Joseph Mascaró, viendo el anuncio en un bar de Villafranca (Mallorca) Foto de T. Obrador
Yo, que no nunca he consumido esta bebida porque un día decidí romper y prescindir con toda publicidad yanqui, reconozco que esta compañía tiene su punto de ingenio en la publicidad que la sostiene. Por de pronto, se ha buscado a un personaje longevo como Joseph Mascaró –el viejete centenario que cuenta con seis hijos, 33 nietos y 28 biznietos, todos ellos al parecer bebedores de la singular bebida–. Y se le ha convertido en el actor más longevo que ha salido en una cuña publicitaria, gracias a esa “chispa de la vida”. Un personaje que se siente útil y asegura haber disfrutado mucho con la experiencia vivida en el spot. La nueva campaña de publicidad cuenta el viaje de Joseph a Madrid de la mano de Coca-Cola. Toma el primer avión de su vida y se dirige al hospital para un encuentro muy especial con Aitana, la supuesta hija de su nieta, para desearle en persona la buenaventura: que hay que disfrutar de la vida y de los buenos momentos.
Mascaró está en perfecta forma física, hace gimnasia y los fines de semana asiste a clases de baile. Dice, probablemente porque no se trata de una marca de tabaco, que nunca ha fumado. Y, cuando se le pregunta por qué cree que ha llegado a esa edad, él responde con rotundidad y sin aclarar demasiado: “Por haber hecho las cosas bien”. Asegura que en el anuncio filmado “no hay truco”. Él es así. Monta en bici, baila, sube al campo casi todos los días... tiene una gran vitalidad. Además, advierte que “no se le puede decir qué puede o no puede hacer”. Por algo es su propio jefe. Aunque silencie que, en el anuncio, es otro. Y que, desde que una empresa de publicidad de Barcelona contactara con su familia para que participase en este casting, su fortaleza, energía y consejos están al servicio de los publicistas que sí saben muy bien de qué debe hablar y cómo.
Cuando el pasado jueves se emitió el spot televisivo, Jospeh Mascaró se encontraba en el bar S’Esquitx al que se había dirigido con parte de su familia, compuesta por 68 miembros. El viejete centenario presumía de sus dotes para la imagen. Y pese a que el spot reforzaba un mensaje de optimismo, cercanía y felicidad ofrecido por la Coca-Cola, esta vez nuestro Joseph no bebió ni un sorbo de la bebida anunciada, sino que pidió una cerveza y unas galletas de Inca. Claro que su servicio con la empresa que lo había contratado ya había acabado. Uno de sus hijos comentaba: “A mi padre le encanta posar para que le fotografíen. Ya salió en el capítulo 49 de “Llàgrima de Sang” de IB3. Pero, como payés, lo que más le gusta es ir a cultivar el campo y sembrar habas. Y hacer ejercicio, porque está en plena forma”. Pese a su edad, “El abuelo” asiste los fines de semana a clases de baile. Ah, y no se pierde ningún funeral. En cualquier caso, la Coca-Cola que anuncia sólo ha cambiado aparentemente su vida.
Mañana: Coca-cola: (Y II) la otra cara de la publicidad.
A lo largo de los últimos 120 años, empresas yanquis como la Coca-Cola encontraron la fórmula publicitaria adecuada para venderse como rosquillas, sea en tiempos de crisis, sea en el de abundancia. Lo confirma la última de sus campañas. Creado por McCann España, el nuevo anuncio publicitario de la empresa está protagonizado por un viejete mallorquín de 102 años que da rentabilidad a la mayor compañía mundial de bebidas refrescantes. Consta de tres versiones de 90, 45 y 30 segundos y se emite en televisión hasta finales de marzo. En Internet, la campaña, que cuenta con su propia web (http://www.destapalafelicidad.es/), llegará a Portugal, Italia, México y a otros países, e intenta sugerir que la felicidad de los afortunados es gracias a la compañía de marras.
Yo, que no nunca he consumido esta bebida porque un día decidí romper y prescindir con toda publicidad yanqui, reconozco que esta compañía tiene su punto de ingenio en la publicidad que la sostiene. Por de pronto, se ha buscado a un personaje longevo como Joseph Mascaró –el viejete centenario que cuenta con seis hijos, 33 nietos y 28 biznietos, todos ellos al parecer bebedores de la singular bebida–. Y se le ha convertido en el actor más longevo que ha salido en una cuña publicitaria, gracias a esa “chispa de la vida”. Un personaje que se siente útil y asegura haber disfrutado mucho con la experiencia vivida en el spot. La nueva campaña de publicidad cuenta el viaje de Joseph a Madrid de la mano de Coca-Cola. Toma el primer avión de su vida y se dirige al hospital para un encuentro muy especial con Aitana, la supuesta hija de su nieta, para desearle en persona la buenaventura: que hay que disfrutar de la vida y de los buenos momentos.
Mascaró está en perfecta forma física, hace gimnasia y los fines de semana asiste a clases de baile. Dice, probablemente porque no se trata de una marca de tabaco, que nunca ha fumado. Y, cuando se le pregunta por qué cree que ha llegado a esa edad, él responde con rotundidad y sin aclarar demasiado: “Por haber hecho las cosas bien”. Asegura que en el anuncio filmado “no hay truco”. Él es así. Monta en bici, baila, sube al campo casi todos los días... tiene una gran vitalidad. Además, advierte que “no se le puede decir qué puede o no puede hacer”. Por algo es su propio jefe. Aunque silencie que, en el anuncio, es otro. Y que, desde que una empresa de publicidad de Barcelona contactara con su familia para que participase en este casting, su fortaleza, energía y consejos están al servicio de los publicistas que sí saben muy bien de qué debe hablar y cómo.
Cuando el pasado jueves se emitió el spot televisivo, Jospeh Mascaró se encontraba en el bar S’Esquitx al que se había dirigido con parte de su familia, compuesta por 68 miembros. El viejete centenario presumía de sus dotes para la imagen. Y pese a que el spot reforzaba un mensaje de optimismo, cercanía y felicidad ofrecido por la Coca-Cola, esta vez nuestro Joseph no bebió ni un sorbo de la bebida anunciada, sino que pidió una cerveza y unas galletas de Inca. Claro que su servicio con la empresa que lo había contratado ya había acabado. Uno de sus hijos comentaba: “A mi padre le encanta posar para que le fotografíen. Ya salió en el capítulo 49 de “Llàgrima de Sang” de IB3. Pero, como payés, lo que más le gusta es ir a cultivar el campo y sembrar habas. Y hacer ejercicio, porque está en plena forma”. Pese a su edad, “El abuelo” asiste los fines de semana a clases de baile. Ah, y no se pierde ningún funeral. En cualquier caso, la Coca-Cola que anuncia sólo ha cambiado aparentemente su vida.
Mañana: Coca-cola: (Y II) la otra cara de la publicidad.
Opino igual que tú: es difícil no emocionarse (quizás exagero) con el anuncio, porque Josep Mascaró es totalmente entrañable.
ResponderEliminarMe gusta la habilidad de quienes han creado este anuncio y en lo particular,la coca-cola quedó al fondo y sobresalió el mensaje positivo.
ResponderEliminarMe gusta lo que escribes de Joseph Mascaró y saber que a su edad bebe cerveza, anda en bici y baila... buen ejemplo a seguir no?
Saludos desde México