Nacho Villa junto a sus ‘jefes’, Dolores de Cospedal y Vicente
Tirado, su mano derecha en el partido, el día que se hizo cargo de la
televisión de Castilla-La Mancha.
Hace dos años, en Castilla-La Mancha, Nacho Villa
se comprometía a hacer una RTVCM “objetiva” y sin mordazas, abierto a todo el
mundo. Pero muy pronto provocaba el efecto contrario al buscado, con un
objetivo desesperado de proteger a su valedora y mecenas audiovisual, María
Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La
Mancha. Así lo prueba, según Carlos Iserte, en Plural.com, el rechazo de la
sociedad a su ‘modus operandi’, convirtiendo a la otrora vista y respetada
televisión autonómica en un canal residual, con una media de share por debajo
del 4% y con programas estelares que no alcanzan el 1% de cuota de pantalla.
Pese a ello siguió contando con un presupuesto de 45 millones de euros, de los
que 120.000 corresponden al salario del exlocutor de la cadena de la radio de
los obispos, la nómina pública más cuantiosa de la región”.
En
efecto, los trabajadores de RTVCM, a través de su comité de
empresa, han hecho pública la denuncia de la “deriva que, en los últimos meses,
se está produciendo en los servicios informativos de esta cadena, alejándose de
los objetivos y responsabilidad que tiene como medio de comunicación público”. Según
el comité de empresa, estas “malas prácticas se materializan en quejas diarias
de espectadores y trabajadores”, y en el “alejamiento de la realidad, por
condenar al ostracismo a cualquier movimiento social crítico con la situación
actual política, social y cultural”. Es patente su falta de separación entre
información y opinión, “reflejada en los titulares, rótulos y noticias,
difundiendo, en muchas ocasiones, como propio el discurso del partido en el
gobierno o de sus dirigentes y en campañas absurdas y reiteradas contra
personas, organismos y ayuntamientos de signo contrario al partido en el
gobierno autonómico”.
Emiliano García-Page, líder socialista en Castilla-La Mancha, ha presentado dos querellas por el trato recibido y por la manipulación constante de la información que atañe al consistorio toledano. En este sentido, el comité de empresa recuerda “que no vale cualquier cosa a la hora de informar y existen unas normas con rango de ley y unos códigos éticos que hay que cumplir mas allá de la línea editorial que se quiera imponer”. Señala como responsables de estos desaguisados a los coordinadores, editores de cada uno de los informativos, el responsable de Contenidos Informativos (Eduardo Medina) y su adjunta (Irene Rizo). En el caso de la radio: los editores, su director (Guillermo Vila), coordinadora de informativos (Sofía Buera). Y en ambos casos, como máximo responsable, el Director General (Nacho Villa)”. Los representantes del PSOE exijan el cese inmediato del director general del Ente público, a la vez que le acusan de haber “convertido a RTVCM en un medio de comunicación más propio de una república bananera que de un estado democrático y de derecho, ya que a lo único que se dedican es a alabar la labor del Gobierno de Cospedal, a acallar cualquier crítica sobre su gestión y a ser un ariete contra la oposición, especialmente contra el líder de los socialistas castellano-manchegos, Emiliano García-Page”.
Los trabajadores de este ente exigen a Nacho Villa que explique los últimos episodios de “descarada manipulación y censura informativa”. “Una persona que cobra 120.000 euros –se lamentan–, no puede permanecer ni un minuto más al frente de RTVCM ya que a lo único a lo que se dedica es hacerle la pelota al Gobierno de Cospedal y a atacar día tras día a los socialistas y a cualquier colectivo que critique al Gobierno”. El director de Radio Televisión Castilla-La Mancha va camino de convertirse en el personaje más polémico que ha pisado tierras manchegas. El exlocutor de la cadena de los obispos no deja indiferente a nadie, y una semana sí y otra también protagoniza episodios propios de repúblicas bananeras. En esta ocasión, el responsable de uno de los canales autonómico menos visto de España, a pesar de contar con 45 millones de euros de presupuesto, ha abierto la veda para que los clientes publicitarios de la televisión puedan pagar sus deudas en especies.
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