El diputado socialista y profesor de filosofía, José Antonio Pérez Tapias, escribe en su blog (argumentos ptapias) el artículo “El presidente, desnudo”, en el que trata la reforma constitucional. “Todos sabemos –recuerda el dirigente granadino de Izquierda Socialista– que la reforma constitucional no va a arreglar el desempleo ni la crisis, pero es un buen camino. Pero un buen camino ¿hacia dónde? El presidente explica que, de esta forma, no saldremos al fin de la crisis, sino que intentaremos, una vez más, tranquilizar a los mercados. Por ello, tan impotente confesión no arroja más revelación que ver al presidente desnudo. Desnudo de argumentos para defender con buenas razones una reforma que ha sido calificada por muchos como ‘reforma exprés’ –el mismo Alfonso Guerra dice que no entiende el que se plantee de forma tan apresurada en dos próximas sesiones extraordinarias del Congreso, y lista para remitir al Senado–. Lo malo es que, con el presidente, desnudo, nos vemos todos así, los diputados del PSOE y el partido en su conjunto”… Ese camino, añade Pérez Tapias, “sólo apunta a intentar una vez más tranquilizar a los mercados” y hace suyo el titular que dio un periódico nacional en primera página: consigue satisfacer al Banco Central Europeo y al eje París-Berlín. Agrega que no sólo Zapatero queda “desnudo” ante ese paso atrás, sino que también se ven así todos los diputados del PSOE “y el partido en su conjunto”. Y matiza que no se quedan “desnudos como los hijos de la mar, que cantaba el poeta”, sino “desnudos como náufragos, apenas supervivientes de nuestro propio proyecto”.
El goteo de voces críticas en el seno del PSOE contra la reforma de la Constitución para fijar un techo de gasto provocó un vendaval de descontento que amenazó con dividir en dos a los socialistas y romper la disciplina de voto del partido. Ex ministros como Josep Borrell, Juan Fernando López Aguilar o Jordi Sevilla; diputados como Antonio Gutiérrez, José Antonio Pérez Tapias, Manuel de la Rocha y Juan Antonio Barrio de Penagos; barones regionales como Tomás Gómez y Guillermo Fernández Vara; alcaldes como Ángel Ros (Lleida); un amplio sector del Partido Socialista de Catalunya (PSC) y hasta el propio Alfredo Pérez Rubalcaba y su equipo de campaña expresaron, en público y en privado, su malestar hacia esta reforma, aunque, finalmente, Rubalcaba asumió las riendas de negociación con el PP, tras asegurar que no supondría “en ningún caso” recortes sociales. Y todos inclinaron la testa, alienándose por la propuesta de Zapatero, con la excepción de Antonio Gutiérrez, que rompió la disciplina de voto.
La aprobación del proyecto de ley, aprobada por 318 votos –la mayoría del PSOE y PP, y 16 en contra– dejó, en efecto, a los diputados socialistas en pelota. El malestar en el PSOE, era evidente. Josep Borrell, ex presidente del Parlamento Europeo y ex candidato socialista a La Moncloa, lo había dicho muy claro: él no votaría a favor de la reforma, que definió como “un sacrificio ritual a las exigencias de la señora Angela Merkel”. En su opinión, la modificación constitucional supone “renunciar a un instrumento de la política económica que en algún momento puede ser útil o incluso necesario” debido a las “circunstancias cambiantes de la economía”.
Sólo algunos diputados de la oposición hablaron en el Congreso sin pelos en la lengua. Joan Ridao, de ERC, definió la reforma como “una imposición del Banco Central Europeo y de la derecha europea. No es un problema de déficit público, sino de credibilidad, que incidirá en la inversión pública y en el gasto social. Si quieren ahorrar, ¿por qué no reducen, por ejemplo, el 40% del presupuesto de Defensa como ha hecho Alemania?”. Gaspar Llamazares, de IU, denunció el consenso constitucional y definió el acuerdo PSOE-PP como “un golpe a la Constitución. Una forma moderna del caballo de Pavía que sustituye la soberanía de la ciudadanía por la soberanía de los mercados, y yo me rebelo ante una iniciativa que prescinde de mi derecho de participación política. Es un desvarío y convierte la Constitución en un balance de ganancias y pérdidas”. “Para lo que nos queda en el convento –añadió Llamazares- les pido que tengan un gesto de dignidad y se rebelen. PSOE y PP se han puesto del lado de la usura”.
Miles de ciudadanos protestaron el domingo pasado en una decena de capitales españolas por la urgencia con la que PP y PSOE han pactado la reforma de la Constitución. Las marchas fueron convocadas por las plataformas Democracia Real Ya (DRY), Juventud Sin Futuro y el Movimiento 15-M, y, además de poner trabas al “reformazo” de la Constitución, los indignados pidieron, de nuevo, un referéndum. “Los políticos han vuelto a dejar claro que no cuentan con nosotros” –se quejaron los indignados–. ¡Que consulten con el pueblo!”. Diversas asambleas locales del Movimiento han iniciado una campaña de recogida de firmas bajo el lema “Por la democracia directa” con el objetivo de conseguir reformas de la Constitución que permitan la participación directa de la ciudadanía, como es el referéndum y la iniciativa popular legislativa. “Estos derechos ahora nos son negados por la propia Constitución –alegan los promotores de esta iniciativa–, que excluye a la ciudadanía de la posibilidad de promover reformas constitucionales y restringe al máximo la presentación de iniciativas legislativas populares”.
España es uno de los países europeos con menos cambios en su Constitución. En sus 33 años de existencia, sólo se ha cambiado una vez. Por contra, la francesa lo hizo 25 veces en 53 años; la italiana, 13 en 64 años, y la alemana, 60 en 62 años. El escrito se presentará en la respectiva Asamblea Legislativa de cada Comunidad Autónoma para que “remita a la Mesa del Congreso de los Diputados una proposición para la reforma de los artículos 87.3, 92 y 166 de la Constitución de manera que se supriman los límites materiales que impiden el ejercicio de la iniciativa legislativa popular en materias propias de ley orgánica, tributarias o de carácter internacional y en lo relativo a la prerrogativa de gracia. Pide que el referéndum previsto en el artículo 92, pueda versar, tal y como contemplaba el Anteproyecto de Constitución, sobre las leyes votadas por las Cortes Generales y aún no sancionadas, y sobre la derogación de leyes en vigor. Y solicita que el referéndum pueda ser solicitado por 500.000 personas y que el resultado sea vinculante, si ha participado en la votación la mayoría de quienes tengan derecho a hacerlo y si lo aprueban por mayoría de los votos válidamente emitidos.
