El pasado día 10, cuando se iniciaban, en el barrio de Gamonal
(Burgos), las obras de un bulevar en la calle Vitoria, los vecinos se
levantaron en protesta en contra del alcalde y sus concejales. No veían la
necesidad de que el Ayuntamiento se permitiera sacar las taladradoras, palas y
hormigoneras y gastar un dinero que podía dedicarse a otra cosa. El Ayuntamiento,
según ellos, había adjudicado la obra a la oferta más cara, la del constructor
Méndez Pozo, quien había salido de la cárcel tras una condena de 7 años por
licencias ilegales. Hoy, la calle Vitoria sigue estando de patas arriba con una
tensa calma que continua. Y todo porque su alcalde, Javier Lacalle, del PP,
decidió construir un bulevar que reduzca de cuatro a dos carriles dicha calle,
una de las principales arterias del municipio, y elimine las plazas de
estacionamiento, con el desembolso económico que implicará para los residentes.
Pese a las protestas ciudadanas de los últimos días, Lacalle,
empeñado en realizar las obras del bulevar, defiende que la reforma pretende
generar actividad económica y mejorar los espacios públicos de la ciudad. Pero
los manifestantes dicen que en Burgos hay otras obras mucho más necesarias que no se acometen y que se “mantiene una política
de austeridad salvaje”. Y, aunque el martes, el alcalde decidía paralizar por
unos días las obras y anunciaba la creación de un grupo de trabajo para buscar
un mayor consenso, los vecinos no le creyeron y prosiguieron su protesta ante
los agentes antidisturbios que, lejos de desaparecer, aumentaron. Lamentan ellos los ocho millones de euros que
el consistorio está dispuesto a pagar por la obra, dinero que “debería ser
destinado a otras prioridades” y no a un gasto “superfluo”. Estos últimos días,
la protesta callejera se ha ampliado, registrándose por toda la península. Llamazares,
diputado de IU, explica que las medidas económicas tomadas por el Ejecutivo
“están llevando a mucha gente al borde del abismo”, y que “en estos momentos,
cualquier chispa produce un estallido social como los de Burgos y Melilla”,
sobre todo “las que tienen que ver con las condiciones de vida de la gente”. Se
trata de “reacciones lógicas y, en algunos casos, críticas”, con una existencia
de “una responsabilidad del poder político para evitarlas. A la gente no se le
puede decir que los planes de empleo solamente incluyen a unos pocos que tienen
relación con el Gobierno, mientras excluyen a una gran mayoría”. El portavoz de
“Izquierda Abierta en el Congreso” considera “imprescindible” que un Gobierno
reconsidere sus posturas, “cada vez más sectarias”, o que “al menos, realice
una convocatoria electoral que sirva para recomponer la deteriorada relación
entre la sociedad civil y la clase política”.
“En el histórico barrio obrero burgalés de
Gamonal –escribe Agustín Moreno en Elcuartopoder, con el título ‘Sobre un
polvorín’– ha explotado la rabia de los vecinos como en una banlieue
parisina. El Ayuntamiento quería construir un aparcamiento subterráneo y un
bulevar. A ello se oponía una Plataforma ad hoc por suprimirse plazas
públicas de aparcamiento y carriles para la circulación. Empezaron 200 vecinos
a las cinco de la tarde, se fueron sumando muchos más, se cortó el tráfico.
Según algunos medios que no recogen solo la versión policial ‘los ánimos se fueron encrespando y unidades
antidisturbios del CNP cargaron contra los allí congregados’ y empezó una batalla
campal que duró hasta la una de la madrugada. Cargas policiales,
pelotas de goma, pedradas, destrozo de mobiliario urbano, marquesinas, lunas de
bancos, cabinas telefónicas, contenedores ardiendo, cacerolada y barricadas
hechas por los vecinos. El balance fue de 17 detenidos y 6 policías heridos.
Veintitrés detenidos más el segundo días y otros 12 heridos. La mayoría de los
medios de comunicación no informaron de las causas del estallido, se quedaron
en la espuma de los contendores quemados, los enfrentamientos y los detenidos.
¿Cómo es posible esta explosión de ira ciudadana? La cosa venía de antes y ya había
habido un proceso de luchas anteriores. En 2005, se produjo una fuerte reacción
contra la construcción de un aparcamiento en la misma zona y el alcalde
Aparicio (exministro de Trabajo del PP con Aznar) tuvo que dar marcha atrás.
