El diputado Joan Baldoví (Compromís-Equo), estrujando una lata de Coca-Cola.
Aunque es algo de la semana pasada, no me resisto
a recordar la interpelación de un diputado en el Congreso. “Señor Rajoy, usted
vive como la abeja Maya, en un país multicolor, vuela sin cesar a su mundo sin
igual y no hay problema que no solucione Maya”. Así comenzaba el diputado de
Compromís-Equo, Joan Baldoví, su intervención ante Mariano Rajoy, en el último debate
sobre el estado de la nación, en el que le reprochó su triunfalismo antes de
recordarle la difícil situación de muchos ciudadanos. “Usted –añadió– nos
apabulló ayer con cifras, con números. Pero esos números pasan de largo de las
personas: las ignoran, las castigan implacablemente. Usted dedicó [en su
discurso inicial] cero segundos a educación, sanidad, copagos, dependencia,
desigualdad, pobreza, desahucios, dación en pago, a la ley del aborto. Cero
segundos a los problemas reales de la gente”. Al final de su intervención, el
diputado habló de la película que su suegra vio el sábado en Cine de Barrio: “La
tonta del bote”, para acusar al PP de tomar por tontos a los ciudadanos. “En
sus dos años ha conseguido metas muy altas, como que una empresa que tiene
beneficios pueda hacer un ERE y despedir a 1.250 trabajadores con facilidad. Su
Gobierno, como la Coca-Cola ,
pretende esto: estrujarnos, aplastarnos, exprimirnos. Ante eso podemos hacer
dos cosas: podemos cruzarnos de brazos, encogernos de hombros, resignarnos, o
podemos hacer pequeñas cosas. Dos ejemplos: dejar de beber coca-cola o dejar de
votar al Partido Popular”.
Joan Baldoví, citó la situación de los
trabajadores de Coca Cola, que se enfrentan a un ERE anunciado por la compañía.
Para ello, mostró una lata de la mencionada bebida y la utilizó como metáfora
de lo que, desde el Ejecutivo, se está haciendo con su acción de gobierno. Su
reivindicación coincidió con una protesta protagonizada por los trabajadores de
la citada empresa en las inmediaciones del Congreso. Baldoví dijo que, desde que Rajoy es presidente, el País Valencià
ha dejado de ser un “motor” económico en España, para ser “pobre”.
El pasado sábado entraba en vigor el convenio firmado por la Comunidad de Madrid por
el que la organización Cruz Roja será la encargada de gestionar las donaciones
de sangre en la vía pública ofrecidas por los ciudadanos de manera altruista. El
precio, pagado con dinero público, será de 67 euros por bolsa, y ninguna otra
entidad podrá llevar a cabo campañas de extracción de sangre en la calle. El
gobierno regional pagará a la
Cruz Roja 9,3 millones de euros al año en concepto de gastos
por la gestión, un servicio que hasta ahora realizaban los empleados públicos
del Centro de Transfusiones. Los empleados de esta unidad han permanecido
encerrados en su lugar trabajo casi un mes en protesta por la privatización de
este servicio público y en defensa de sus empleos, que en principio están
asegurados, según el acuerdo logrado por los sindicatos. Con el apoyo de la Marea Blanca ,
Patusalud, Mesa en Defensa de la
Sanidad y otros colectivos, los trabajadores afirman que seguirán
luchando para que la sangre tenga una gestión pública y llamarán a los
ciudadanos a que sólo donen sangre en los hospitales públicos. Esta es la
fotografía de la Cruz Roja ,
que, curiosamente, aparece justo al lado de la Coca-cola .
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