Las mismas bases del PSOE se revelan contra la reforma constitucional. “Nuevo socialismo 3.0” –corriente de opinión compuesta por más de 6.000 personas– publica un manifiesto en Internet para poner un techo al déficit público. El manifiesto cuestiona la reforma constitucional desde diversas perspectivas, tanto la económica como la de política interna. Pero, tanto el PSOE como el PP, inician hoy, martes, en el Congreso, los pasos para lanzar la reforma sin referéndum previo. Los diputados votarán tramitar la modificación del artículo 135 por vía de urgencia. Habrá una votación sobre el texto y se abrirá el plazo de enmiendas. El viernes, el Congreso debatirá las enmiendas y votará la aprobación del texto definitivo para su remisión al Senado, que ha de aprobar la proposición de la ley antes del día 10 para reservar los 15 días establecidos, por si el 10% de una de las dos Cámaras decide pedir un referéndum. Fabio Gándara, de Democracia Real Ya, explica que decidieron convocar la manifestación del domingo como respuesta exprés a una reforma exprés de la Constitución, que se va a llevar a cago “sin debate, sin informar a los ciudadanos y sin someterse a consulta popular”.
Los rebeldes libios intentaron, durante toda esta semana, asestar el “jaque mate a Muamar Gadafi”, con sus palacios destruidos por las bombas de los aliados y con sus mercenarios contratados dispuestos a defenderlo. Hoy, oculto y destructor “hasta la muerte”, el sátrapa sigue intentando nuevas jugadas de ajedrez, anticipando movimientos y adivinando los que va a hacer el enemigo. Hay quien dice que se ha atrincherado en el barrio de Zauiyat. O quien cree que puede estar en el complejo residencial de Bab Al Azizia, en Trípoli, donde supuestamente se refugia. O quien asegura que se halla escondido bajo tierra, en sus miles de túneles secretos, “túneles de riesgo” en los que antes trasladaba el agua de los acuíferos del desierto a los campos agrícolas y ciudades de la costa y ahora podría utilizar para su defensa y ataque. Se baraja la posibilidad de que el coronel, que carga en sus espaldas 42 años de dictadura y seis meses de guerra civil, haya preferido desaparecer de la circulación, en algún lugar desde donde siga operando y enviando la muerte a su Libia que ya no le quiere. Y, mientras continúan su caza por todo el territorio y algunos de sus hijos son descubiertos, detenidos y huidos a la misma velocidad (Saif al Islam, el designado por Gadafi para sucederle, perseguido por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra; Mohamed, el hermano mayor; Saadi, el exfutbolista de la Juventus y presidente de la Federación Libia de Fútbol y Khamis Gadafi, muerto junto a un jefe de inteligencia), los rebeldes combaten los focos de soldados afines al régimen en la capital y en el resto del país.
Situación de Trípoli y alrededores, al principio de la semana pasada. Fuentes de The Guardian, BBC y agencias.
El lunes pasado, los opositores decían controlar el 95% de la capital, excepto el palacio presidencial de Bab al Azizia, donde las tropas leales a Gadafi se habían atrincherado. Y hubo focos de resistencia gadafista en el barrio de Zauiyat y en el puerto. Tras celebrar la victoria en las calles de Trípoli, se desató la desconfianza entre los habitantes, presos de la persecución y la venganza. Las tropas de Gadafi bombardearon la ciudad desde fuera y al desconcierto y al miedo al futuro se sumó el pánico a los francotiradores, dispersos por la ciudad. La frontera de Ras Ajdir, que une Libia con Túnez, permanecía en manos de las tropas gadafistas, según el opositor Fauzi Sates. Y la carretera de Oeste no estaba del todo controlada. En Al Jumus, una ciudad que los rebeldes no habían logrado controlar, también se registraron enfrentamientos. Desde Sirte, la ciudad natal de Gadafi y punto insuperable para el avance rebelde en el frente Este, las tropas de Gadafi lanzaron misiles Scud de fabricación soviética. Desde que la OTAN tomó el mando de las operaciones aéreas contra el Ejército libio, ha realizado 19.877 vuelos sobre el país y un total de 7.505 bombardeos. Sólo en el complejo presidencial de Gadafi destruyeron cinco plataformas desde las que lanzaba misiles tierra-aire. Pero Gadafi sigue vivo, invitando a la población a defenderse contra el enemigo. El jueves pasado llamaba a todas las tribus de Libia a marchar sobre Trípoli y a “purificarla” de “ratas, cruzados e infieles”. Gadafi, se refería a sus partidarios como la “amplia mayoría”. Y exhortaba a los suyos: “Libia es para los libios, no para los agentes extranjeros, ni para el imperialismo, ni para Francia, ni para Sarkozy, ni para Italia. Trípoli es para ti, no para aquellos que dependen de la OTAN”.
La bandera tricolor de los rebeldes
El lunes pasado comenzaba en Libia la batalla perseguida desde el inicio de los ataques de la OTAN, la del futuro del petróleo libio. Los rebeldes, agradecidos por los continuos bombardeos contra las fuerzas de Gadafi, prometieron compensar a los países europeos en los contratos de gas y de petróleo. Se hicieron con el control del aeropuerto internacional de Trípoli. El avance de sus tropas por la capital hizo que naciones árabes, como Egipto y Palestina, dieran un paso diplomático hacia delante y reconocieran al Consejo Nacional rebelde como gobierno legítimo. Incluso los empleados de la embajada libia en Argel, una de las pocas que quedaban leales al dictador, arriaron la bandera verde del régimen e izaron en su lugar la tricolor – verde, roja y negra–, de los insurrectos. El Ejecutivo español (amigo del Gadafi en tiempos no muy remotos) se felicita, mediante un comunicado conjunto de los Ministerios de los que son titulares Trinidad Jiménez y Carmen Chacón, porque “el fin del régimen de Gadafi augura un futuro mejor para todos”. El presidente Obama insta al pueblo libio a no buscar el fin del régimen de Gadafi mediante la violencia o las represalias. Y, en un comunicado, el presidente de EEUU advierte a Gadafi de que su régimen “está llegando a su fin”. Pero el misterio del paradero de Gadafi sigue acaparando cierto miedo y temor por la situación de Libia.