Gamonal es un barrio obrero digno, reivindicativo, no sumiso, que vive una
dramática situación con muchos miles de parados (18.000 personas en Burgos),
EREs de sus empresas, despidos, muchos jubilados y jóvenes con falta de
expectativas. La percepción de vecinos y asociaciones es que son obras
caprichosas y frívolas, con el único fin de que sigan ganado las empresas
constructoras y pasando la cuenta a los impuestos de los vecinos. Trece
millones de euros no es una bagatela como coste de unas obras innecesarias, que
se acompañan de recortes en servicios públicos como líneas de autobuses o
escuelas infantiles. En el fondo, está el intento de privatizar espacios
públicos (las plazas del aparcamiento subterráneo se venderían a 20.000 euros),
endeudar a la ciudad y desviar recursos de todos a las arcas de las
determinados empresarios de pasado poco limpio. Una turbia comunión de
caciquismo, élites políticas, económicas y mediáticas, ya salpicadas
anteriormente por escándalos de corrupción.
Gamonal, a las 19' 30 del pasado lunes, 13 de
enero.
Las conclusiones,
según Agustín Moreno, son varias: a) La crisis y, más aún, las
políticas aplicadas y sus consecuencias (paro, pobreza, desahucios, recortes
sociales), hacen que estemos sentados sobre un volcán social. Las graves
dificultades económicas que vive la población se expresan en una menor
tolerancia hacia la corrupción y el despilfarro. La gente ve desatendidas sus
demandas de empleo y protección social, no quiere que le endeuden ni que le
expropien lo que es suyo, lo público. Y el gobierno no es consciente de ello,
pensando que las familias harán de colchón de amortiguación de la miseria y que
podrá gestionarlo con manipulación informativa y medidas represivas.
b) Los movimientos sociales son una
vacuna contra la
impunidad de las mafias, el despilfarro y el autoritarismo del poder político.
La movilización demuestra que la ciudadanía no es un rebaño de corderos.
c) La gente pide soluciones y
participación. Que les oigan, que les tengan en cuenta, que no se sientan
ninguneados por las autoridades. No está bien que se quemen contenedores, pero
nunca se debería despreciar tanto a la gente para que saque la conclusión de “es la única manera de que hagan caso”.
d) La protesta no se puede resolver
con represión: duras actuaciones de las fuerzas antidisturbios y recortando las
libertades con las reformas del Código Penal y la llamada ley de Seguridad
Ciudadana. Una prueba de que la represión no resuelve nada y genera espirales
de acción reacción es que volvieron a repetirse los enfrentamientos en Gamonal
exigiendo la libertad de los detenidos (unos cuarenta).
e) Por último, expresar una
preocupación: no creo que el ministro Fernández Díaz esté capacitado para
dirigir con serenidad el Ministerio del Interior. Hace política con lo que no
debería (filtración de la acción contra supuestos miembros de ETA), le falta
templanza a la hora de opinar sobre actos políticos y enciende fuegos cuando
debería de apagarlos. Es como si estuviera sentado sobre una caja de bombas y
sin mucho conocimiento de la materia.
“Ser rico me costó lo vuestro” dice el cartel contra Méndez Pozo en Gamonal.
“La corrupción urbanística, en Burgos –denuncian
varios vecinos del barrio obrero de Gamonal– es de antes de la burbuja
inmobiliaria. No es normal que, con sólo 180.000 habitantes, Burgos tenga el
suelo a ese precio. Sólo Madrid, Barcelona o San Sebastián, superan el precio
de la vivienda. Somos la cuarta ciudad con el metro cuadrado más caro”. Los
burgaleses no dudan en señalar nombres como el del constructor Antonio Miguel Méndez
Pozo, presidente de la Cámara
de Comercio, presidente de la Fundación Atapuerca , presidente de la Fundación Silos y
dueño del Diario de Burgos...
Méndez Pozo es, desde hace ya tres décadas, el gran poder político y económico
en la ciudad, a pesar de que sus desmanes urbanísticos le llevaron a la cárcel
en los años 90, condenado en
un famoso caso de corrupción. Pero, sus antecedentes penales no le
impiden disfrutar de adjudicaciones y recalificaciones millonarias en el
Ayuntamiento de Burgos, su gran bastión. “Lo controla todo –se quejan los
vecinos–. Y, en cuanto abre la boca, todos a callar. Aquí la corrupción
urbanística llegó mucho antes de la burbuja inmobiliaria”. Hartos
de esta situación, los vecinos no dudan en dirigirse contra el constructor
Méndez Pozo, quien, en su día, pasó dos años entre rejas por el “Caso de la Construcción ”. “Es el
que manda en Burgos –critican otros–. Estuvo en la cárcel por chanchullos
urbanísticos y al alcalde de la época le faltó muy poco para acompañarle. Se
cree amo y señor de Burgos. Esto va a ser la mecha que va a prender la revolución en España”,
advierten, añadiendo que “la gente está muy cabreada y muy convencida de lo que
está haciendo”.
