso en el que ha definido con la perfección inversa de un negativo fotográfico su trabajo como líder de la oposición: ‘Entiendo la política desde la defensa de los más nobles principios y valores, el respeto a los adversarios’. Desde fuera, atónitos ante la desbandada de fieles huyendo del barco al ver que se hunde, comprobamos una vez más la inmensa diferencia entre algunos ámbitos de la política y la vida real. En la vida real existen códigos que no generan beneficios, pero son inherentes al ser humano. La decencia o la fidelidad, por ejemplo. En la vida real, si un amigo cae le agarramos la mano sin hacer cálculo de qué pasará por agarrarla, aunque ese no sea el mejor plan posible y aunque nos genere más dolores de cabeza que otra cosa. Con el PP abierto en canal podemos observar con precisión de microscopio cómo funciona lo humano dentro de ese ecosistema bacteriano que es lo peor de la política. Cómo al amigo apuñalado no se le presta un solo hombro sobre el que apoyarse, sino que todo se llena de silbidos de disimulo alejándose del lugar del suceso, no vayan a relacionarme con el fiambre. Cómo el código es tan lejano e incomprensible para el ser humano de a pie que Teodoro, recién defenestrado, se va a la tele a piropear a quienes hace unas horas acaban de cortarle el pescuezo. Quienes han promovido el golpe contra su líder lo despiden hoy con un aplauso en el Congreso. No entendemos nada y es sano que no lo entendamos. Entender esto sería asumir que el mundo es un lugar en el que nada, excepto calcular cómo nos irá en la siguiente jugada, tiene validez. Quizá sea absurdo compadecerse de quien ha sufrido lo que ha sembrado: deslealtad. Pablo Casado obtuvo un máster aprovechando su posición de superioridad, despreció a quien le había derrotado en las urnas llamándolo de todo, maniobró en lo peor de la pandemia y más tarde en Bruselas contra su propio país, honró en misa a quien tanta sangre derramó y se subió a lomos del bulo semanal difundido por el gran poder propagandístico para conseguir su objetivo. Quizá, como ocurre en la vida real, ahora sus subordinados simplemente hayan repetido lo que han visto hacer en casa. Quizá sea tan sencillo como eso y la lástima al ver cómo ha sido despellejado y abandonado con una excusa que abochorna, sobre. Yo, por el momento, no puedo evitarlo”.
Otras imágenes, fotomontajes y fotos sorprendentes:
El todavía presidente del
PP ha vivido una de las jornadas más negras desde su llegada al cargo, en la
que su soledad ha quedado de manifiesto con continuas presiones y dimisiones de
su círculo más cercano. El Gran Wyoming analizaba el pasado martes la
“espectacular jornada política” con el “hundimiento del PP”, en la que el buque
insignia de la derecha española no pudo resistir “su choque brutal contra el
iceberg Isabel Díaz Ayuso”. Wyoming analizó el “hundimiento” de Casado y “la diferencia con el Titanic es que no sigue a bordo ni la
orquesta”. El presentador de El Intermedio analizó la situación que
atraviesa el Partido Popular y dos de sus líderes, Casado y Egea: “Puede que
sean reyes, pero eméritos, porque en su casa les quieren fuera”.
Las ratas abandonando el barco de Pablo Casado... los vividores de la política no entienden de lealtad, pero sí entienden de salvar la poltrona. (SkakeoFanZine)
La noticia rápidamente
generó todo tipo de comentarios en las redes sociales, siendo la mayoría de
ellos mensajes contra Casado y su discutible estrategia comunicativa. En este
sentido, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, no dudó en tirar de
su habitual sentido de humor e ironía para comentar el cierre del expediente.
En concreto, el político republicano compartió una captura de pantalla de la
mencionada información, acompañada de una imagen de un fotograma
icónico de la película de El Padrino.
Gabriel Rufián, que ha tirado de su habitual ironía para comentar la actualidad, sin palabras, sólo con dos fotografías, Rufián ha resumido lo que piensa de esta decisión del PP. En un mensaje en Twitter, el político republicano comparte una captura de la noticia del cierre del expediente acompañada de una imagen de la película El Padrino, en la que Vito Corleone abraza a Tattaglia, líder de una familia rival durante una reunión para sellar la paz entre ellos.
La vuelta al trabajo siempre es dura, ya seas obrero, panadero o monarca. Felipe VI ha vuelto a sus funciones tras superar la covid y la noticia ha sido el cebo perfecto para los tuiteros. El monarca ha retomado sus labores con un nivel de ajetreo que no ha visto ni la Oficina del Español. La envidia de Toni Cantó es evidente. Se podrá decir lo que se quiera, pero el rey es nuestro influencer particular. Va de viaje, se hace fotos, se reúne con otras celebridades y recibimos actualizaciones constantes de su vida. Y ya hemos superado la fase de no considerar a la creación de contenido como un trabajo de verdad. La noticia ha impactado a los tuiteros y ha supuesto un descanso temporal de los memes del PP para centrarse en la vuelta a la actividad de Felipe VI. Los usuarios han cuestionado las labores del monarca y alguno señala que no había notado su ausencia. (Tremending)
José Martí Gómez (Morella, País Valencià, 1937), considerado uno de los mejores reporteros y cronistas de sucesos desde el tardofranquismo, fallecía el pasado martes a los 84 años. Abordó todo tipo de temáticas y géneros periodísticos, destacando especialmente por su maestría en las crónicas de sucesos, donde incidía en las anécdotas y pequeños detalles. En 2016 publicó un libro de memorias que tituló “El oficio más hermoso del mundo”, y en el que resumía cómo entendía su trabajo como comunicador. “Creo en el periodismo que se aprende, como la vida, en los batacazos del día a día, en la calle, en las barras de los cafés, en los autobuses y en los vagones de metro”, afirmaba.
El humor, en la prensa de esta semana: Forges, El Roto, Peridis, Eneko, Enrique, Manel F. Vergara, El humor, en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Enrique, Manel F., Vergara, Malagón, J. R. Mora, Miliy y Duarte, Riky Blanco, F. Villalobos, Antón…
El humor mallorquín de Pep Roig:
Los vídeos de esta
semana:
Después de haber
amenazado con expulsar a Díaz Ayuso del Partido Popular por presunta corrupción,
Pablo Casado dio marcha atrás y aseguró que todo estaba en orden. Un último y
definitivo ridículo que terminó costándole el liderazgo del partido.
El último y definitivo
ridículo de Pablo Casado
¿Por qué los principales
medios de la derecha y ultraderecha se están posicionando principalmente en
favor de Ayuso? La respuesta, en La Base de Público, con opiniones, datos y
todas las claves sobre esta crisis de la mano de Pablo Iglesias, Sara Serrano y
Manu Levin.
La Base #13 - Medios
comprados en la guerra del PP
El ADIÓS de CASADO al PP:
lo que NO se ha VISTO de su despedida | EL PAÍS
CASADO será el LÍDER del
PP hasta el CONGRESO EXTRAORDINARIO de ABRIL, al que no se presentará |RTVE
Putin contesta si habrá una tercera guerra mundial [SUB]
Putin humilla a su jefe
de inteligencia en una reunión de alto nivel sobre Ucrania: "¡Habla
claro!"