A la hora de lanzar campañas electorales, la habladuría del presidente Álvaro Uribe puede proporcionarle créditos. De hecho, el mandatario colombiano no duda en incrementan sus comentarios de claro apoyo a la candidatura de Juan Manuel Santos así como de descrédito a la aspiración del ex alcalde de Bogotá, Antanas Mockus. No importa que el procurador general de Colombia, Alejandro Ordóñez, llame la atención al presidente, recordándole que debe permanecer “ciego, sordo y mudo”, y ceñirse con prudencia a la Ley de Garantías vigente frente a las elecciones del 30 de mayo. De muy poco o de nada le sirve a Ordóñez instar a la Comisión de Invetigación y Acusación de la Cámara de Representantes a que adelante las actuaciones que le corresponden, a fin de evitar este tipo de actuaciones. La ceguera, sordera y mudez de Álvaro Uribe son ausencias que sólo aplica cuando le conviene.
Graduado en derecho en la Universidad de Atioquia, Uribe es un político que ha desempeñado diferentes cargos, siendo finalmente elegido presidente de la República de Colombia en el 2002. Su gobierno ha sido ampliamente criticado por presuntas violaciones a los derechos humanos. Críticas que vienen de organizaciones sociales e incluso del gobierno de EEUU, con quien ha firmado tratados de libre comercio. Sectores opositores y disidentes le acusan de haber tenido relación con el Cartel de Medellín y el fomento del paramilitarismo en Colombia, por lo que ha sido investigado y declarado inocente. Uribe ha negado cualquier relación con dichos sectores criminales, pero funcionarios de su gobierno y aliados políticos fueron condenados en el escándalo de la parapolítica, lo que generó cuestionamientos. En el campo internacional ha mantenido relaciones de altibajos con los gobiernos del venezolano Hugo Chávez, el ecuatoriano Rafael Correa y el nicaragüense Daniel Ortega.
Uribe fue reelegido presidente de Colombia para el período 2006 - 2010, después de impulsar una reforma a la Constitución que permitía su reelección inmediata. Yidis Medina Padilla, representante a la Cámara de Diputados, debatió el proyecto de reelección presidencial. Su voto, anunciado previamente en contra, era determinante. Pero, a última hora, cambió su decisión. Tiempo después, se desataría un escándalo político conocido como Yidispolítica, según el cual Medina habría recibido prebendas por parte de funcionarios del gobierno. En abril de 2008, el periodista Daniel Coronell reveló un video en el que Medina dice haber aceptado prebendas de parte del propio presidente Uribe y de algunos de sus cercanos colaboradores para cambiar su voto. Sin embargo, según Medina, a pesar del compromiso hecho con el presidente, no recibió lo prometido. No obstante, la justicia colombiana la condenó por el delito de “cohecho”. Los funcionarios implicados y el presidente Uribe niegan, naturalmente, los hechos relacionados con ellos.
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