NEGRO SOBRE BLANCO: “Tío Paco” es aclamado y apoyado sin haber presentado facturas…

Francisco Camps, presidente de la Comunidad valenciana.

El lunes de la semana pasada, Francisco Camps, presidente del PP de la Comunidad Valenciana y presidente de la Generalitat, fue coreado por gitanos al grito de “¡Tío Paco!”. Fue en las jornadas “Pueblo gitano y educación”. El sábado anterior, hubo en el Palau de la Música otro acto multitudinario de adhesión al president. Emocionado por las aclamaciones, Camps aceptó con sumo gusto todos los homenajes organizados antes de citarse con el Tribunal Superior de Justicia. Estos y otros actos y movilizaciones fueron organizados con su venia. Desde primeras hora de la tarde del lunes, estuvo reunido con su equipo de confianza, abordando la comparecencia del miércoles en el TSJCV. Llegado el momento, sus fans se concentraron ante el edificio céntrico de la sede judicial. De esta manera, el PP daba a entender que el “caso Gürtel” respondía a una campaña de linchamiento al presidente valenciano, un personaje de 47 años que, pese a todas las sospechas, era aclamado por su política. Por la visita del Papa Ratzinger, en julio del 2006, en una fastuosa ceremonia metropolitana en la que recibía al superhéroe. Por la construcción de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. En el 2007, por la 32ª edición de la America’s Cup, la competición náutica más antigüa del mundo, que atrae el mayor número de equipos participantes de los cinco continentes. Y, finalmente, por el gran premio europeo de Fórmula 1 celebrado en Valencia. Político religioso, de misa dominical, que criaba a sus hijos en los valores de la Iglesia, Camps, “tímido, beato, pulcro y siempre bien vestido”, no podía despertar ninguna clase de dudas. En cuatro años había ganado “en seguridad y en autoridad” y, políticamente, pretendía estar en las mejores condiciones. Era, sin duda, el presidente más valencianista que había tenido esta Comunidad.

Pero, he aquí que, a principios de 2009, el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, estimaba que Francisco Camps, de acuerdo con el informe de la Fiscalía Anticorrupción, podía haber incurrido en una responsabilidad penal en relación con la trama de corrupción. Se comenzó a saberse que, para estos u otros “eventos”, Francisco Camps tenía trajes a medida, pagados por Orange Market y otras empresas de la trama. Pero, al ser aforado, el juez Garzón se había inhibido en favor del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. Y, el 15 de mayo, uno de los “barones” más importantes del PP, era imputado formalmente en el “Caso Gürtel”. A su aparente desconocimiento inicial sobre Álvaro Pérez, siguió el reconocimiento de su amistad. Pérez era el “amiguito del alma” que le había regalado trajes y a quien Camps le declaraba su amor por teléfono “Te quiero un huevo”, sin saber que Baltasar Garzón estaba a la escucha. Y, tras un periodo de desconcierto, conseguía que Garzón entregase el caso al tribunal en el que Camps contaba con importantes amistades. Con lo que todo volvía a estar bajo su supuesto control, recuperando su confianza.

Pero, ojo, porque el miércoles, 20 de mayo, ante las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, era el día clave. Todos se concentraron en el edificio del TSJV al que el President, imputado por el asunto de los trajes, debía acudir. Primero llegaron juntos y andando los tres vicepresidentes del Consell, Vicente Rambla, Juan Cotino y Gerardo Camps, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, con su habitual atuendo rojo y blanco. Decenas de simpatizantes y votantes del PP se congregaron en el lugar y se agolparon a un lado de la calle, arropando a Camps con banderas de la Comunidad valenciana. En cambio, sus detractores fueron reprimidos por su policía que no permitía más que proclamas a su favor. Unos le aplaudieron mientras pronunciaban gritos de “Presidente, presidente” o el ya famoso “Yes, we can”. Al otro lado de la calle, otro grupo de personas rechazaron al presidente valenciano. La protesta contra Camps tenía un tono festivo, con pancartas al “amiguito del alma”, Alvaro Pérez y sus bigotes. Varias personas le gritaron “¡Caradura!” Simpatizantes y detractores se cruzaron reproches e insultos, e incluso estuvieron a punto de llegar a las manos.

Follón morrocotudo a las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Valencia.

