Joan Tardà arremete contra la exhibición militar, “inmoral”.
La Casa Real, en el desfile de este año, sin los Duques de Palma.
“Los tiempos que corren –pidió Joan Tardà, en la Comisión de Defensa del Congreso– no son para desfiles” El diputado de ERC exigió “suprimir” todo tipo de ceremonias castrenses “que supongan un gasto superfluo de exhibición militar”, eliminar las celebraciones públicas del Día de las Fuerzas Armadas o aquellas de carácter privado que impliquen “un gasto extra al Ministerio de Defensa”, y recortar los presupuestos del Ejecutivo destinados a estos fines para inyectarlos en políticas sociales. Los desfiles, “y especialmente en una época de crisis –recordó Tardà–, son una obscena exhibición de cómo gastan el dinero en armas y soldados mientras recortan en hospitales y profesorado”. Para él y su grupo “resulta inmoral el mantenimiento de un gasto superfluo como éste mientras se recorta en sanidad o educación”.
Al PP le molestó el adjetivo “inmoral” aplicado al gasto en desfiles de las Fuerzas Armadas (FAS). Beatriz Rodríguez-Salmones pidió a ERC “respeto” a los datos y a los militares, bien valorado por los ciudadanos. “La dicotomía de mantequilla frente a cañones –añadió– la podemos decir en una tertulilla de radio, pero no se mantiene. Hay que hacer las dos cosas, garantizar salud, pensiones, educación y la defensa”. La parlamentaria del PP arguyó que, en un país que sufrió los terribles atentados del 11-M, perviven los “riesgos y las amenazas”. Combatió el argumento del ahorro, porque “el desfile del 12-O ya contempla una reducción presupuestaria del 71%”. Y este año, recordó, el Gobierno gasta en la parada del Día de la Hispanidad 900.000 euros, frente a los 2,8 millones del año pasado, al no contar con exhibición aérea, ni con la presencia de acorazados, carros de combate, blindados, aviones y helicópteros. Rodríguez-Salmones pide el “respeto” a los militares, los únicos funcionarios obligados, “por ley”, a entregar su vida por España, si hiciera falta.
El PSOE saltó esta vez en defensa del PP. El diputado Herick Campos acusó a ERC de “tensionar” la política, afeó a Tardà que hablase de “exhibición obscena” y le reprochó el “populismo” de su medida. Reivindicó la utilidad de las celebraciones castrenses, porque se pone “en valor” el trabajo en equipo, la dedicación personal de los militares y su espíritu de sacrificio. “Es compatible –añadió– aumentar las becas, las políticas sociales y el apoyo a los sectores, al tiempo que se celebra el Día de las FAS”. Campos dijo que los ciudadanos seguramente no querrán que desaparezca la Unidad Militar de Emergencias (UME) –que ayuda a la extinción de incendios–, ni que salgan de las misiones de paz en el extranjero. Populares y socialistas se unieronn esta vez para intentar ridiculizar la iniciativa de ERC. La portavoz de UPyD, refrendó las tesis de los dos partidos mayoritarios: “La defensa no es un lujo y sirve para defender el sistema democrático".
Mientras tanto, hoy, la Fiesta Nacional se celebra con un presupuesto menor al del año pasado (un 67% menos). Entre los componentes de la Familia Real tampoco están presentes en el acto ni la Infanta Cristina ni su marido, Iñaki Urdangarín, ausentes desde días antes del 12 de octubre del año pasado, en que estallaba el escándalo del “Caso Noos” que salpicó a la Familia Real que este año ha sido acogida con tímidos aplausos. Mariano Rajoy, recibido en medio de un silencio, asistió, como presidente del Gobierno, a su primer “coñazo de desfile”, según su propia definición. La parada militar estuvo marcada por la austeridad. Ni participaron tanques, ni vehículos pesados, ni cazas, ni aviones de combate cuyo consumo de combustible encarecería la parada –salvo los siete aparatos de la patrulla Aguila, que cierran el acto dibujando una bandera española con humo de colores en el aire–. Pero sí con el peligro de posibles abucheos y peticiones de dimisión. Claro que por algo se construyeron las tribunas “antiabucheos”, heredadas de Zapatero.
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