Antonio Méndez Pozo, el amo en la sombra.
Méndez Pozo es el que decide lo
que hay que hacer en Burgos. Controla los medios de comunicación y es dueño de
la empresa Promecal con nueve diarios, dos televisiones y dos estaciones de
radio. La idea que ganó el proyecto del bulevar (UTE Bulevar calle Vitoria,
formada por los burgaleses Copsa y Aroasa), está redactada por una de las
empresas de Méndez Pozo, MBG, gestionada por su propio hijo. Cobraron por ella
240.000 euros. Méndez Pozo fue condenado, en 1994, a 7 años de cárcel
por presentar falsos documentos en el caso de la Construcción de
Burgos. Se dice que Aznar lo ayudó a salir de la cárcel. Hoy, Méndez Pozo, amigo personal del expresidente del
Gobierno, acecha de nuevo. Según Estrella Digital, este constructor es
también el padre del dueño del estudio de arquitectos que ha diseñado el
bulevar, en cuya empresa también tiene participación. Los vecinos aseguran
que este empresario gobierna Burgos y que las reformas siempre le benefician a él. “En el PP de Burgos, no se mueve ni una silla
sin su consentimiento”. Aída Pérez, una
vecina de 25 años señala: “El problema es que se está llevando el dinero el mismo de
siempre, Méndez Pozo. Pero, que te impongan una obra para que
este señor se llene los bolsillos es la gota que colma el vaso”. La indignación
es tal que no hay quien duda incluso en hablar de las supuestas comisiones
que podría llevarse el alcalde, Javier Lacalle. El edil defendía el lunes las
obras del bulevar y recordaba que estaban recogidas en el programa electoral
del PP. La desconfianza de los vecinos en los integrantes del consistorio creció
a medida que pasaron los días. “Es sospechoso oír cómo el alcalde dice que va a
seguir adelante –relata a Vozpópuli Marcos Barriuso, un vecino de 31
años de Gamonal–. Algo tiene que haber detrás del interés político. La gente
está harta de que no la escuchen. Gamonal es un barrio obrero y la lucha obrera
se nota. En 1978, intentaron subir dos pesetas el precio del billete de autobús
y se liaron a tortazos con los concejales.
Lo que
está claro es que ahora no viene a cuento una obra de esta envergadura”.
Los vecinos se quejan de esta obra que no soluciona nada para este barrio, en
un momento en que el Ayuntamiento tiene déficit. “Hay 140 millones de euros de
deuda municipal generada a lo largo de 2013 y que tiene que afrontar el
consistorio capitalino –critica otra vecina que lleva toda su vida viviendo en
Gamonal–. Nos
sentimos mangoneados por políticos y administración. Hay muchos
jóvenes desalentados, que no tienen nada que hacer, que se ven sin salidas... No
conozco a nadie que esté de acuerdo con
el bulevar. Es un proyecto hecho deprisa y corriendo. Levantar la calle Vitoria
es una locura”.
Desde principios de la semana
pasada, la chispa de Gamonal se extiende por España entera. A través de las
redes sociales, el miércoles se convocaron concentraciones de apoyo en varias
ciudades, entre ellas Gijón y Oviedo. Los vecinos se quejaron de los ocho
millones de euros que pagará el consistorio por la obra, dinero que debería ser
destinado a “otras prioridades” y no a un gasto “superfluo”. Tras las
localidades asturianas, se sumaron otras como Madrid, Palencia, Vigo, Valencia
o Zaragoza. En la capital de España, la cita fue a las 19 horas en la Puerta del Sol y llevaba
como lema “Solidaridad con Burgos, Gamonal Resiste, absolución detenidos”. Para
los convocantes de estas concentraciones, lo que pasa en Gamonal es un asunto
que afectaba a toda España. “Nadie quiere este proyecto –afirma Francisco
Cabrerizo, portavoz de la
Asociación Vecinal 'Las eras de Gamonal'–. La situación ya es
bastante difícil aquí, con la mayor parte de la gente, obreros o de clase media
modesta”. En el vídeo de promoción del proyecto el Ayuntamiento asegura que
busca mejorar la vida de los habitantes, reduciendo las vías de circulación de
dos a una en cada sentido, creando un carril-bici, zonas verdes y parques
infantiles. Pero los vecinos denuncian que su precio es la supresión de plazas
de aparcamiento libre. A cambio, el proyecto prevé la construcción de un
aparcamiento subterráneo, con escasas plazas y que se venderán por “cerca de
20.000 euros” cada una. La
Federación de Asociaciones de Vecinos de Burgos, a través de
una nota informativa, compara la violencia callejera que durante los últimos
días ha sacudido el barrio con las decisiones políticas que recortan derechos,
libertades, servicios y calidad de vida. “Tan violentos son los que queman contenedores,
tiran piedras y generan climas de tensión, como los que congelan el salario
mínimo interprofesional, permiten los desalojos y anulan las ayudas sociales”,
señalan en una nota.