Gadafi y Berlusconi, ayer, amigos inseparables. Hoy…
Francia saca pecho. El ministro de Defensa galo, Gérard Longuet, dice: “Honestamente, creo que (el avance rebelde) ha sido un éxito de Francia”. Asimismo, estima que se debe permitir a la Corte Penal Internacional “instruir la situación de Gadafi y de su entorno”, y descarta la posibilidad de que pueda evadirse de la Justicia. “Hubiera sido posible –estima– hace algunos meses, pero escogió el combate y lo ha perdido”. Una de las escenas más repetidas en las calles de Trípoli es la de la gente que pisotea o rompe fotografías de Gadafi. Mientras tanto, las fuerzas rebeldes no dejan de anunciar la “liberación total” de la ciudad de Brega, uno de los enclaves petroleros del país y escenario de duros combates durante estos meses de conflicto. Silvio Berlusconi, amigo y defensor a ultranza del dictador libio hasta hace muy poco, ha pasado a pedirle que termine con “esta resistencia sin sentido” y que desista en su lucha. Y, en breve, se reunirá con el primer ministro de los rebeldes. Algo impensable cuando, Gadafi desembarcaba en Italia con su jaima, donde tuvo un encuentro con 700 chicas para convertirlas al islám. Y en junio de 2009, durante otra visita a Roma, Gadafi había regalado a Berlusconi un anillo de oro en forma de león que el dictador portaba en uno de sus dedos anulares. Pero ahora las cosas son distintas y aposta por dar su apoyo al Consejo Nacional “para la construcción de una Libia democrática y unida”.
Mustafá Andeljalil, presidente del CNT.
El Consejo Nacional de Transición libio (CNT) se formó hace seis meses en Bengasi, donde empezó la revuelta contra el régimen de Gadafi. Sus fundadores se sumaron a las multitudinarias protestas, ganándose rápidamente el respaldo de los vecinos de Bengasi. Hoy el CNT es reconocido como el Gobierno legítimo libio por una treintena de países, entre ellos EEUU, Reino Unido, Francia, España y Qatar. Está formado por 40 miembros entre los que hay abogados liberales, médicos, académicos o ejecutivos, procedentes en su mayoría del este de Libia. Su máximo responsable es Mustafá Abdeljalil, ex ministro de Justicia de Gadafi que desertó en febrero al considerar excesiva la represión de las protestas. Abdeljalil es considerado un hombre de consenso y ha tendido, en varias ocasiones, la mano al régimen de Gadafi para lograr, sin éxito, una salida negociada al conflicto. Y se ha planteado frecuentemente dimitir del cargo ante las intensas presiones que le reclamaban un trato más hostil con los soldados de Gadafi que los rebeldes detenían. El número dos del CNT, el primer ministro Mahmud Jibril, antiguo miembro del Gobierno libio, visitó España en julio, en su categoría de representante exterior del Consejo. Pese a contar con un buen número de contactos internacionales, su función como representante exterior de la CNT ha frustrado a algunos rebeldes y diplomáticos. Después del misterioso asesinato de Abdel Fattah Younes, jefe del organigrama militar del CNT hace unas semanas por una supuesta milicia aliada, las actuaciones militares de los rebeldes les han valido también la crítica de algunas organizaciones, como Human Rights Watch que les acusó en julio de practicar numerosos abusos contra los seguidores de Gadafi.
Un rebelde se lleva un retrato de Gadafi de una de las estancias de su complejo presidencial en Bab al Azizia.
El presidente del Consejo Nacional rebelde promete que “todos los libios podrán participar en la construcción del futuro, en la construcción de las instituciones con la ayuda de una Constitución que no haga diferencias entre hombres y mujeres, religiones o etnias”. Pero, la agencia Reuters informaba el jueves de que los cuerpos de 30 hombres fueron hallados con evidentes señales de haber sido ejecutados sumariamente por los rebeldes. Son frecuentes las palizas y golpes a los detenidos gadafistas y el odio y revancha contra soldados y mercenarios del tirano. Días atrás, Mustafá Abdeljalil amenazó con dimitir si no se frenaban esos desmanes. Y Mahmoud Jibril, pedía a los combatientes rebeldes que no maltratasen a los seguidores de Gadafi capturados y que no se tomaran la justicia por su mano. La mayoría de líderes mundiales piden a Gadafi que renuncie a la lucha y que se entregue. Aunque también hay otros, como Hugo Chávez, presidente de Venezuela, o el mismo Fidel Castro, de Cuba, muy críticos con lo que considera una “masacre imperialista” por el petróleo. Ellos reaccionaron muy en contra de los acontecimientos en Libia.
Muamar el Gadafi, con uniforme militar, en su primera visita a Italia, antigua metrópoli, en 2009.
A poco más de un mes del 42º aniversario del golpe de Estado que le aupó al poder, el dictador aseguraba que su huida el martes pasado de Bab el Azizia, su fortaleza en Trípoli, era sólo un “movimiento táctico”. El juego del ajedrez le había hecho cambiar de táctica. Los peligros que acechaba desde su subida al poder siempre habían partido de los enemigos exteriores. Ahora era su propio pueblo el que quería su cabeza, pasando de héroe revolucionario a paria internacional. A principios de esa década, escribió el “Libro Verde”, diseñado para gobernar a todas las tribus libias. resumiendo la filosofía política que aplicó con mano de hierro. “En el Libreo Verde –escribe O. Abou-Kassem–, Gadafi intentó superar las contradicciones del capitalismo pero, todo acabó convertido en una pirámide en la que descansaba su clan y sus íntimos colaboradores. Y, mientras aplastaba cualquier disidencia y asesinaba a los opositores dentro y fuera de Libia, se convirtió en el gran mecenas del terrorismo internacional en los ochenta. Tras la explosión del vuelo de la Pan Am, en 1988, en el que murieron 270 personas, y su consecuente aislamiento internacional durante más de 15 años, el líder libio decidió jugar la única carta que le quedaba y desmanteló, bajo supervisión internacional, su programa de armas de destrucción masiva. Entonces fue rehabilitado y tratado con honores por algunos líderes europeos como Tony Blair y José María Aznar. El propio Aznar lo calificó el pasado abril como ‘un amigo extravagante’. En las cumbres de la Liga Árabe sus actuaciones incluían desde encender cigarrillos y echar el humo a la cara de su vecino hasta insultar a los países del Golfo y a los palestinos y declararse ‘rey de reyes de África’. Senil y abusando del botox hasta deformar su rostro, Gadafi ofrece su peor versión en el ocaso de su régimen”.
