Lili Marleen, la famosa canción alemana cuya música fue escrita en 1937 por el compositor Sorber Schultze, está basada en un poema que el soldado, Hans Leip, escribiera en 1914, durante la Primera Guerra Mundial. Originalmente, se titulaba “Canción de un joven soldado de guardia”. Más de veinte años más tarde, el autor publicada el poema y el compositor, Norberto Schultze, le puso música, cambió su título y la registró como “La chica bajo el farol”, estrenada en 1938. Fue traducida a un gran número de idiomas, transformándose, según los países, en marcha militar, o, simplemente, en cántico de cuartel. Pero mucha gente relaciona este poema de amor con el nazismo, cuando la letra fue escrita veintiún años antes de la llegada de Hitler al poder.
El éxito de la canción llamó la atención de Gobbels, Ministro de Propaganda nazi quien, tras escucharla, prohibió su circulación, ya que consideró que únicamente podía influir de forma negativa en la moral de las tropas y ordenó que fuera suprimida del repertorio de la emisora. Las protestas de los soldados fueron tales que Radio Belgrado tuvo que mantenerla en antena, pese a la opinión del Ministro, y siguió emitiéndose todas las noches. Ya antes del final de la guerra, el tema se tradujo a otros idiomas y fue interpretado por diversos cantantes, tanto hombres como mujeres, convirtiéndose en la canción de guerra más popular hasta hoy conocida.
El escritor mallorquín, Bartomeu Mestre i Sureda, ha escrito, bajo el título ”L’al-lota sota el fanal”, un interesante artículo sobre este tema que, nos limitamos a traducir y a resumir: “La canción pasó a ser una de las más emblemáticas de la historia, cuando, el agosto de 1941, el general Erwin Rommel la adoptó e hizo que se radiara cada noche para sus tropas, pese a que Joseph Goebbels, envidioso del protagonismo del general y de sus éxitos militares en África, ordenaba prohibirla. Pero su prohibición no fue respetada por nadie. Al contrario, en poco tiempo se convirtió en la canción más escuchada no sólo entre los soldados en el frente de guerra, sino entre la población civil en todas las ciudades alemanas. Ya nadie recordaba el título original pero todos cantaban Lilí Marlene, nombre de la protagonista, como resultado de combinar el nombre de Lilí, la promesa del joven soldado poeta, con Marlene, el nombre de una enfermera que le atendió en el frente.
“En vistas a su fracaso, Gobbels cambió la estrategia y demostró que era una canción nazi. Divulgó el paralelismo entre la joven del fanal y la lengendaria Mara Hari. Para redondearla, encargó nuevas composiciones patrióticas a Norberto Schultze como ‘Bombas sobre Inglaterra o Führer, ordena!’ El músico fue condecorado y presentado como un referente del Tercer Reich. No obstante, la canción ya se había traducido y extendido por todo el mundo. Las tropas franquistas de la División Azul, al servicio de los nazis, la cantaban en español como uno de sus himnos, juntamente con “Yo tenía un camarada” (Der gute Kamerad, una canción alemana del siglo XIX). Pero no sólo era una canción de los fascistas y los nazis. En 1942, la alemana, Lale Andersen, la registró en inglés y, durante la guerra, también se escuchaba y cantaba en las trincheras aliadas, hasta el punto de que los soldados alemanes se sorprendían viendo cómo los prisioneros ingleses y franceses sabían aquella canción que ellos creían tan patriótica y con un músico ya convertido en símbolo más del los nazis.
“Norberto Schultze, el autor de la música de Lilí Marlene, vivió los últimos años de su vida en Portals (Mallorca), en 1991 y 2002. En esos años también vivía en la isla Arpad Bondy, músico y hombre de cine que, en 1993, realizó un documental titulado “Besarás el culo al diablo”, sobre la biografía de Schultze. La película resultó de interés y fue incluida en muchos ciclos de arte y cultura al servicio del poder. Entre otras curiosidades, el film informaba que, sólo en concepto de derechos de autor por la canción Lilí Marlene, el músico cobraba cada año más de 250.999 dólares que le permitían vivir holgadamente. Después del estreno, al cual asistió, Schultze renegó del documental e interpuso sin éxito diversas demandas judiciales, intentando impedir la exhibición pública. Pese a que el músico, en la entrevista del film, intenta mantenerse a la defensiva para desmarcase de su vinculación con el nazismo, las excusas que utilizó (que él no sabía nada del genocidio, que tenía que mantener una familia y que le obligaron a colaborar por la fuerza) le hacen caer en el habitual discurso de los no arrepentidos. Decía que, de repetirse aquellas circunstancias, volvería a colaborar con lo había hecho. Así y todo, en un gesto de sinceridad, admite que si él triunfó y fue el referente musical de Alemania fue como consecuencia de que la gran mayoría de músicos de talento alemanes eran judíos y quienes no tuvieron tiempo de exiliarse, fueron exterminados. El título del documento proviene de una declaración del protagonista cuando, en un momento de la filmación, reconoce que, justo acabada la guerra y consciente de la identificación de su nombre con el nazismo, intentó partir al extranjero y, para salir, pidió auxilio y acogida a un familiar suyo que había abandonado Alemania justo antes de la guerra. El familiar rechazó la solicitud con una respuesta contundente: “Besaste el culo al demonio. Nunca más podrás lavarte la boca”.
“El hecho es que aquella mujer bajo el fanal que esperaba el retorno del soldado, escrita por un joven poeta muchos años antes de la llegada de Adolf Hitle al poder, no fue creada al servicio del nazismo sino como un poema de amor para enaltecer el valor de la espera y evocar la nostalgia de la añoranza. Fueron las circunstancias personales del autor de la música las que connotaron la canción como una representación de la ideología que, paradójicamente, la había intentando prohibir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario