Marian Suárez, diputada "d'Eivissa pel Canvi"
Suárez confiesa que se quedó sin aliento durante la comparecencia de la “consellera” de Asuntos Sociales, cuando se enteró de que se había visto en la obligación de rescindir un contrato, aparte de dar la correspondiente indemnización, por el alquiler de un edificio durante cinco años destinado a la “conselleria” de Inmigración. El anterior Gobierno del PP acordó para el año 2006 la contratación directa, sin concurso público, de la antigua sede de Sol Meliá por l,7 millones de euros para convertirlo en las dependencias de la “conselleria” de Inmigración. El mal estado del inmueble obligaba a un gasto de medio millón de euros más destinado a las reformas para poder instalarse en él. Pero, al no preverse esta partida, no se hicieron las reformas, y no se hizo uso de la flamante sede. Sin embargo, la consellería pagó durante más de un año la parte correspondiente al alquiler comprometido: medio millón de euros. La “consellera” actual ha rescindido el contrato y no ha tenido más remedio que pagar la indemnización correspondiente.
En el mismo año, cuando el Govern dedicaba una parte de su presupuesto para la ayuda del Tercer Mundo, la Dirección General de Cooperación del Govern, entonces en manos del PP, dedicó 10.000 euros de este departamento al “pago de limusinas”. Suárez advierte que alguien podría pensar que estos episodios son simples anécdotas. Pero, desde su punto de vista, son representativos de una mala gestión de los recursos públicos tanto por lo que se refiere a su destino como a la falta de planificación. “Resulta curioso que quienes se autoproclaman buenos gestores –añade la diputada ibicenca– tengan en su currículum episodios como los comentados. Estas ‘anécdotas’ nos hacen entender mejor el por qué de la resistencia de los políticos del PP a que se hicieran auditorías, como por ejemplo las de las autovías, que pueden esclarecer qué han hecho con el dinero de todos nosotros”.
Seis meses atrás, Mariano Rajoy visitaba Ibiza, destacando “la valentía” de su partido en la isla por la ejecución de las obras de carreteras. (Ver el blog adjunto: La cicatriz). El presidente el PP señalaba entonces que “Stella (la consellera de Vías y Obras e hija del ex ministro, Abel Matutes) y otros han dado la cara y han sabido enfrentarse a este problema”. El líder del PP señalaba “la curiosa coalición entre el PSOE y los que quieren recuperar los valores de la Edad Media para tratar de evitar que el PP pueda presentar en su balance de gestión las infraestructuras viarias”. Y advertía que su partido había estado a “la altura” y seguiría trabajando para “modernizar” la isla. La anterior legislatura –dijo, refiriéndose a la del Pacto Progresista– fue la del caos y del descrédito, y las cosas son así, le guste o no le guste a alguno”.
Por el contrario, María Teresa Fernández de la Vega atribuía los “insultos, insidias y falsedades” de la derecha al hecho de que “están nerviosos”, y llamó a los progresistas a “no actuar como ellos”. “No podemos pagarles con su misma moneda –añadía la vicepresidenta del Gobierno–, porque nosotros no somos como ellos”. La vicepresidenta matizaba que el mundo sabía muy bien “dónde está la corrupción en esta isla”, y aseguraba que los candidatos progresistas “gobernarán para las personas, no para los ladrillos” “A la derecha –sentenciaba– le importa mucho el poder y muy poco los ciudadanos”. Y Francesc Antich, hoy presidente de la Comundiad Autónoma, refiriéndose a la situación de la vivienda, lamentaba que “mientras unos obtienen beneficios multimillonarios en pocos años, otros sufren hipotecas que son como una cadena perpetua”.