Gadafi-Sarkozy, de amigos de corazón a enemigos declarados, como otros políticos, entre ellos, Aznar o Zapatero, según el interés del petróleo.
Los rebeldes libios saben que tienen que compensar a los países europeos por el apoyo recibido. Mustafá Abdel Jalil, admitió en Bengasi que el nuevo Gobierno favorecerá a los países que les han apoyado, en relación a los contratos de petróleo y gas que ahora tendrán que adjudicar. Entre ellos Italia, Francia, Gran Bretaña. Algunos de ellos ya tienen planes antes de saber exactamente quién gobernará Libia. La petrolera Eni será la número 1. Un portavoz de los rebeldes precisó que tienen diferencias políticas con Rusia, China y Brasil, países que no apoyaron al principio las sanciones contra el régimen de Gadafi. El crudo Brent bajó el lunes pasado rápidamente de precio, hasta tres dólares el barril, pero luego se ha recuperado con una pérdida de sólo un dólar. Según la Agencia Internacional de la Energía, Libia tardará al menos un año en recuperar el nivel de producción anterior a la guerra. Pero algunos gobernantes implicados en los cambios, como Nicolás Sarkozy, tienen demasiadas prisas y ni siquiera han esperado a que finalicen los combates en Trípoli o a que desaparezca definitivamente Gadafi para recoger la recompensa del petróleo libio. Sarkozy invitó a París el pasado lunes al presidente, Mustafá Andel Yalil, para reunirse con el mandatario del Eliseo, cuando no parece lo más apropiado que el presidente del CNT abandone en estos días Libia. Londres y París comenzaron a movilizarse para disfrutar de los réditos políticos de la victoria de los rebeldes libios.
Los rebeldes pisotean los restos de una estatua de Gadafi.
El pasado martes, un rebelde que acababa de salir del recién conquistado palacio de Bab al Azizia, comparecía ante la prensa, vestido con una gorra militar del dictador, una hortera cadena de oro y un plumero dorado rematado con un elefante. “Lo he cogido todo en la habitación de Gadafi –decía, sonriente, tras haber asaltado la residencia del sátrapa libio–. Los gadafistas corren como ratas”. Varios insurgentes vaciaron los arsenales de armas en la zona militar, entrando con mucha más facilidad que la esperada, mientras gritaban: “Se terminó, Gadafi está acabado”. Para completar la burla, los rebeldes arrancaron la cabeza de un busto de Gadafi y empezaron a pegarle patadas como si se tratara de una pelota de fútbol. Las últimas tropas gadafistas en el Este se replegaron en la ciudad de Sirte, el lugar de nacimiento de Gadafi y donde se encuentran sus más acérrimos seguidores. “Hemos tomado Ras Lanuf mientras los soldados huyen por el Valle Rojo camino de Sirte”, dijo Mohamed Zawawi, un portavoz rebelde. El representante ante la ONU del CNT, Ibrahim Dabashi, dio por finalizado el régimen de Gadafi y vaticinó que los rebeldes lograrán el control total de Libia en las próximas 72 horas. Las opciones para un Gadafi acorralado parecen agotarse. Los rebeldes ya ofrecen recompensas por la cabeza de Gadafi, vivo o muerto. Su captura podría reportar a quien lo logre, 1,3 millones de euros.
“Los bombardeos ‘humanitarios’ ya mataron a 40 civiles en la periferia de Trípoli –explicaba telefónicamente Monseñor Giovanni Innocenzo Martinelli, vicario apostólico de Trípoli–. La gente está aterrada, tiene que hacer fila para comprar pan y nafta, los niños ya no van a la escuela, los edificios están cerrados. Los bombardeos trastornan la vida, la gente ya no sabe dónde está segura porque las bombas caen en todos lados. ¡Si quieren defender a los civiles, que dejen de tirar bombas!”. Monseñor Martinelli refleja telefónicamente mucho más que preocupación. En diálogo registrado en abril pasado con Elisabetta Piqué, corresponsal de La Nación, este franciscano que nació en 1942 en Libia, de padres italianos, que volvió a su tierra en 1971 como sacerdote y, desde 1985, es obispo de la capital, denuncia con fuerza el ataque aliado contra las fuerzas de Muammar Gadafy. Máxima autoridad católica en un país de mayoría musulmana, Martinelli asegura que lo que ocurre en Libia no es una guerra para defender los derechos de los civiles, sino “para apropiarse del petróleo”. Y piensa en lo absurdo de la intervención militar para resolver el problema con las bombas. “Me sorprende que haya habido esta carrera a las armas en lugar de intentar una vía diplomática para tratar de entender o ayudar a resolver los problemas que inevitablemente existen en los países. ¡No veo absolutamente una solución con los bombardeos!... ¡Si quieren proteger a los civiles, no tienen que seguir bombardeando! Lamentablemente, todos se precipitaron hacia la guerra. Me parece que todos querían ser los primeros en Libia, seguramente no para defender a los civiles, sino para apropiarse del petróleo”. Preguntado por cómo terminará Gadafi, el franciscano contesta que no es un profeta para contestar. “Sólo puedo decir que, en la zona de Sirte, sus tropas hicieron retroceder a las fuerzas que avanzaban desde Benghazi. Creo que, tal como él expresó, resistirá hasta el final”. Martinelli cree que las fuerzas rebeldes no están organizadas ni tienen experiencia y teme que estos ataques de la OTAN puedan crear sentimientos anti-occidentales y anti-católicos. “Los periódicos –añade–, de hecho, hablan de una nueva cruzada contra el islam... La fuerza nunca ayuda a sacar los prejuicios. La fuerza aumenta la rabia contra quienes bombardean”.
El almirante Giampaolo De Paola, jefe del Comité Militar de la OTAN, afirma que “el juego no ha terminado” en Libia. En efecto, el régimen de Muamar Gadafi no ha sido totalmente derrocado, algo que está costando más de lo esperado. En la madrugada del jueves, los rebeldes bombardearon varios distritos de Trípoli. Un responsable de los sublevados indicó que Gadafi podría encontrase aún en algún punto de la capital. En una entrevista concedida a la cadena Sky News, Liam Fox, ministro de Defensa británico, admitía que la Alianza Atlántica estaba proporcionando inteligencia y ayuda de reconocimiento para que los rebeldes pudieran cazar al dictador y a sus hijos. Lo que no quiso aclarar Fox es si las tropas británicas participaban en el terreno en la búsqueda de Gadafi. Nicolas Sarkozy, tras su reunión con Mahmoud Jibril, número dos del Consejo Nacional de Transición libio, prometió asistencia militar. Mientras tanto, según indicó alguna fuente, Gadafi podría estar refugiado en Sirte, su lugar de nacimiento, al Este del país. Pero Abdel Yalil, presidente del CNT, asegura desconocer su paradero. Y comenta que la recompensa por su captura ha aumentado de los 1,7 millones de dólares fijados tras la caída de Trípoli, aunque no da cifras. No obstante, desvincula al CNT del ofrecimiento de dicha recompensa y apunta que se debe a una iniciativa privada. MENA, la agencia oficial egipcia informa que un convoy de seis vehículos blindados de la marca Mercedes entró el viernes, por la mañana, en Argelia, procedente de Libia. Y una fuente del consejo militar libio de Gadamas comenta que los vehículos trasladaban a responsables de alto rango y que era posible que, entre ellos, estuviera el líder libio y sus hijos. Sin embargo, no ha habido confirmación oficial de dicha información y Abdel Yalil no ha hecho ninguna referencia a ella.
“A ese festival de destrucción y muerte –escribe Xosé Luis Barreiro, en su artículo “El gran timo de la Libia rescatada”, publicado en La Voz de Galicia.es– lo hemos bautizado como transición democrática, protección de la población civil y nacimiento de una nueva Libia. ¡Todo mentira! ¡Todo sangre! Porque en este trayecto del blanco al negro, esta santa Europa no se arrepintió de nada, ni rectificó nada, ni exigió ninguna responsabilidad política. Y lo único que hemos hecho es asegurarnos de que el nuevo poder les debe su ser y su negocio a esos valientes pilotos de la OTAN que hacen la guerra sin despeinarse y yendo a comer a casa todos los días. ¡Qué lindo! La reconstrucción de Libia, salvo en lo que sea negocio, durará veinte años. La débil estructura de la nación es ahora propiedad del tribalismo y los nuevos señores de la guerra. Y a la gente solo le queda un calvario parecido al que tenían. Porque hemos ido allí sin arrepentirnos de nada y sin criterios de democratización y paz de validez universal”.
Tras seguir los pasos del dictador, lo hacemos ahora en clave de humor cruel, siempre rodeado de sangre.
Manuel Fontdevila nos enseña hoy las últimas estampas españolas, tras la venida de Benedicto XVI.
Vergara continúa con su Diccionario Biográfico español: Juan Carlos I, Gaspar Llamazares, Javier Arenas, Antonio Camacho y Manuel Fraga.
Y Pep Roig nos muestra su humor de fin de semana así como sus noticias de Tot Vabe (Todo Vabien).
“Este es un regalo para ayudar a interpretar el resultado de las elecciones –escribe y publica Lic Scolaro en Argenlibre–. Cuánto se adapta a nuestra realidad, a la luz del resultado electoral, aunque no nos guste. No sobra ni falta ninguna palabra. Una joya de la sabiduría.
“Corría el año 1904 y aquella tertulia, que había abierto el gallego Ramón María del Valle-Inclán en el Nuevo Café de Levante, hervía por las noches con la flor y nata de los intelectuales de la Generación del 98 y los artistas más significados, entre ellos Ignacio Zuloaga, Gutiérrez Solana, Santiago Rusiñol, Mateo Inurria, Chicharro, Beltrán Masses o Rafael Penagos.
”Y aquella tarde noche del 13 de mayo de 1904 el que sorprendió a todos los presentes fue Pío Baroja. Porque cuando se estaba hablando de los españoles y de las distintas clases de españoles, el novelista vasco sorprendió a todos y dijo:’La verdad es que, en España, hay siete clases de españoles… sí, como los siete pecados capitales. A saber:
1) Los que no saben;
2) los que no quieren saber;
3) los que odian el saber;
4) los que sufren por no saber;
5) los que aparentan que saben;
6) los que triunfan sin saber, y
7) los que viven gracias a que los demás no saben. Estos últimos se llaman a sí mismos “políticos” y a veces hasta “intelectuales”.
Pero, en España, el PSOE y el PP acordaron el pasado martes dar el golpe en el Parlamento, pretendiendo modificar la Constitución para incluir en ella el techo del gasto público, siguiendo las órdenes de Alemania y Francia. La ciudadanía entendió que una reforma de tal calibre debería ser acordada en un referéndum tras una amplia y profunda campaña informativa. Y la web Actuable, una plataforma para realizar acciones ciudadanas en Internet, puso en marcha una campaña contra esta reforma. La página invita a enviar una petición a todos los grupos parlamentarios para que se comprometan a apoyar el referéndum. Para que la reforma se pueda aprobar esta legislatura deberá presentarse esta misma semana ante el Congreso y tramitarse por lectura única y por el procedimiento de urgencia. La reforma precisa una mayoría de tres quintos en el Congreso y en el Senado, y podría estar aprobada en la primera quincena de septiembre.
La plataforma ciudadana “Democracia Real Ya” asegura que dicha reforma, para la cual el PP ya le ha mostrado su apoyo al Gobierno, “supondrá una pérdida de soberanía” así como “la venta” de parte de los derechos de los ciudadanos españoles a “los poderes financieros supranacionales no votados ni elegidos”. “Sabemos –denuncian en el texto, en el que rechazan que los derechos fundamentales sen subastados al mejor postor–, y por eso estamos indignados, que los mercados están por encima de las leyes de cualquier país, pero ahora pretenden regular y reformar nuestra Constitución”. En este sentido, los “indignados” exigen la celebración de un referéndum vinculante y advierten de que “no dudarán en emprender las medidas de boicot y presión oportunas” para exigir que este tipo de decisiones “las tome el pueblo soberano”. ¿Habrá que recordar de nuevo a Pío Baroja?
El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha emitido un comunicado en el que, tras las imágenes de las cargas policiales difundidas en la celebración de la JMJ en Madrid, bajo el título 'Compañerismo, corporativismo y buenas prácticas policiales', apoya “la información reservada para determinar si se ha producido algún abuso o uso de fuerza inadecuado” por parte de los efectivos policiales, en cuyo caso apuesta por “corregir disciplinariamente” a los autores.
”Con la única información de las imágenes difundidas –denuncian–, no consideramos ajustadas a un protocolo de actuación racional en supuestos como las actuaciones de algunos miembros de las Unidades de Intervención Policial (UIP), la bofetada a una mujer, los golpes posteriores al joven que la acompañaba, el golpe y patadas en el suelo a un periodista, o los propinados a un joven con una bicicleta y una joven que iban caminando, suponemos que para abandonar el lugar”.
