Borges, celebrando su 20º aniversario, el 24 de agosto de 1919 en Can Mossenya.
Antonio Maura y Azorín frente a Can Mosenya en la misma época.
Can Mossenya, en la actualidad.
Fray Bartolomé, confesor de su Majestad, el Rey, y amigo personal de Meizozo desde 1980, le decía muy a menudo: “Pero Miguel Ángel, lo que está a la moda en España es robar, y tú siempre estás dando, por eso andas contra corriente”. Tras varias décadas siguiendo esta filosofía, nuestro hombre se dirige al Ministerio de Cultura y al Presidente Zapatero. “Mi buena fe y paciencia –se lamenta– han sido agotadas por treinta años de dolorosa experiencia de España. Permítase enumere las más graves de las injusticias que autoridades del Estado español han perpetrado, por acción u omisión, contra mis derechos humanos y cívicos vitales”.
Meizoso cuenta con toda clase de datos el frustrado secuestro del que fue objeto el 17 de abril de 1980, en Barcelona, por parte de Bussi, un pro-nazi, así como el secuestro “impune” de sus dos hijas españolas, Paula Mariana y Natalia Eva Mezoso. “A pesar de un cierre de fronteras y la detención, en un primer momento, de quienes las llevaban secuestradas, mis hijas fueron sustraídas de España por el infame paso de Badajoz, el 1º de mayo de 1980. ¿Por qué facilitó España un secuestro contra sus propios ciudadanos? ¿Por qué las autoridades españolas mantienen impune durante 30 años un crimen que deshonra el Estado? ¿Por qué las sucesivas administraciones no me han acordado ayuda alguna para obtener justicia?”. Otros capítulos ampliamente explicados por él son “el robo de mi derecho al mercado laboral, el hostigamiento e intimidaciones contra la ONG de Amigos de Borges en Mallorca, la corrupción política (proyecto de urbanización en el predio histórico de la Fundación), el complot criminal contra mi persona, instigado por la mafia PP de Mallorca y la señorita Kodama”. Y termina con “la demanda fraudulenta al Reino Unido de extradición contra mi persona”.
Meizoso nos menciona un supuesto complot criminal contra él, “instigado, por la mafia PP de Mallorca y la señorita Kodama”, quien fuera recibida en La Moncloa en diciembre del 2004. “La falsa viuda de Borges –explica nuestro protagonista– fue recibida por Zapatero, quien le otorgó una generosa subvención del dinero de los españoles para que copiara en Madrid los actos culturales que yo había organizado, en el 2001 en Valldemossa, con mis ahorros de 25 años al servicio de la salud pública. En cambio, a mí, Zapatero nunca quiso recibirme ni responder a los correos que le envié. En diciembre 2005, desde la Casa de América y con la complicidad de la vergonzosa prensa española, la señorita Kodama me acusó –sin nombrarme en esta ocasión– de enriquecerme con Borges. Sus acusaciones eran una proyección histérica del afán de lucro y de poder que la motivaban, porque es evidente que es ella la que se ha enriquecido materialmente con la explotación exclusiva de la obra de Borges. Al contrario de mí, que me he empobrecido, costeando todos los gastos sin ayuda alguna de las instituciones españolas”.
Kodama solo puede actuar –insiste Meizoso– con la ayuda de Jaume Matas, Rosa Estarás, el alcalde, Joan Muntaner Marroig y el editor franquista, Pedro Serra. “Esos corruptos le organizaron su visita secreta, como hacen los ladrones, al predio de nuestra Fundación en Valldemosa, en diciembre 2004. Esos intrigantes organizaron un encuentro entre las señoritas Kodama y Montaner. Luego, hicieron firmar a Pilar Montaner una carta impresa dirigida a la vicepresidenta de Baleares y encargada de Urbanismo del ayuntamiento de Valldemossa, Rosa Estarás, y al alcalde franquista, Muntaner Marroig, pidiendo ayuda a esos políticos corruptos para robarme la Fundación y dársela a ella, aludiendo que ‘yo no hacia las obras de restauración’ cuando eran los del PP quienes se cobraban los derechos de obras pero enviaban su policía municipal para impedirnos hacer los trabajos más urgentes como reparar los tejados, muy deteriorados por el descuido de muchas décadas y recientes tormentas”.
Meizoso cuenta con toda clase de datos el frustrado secuestro del que fue objeto el 17 de abril de 1980, en Barcelona, por parte de Bussi, un pro-nazi, así como el secuestro “impune” de sus dos hijas españolas, Paula Mariana y Natalia Eva Mezoso. “A pesar de un cierre de fronteras y la detención, en un primer momento, de quienes las llevaban secuestradas, mis hijas fueron sustraídas de España por el infame paso de Badajoz, el 1º de mayo de 1980. ¿Por qué facilitó España un secuestro contra sus propios ciudadanos? ¿Por qué las autoridades españolas mantienen impune durante 30 años un crimen que deshonra el Estado? ¿Por qué las sucesivas administraciones no me han acordado ayuda alguna para obtener justicia?”. Otros capítulos ampliamente explicados por él son “el robo de mi derecho al mercado laboral, el hostigamiento e intimidaciones contra la ONG de Amigos de Borges en Mallorca, la corrupción política (proyecto de urbanización en el predio histórico de la Fundación), el complot criminal contra mi persona, instigado por la mafia PP de Mallorca y la señorita Kodama”. Y termina con “la demanda fraudulenta al Reino Unido de extradición contra mi persona”.
Meizoso nos menciona un supuesto complot criminal contra él, “instigado, por la mafia PP de Mallorca y la señorita Kodama”, quien fuera recibida en La Moncloa en diciembre del 2004. “La falsa viuda de Borges –explica nuestro protagonista– fue recibida por Zapatero, quien le otorgó una generosa subvención del dinero de los españoles para que copiara en Madrid los actos culturales que yo había organizado, en el 2001 en Valldemossa, con mis ahorros de 25 años al servicio de la salud pública. En cambio, a mí, Zapatero nunca quiso recibirme ni responder a los correos que le envié. En diciembre 2005, desde la Casa de América y con la complicidad de la vergonzosa prensa española, la señorita Kodama me acusó –sin nombrarme en esta ocasión– de enriquecerme con Borges. Sus acusaciones eran una proyección histérica del afán de lucro y de poder que la motivaban, porque es evidente que es ella la que se ha enriquecido materialmente con la explotación exclusiva de la obra de Borges. Al contrario de mí, que me he empobrecido, costeando todos los gastos sin ayuda alguna de las instituciones españolas”.
Kodama solo puede actuar –insiste Meizoso– con la ayuda de Jaume Matas, Rosa Estarás, el alcalde, Joan Muntaner Marroig y el editor franquista, Pedro Serra. “Esos corruptos le organizaron su visita secreta, como hacen los ladrones, al predio de nuestra Fundación en Valldemosa, en diciembre 2004. Esos intrigantes organizaron un encuentro entre las señoritas Kodama y Montaner. Luego, hicieron firmar a Pilar Montaner una carta impresa dirigida a la vicepresidenta de Baleares y encargada de Urbanismo del ayuntamiento de Valldemossa, Rosa Estarás, y al alcalde franquista, Muntaner Marroig, pidiendo ayuda a esos políticos corruptos para robarme la Fundación y dársela a ella, aludiendo que ‘yo no hacia las obras de restauración’ cuando eran los del PP quienes se cobraban los derechos de obras pero enviaban su policía municipal para impedirnos hacer los trabajos más urgentes como reparar los tejados, muy deteriorados por el descuido de muchas décadas y recientes tormentas”.
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