La nube sobre Gibraltar. Jon Nazca (Reuters)
El Financial Times.
El conflicto surgido entre el Gobierno español y
las autoridades de Gibraltar después de que el Peñón lanzara bloques de
hormigón le ha servido al PP para intentar que durante estos días no se siga
hablando del caso Bárcenas ni de Arenas, Cascos o De Cospedal, tres pesos
pesados que serán interrogados ante el juez del caso, Pablo Ruz. Y seguro que
el conflicto de Gibraltar irá creciendo a medida que la investigación siga
estando vigente en la actualidad. Es la táctica de Rajoy ya conocida por todos.
El anuncio de un mayor control fronterizo, el cobro de futuras tasas de paso o
la restricción del espacio aéreo no se pusieron en marcha para rebajar la
tensión de Gibraltar sino para avivarla. Y ahora comprendemos por qué.
Mariano Rajoy está haciendo un especial esfuerzo
para que la actualidad informativa del verano se mantenga así, centrada
exclusivamente en la mencionada polémica con Gibraltar. Sobre todo ahora que
Arenas y Álvarez Cascos se presentan hoy ante el juez y mañana, Cospedal. “El
conflicto con el Peñón ha conseguido, por el momento, eclipsar parcialmente este
asunto intrigante. Ni los periódicos de estos días abren ya con informaciones
acerca de la supuesta contabilidad ilegal del PP, ni los columnistas opinan
sobre los supuestos papeles del extesorero de los conservadores. Gibraltar lo
ha copado todo –escribe Blanca Cambronero en Público.es–. Así quedó de
manifiesto el pasado viernes durante el despacho que mantuvieron Rajoy y el rey
en Mallorca. El presidente del Gobierno se esforzó por dar explicaciones acerca
de las medidas que tomará contra el Peñón, pero no dijo ni una palabra acerca de la declaración de su mano derecha en el
partido ante el juez que investiga la supuesta trama corrupta que afecta de
lleno a su formación. Este intento por desviar la atención se percibe,
incluso, en la zona en la que se sitúan todos los focos informativos desde hace
ya varias semanas”.
Mientras tanto, las autoridades siguen aumentando
los controles y disminuyendo las actividades de cara a las 30.000 personas que atraviesan la
frontera diariamente, y la visita de la armada inglesa no parece que facilite
las razones comerciales La ONG “Ecologistas en Acción”
pide que “no se use el medio ambiente” como justificación del conflicto y
emplaza al Gobierno a que se fije en cuestiones más urgentes como prohibir la
actividad de bunkering –el suministro de combustible libre de impuestos
desde buques nodriza anclados en la
Bahía de Algeciras–, negocio en el que el ministro Arias
Cañete tiene especial interés como antiguo presidente de Petrolífera Ducar S.L.
Y la Asociación
de Pequeñas y Medianas Empresas (Apymel) de la Línea de La Concepción pide, desde hace días, que se ponga
“punto y final” a toda la tensión porque el conflicto les está perjudicando
“notablemente”. Y todos consideran que el conflicto es “una estrategia
planificada” por parte del Gobierno español y, aunque opinan que el Ejecutivo
gibraltareño no debería haber tirado los bloques de hormigón, creen que “desde
el PP, habrían buscado cualquier otra excusa”.
El diario británico Financial
Times abría el pasado sábado su portada con la fotografía del encuentro de
Mariano
Rajoy con el Rey Juan Carlos en Marivent y dedicaba uno de sus
editoriales al conflicto de Gibraltar, un
enfrentamiento que califica de posible cortina de humo. El periódico planteaba
la sospecha de que el presidente español esté favoreciendo “la pantomima
política” en torno al Peñón “para hacer desaparecer de las portadas de los
periódicos el escándalo de la financiación de su partido, que amenaza
su superviviencia”.
La visita del rey a Marruecos, al margen del asunto Galván, pone la venda antes de la herida ante una posible acción tipo perejil, (veamos por cuanto tiempo) pero a los británicos no hay chuches que ofrecerles y aprovechan la sinergia del desplome institucional y económico de España y su gobierno agónico para liarla parda. ¿Efecto cortina..? No, no lo creo. El humo está por todas partes y recordemos que Nerón, al contrario de lo que se dice, no incendió Roma. En esa ocasión decía la verdad: fueron los cristianos.
ResponderEliminarchiflos.