Según el sindicato policial, “en las imágenes difundidas no aparecen razones de seguridad ni restablecimiento del orden que justifiquen dichos golpes”. A continuación, el SUP recuerda que “los miembros de las UIP, como el resto de miembros del Cuerpo Nacional de Policía, actúan sin un protocolo de actuación, la principal herramienta para impedir actuaciones” como estas. “Con el gobierno de Felipe González planteamos la necesidad de elaborar dichos protocolos con una doble misión: garantizar a los ciudadanos un trato ajustado a la legalidad, y a los policías protección jurídica ante denuncias contra ellos, pero ningún Gobierno ha considerado oportuno regularlo”, manifiesta el SUP, para quien, si ha habido “abuso policial”, también serán “responsables por omisión todos los gobiernos”. El colectivo añade: “En la información reservada abierta, además de establecer si ha habido algún abuso individual, se debería analizar la responsabilidad de los mandos de la UIP actuante, de la Jefatura Superior de Policía, y del director general de la Policía y la Guardia Civil, por si, por acción u omisión, se han permitido prácticas policiales contrarias a los principios legales y a los derechos de los ciudadanos garantizados en nuestro país”.
Más adelante reconocen: “Más de cuatro meses de brillante actuación de más de mil compañeros de la UIP, con un gran esfuerzo, han quedado sepultados por tres minutos de actuación de dos o tres irresponsables que no merecen seguir en dichas Unidades, donde hay que ser un profesional muy íntegro, frío, con capacidad de autocontrol y discernimiento de la situación a la que se enfrentan en cada momento. Seguro que, como siempre, habrá el lógico movimiento de unos pocos intentando convertir este asunto de poca profesionalidad de dos o tres en una disputa sindical. En el SUP tenemos claro que el sindicato es una herramienta que defiende los derechos laborales y profesionales, la dignidad de los policías, y que si, al tiempo que defendemos eso, apoyamos abusos y que se vulneren los derechos de otros, pasaríamos de ser un sindicato a convertirnos en una organización sectaria, mafiosa e ilegal. Y sólo queremos ser un sindicato, una herramienta que defiende lo mismo que respeta. Solo así tenemos coherencia y capacidad de defensa suficiente cuando es necesaria para los policías”.
A juicio del SUP, “tan grave como dichos actos de presunto abuso policial es la inacción del día 17, que permitió que personas, la mayoría mujeres y muchas menores de edad, fueran insultadas acosadas y agredidas en la Puerta del Sol por la radicalidad de unos y la incompetencia profesional y política de otros, simplemente por exteriorizar su fe cristiana con hechos tan agresivos como rezar de rodillas o caminar llevando una mochila de la JMJ. También sobre estos hechos debiera llevarse a cabo una información reservada, y depurar responsabilidades con el cese de la delegada del Gobierno”, concluye el sindicado.
Indecente, es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624€/mes y el de un diputado de 3.996€/mes. Pudiendo llegar con dietas y demás a 6.500€/mes.
Indecente, es que un profesor, catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública, ganen menos que un concejal de festejos de un ayuntamiento.
Indecente, es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca (siempre por unanimidad).
Indecente, es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para pedir una jubilación, y a los diputados les baste sólo con 7, y que los miembros del gobierno sólo necesiten jurar el cargo para cobrar la pensión máxima.
Indecente, es que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF.
Indecente, es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (ni intelectual, ni cultural).
Indecente, es colocar en la administración a miles de asesores (= amigotes con sueldos que ya desearían los técnicos + cualificados).
Indecente, es el ingente dinero destinado a sostener a los partidos y sindicatos aprobados por los mismos políticos que viven de ellos.
Indecente, es el coste que representa para los ciudadanos sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier.
Indecente, es que ministros, secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, son los únicos ciudadanos que pueden pedir y percibir legalmente 2 salarios del erario público.
Y que sea cuál sea el color del gobierno, tooooooooooooooodos los políticos se benefician de este moderno “derecho de pernada”, mientras no se cambien las leyes que lo regula.
Benedicto XVI, en España, con el consentimiento y recibimiento del presidente, Rodríguez Zapatero.
En los días más calurosos del verano, la llegada del Papa a Madrid parece haber elevado la temperatura institucional de la Iglesia, mostrada gracias a las horas de emisión en directo de TVE y Telemadrid –48 horas en directo emitidas por siete unidades móviles y seis estaciones fijas, con 300 profesionales de la primera y 200 de la cadena controlada por Aguirre–. El seguimiento de la marcha laica quedó reducido a los noticiarios por considerarse una manifestación minoritaria. En cambio, el canal de la Conferencia Episcopal, 13tv, durante 11 días, remite información ininterrumpida de la JMJ, empleando un centenar de personas con sus 35 cámaras, tres unidades móviles y seis puntos de conexión en directo. Tanto en televisión, como en prensa y radio, el boato del Papa no tiene parangón con ningún otro acto emitido y los españoles terminaron más que hartos de tanta fiebre papista. A su servicio estuvo la misma Policía que ejerció con especial pasión y arbitrariedad el uso de la porra y saboteó la besada homosexual por irreverente. Ante ella, de nada sirve las denuncias de acoso policial durante la marcha laica o la de los anarcos en los días posteriores. Ni las protestas contra los gastos públicos de la visita papal. La tensión creada en la Puerta del Sol entre peregrinos, gritando –“Esta es la juventud del Papa”–, y laicos, contestando –“Esa mochila la he pagado yo”, y “Esta no es la juventud del Papa”– no tuvo el mismo trato por parte de la Policía.
El Papa saluda desde el escenario, en Cibeles, donde oficia la misa inaugural de la JMJ.
El portavoz del Vaticano calificó de “marginales” los incidentes. Pero nada dijo de otras provocaciones, como la de llenar el paseo de Coches, del Retiro, de confesionarios gigantes con curas y penitentes en los que también se sentó el mismo Papa, a un lado de las rejas, escuchando los pecados de cuatro confesos. O el reto del vía crucis en la Castellana, presidido por Benedicto XVI, quien intentó recuperar una España con cada vez más laicos, disminuida en creyentes y apenas con vocaciones –con conventos y seminarios vacíos–. El Ejecutivo confiaba en que el mensaje del Papa, que viajó como líder religioso, pero que fue recibido como auténtico jefe de Estado, tuviera un “carácter global”, sin centrarse en cuestiones políticas. Pero, en sus primeras declaraciones, a bordo del avión, el Papa ya criticó implícitamente el aborto y la eutanasia. Luego llegaron el resto de alusiones en sermones y amonestaciones. Los representantes políticos –Gobierno y oposición– le hicieron la corte, acudiendo en masa a recibirle e inclinando sus cabezas ante él. Y la España anarca no se achantó y le gritó sus cuatro verdades.
