Pilar del Río se avergënza del comportamiento de Berlusconi.
Miles de mujeres juntamente con numerosos hombres se dieron cita hace diez días en el centro de Milán. Pedían la dimisión del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, con el objetivo de “restablecer la dignidad en Italia”. Los manifestantes portaban carteles que rezaban “Ilda eres grande”, en alusión a la fiscal milanesa que ha conducido las pesquisas contra Berlusconi. Promovida por el diario “L’ Únità” y organizada por diferentes colectivos de mujeres, dicha manifestación es el primero de los actos previstos contra Berlusconi, líder del partido “El Pueblo de la Libertad”. El periódico lanzó un manifiesto que reclama el fin del “delirio senil de un hombre que tiene dinero para pagar y comprar cosas y personas”. Berlusconi, según este periódico, estaría involucrado por abuso de poder y prostitución de menores y, gracias a la investigación de la Fiscalía de Milán, se ha destapado una gran red de prostitución al servicio de Il Cavaliere. En algunas de las pancartas se podía leer: “No quiero pasar por Arcore [la mansión donde Berlusconi celebra sus fiestas de índole sexual] para hacer política”, “Italia no es un burdel” y “República fundada sobre la prostitución”.
El pasado domingo, el movimiento Popolo Viola (Pueblo Violeta) convocó otra manifestación en las inmediaciones de la residencia que Berlusconi. Y el 12 de febrero, se celebrarán numerosas sentadas bajo idénticos eslóganes. Por su parte, el Partido Demócrata ha anunciado otras movilizaciones por toda Italia como la recogida de firmas pidiendo la dimisión de Berlusconi. Pier Bersani, secretario general del PD, ha anunciado que el objetivo es recoger, para el próximo 8 de marzo, día de la mujer, diez millones de firmas que pidan la renuncia de Berlusconi. Las mayores manifestaciones, tanto a favor como en contra del político conservador, tengan lugar el próximo 13 de febrero. El presentador, Michele Santoro, uno de los más críticos con Berlusconi, ha convocado también para el mismo domingo un acto de apoyo a la magistratura frente al Tribunal de Milán, que se ocupa de los procesos pendientes de Il Cavaliere.
Curiosamente, en una encuesta entre los principales partidos españoles sobre el comportamiento ultramachista del primer ministro italiano, la mayoría no quiso contestar. En la propuesta, gestionada a través de sus gabinetes de prensa, un representante masculino debía contestar a estas cuatro preguntas: ¿Se avergüenza del comportamiento de Berlusconi en relación con las mujeres y menores? ¿Es machismo de Estado la actitud de Berlusconi? ¿Hasta qué punto perjudican a la igualdad real actitudes como las de Berlusconi? ¿Cree que los presidentes deberían sancionarle de algún modo, negándole el saludo, por ejemplo? Los principales partidos declinaron responder o alegaron como excusa que podría haber problemas diplomáticos. Sólo los pequeños, como IU, ERC o UPyD, reprueban las andanzas del primer ministro quien anima a los empresarios a invertir en Italia porque “hay bellísimas secretarias” y se jacta de sacar sus “artes de playboy para “cortejar a la presidencia de Finlandia” o cree que Zapatero lo tiene crudo con tanta ministra. El último episodio, su implicación en la supuesta prostitución de menores y abuso de poder en el caso Ruby, puede incluso ser constitutivo de delito.
Pilar del Río, presidenta de la Fundación José Saramago, responde en “Público” a lo que los principales partidos no se atreven y les deja, de paso, un aviso: “Supongo que están ocupados en asuntos que consideran más importantes, como el desempleo de hombres y mujeres. Pero se equivocan si creen que se resuelven los problemas de personas a las que antes se les ha negado la dignidad. Quienes no se pronuncien, son cómplices. Y eso, salvando las relaciones diplomáticas de los gobiernos: podrás tener ciertas precauciones, pero, por favor, todos, por supuesto los partidos políticos, pueden ser un poco más libres, pueden opinar de todo lo que ocurra en el mundo. Eso se llama libertad de expresión”. Para ella no es machismo de Estado, es zafiedad, falta de respeto para con los seres humanos, vulgaridad y, posiblemente sea crimen. “Silvio Berlusconi –añade–era amigo de Aznar, no creo que lo sea de Rodríguez Zapatero, pero he visto risas entre ellos que no me han gustado. Insisto: se saluda, con cara de palo, y punto. Es lo que exijo a quienes me representan. Y nada más, ni cenas, ni nada, lo oficial y punto”.
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