La Medalla de Oro, entregada por el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez a Manolo Escobar.
A Manolo Escobar no sólo le robaron su carro una noche, cuando dormía, sino algo para él mucho más valioso: la Medalla al Mérito al Trabajo. Aunque lo más rentable para él ha sido ponerle música al dichoso carro y convertirlo en una de las rumbas más populares. En cambio, en el robo producido en su chalet de Benidorm, durante la madrugada del pasado viernes, cuando el artista, su mujer, su hija y nieta dormían, sin que ninguno llegara a ver al ladrón o ladrones ni resultara herido, este último robo le ha producido cierto malestar. Se llevaron dinero y diversos efectos, como la medalla del Mérito al Trabajo y la insignia concedida por el FC Barcelona, algo con más valor sentimental que económico.
Según el portavoz del artista, los galardones robados tenían la apariencia de dorados pero, en realidad, no estaban hechos de oro, mientras que los ladrones dejaron en su sitio los premios de apariencia metálica o plateada. Pero el autor de “Mi carro me lo robaron/ anoche, cuando dormía”, rumba compuesta en el 69, no se enteró de nada, al dormir, junto con su mujer, en la zona de dormitorios, situada en la primera planta y los ladrones, que entraron tras forzar la reja de una ventana, se quedaron en la planta baja, dejándola revuelta. Hasta que una hija del cantante, con el oído algo más fino que su padre, sí oyó ruidos y, sin salir de su dormitorio, telefoneó a una mujer del servicio doméstico que estaba fuera del chalet, quien dio la voz de alarma a la Policía.
Al oír sonidos del exterior, los ladrones que no sabían de quién era el chalet atracado, huyeron al ser descubiertos por la Policía, llevándose con ellos objetos y dinero propiedad del cantante, por valor de unos 8.000 euros y varios premios, entre ellos el del Mérito al Trabajo, concedido por el ministro Valeriano Gómez hace dos semanas. De manera que, cuando despertó y se dio cuenta de que le habían robado, más que lamentarse por el dinero robado, exclamó con cierta guasa ante los suyos: “Ochenta años trabajando para tener la Medalla al Trabajo, y, en 15 días, me la quitan”.
El chalé de Benidorm cuenta con un sistema de seguridad, aunque la familia Escobar olvidó conectarlo durante la noche del robo. Además, el cantante del carro robado no pensaba que los ladrones se ensañaran en su propia casa y le dejaran sin blanca y sin medallas. Lo del dinero no es un problema insoluble para él. Los títulos ganados ya es otro cantar. Aunque, quién sabe si mañana, tras la visita de la Musa, Manolo Escobar se anima y hace una nueva rumba. No al carro, ya olvidado, sino a algo que, para él, no tiene precio: a la medalla del Mérito al Trabajo de toda su vida. Algo que ningún ladrón, hasta la fecha, se ha atrevido a robar: la medalla de más elevado valor moral. ¡Para qué diablos necesitarían los cacos esa medalla!
Según el portavoz del artista, los galardones robados tenían la apariencia de dorados pero, en realidad, no estaban hechos de oro, mientras que los ladrones dejaron en su sitio los premios de apariencia metálica o plateada. Pero el autor de “Mi carro me lo robaron/ anoche, cuando dormía”, rumba compuesta en el 69, no se enteró de nada, al dormir, junto con su mujer, en la zona de dormitorios, situada en la primera planta y los ladrones, que entraron tras forzar la reja de una ventana, se quedaron en la planta baja, dejándola revuelta. Hasta que una hija del cantante, con el oído algo más fino que su padre, sí oyó ruidos y, sin salir de su dormitorio, telefoneó a una mujer del servicio doméstico que estaba fuera del chalet, quien dio la voz de alarma a la Policía.
Al oír sonidos del exterior, los ladrones que no sabían de quién era el chalet atracado, huyeron al ser descubiertos por la Policía, llevándose con ellos objetos y dinero propiedad del cantante, por valor de unos 8.000 euros y varios premios, entre ellos el del Mérito al Trabajo, concedido por el ministro Valeriano Gómez hace dos semanas. De manera que, cuando despertó y se dio cuenta de que le habían robado, más que lamentarse por el dinero robado, exclamó con cierta guasa ante los suyos: “Ochenta años trabajando para tener la Medalla al Trabajo, y, en 15 días, me la quitan”.
El chalé de Benidorm cuenta con un sistema de seguridad, aunque la familia Escobar olvidó conectarlo durante la noche del robo. Además, el cantante del carro robado no pensaba que los ladrones se ensañaran en su propia casa y le dejaran sin blanca y sin medallas. Lo del dinero no es un problema insoluble para él. Los títulos ganados ya es otro cantar. Aunque, quién sabe si mañana, tras la visita de la Musa, Manolo Escobar se anima y hace una nueva rumba. No al carro, ya olvidado, sino a algo que, para él, no tiene precio: a la medalla del Mérito al Trabajo de toda su vida. Algo que ningún ladrón, hasta la fecha, se ha atrevido a robar: la medalla de más elevado valor moral. ¡Para qué diablos necesitarían los cacos esa medalla!
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