El equipo de campaña del candidato socialista a la presidencia se ha movilizado en las redes sociales, marcando las distancias con respecto a la postura del Gobierno ante la JMJ y, en especial, en los incidentes de los 'laicos' con los “peregrinos” durante la marcha 'antipapa'. Rubalcaba y su equipo son conscientes de que la única forma de evitar una debacle electoral el 20-N es cultivando el voto de los “indignados”, que llevan tiempo movilizándose contra la visita de Benedicto XVI y culpando al “Estado y al Gobierno” de financiar “con dinero público” la JMJ. Por ello, no es de extrañar el interés en desmarcarse de la postura oficial.
Y mientras el Papa campaba por sus respetos en su España misionera, las acusaciones contra los atentados físicos cometidos por parte de cristianos exaltados pasaron casi desapercibidas. Pero los hechos acusados sucedieron. Martín Sagrera, un jubilado español que paseaba la noche del sábado, 13 de agosto, fue uno de las primeras víctimas. A su paso por la calle Serrano, Martín llevaba una pancarta levantada en la que criticaba la visita del Papa a Madrid. Los comercios estaban abiertos y no había en la calle ni señal de los indignados. Pero, de pronto, Martín pidió auxilio. Un individuo con una pequeña navaja le había asaltado por detrás e intentó quitarse el cartel a la vez que le propinaba un navajazo que le hirió en un dedo al intentar defenderse. El agresor fue detenido por un policía de paisano. Martín fue atendido por el Samur y no entendía por qué le habían agredido. Él sólo expresaba su rechazo, no a la venida del Papa, sino al modo de cómo se realizaba. (Ver vídeo, al final). Por otra parte, en un comunicado, la Asamblea Popular del Barrio de las Letras 15 M, expresaba su negativa a la venida del Sumo Pontífice: “No tenemos nada en contra de la visita del Papa, pero sí en que esta sea financiada con dinero público, de todos, y en que afecte de manera salvaje la vida cotidiana de esta ciudad: cortes de calles, desvíos de tráfico, cierre de líneas de Metro y autobús, ocupación y/o cierres de plazas públicas (Sol), ocupación casi militar de nuestro Parque del Retiro, instalando en él 200 confesionarios. Entrada de gigantescos camiones a Sol que pueden afectar a la seguridad del techo de la estación de Metro y cercanías”…
José Alvano Pérez Bautista, un voluntario mexicano de las JMJ, de 24 años, que dejara varios mensajes en la página “La Voz Libre” (portal conservador y católico), en los que anunciaba su intención de “reventar” la marcha laica que se celebraba para protestar contra la visita del papa Benedicto XVI a Madrid, fue igualmente detenido el pasado martes. Los mensajes publicados decían: “Ánimo, compañeros, ya casi estamos listos. Las molotov ya están listas, ¿Quién será el valiente que arrojará una sobre la espalda de un maricón de mierda antipapa?”. Hablaba de sus planes y aseguraba poseer sustancias explosivas que enlazaba a páginas web con instrucciones para fabricar bombas caseras. Pérez Bautista se encontraba en España, estudiando en el Instituto de Química Orgánica General del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y pasó a disposición judicial. El joven alegó que su supuesto intento de atentar contra la manifestación laica en protesta por la visita del Papa Benedicto XVI era “una broma de mal gusto, una ficción y una invención”. El detenido dijo al juez que escribió esos mensajes porque pensó que “así lograría frenar las adhesiones a la manifestación”, celebrada el miércoles pasado, en protesta por el gasto público generado por la visita del pontífice.
Peregrinos en Madrid.
Tras interrogarle durante más de una hora, el magistrado le imputó un delito de amenazas contra un colectivo social o grupo de población por verter, en “La Voz Libre”, comentarios en los que, bajo el pseudónimo de 'Bagman69', animaba, entre otras cosas, a “matar homosexuales en nombre de Dios”. El juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, le dejó en libertad con medidas cautelares. En su auto, el magistrado no aporta ningún dato sobre la posibilidad de que el detenido tuviera acceso a “gases asfixiantes”, como aseguraba el Cuerpo Nacional de Policía. En todo caso, atribuye al peregrino mexicano “un discurso de odio y de desprecio” contra las personas que iban a participar en la manifestación laica por “el contenido y contundencia, la firmeza, reiteración y dureza de sus términos”, así como por la utilización de conceptos químicos específicos que “denotan un conocimiento de lo que está hablando”. El juez señala que “más adelante” deberá valorar si las amenazas pueden ser enmarcadas en un delito de terrorismo, requisito indispensable para que la competencia continúe residiendo en la Audiencia Nacional y no se traslade a un juzgado ordinario
El peregrino mexicano realizaba labores de apoyo a los peregrinos en las instalaciones de IFEMA, lo que alertó sobre la posibilidad de que pudiera tener acceso a sustancias químicas peligrosas. Levantó sospechas por los comentarios de corte radical que el detenido colgaba en el foro de Internet, donde pedía “voluntarios” para su causa y detallaba las sustancias que contaba para llevar a cabo su plan. Así, el pasado 9 de agosto afirmaba que disponía de 200 litros de ácido clorhídrico y de unas 50 botellas de bromuro de bencilo con los que poder elaborar “una mezcla asfixiante”. Además, aseguró poder hacerse esa misma noche con “unos cuantos kilos” de gas cloro “para esparcirlo en ampollas de 100 mililitros”. El propio detenido habría subrayado su disponibilidad para conseguir dichos productos: “Soy trabajador de una importante industria farmacéutica en Madrid y puedo hacerme con suficientes sustancias peligrosas para boicotear las protestas antipapa”. Según sus comentarios, trató de reclutar a gente dispuesta a apoyarle en su objetivo, obteniendo respuestas afirmativas. A estos seguidores les facilitó un correo electrónico como contacto y les pidió que le facilitaran fertilizantes. “No queremos dinero, sólo traigan fertilizante, nafta, pólvora, cerillas o un mechero”, escribió en el último de sus comentarios, fechado el pasado 11 de agosto. En otro, el mexicano escribió lo siguiente: “Esta es mi lucha. A matar maricones y cualquier aberración antihumana durante sus manifestaciones en contra de la iglesia católica. Soy trabajador de una importante industria farmacéutica en Madrid y puedo hacerme de suficientes sustancias peligrosas para boicotear las protestas antipapa. El que se me quiera unir, contácteme. ¡Atentamente, yo! Posdata: Que se ‘vallan’ a chingar a su madre todos los putos maricones de mierda, asquerosas abominaciones, desechos de vida, errores de dios”.
