Para José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte, los toros son un "patrimonio cultural inmaterial".
El PP ha reconocido en el Congreso las corridas
de toros como “patrimonio cultural inmaterial”, tras rechazar cinco enmiendas a
la totalidad presentadas por Izquierda Plural, ERC, CiU, Compromis y UPyD. El ministro
de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, justificó el apoyo a las
corridas apelando, entre otras cosas, al turismo, y sorprendió al negar nuevas
ayudas estatales al sector. “No es riguroso –dijo– y no responde a la verdad
decir que los toros gozan de régimen de subvenciones, ayudas o cualquier otro
tipo de impulso económico en los Presupuestos Generales del Estado”. La
diputada catalana, Laia Ortiz, reprochó al ministro que, como bien de interés cultural,
todas las comunidades autónomas estuvieran obligadas a dedicar dinero a la
tauromaquia y alertó de que ya se detraen recursos por ejemplo del Ministerio
de Agricultura.
El giro retórico de Wert no oculta lo obvio, que
la tauromaquia, en efecto, está sostenida con dinero público a través de
diferentes ministerios, como el de Interior o Agricultura. La Comisión Europea
también otorga, dentro de la PAC
(Política Agrícola Común), ayudas a la cría del toro de lidia que, en 2011,
ascendieron a 73 millones de euros. Ante la falta de transparencia, es difícil
aclarar el monto de las mismas pero ERC difundió recientemente un informe en el
que estima que las administraciones españolas destinan en ayudas a la tauromaquia más
de 571 millones de euros y la Unión Europea no menos de 129,6 millones de euros.
Además de las ayudas estatales o europeas, las comunidades y los ayuntamientos
destinan también importantes cantidades de dinero público a salvaguardar este
espectáculo sangriento, lo que está causando dolorosos agravios comparativos en
esta época de recortes en los servicios sociales. Cinco millones de euros fueron
destinados al Museo Taurino de Málaga.
Y algunos alcaldes populares, como el de Valladolid, destinaron hasta
180.000 euros a subvencionar eventos taurinos.
Juan Manuel Albendea, diputado del PP y
presidente de la comisión de Cultura del Congreso, afirmaba hace unos días que
los toros podrían llegar a sentir placer en su “enfrentamiento” con el torero
en la plaza. Albendea utilizó este argumento, entre otros, para defender la ILP que pide que las corridas
de toros sean declaradas Bien de Interés Cultural en todo el estado español. Albendea dijo que los
animales sienten placer cuando los matan en la plaza: “Durante la lidia, el
toro libera diez veces más hormonas del placer que no un ser humano y siete
veces más que durante el transporte”.
Albendea también aseguró que si se perdían los toros se perdería parte de la lengua española y de los términos que ha desarrollado en conjunción con el espectáculo taurino.
Albendea también aseguró que si se perdían los toros se perdería parte de la lengua española y de los términos que ha desarrollado en conjunción con el espectáculo taurino.
El ministro Wert tendió la mano a UPyD para encontrar un acuerdo que
permita proteger los toros “respetando las competencias de las comunidades”. En un arrebato cultural, Wert ensalzó la
tauromaquia como un rasgo de la “marca España”, convirtiendo las corridas en un
espectáculo cultural. Aunque muchos siguen pensando que maltratar y consentir
el maltrato hasta la muerte de un pobre animal a fuerza de golpes y de puyazos
es una simple cuestión de crueldad y cobardías colectivas, no una cuestión de
libertad. Y justificar ese maltrato, aduciendo una supuesta importancia
turística y económica, es un cinismo intolerable.
Este vídeo inicial fue sido retirado de YouTube. Pero se pudo ver en un reportaje de La Sexta, con imágenes de un activista dentro de la plaza.
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