Así ve Pep Roig la Semana Santa desde su isla.
Así ven otros la Semana Santa: como todas las semanas pecadoras, lejos de misticismos elaborados para salvar esta España Negra, con sus saetas, interminables procesiones y sermón de las siete palabras. Y más cercanos de esta Semana Pecadora, con sus especuladores de todo tipo y la resaca de una pesada campaña electoral. Una España que habla de una canción, compuesta por Pedro Guerra y Santiago Segura e interpretada por Chiquilicuatre, quien nos representará en el próximo Festival de Eurovisión, en mayo.
La gala de TVE “Salvemos Eurovisión”, que se seleccionó “Baila el Chiki Chiki”, contó con una audiencia de 1,9 millones de espectadores y una cuota de pantalla del 16 por ciento. Marina Collazo, la directora de entretenimiento del área de programas de la primera, minimizó las críticas al artista elegido, Rodolfo Chiquilicuatre, quien con su tupé, su guitarra de juguete, su estribillo discotequetero y sus bailarinas ‘almodovarianas’, nos representará en Belgrado.
David Fernández, actor del programa de Buenafuente que da vida a otros personajes de este espacio, ha creado a este artista nacido en Argentina, cuya infancia transcurrió "entre San Martín de los Andes y Albania". Y Chiquilicuatre la canta olvidándose de las alusiones y citas del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, "por lo que pueda pasar", y cambiándolas por “Juanito Chávez”, fácilmente reconocible. Cuarenta años antes, fue Massiel quien triunfara con el “La, la, la…”, una canción que no dice mucho más que “Baila el Chiki Chiki” y cuya música mueve mucho menos que la de Chiquilicuatre. Una canción apenas con humor, semejante a la España fraguista “very different”. La de ahora es más divertida, con una audiencia que sin duda remontará la habitual de la cadena pública. Hay quien asegura que ese es el motivo por el que TVE apoyó esta canción.
Una paradójica espera demoledora. Estancado desde hace dos años en una compleja maraña burocrática y judicial, el hotel El Algarrobico, en cuya fachada se puede leer: “hotel legal”, es una befa legalizada. Su derribo se ha convertido en el símbolo de lo que debe ser la lucha contra el urbanismo más atroz. El cartel del primer plano en la fotografía –“Cuida y respeta tu playa”– ilustra paradójicamente este caso urbanístico, pese “al visto bueno” de los teléfonos del Ayuntamiento, Policía local y Guardia Civil. En julio pasado, activistas de la ONG Greenpeace desembarcaron en la playa y asaltaron el hotel, pintando en su fachada la palabra “ilegal”. La “i” desapareció a las pocas semanas, bajo una capa de pintura blanca. "La madre del Algarrobico es Azata –sostiene Greenpeace– pero los padres son el Ayuntamiento de Carboneras y la Junta de Andalucía, al alimón". La presidenta de Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, María del Mar Ruiz, niega la mayor. "Carboneras es una localidad potente. Tiene una desaladora, una cementera y una central térmica. No necesitamos hoteles como El Algarrobico, lo que queremos es que esto no ocurra nunca más. Aquí hay un lío tremendo que es necesario esclarecer cuanto antes". Algunos esperan que no pase de esta Semana Santa.
Franco y Hitler, ayer y hoy. Stanley G. Payne, historiador, analizó las relaciones entre Franco y Hitler durante la presentación de su nuevo libro, en el que estudia, fase por fase, las relaciones entre Madrid y Berlín durante la II Guerra Mundial y el Holocausto. No es el único. Jaume Miravitlles, el conocido exiliado catalán, publicaba, en 1977, otro libro sobre el tema, titulado “Los comunicados secretos de Franco, Hitler y Mussolini”, editado por Plaza & Janés. En “Franco y Hitler”, G. Payne presenta el resultado de “una investigación única hasta el momento que tumba el mito –según publica La Esfera de los Libros– de que el dictador español no estuvo al lado del 'Fürher durante la Segunda Guerra Mundial y demuestra que sí mantuvieron contactos durante la contienda, pese a la creencia de que España se mantuvo neutral” "Pese a lo que se diga –afirma el profesor estadounidense emérito en Historia en la presentación de su última obra–, España no fue neutral". El tema no es nuevo, puesto que Miravitlles ya lo presentaba hace 31 años, con hechos comprobados.
Y para terminar, y quién sabe cómo ni cuándo, este dibujo de Manel Fontdevila recogido del diario “Público”, que muestra otra pasión más oculta y no menos mortal, la del Poder al que todos aspiran y por el que, al parecer, todos matarían.
No hay comentarios:
Publicar un comentario