Otros “muertos” han llevado al PP de Mallorca e Ibiza a la bancarrota y conducido a la anterior oposición a la presidencia del Govern, además de pillarnos con otras sorpresas. “Gracias al cambio político que ha hecho el anterior Gobierno –comenta Marián Suárez, diputada “d’Eivissa pel Canvi” en el Parlamento Balear–, hemos descubierto que las desviaciones presupuestarias de las autovías d’Eivissa han sido del 300 por ciento y que el metro de Palma (que, por cierto, le llaman “el litro” por lo de las inundaciones cada vez que llueve) nos han costado 77 millones de euros más que los previstos incialmente”
Suárez confiesa que se quedó sin aliento durante la comparecencia de la “consellera” de Asuntos Sociales, cuando se enteró de que se había visto en la obligación de rescindir un contrato, aparte de dar la correspondiente indemnización, por el alquiler de un edificio durante cinco años destinado a la “conselleria” de Inmigración. El anterior Gobierno del PP acordó para el año 2006 la contratación directa, sin concurso público, de la antigua sede de Sol Meliá por l,7 millones de euros para convertirlo en las dependencias de la “conselleria” de Inmigración. El mal estado del inmueble obligaba a un gasto de medio millón de euros más destinado a las reformas para poder instalarse en él. Pero, al no preverse esta partida, no se hicieron las reformas, y no se hizo uso de la flamante sede. Sin embargo, la consellería pagó durante más de un año la parte correspondiente al alquiler comprometido: medio millón de euros. La “consellera” actual ha rescindido el contrato y no ha tenido más remedio que pagar la indemnización correspondiente.
En el mismo año, cuando el Govern dedicaba una parte de su presupuesto para la ayuda del Tercer Mundo, la Dirección General de Cooperación del Govern, entonces en manos del PP, dedicó 10.000 euros de este departamento al “pago de limusinas”. Suárez advierte que alguien podría pensar que estos episodios son simples anécdotas. Pero, desde su punto de vista, son representativos de una mala gestión de los recursos públicos tanto por lo que se refiere a su destino como a la falta de planificación. “Resulta curioso que quienes se autoproclaman buenos gestores –añade la diputada ibicenca– tengan en su currículum episodios como los comentados. Estas ‘anécdotas’ nos hacen entender mejor el por qué de la resistencia de los políticos del PP a que se hicieran auditorías, como por ejemplo las de las autovías, que pueden esclarecer qué han hecho con el dinero de todos nosotros”.
Seis meses atrás, Mariano Rajoy visitaba Ibiza, destacando “la valentía” de su partido en la isla por la ejecución de las obras de carreteras. (Ver el blog adjunto: La cicatriz). El presidente el PP señalaba entonces que “Stella (la consellera de Vías y Obras e hija del ex ministro, Abel Matutes) y otros han dado la cara y han sabido enfrentarse a este problema”. El líder del PP señalaba “la curiosa coalición entre el PSOE y los que quieren recuperar los valores de la Edad Media para tratar de evitar que el PP pueda presentar en su balance de gestión las infraestructuras viarias”. Y advertía que su partido había estado a “la altura” y seguiría trabajando para “modernizar” la isla. La anterior legislatura –dijo, refiriéndose a la del Pacto Progresista– fue la del caos y del descrédito, y las cosas son así, le guste o no le guste a alguno”.
Por el contrario, María Teresa Fernández de la Vega atribuía los “insultos, insidias y falsedades” de la derecha al hecho de que “están nerviosos”, y llamó a los progresistas a “no actuar como ellos”. “No podemos pagarles con su misma moneda –añadía la vicepresidenta del Gobierno–, porque nosotros no somos como ellos”. La vicepresidenta matizaba que el mundo sabía muy bien “dónde está la corrupción en esta isla”, y aseguraba que los candidatos progresistas “gobernarán para las personas, no para los ladrillos” “A la derecha –sentenciaba– le importa mucho el poder y muy poco los ciudadanos”. Y Francesc Antich, hoy presidente de la Comundiad Autónoma, refiriéndose a la situación de la vivienda, lamentaba que “mientras unos obtienen beneficios multimillonarios en pocos años, otros sufren hipotecas que son como una cadena perpetua”.
Hay un breve e intenso cuento de Kafka titulado "Comunidad de infames", cuya lectura recomiendo.
ResponderEliminarAparte de esta sugerencia, te agradezco muchísimo Santiago, tu interesante aporte a mi Cuaderno de notas sobre Juan Ramón Jiménez.
Un abrazo
Antonio T.