Javier Lacalle, durante la rueda de prensa del
martes.
Francisco Martínez Vázquez, secretario de Estado
de Seguridad, aprovecha los incidentes y manifestaciones para decir que son
obra de “grupos violentos que se desplazan” a distintos puntos de España. Y defiende
que, ante esta situación, hay que dar una “respuesta firme”. En el caso de
Burgos, apunta que entre los 40 detenidos hay 11 menores y que “alguien debe
hacerse responsable de los destrozos provocados, sus padres o tutores”. Dice que pertenecen a grupos de violencia
antisistema, extrema, “que ya habíamos visto en otros lugares”. Y hace
hincapié en que esos grupos, “extremadamente violentos”, no tienen que ver con
la reivindicación vecinal, sino que aprovechan
las manifestaciones ciudadanas “para generar violencia” y, en ocasiones,
“se desplazan, en este caso desde Madrid y Valladolid”. Califica a Burgos como una ciudad “tranquila”
y con muy buenos índices de seguridad. Puntualiza que, este fin de semana, se
han quemado más de 100 contenedores y
destaca que ha habido enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, ataques a
sucursales bancarias, destrozos de mobiliario urbano y lanzamiento de
tornillos. Según el número dos de Interior, “es cierto que en España los ciudadanos, pese a las protestas,
se están comportando de manera ejemplar”, pero hay grupos que “se
cuelan” y eso obliga a “mejorar el ordenamiento jurídico” para recoger “de
manera más precisa” los distintos casos y “garantizar mejor” los derechos. Asegura,
sin embargo, que sería “poco afortunado legislar en caliente” y, según él,
Interior está desarrollando la norma “con sosiego”, algo que, en el caso de la Ley de Seguridad Ciudadana, ya
le ha costado hasta la reprimenda de Europa por restrictiva.
Luis Tudanca:
“En Burgos no se acepta un
nuevo ataque de centralismo”.
Por el contrario, El PSOE acusa
a Interior de criminalizar la protesta de Burgos. Luis Tudanca, diputado
del PSOE por Burgos, cree que es una “locura” que, en dos días, se hayan producido “40 detenidos” y recrimina
al PP que intente “generalizar” la idea de que todos los vecinos que protestan
son violentos. Nacido en Gamonal, Tudanca replica que la práctica totalidad de
los detenidos son residentes en Burgos, y recrimina a Interior que utilice
estos sucesos para justificar la reforma de Ley de Seguridad Ciudadana que
planea el Gobierno, “lo que es demencial”.
Asegura que los vecinos de Gamonal son gente normal, trabajadores que no
quieren que se gaste una millonada en una obra que, encima, les va a crear
nuevos problemas, y que tampoco entienden el momento elegido para hacerla. A su
juicio, el “cabreo” de los vecinos ha ido en aumento porque, en todo este
tiempo, el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, ni siquiera se ha dignado a recibir a la
plataforma creada contra la reforma de Calle Vitoria. “El
alcalde está empecinado en seguir adelante y el barrio no va a permitir que le
tomen el pelo”, ha avisado, mostrando su preocupación porque la tensión va “in crescendo”
en la zona.
Méndez Pozo, saliendo de la cárcel tras una condena de 7 años por licencias ilegales.
Durante años, antes incluso de la llegada de la
burbuja inmobiliaria, Burgos fue una de las ciudades con la vivienda más cara
de España, sólo superada entre las capitales de provincia por Madrid, Barcelona
y San Sebastián. “Sólo hay una razón –cuenta Ignacio Escolar– que pueda
explicar por qué en Burgos la vivienda se disparó: la corrupción urbanística.