El jueves y el viernes, los agentes de seguridad vuelven a actuar de forma desmesurada en las calles madrileñas. En una marcha contra la “brutalidad” de la carga de los antidisturbios, varios agentes se emplean con dureza contra los participantes en la protesta (ver video del final). R. G. Almazán resume en Kabila lo acaecido: “Ayer y anteayer la policía volvió a recordar la intervención de aquellos grises fascistas de triste memoria. Tremenda represión que nos vuelve a antaño, que nos retrotrae al NODO, mientras que los miembros de este gobierno “socialista” defienden a la policía, Pepiño, Jaúregui, todos a una, dicen que la policía actuó bien. España ha vuelto a estar en blanco y negro. Decían que en tiempos de Franco, los grises se drogaban para poder actuar de forma salvaje. ¡Qué decir de estos, ahora! Hemos retrocedido cincuenta años. Madrid ha vuelto a los sagrarios, los grises, las sotanas y la social. Una vergüenza que no se investigará. Y hoy no hay excusas para que no se investigue las actuaciones policiales, hay pruebas. Pero, lo que tampoco hay es vergüenza de un gobierno que mantiene en su puesto a Dolores Carrión. No me extrañaría que si se diera el ‘milagro Rubalcaba’, la nombraran ministra de Interior, para pagar sus desvelos por los peregrinos”. Interior termina por aceptar las denuncias y acepta investigar los “excesos policiales” contra los laicos, mientras el portavoz del Vaticano, Federico Lombardini minimiza los incidentes, calificándolos de “momentos desagradables puntuales”.
El jueves, mientras Benedicto XVI desfilaba ante un grupo de monjas, exaltadas por su presencia en El Escorial, nos enteramos de que una decena de organizaciones feministas y de homosexuales del País Vasco había presentado una denuncia contra el Papa, en la que solicitaban su detención “en territorio español” por “encubrimiento de pederastas de forma sistemática y organizada”. La denuncia, registrada el pasado día 11 ante el Juzgado de Guardia de San Sebastián, aludía a los casos de pederastia ocurridos en el seno de la Iglesia Católica y recordaba que “no existe inmunidad de los jefes de Estado sobre actos que representen crímenes de lesa humanidad”. El texto mencionaba que “cualquier tribunal puede ejercer la jurisdicción universal” sobre delitos como “los actos generalizados de tortura, abusos sexuales y encubrimiento de los mismos, apología de la misoginia, la homofobia y la persecución por motivos políticos, étnicos, de género o de orientación sexual”. El escrito exigía a las instituciones públicas que la Iglesia Católica “deje de recibir dinero público, que a sus agentes no se les permita acercarse a los menores de edad, y que su jerarquía sea investigada por posibles crímenes contra la humanidad”. Finalmente, la denuncia reclamaba que “se proceda a la detención e ingreso en prisión sin fianza” de Joseph Ratzinger “hasta la celebración del juicio donde se dicte sentencia conforme proceda en Derecho”.
Llovió el sábado en Cuatro Vientos: tronó, sopló el vendaval contra cientos de miles de jóvenes –millón y medio, según la organización–que, a media tarde, soportaron 38 grados de temperatura. “Esto es un infierno”, comentaban muchos mientras los equipos de emergencia habían realizado, a las ocho de la tarde, 880 intervenciones y 24 traslados a hospitales por lipotimias, mareos, crisis de ansiedad y golpes de calor. Los trabajadores de Namur no daban abasto. “¿A quién se le ocurre organizar algo así en pleno agosto?”, se quejaba uno de ellos, mientras entraba y salía a empujones de uno de los barracones prefabricados, abarrotados, habilitados para la atención sanitaria. “Es una barbaridad. Nunca he visto tanto volumen de actuaciones en tan poco tiempo”. Luego, con la puesta del sol, se levantó una tormenta –algunos aseguraban que había sido adrede, para la ocasión, llevándose el viento por delante el solideo del papa y la cruz de las JMJ– que empapó a los peregrinos quienes comprobaron con temor cómo Benedicto XVI interrumpía su discurso y no podía continuar, quedándose sin las palabras que arremetían contra “la cultura relativista dominante”.
“Ser gobernado –escribe J. P. Proudhon, filósofo, político y revolucionario francés del siglo XIX– significa ser vigilado, inspeccionado, espiado, dirigido, legislado, reglamentado, encasillado, adoctrinado, sermoneado, fiscalizado, estimado, apreciado, censurado, mandado por seres que no tienen ni título, ni ciencia, ni la virtud. Ser gobernado significa, con motivo de cada operación, en cada transacción, ser anotado, registrado, censado, tarifado, timbrado, tallado, cotizado, patentado, licenciado, autorizado, apostillado, amonestado, contenido, reformado, enmendado y detenido. Es, bajo el pretexto de utilidad pública y en nombre del interés general, ser expuesto a contribución, ejercido, desollado, explotado, monopolizado, depredado, mistificado, robado; luego, al menor movimiento de resistencia, a la menor palabra de protesta, reprimido, multado, vilipendiado, vejado, acosado, maltratado, aporreado, desarmado, agarrotado, encarcelado, fusilado, ametrallado, juzgado, condenado, deportado, sacrificado, vendido, traicionado y para colmo, burlado, ridiculizado, ultrajado y deshonrado. ¡He aquí el gobierno, he aquí su moralidad, he aquí su justicia!”.
El humor de Forges dibuja a la perfección lo ocurrido estos días en las calles madrileñas. Un humor que continúa con el Papa Ratzinger, los curas pederastas, el Papa gaditano, el triángulo peligroso y el dibujo de Toño Fraguas.
Manel Fontdevila sigue con su “bendito verano”.
Territorio Vergara continúa escribiendo y dibujando el Diccionario Biográfico Español, con Benedicto XVI, Rouco Varela, Esperanza Aguirre, Fernández Ordóñez y José Blanco.
Y Pep Roig, desde Mallorca, nos dibuja “La buena educación” y las Noticias de “todo vabien”.