Tras un accidentado viaje a Honduras, el Príncipes Felipe no se
libró de los abucheos y de las protestas en su fugaz visita a Las Palmas de
Gran Canaria donde se encontró con la Princesa y asistieron por la mañana a la inauguración del Conjunto Arquitectónico Museo
de Sitio Castillo de La Luz.
Un grupo de medio centenar de ciudadanos increparon al
heredero al trono con consignas contra la monarquía y sus desmanes con el
dinero de todos. Pese a ellos, los Príncipes descubrieron la placa
conmemorativa y defendieron el lugar como un lugar “lleno de historia y
creatividad” que tiene la vocación de “aunar la historia de esta isla, noble y
generosa, con el arte al mejor nivel y, en especial, el que representa uno de
sus hijos predilectos”.
El
alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, se mostró convencido
de que el recinto cultural “escribirá importantísimas páginas en el futuro de
la ciudad” y resaltó el valor histórico de la fortaleza, que ha sufrido “numerosas
vicisitudes desde 1478, cuando Juan Rejón mandó a construir el primer torreón. El
castillo vivirá en un futuro a través de su obra, pervivirá para siempre”. En
total, el Ministerio de Fomento invirtió en las obras de rehabilitación 6,6
millones de euros desde 2001.
Por la tarde, los Píncipes convirtió el Palmétun en uno de los jardines de palmeras más importantes de Europa. Comenzó a crearse en 1990 y costó 10 millones de euros, parte de ellos procedentes dela Unión Europea.
Alberga unas 2.000 especies vegetales de las que casi 500 son palmeras, sobre
una superficie de unos 120.000 metros cuadrados . El alcalde de Santa
Cruz destacó sus espectaculares vistas a la ciudad, al mar y al macizo de
Anaga. Se refirió al esfuerzo de haber creado “un milagro vegetal” en las
peores condiciones, pero calló la apabullante vista que también tiene sobre la
refinería de Cepsa y sus tanques.
Por la tarde, los Píncipes convirtió el Palmétun en uno de los jardines de palmeras más importantes de Europa. Comenzó a crearse en 1990 y costó 10 millones de euros, parte de ellos procedentes de
Los Príncipes, rodeados de un centenar de altos y medianos cargos
públicos, sin que el pueblo llano pudiera acercarse en ningún momento, plantaron
una palmera endémica de Jamaica y fueron despedidos con consignas contra la Monarquía y abucheos. Tanto en la fortaleza como en el Palmétum, se pudieron escuchar lemas como “los Borbones a
los tiburones”, “se va a acabar la paz social” y “vivas” a la República y a la
independencia. Unos gritos que fueron contrarrestados por aplausos y vítores de
otros ciudadanos, según el diario “Canarias ahora”. Los
vecinos critican la instalación de una valla de 300.000 euros que rodea el
bastión portuario, y la asociación “Todo Nuestro Patrimonio de La Isleta ” expresó su malestar
por el uso que se le va a dar al recinto, futura sede de la Fundación Martín
Chirino, y proponiendo combinar las muestras itinerantes con otras permanentes
como un museo de la ciudad o naval.
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