Durante años, un constructor y sus amigos manejaron las recalificaciones del
Ayuntamiento, que controlaba la derecha. Ese constructor se llama Antonio
Miguel Méndez Pozo, aunque todo el mundo le conoce como Michel Méndez Pozo. O
como ‘el jefe’. No sólo se dedica al ladrillo. Es también dueño del
Diario de Burgos, el periódico
más leído y con más influencia en la provincia. Con una mano, Méndez Pozo controlaba
las listas de la derecha al Ayuntamiento, donde llegó a amparar una candidatura
de ‘independientes’ contra la lista de Alianza Popular. Con la otra, manejaba
la política urbanística de la ciudad. Sus componendas con el Ayuntamiento
llegaron a juicio a principios de los noventa. El propio José María Aznar
–entonces presidente de la Junta
de Castilla y León y líder regional del partido, además de amigo íntimo de
Méndez Pozo– tuvo que declarar por sus estrechas relaciones con el constructor;
Aznar reconoció que le pedía su ‘opinión’, que era su asesor para temas
urbanísticos. En 1992, el alcalde de Burgos, José María Peña, fue condenado por
prevaricación a doce años de inhabilitación para cargo público. A
Méndez Pozo le cayeron siete años y tres meses de prisión. Sin embargo, el
constructor sólo cumplió nueve meses antes de salir de la cárcel en tercer grado. Más tarde, el Gobierno
de José María Aznar indultó al alcalde Peña, que volvió a
presentarse a las municipales y salió elegido concejal (Burgos es así)… Tras
pasar por la trena, no sólo no se convirtió en un apestado sino que aumentó aún
más su fortuna, sus relaciones y su poder. En Valladolid, se alió con el grupo
PRISA para lanzar otro periódico, El
Día de Valladolid. En Navarra, con la COPE.
Puso en marcha la delegación autonómica castellanoleonesa para Antena 3, y
también pactó con su antiguo rival, el constructor leonés José Luis Ulibarri,
para montar juntos la televisión autonómica semipública –la paga la Junta – de Castilla y León (…)
Burgos fue y ha seguido siendo el bastión de Méndez Pozo. Con la ayuda del
periódico, se ha impuesto antes y ahora al propio PP, en una extraña relación
donde un hombre que nunca ha sido militante del partido es el auténtico poder.
Los alcaldes cambian, pero Méndez Pozo permanece. El Diario de Burgos un día calla y al otro se convierte en referente del periodismo de investigación, al destapar un
escándalo con la factura telefónica de uno de los concejales del Ayuntamiento,
casualmente uno con mala relación con el constructor. De fondo de estos
navajazos, un proyecto: el del aparcamiento en el barrio obrero de Gamonal”.
El Ayuntamiento de Burgos ha
registrado tres subidas de impuestos en dos años. El paro y la emigración
afectan sobre todo a los jóvenes de
menos de 30 años. Y, en Gamonal,
se hablaba de la guardería que van a cerrar porque no hay 13.000 euros para
sufragar los arreglos. Pero sí hay ocho millones de euros para hacer una obra
que amenaza de ruina a todos los comercios de la calle Vitoria. Ocho millones
de euros para una milla de oro que nadie ha pedido. El alcalde estuvo dispuesto
a remodelar una calle contra la opinión de los vecinos, cuando lo habitual es
lo contrario, que los vecinos reclamen una obra que el consistorio no acaba de
programar. El PP local explica que el proyecto estaba en su programa electoral
y ha sido conocido en toda su amplitud, e incluso aprobado, por asociaciones
vecinales. Pero se descubre que la composición de los Consejos de Barrio estaba
manipulada y que el consistorio nunca quiso escuchar la voz de las asociaciones
que representaban a los vecinos. “La obra –escribe Luis Gómez en El País– no
tenía otra finalidad que satisfacer al empresario Méndez Pozo, el constructor
al que se le adjudica un poder absoluto en Burgos. Esta mezcla de clientelismo
y caciquismo es muy frecuente en algunas de las capitales de Castilla y León,
donde los grandes constructores se reparten además los principales medios de
comunicación de la región y aparecen imputados, de forma directa e indirecta,
en el caso Gurtel.