Alrededor de las 11.30 horas y tras declarar durante 45 largos minutos ante el tribunal, Camps abandonó, sonriente, el Palacio de Justicia. Vicepresidentes y alcaldesa le mostraban su apoyo incondicional y un centenar de fieles del PP, con sus banderas y pancartas, no dejaban de mostrarle su cariño. El jefe del Consell se fundió en abrazos con los presentes y se mistró visiblemente emocionado. Sólo entonces, se dirigió a los periodistas para declarar: “Tenía muchas ganas de contar la verdad y ya la he contado. Estoy muy satisfecho de haber dicho mi opinión respecto a lo que ha pasado estos días. Espero que todo vaya lo más rápido y lo mejor posible”. Por motivos de seguridad, se cortaron al tráfico tres carriles de la avenida. “La Safor está contigo” (comarca de la comunidad valenciana, en el sureste de la provincia), decía una pancarta. Alcaldes de distintos municipios y cargos populares de la provincia de Valencia, le muestraban su apoyo. Camps se sentía “muy contento y satisfecho” de haber podido contar al juez “la verdad” y expresó su confianza en que “esto vaya lo más rápido y lo mejor posible”.

Camps, rodeado de l0s suyos, se mostró muy contento y satisfecho de haber contado su "verdad".

El sainete político pretendía terminar con un final feliz. Francisco Camps atiende brevemente a los periodistas sin que conteste a ninguna de las preguntas que no tienen oportunidad de presentarle. Por su parte, Barberá y los tres vicepresidentes del Consell coinciden posteriormente en señalar que le han visto “fenomenal” tras su comparecencia ante el magistrado de la Sala de lo Civil y lo Penal del TSJCV. Camps salió tan feliz de ser imputado como había entrado. El presidente de la Generalitat acudirá este domingo a Alicante para finiquitar la semana más dura del PP valenciano. Y Rajoy compartirá paella con los dirigentes valencianos e intentará poner este broche a una semana marcada por las visitas a los juzgados. La fiesta-mitin se celebra hoy en el Puerto de Alicante y, tras el mitin, se ofrecerá “el mayor arroz alicantino de la historia de la provincia, con 10.000 degustaciones”. Nada importa que José Tomás, ex responsable de la tienda en Milano y Forever Young, repita que ni el presidente de la comunidad valenciana, ni Ricardo Costa, secretario general del PP valenciano, jamás pagaron en metálico en las tiendas. Porque ¿quién va, finalmente, a creer a quién? Mientras tanto, “Tío Paco” sigue sin presentar las facturas.

José Tomás insiste en que Camps jamás pagó en metálico.

El 14 de junio de 1995, Federico Trillo pronunciaba en el Congreso una frase que ahora le recuerdan: “Un subordinado hace lo que su jefe le ordena que haga, y las responsabilidades son imputables a su jefe”. Lo dijo mucho antes del accidente del Yak-42 que costara la vida a 62 militares españoles. Hoy, seis años después de pronunciarla, esa misma frase se vuelve contra el ex ministro de Defensa quien, tras conocer la condena a tres de sus antiguos subordinados a penas de cárcel por errores cometidos en la identificación de los cadáveres de la catástrofe aérea, rechaza asumir responsabilidades políticas y parece haberse olvidado de la doctrina que él mismo defendía. Con su silencio, Mariano Rajoy le respalda. Si Trillo “supiese lo que es el honor y tuviese un poco de vergüenza –ha comentado Antonio Hernando, miembro de la ejecutiva socialista–, no permanecería ni una hora más en su escaño”. Por su parte, Carme Chacón, ministra de Defensa, al ser abordada por los periodistas en los pasillos del Congreso para conocer su valoración de la sentencia, aseguró que “los verdaderos responsables están ahí sentados”. Arsenio Fernández de Mesa, diputado del PP e íntimo amigo de Trillo, calificó de “bajeza moral” las palabras de la ministra.

Trillo sigue sin dar la cara.

Las principales asociaciones judiciales celebran la decisión del Tribunal Constitucional de permitir a la coalición “Iniciativa Internacionalista-La Solidaridad entre los Pueblos” (II-SP) acudir a las elecciones europeas en contra de la decisión del Tribunal Supremo. Este anuló la lista al considerarla sucesora de Batasuna. Los jueces califican la postura del TC como "coherente” y valoraron positivamente que no traspasase “la línea roja”. “Lo contrario –indican– hubiese sentado un precedente para el futuro”. El Tribunal Constitucional considera así que la lista, encabezada por el dramaturgo, Alfonso Sastre, puede presentarse a las elecciones. La Fiscalía General del Estado respeta la decisión aunque “discrepa radicalmente” de la misma. II-SP muestra su “altísima satisfacción” tras conocer el fallo del Tribunal Constitucional.

Y ahora sonría, por favor, en recuerdo de Mario Benedetti.

En la primavera del libro.

En la última receta de la crisis.

En el festival de estar de cachondeo.

Abundancia de palabras o expresiones… No veo dónde está la gracia.

Tenga el mundo en sus manos.

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