Treinta y tres años después de la muerte de Franco, el juez Garzón, presionado por la Fiscalía, se inhibe de procesar al franquismo y envía a los juzgados provinciales la investigación. Rodríguez Zapatero asegura desde la Moncloa que “todo lo que sea que esto esté en el olvido más profundo de la memoria colectiva de la sociedad española, será un buen dato. Los residuos irán desapareciendo, aunque hay gente que tiene más disponibilidad a olvidar, y otros tienen algo menos”. Guiados por estas palabras, algunos se empeñan en cantar lo de que “la distancia es el olvido”. Y aportan nuevos datos que confirman esta política del olvido. En cambio, otros porfían en sus recuerdos. Esquerra Republicana plantea el debate sobre la II República, la Guerra Civil y el franquismo, lo que ella misma define como “el primer asalto” a la Ley de Memoria Histórica, aprobada en diciembre de 2007. Una ley tachada por ella como “vergonzosa, vergonzante e ignominiosa”. La semana que viene, ER presentará esta iniciativa. Los republicanos pretenden extender derechos a “todos” los represaliados del franquismo, otorgándoles la condición “jurídica” de víctimas. Algo que, según han denunciado, no se hizo en la anterior legislatura.
Otro de los olvidos denunciados es la cárcel de Carabanchel. Empezó a construirse en 1940, gracias a los presos políticos sometidos a trabajos forzados. Fue la prisión más grande de España, levantada cual modelo panóptico. En octubre de 1998, el Estado español decidió cerrarla y olvidarla para siempre. Durante diez años, sufrió un lamentable abandono. Miguel Sebastián, candidato del PSOE a la Alcaldía de Madrid en las pasadas elecciones municipales y hoy miembro del Gobierno, prometió que, sobre ella, construiría el «Guggenheim de Madrid» a semejanza del Museo de Bilbao. Pero el 23 de octubre pasado, las máquinas iniciaron su derribo, haciendo caso omiso a la asociación de vecinos de Aluche, que proponía la rehabilitación y la construcción de un hospital, un centro cultural… y, sobre todo, un centro para la Paz y la Memoria. Asociaciones vecinales y de ex presos políticos, el defensor del Pueblo, Enrique Múgica, el entonces coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, y el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, se pronunciaron a favor de la conservación de la cúpula. Pero nadie pudo evitar que, al final, las máquinas lo arrasaran todo. Un recuerdo que, al parecer, molestaba a muchos.
Y mientras en España, se destruía olímpicamente la cúpula de Carabanchel, la sede de la ONU de Ginebra cambiaba su antigua cúpula por otra trabajada por Miquel Barceló, pasando a llamarse “De los Derechos Humanos y de la Alianza de las Civilizaciones”. La polémica se avivó en la sesión de control al Gobierno en nuestro Congreso. Gonzalo Robles, portavoz del PP, consideró “inaceptable” que se hubieran empleado 500.000 euros del Fondo de Ayuda al Desarrollo para su construcción. Criticó que el Gobierno haya “metido la mano en la caja del dinero para la cooperación” y lo haya llevado “a otra para la rehabilitación de edificios”. Censuró los 20 millones de euros donados por el Gobierno español para la cúpula. Y señaló que, en su lugar, se podrían haber hecho miles de vacunas del sarampión y de la tuberculosis. Miguel Angel Moratinos preguntó, indignado: “¿Cuántas vacunas dieron ustedes en 2003 a Africa? Cero. Nosotros vacunamos a un millón de africanos. ¿Cuántas escuelas crearon durante su periodo en Africa? Cero. Nosotros hemos destinado 63 millones a educación”. Para el ministro de Asuntos Exteriores la cúpula era motivo de orgullo y consideró “insólito y lamentable” que el portavoz del PP “no conociera la diferencia entre el FAD y la Ayuda Oficial al Desarrollo”.
El escritor Miguel Delibes rechaza la clase de progreso “que nos ha tocado vivir”, donde “la máquina, por un error de medida, ha venido a calentar el estómago del hombre, sí, pero ha enfriado su corazón”. Es la tesis que siempre defendió y proclamó a través de sus novelas y personajes. Así lo expresa en un texto expresamente elaborado para el libro “50 miradas al progreso de Valladolid”, coordinado por el periodista Aniano Gago y que acaba de editar la Cámara de Comercio e Industria. Delibes aboga por “una estrecha armonía entre naturaleza y técnica”, por una máquina y una ciencia que “se pongan al servicio del hombre y no a la inversa, como creo que ha ocurrido y está ocurriendo en el periodo histórico que nos ha tocado vivir”.
Un cadete bielorruso se besa con una chica en una academia militar de Minsk. El servicio militar es obligatorio para los hombres en el país ex soviético. Foto de Viktor Drachev / AFP
Un equipo de pintores trabaja sobre la fachada deteriorada de una vivienda en Nueva Orleans, Estados Unidos. Foto de David Grunfeld / AP
Vicente Ferrer Guasch, el pintor de los blancos ibicencos, falleció el pasado 10 de noviembre en la isla. Había nacido en San Antonio de Portmany, en 1917. En sus obras, lo blanco de las paredes de las casas encaladas, dentro de sus matices, es plenamente blanco, en contraste con las sombras, con las que juega, y, lo azul del mar o del cielo resaltan, si cabe, más. Nadie ha plasmado como él los efectos de la luz solar. Sin él, la cultura pitiüsa se ha quedado sin uno de sus grandes referentes vivos. A pesar de su avanzada edad (91 años), su vitalidad y su lucidez hacían pensar que era casi inmortal. Ahora, su inmortalidad quedará para siempre plasmada en sus obras.
Vicente Ferrer Guasch, pintor de los blancos
Pep Roig ataca de nuevo con cuatro dibujos que dicen más que cuatro discursos: “A adaptarse tocan”, “Sin títulos, por despiste”, “Efecto Barceló”, “Otro alcalde que pasa a mejor vida”.
Sin palabra nos hemos quedado frente al nombre de esta calle de la España profunda. Sabíamos lo que era el repollo. Pero, ¿la repolla?… ¿Algún comentario apropiado al caso?
A los amantes del jazz recomendamos este vídeo sobre Arturo Sandoval, un trompetista cubano, nieto de españoles y residente en los EEUU. En uno de sus conciertos, dados recientemente en Madrid, cargó contra cierta crítica, pero preferimos centrarnos en su manera de tocar la trompeta y de hacer música sólo con el aire en sus labios y la flexibilidad de sus dedos.
La calle del cristo de la repolla se encuentra en Cifuentes (Guadalajara) Tengo el honor de haber transitado por sus calles, que aún evocan un cierto medievalismo en su estructura urbana. Gentes, gastronomia y paisajes de Cifuentes, merecen mi devoción por esta localidad, así como otras de la región surcada por el alto Tajo.
ResponderEliminarchiflos.