Forma parte del paisaje de la comunidad y ha sido generalmente aceptado y
conocido. Nada de esto explica por sí solo el estallido violento sucedido este
fin de semana. Tampoco lo explica la hipótesis de los ‘turistas radicales’, tan
del agrado de quienes buscan conspiraciones de bolsillo ante cada contrariedad
política, según la cual jóvenes ultras llegados de otros lugares fueron quienes
provocaron el incendio. Si eso fuera así, la población se habría retirado de
las manifestaciones. Lo sucedido tiene además un precedente en otra calle de
Burgos, la de Eladio Perlado, donde el anterior alcalde, Juan Carlos Aparicio,
también del PP, puso en marcha una obra con un aparcamiento de por medio que el
vecindario no aceptó. Hubo protestas callejeras y Aparicio dio marcha atrás.
Ese es el consejo que le han dado al alcalde Lacalle, quien sostiene que dar un
paso atrás es darle satisfacción a los violentos. ¿Qué tiene Gamonal que no
tengan otros barrios con problemas? La diferencia es una: un cacique con nombre
y apellidos detrás de un conflicto. ¿Explica eso la chispa violenta?”.
La chispa del barrio de Gamonal se extiende rápidamente.
El miércoles, una manifestación en apoyo a los vecinos burgaleses recorre
Madrid, desde la Puerta
del Sol hasta la sede nacional del PP en la calle Génova, donde termina con
cargas policiales y 14 detenidos, tres de ellos menores de edad. Es una de
las numerosas convocatorias que surgen por todo el país en solidaridad con esta
protesta. Al grito de “detenidos libertad”, “Viva Gamonal” y “Antidisturbios, fuera de Burgos”,
un numeroso grupo marcha desde Sol hasta la Gran Vía , cortando el tráfico y encabezado por la
pancarta de la
Coordinadora 25-S. Al acercarse a la calle Génova, de
inmediato, un nutrido despliegue policial blinda una vez más la sede del PP.
Ante las vallas azules que les impide avanzar y el cordón de antidisturbios que
rodea al grupo, algunas personas comienzan a lanzar petardos y botellas contra
los agentes, que contestan con una carga que disuelve a los concentrados.
Algunos se refugian en la parada de metro de Colón, donde también acceden los
agentes. Otro grupo recorre la avenida de la Castellana , dejando
barricadas y prendiendo fuego a varios contenedores que son apagados por los
Bomberos. La Policía los persigue por distintas calles,
dispara pelotas de goma y carga contra ellos. Santiago de la Fuente , miembro del cuerpo de
bomberos, es aprehendido tras golpear con la cabeza a un
policía que le habría exigido retirar sus utensilios de trabajo mientras apagaba
un contenedor. El responsable del equipo de extinción de incendios y algunos de
sus compañeros intentan dialogar con la Policía para evitar el arresto, fracasando en el
intento. El bombero, acusado de haber agredido a un policía antidisturbios, está casi 24 horas detenido. Se
publica su expediente policial donde se atestigua que tiene antecedentes. Los bomberos
afirman que se quiere denigrar al compañero detenido. Rubén Gallego,
responsable de CCOO de los
Bomberos, asegura que “no tiene ningún
tipo de antecedente con policías municipales, ni ningún otro miembro del
Estado”. La organización insiste que “existe una campaña de acoso y derribo”,
debido a los antecedentes facilitados a través de los medios estos días. La Delegación del Gobierno
de Madrid se muestra a favor de
defender la intervención del cuerpo de policía antidisturbios. Cristina
Cifuentes, la delegada, declara que “cuando se produce una agresión a un
policía, venga de quien venga, la consecuencia debe ser la misma”. La posición
de este organismo para el Secretario General de CCOO del Ayuntamiento, Pedro
Delgado, ha sido incorrecta y a su juicio, “ni ha sido leal, ni contrastada”.
El conflicto, abierto entre ambos cuerpos –Policía (Cifuentes) contra Bomberos
(Botella) – queda abierto.
Pero, la convocatoria del miércoles en Madrid, no
es la única. En una treintena de ciudades españolas se convocan concentraciones
en apoyo a la lucha de Gamonal y en solidaridad con los detenidos que ha dejado
la protesta en Burgos. Conscientes de que la pelea no es sólo contra un
bulevar, sino contra un modelo de gestión municipal que no tiene en cuanta las
demandas de los ciudadanos, las concentraciones se suceden en ciudades como Oviedo, Gijón, Logroño, Sevilla, Palencia,
Vigo, Zaragoza, Bilbao, Vitoria, Toledo, Valladolid y otras poblaciones. Gamonal
consigue volver a prender la mecha de la indignación de una parte de la
castigada sociedad española. En menos de
una semana, las muestras de adhesión se han extendido por toda España.
El eco mediático de las protestas continúa en las redes sociales
y movilizan muestras de adhesión. A pesar de la marcha presentada contra el
Ayuntamiento de Burgos, dispuesto finalmente
a sentarse con el resto de fuerzas políticas y con los vecinos de Gamonal,
la llama contestataria burgalesa prende en otras ciudades. En el popular barrio
obrero comienzan a desarrollarse algunas
pautas que recuerdan al espíritu original del 15-M, como la organización de grupos para ofrecer desayuno en la calle
a primera hora del día o la instalación improvisada de algunas lonas a pie de
obra en el bulevar para resguardarse del frío. Y, lo que empezó como una
protesta pacífica a favor de Gamonal, termina en carreras y cargas policiales. A menudo, se registran choques entre la policía y
varios de los manifestantes radicales, que lanzan petardos, botellas,
y destrozan elementos del mobiliario urbano (papeleras, vallas y contenedores). La policía trata de dispersar a
los radicales, disgregados en diversos grupos por las calles, donde continúan
las carreras, los destrozos en el mobiliario urbano y la quema de contenedores.
Poco después de las siete de la tarde del viernes
y tras ocho días de protestas, el alcalde de Burgos renuncia a acometer las
obras en Gamonal. El clima en el barrio burgalés pasa de la crispación a la
euforia. “Gamonal ha vencido” es el grito más oído, mientras los vecinos vuelven
a tomar las calles para celebrar la paralización definitiva de las obras. “Hemos
demostrado que el pueblo manda”, gritan algunos. El clima es festivo y, a pesar
de que algunos siguen sin fiarse de las palabras del criticado alcalde del PP,
no dudan en mostrar su satisfacción por esta victoria. “Es un triunfo para
Gamonal, pero también para el resto de España, para quienes nos han apoyado”,
aseguran. El siguiente paso es lograr la dimisión del alcalde, la absolución de
los 46 detenidos durante las protestas y que los antidisturbios salgan de la
ciudad.
David Bollero advierte que lo que realmente teme
el Gobierno de Gamonal, tras las mentiras y la represión, es el poder de los
movimientos sociales y, más concretamente, de los movimientos vecinales que,
desde la aparición del 15M y sus asambleas de barrio, han resurgido con fuerza.
“Nuestro Gobierno conservador, entre cuyas filas se encuentran ministros más
propios de la dictadura que de la democracia, no olvida el poder de las
asociaciones de vecinos como agentes de cambio social. No puede quitarse de la
mente cómo el mismo dictador estuvo contra las cuerdas y se sacó de la manga
una Ley de Cabezas de Familia para poner puertas al campo. Y no sirvió de nada.
El gran temor del ministerio del Interior es que el espíritu de Gamonal se
extienda por el resto de España, que otras regiones constaten que la unión hace
la fuerza y no hay porra ni toque de queda que puedan debilitarla; más bien al
contrario, la refuerza y le dota de un poder expansivo. Cuanto más grande es el
fracaso de las instituciones y de nuestros representantes políticos, más
potente es el movimiento vecinal, ese que se ocupa del día a día, al que le
importa un carajo las cifras macroeconómicas y lo que diga el FMI y lo único
que busca es su bienestar y el de su prójimo en la más pura cotidianeidad. Lo
que de verdad no sólo teme, sino que aterra a Fernández Díaz, es que se
multipliquen los focos de conflicto por el país o, incluso, que del mismo modo
que él desplaza fuerzas de represión e intimidación desde otras provincias, el
pueblo haga lo mismo para reclamar lo que es suyo: la soberanía. Por este
motivo animo a ser antisistema, dado que llevamos años constatando que el
sistema actual sólo beneficia a los de arriba; hago un llamamiento a la unidad
y, por qué no, a reforzar las filas de protesta de Gamonal para que, de una vez
por todas, Lacalle se digne a escuchar a la calle, a su pueblo. No lo
olvidemos, estas protestas llevan meses produciéndose, sin respuesta alguna del
alcalde… aunque eso al secretario de Estado de Seguridad se le olvide
comentarlo”
José Pérez publica, en su blog “Mi mesa cojea”, la Cronología improbable
de la Revolución Burgalesa, que consta de los siguientes puntos:
1. Las ciudadanas del Gamonal, que se oponen a la
construcción de un bulevar, toman las calles con violencia y son reprimidas por
la policía.
2. Las autoridades locales se reúnen con las
personas rebeldes para pactar una solución negociada.
3. Tras una semana de negociaciones, las
autoridades locales comunican que ha sido imposible alcanzar acuerdo alguno con
las rebeldes, por lo que reanudan los planes inicialmente previstos para el
Gamonal.
4. Las rebeldes burgalesas salen nuevamente a la
calle y, armados con palos y cuchillos, toman el Estadio de Fútbol de El Plantío.
El alcalde acude al campo para negociar, pero los rebeldes le decapitan, clavan
su cabeza en un palo y lo pasean por Burgos.
5. La Revolución se extiende por toda España. En la Puerta del Sol, se reúne
una Comisión Nacional Constituyente, que rechaza la obediencia al Rey y al
Gobierno. Los medios de comunicación que no tienen anunciantes hablan ya de
Tercera República Española y siguen sin pagar a sus periodistas.
6. Por toda España, la gente ata a concejales y
los ahoga en ríos. La moda no tarda en difundirse por YouTube y
#ahogaunconcejal es trending topic mundial durante dos años.
7. La Comisión Nacional
Constituyente de Sol publica la
Declaración de los Derechos de la Mujer y del Hombre y de la Ciudadana y del
Ciudadano, donde se recogen los principios de libertad, igualdad, biodanza y
reiki.
8. Una turba convocada por Twitter toma el
Congreso, provocando que las personas diputadas huyan a su segunda residencia.
El poder pasa entonces a manos de la Comisión Nacional ,
aunque las diputadas seguirán cobrando dietas durante 35 años más.
9. Juan Carlos I intenta abandonar el país en
moto, pero una prostituta le reconoce en Jaca y es devuelto a Madrid, donde la Comisión Nacional
le retiene en el interior de una tienda bio.
10. La Comisión convoca unas elecciones generales a mano
alzada. A pesar de la dificultad en el recuento de votos (se hace a ojo, ya que
las matemáticas son consideradas contrarrevolucionarias) el resultado revela
que las personas españolas apoyan el nuevo régimen de forma mayoritaria.
11. Un miércoles por la tarde, Juan Carlos I es
ajusticiado por la vía de la ingesta masiva de tomates transgénicos. Morirá 16
años después.
12. El paro sigue aumentando en todo el Estado,
lo que provoca disturbios contra el frágil gobierno de Sol. Comienza una era de
terror, en la que miles de personas son radiadas con ondas wifi, impidiendo así
que descansen correctamente por la noche.
13. Una contertulia, que ha ido ganando
popularidad gracias a su grácil verbo y a su cautivadora sonrisa, es elegida
Persona Emperadora del Estado Español. Con su nombramiento se pone fin al
periodo conocido como Transición Española.
14. En los días posteriores a su nombramiento, la Persona Emperadora
nombra Ministro del Interior a su cuñado, llega a un acuerdo con la Conferencia Episcopal
y ordena que se acaben las obras del bulevar del Gamonal.
Otros fotomontajes de esta semana: “El Jueves”
muestra, como en la Galia
de Asterix, un reducido grupo de burgaleses se levantan contra el PP popular; Obama, escuchando a Rajoy; el viaje de Rajoy a
los EEUU y el viaje de los caracoles.
Erlich nos recuerda:
El humor de estos días: Malagón,
Ferrán, Pat, El Roto, Peridis, Forges, Vergara, Raúl Salazar y A. López.
Pep Roig muestra, desde
Mallorca: La luz en el túnel de Rajoy, Lo que cuesta la cuesta, Libertad de
represión, Dejadme solo y Pobres por la patria.
Terminamos con tres vídeos sobre Gamonal.
En la noche del miércoles se inician en Madrid las manifestaciones en apoyo a los vecinos del barrio burgalés. La Policía detiene a catorce personas, entre ellas tres menores. Entre los detenidos hay un bombero que se negó a identificarse tras tener una discusión con los antidisturbios.
Gamonal está en contra del bulevar de Lacalle, una obra que consideran frívola y caprichosa. La gente pregunta quién va a pagar la obra, qué tasa o impuesto sube, qué puestos de trabajo recorta. La pancarta que abre la manifestación no niega que se hagan inversiones en un barrio con tantas necesidades pero exige que se hagan de otra forma.
Este
vídeo es una secuencia entera sin ningún corte, grabado el 15-1-2014 en Madrid
en la manifestación de apoyo a la represión de #Gamonal
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