La abdicación en el Congreso.
Izquierda plural.
Sentada en Neptuno.
Lo sucedido ayer en el Congreso de los diputados
estaba cantado de antemano. Rajoy empleó los mismos términos que cuando aprobó
los recortes impuestos desde Bruselas: “Hacemos lo que se nos exige”. Los
mismos asesores de la Casa
Real le hubieran podido escribir su discurso. El presidente
asumió como suya la opinión de todos los ciudadanos y aseguró que no es momento
de discutir entre monarquía o república. Alabó el bipartidismo y “los gobiernos
de distinto signo político” que han gobernado hasta ahora. Y mencionó lo bien
formado que está el príncipe Felipe. Rubalcaba reflexionó sobre la cuadratura
del círculo, hablando de la “preferencia republicana” del PSOE para, a continuación,
aclarar: “Nos seguimos sintiendo compatibles con la monarquía parlamentaria,
por lo que nadie duda de que el PSOE vaya a romper el consenso constitucional”. Y repitió otra de sus frases preferidas: “Los
españoles no somos súbditos, sino ciudadanos de pleno derecho”.
Cayo Lara empezó recriminando que la Constitución , de la
que tanto han hablado Rubalcaba y Rajoy, “se viola masivamente un día sí y otro,
también” y recordó la crisis de la monarquía. Dijo que “el monarca fue designado
directamente por el dictador”. Que “se ha agotado un modelo que quieren
perpetuar para que parezca que cambia todo sin que nada cambie”. Que cada vez
más gente “sigue defendiendo que no somos súbditos, sino ciudadanos libres”. Y
que “el pueblo español se lo hará pagar en el futuro”. Cayo Lara recordó que la
monarquía se ha visto salpicada por la corrupción. “El pasado 25 de mayo la
sociedad española dio un giro histórico y es hora de traducirlo en un proceso
constituyente. Pedimos que se convoque un referéndum y que nuestro país,
independientemente del resultado, suba un peldaño en la escala democrática”. Lara
continuó con su alegato en favor del referéndum: “Lo que exigimos tiene que ver
con la democracia. Hablamos de monarquía o democracia. Queremos que la elección
de la jefatura del Estado llegue por las urnas. ¿Por qué no quieren que el
pueblo se exprese?”
El portavoz de Amaiur, Sabino Cuadra, recordó que el rey juró lealtad “a los
principios del Movimiento” y que “después, sin despeinarse, se convirtió en un
demócrata de toda la vida”. Reiteró que “no fue el rey ni Suárez los que
trajeron la libertad, sino el pueblo con su lucha”. El portavoz del Grupo Mixto
habló de las “torturas y crímenes” que la monarquía permitió tras su
coronación. Dijo que “la abdicación es un ‘lifting’ de una monarquía decrépita
y de un régimen en descomposición. No hace falta un cambio de personas, sino un
cambio de régimen”. Reclamó: “No decimos no a cambiar de reyes, sino que
pretendemos no tener ninguno. Ni el padre, ni el hijo, ni el espíritu de
Franco. La baraja hoy está trucada porque sólo salen coronas. No participaremos
en esta farsa”. Alfred Bosch,
del Grupo Mixto, habló en catalán. “Nuestros abuelos lo tenían más claro, que
la soberanía reside en los pueblos y no en los soberanos”. Y citó a
Shakespeare: “Cambiando coronas no se quitan dolores de cabeza”. Dijo que” la
representación política no se hereda, los pueblos no se heredan, no somos un
mueble. Nuestros hijos, también lo tienen mucho más claro que todos los que
estamos aquí. Esta ley, que parece mucho una ley del atado y bien atado, pasará
y entraremos en una fase de plenitud democrática. La primavera que estamos
viviendo en Catalunya nos llevará más allá, porque el 9 de noviembre votaremos
y decidiremos entre monarquía española y república catalana”. Luego, Joan
Baldoví nos recordó que él no pudo elegir entre monarquía o república. “Los
menores de 56 años no votamos. No votamos el 64%, no pudimos elegir y eso es
elemental. Es lo que pedimos, que no nos roben la palabra”. El portavoz de
Compromís puso la censura de la portada de El Jueves como “el ejemplo que dice
que algo huele a podrido en esta monarquía”.
Fuera del Hemiciclo de las Cortes, la Policía expulsaba a los
participantes en el “Rodea el Congreso” de la plaza de Neptuno entre empujones,
sin siquiera dejarles acercarse a las vallas. “Tienen miedo –denunciaban los
manifestantes–, no quieren que el pueblo se exprese”. René Otaduy, de la
Coordinadora 25-S —convocante de la protesta— denunció que le
había sido denegado el acceso a Neptuno porque la manifestación no estaba
comunicada. “La delegación se está extralimitando en sus funciones. Si no
sabían de la manifestación, ¿a que viene este despliegue”. Los concentrados se
alejaron al grito de “República” y “No hay democracia con un Gobierno facha”.
Una docena de personas protagonizó una sentada, mientras los UIP intentaron
expulsarlos de Neptuno. “Estamos en un Estado policial y franquista. El policía
debe proteger al ciudadano, no al corrupto”, aseguraba un ciudadano. La Policía expulsó a
empujones a un grupo de cien personas concentrado entre las plazas de Neptuno y
Cervantes. Y retuvo a alguno de los manifestantes. Una docena de policías a
caballo se unieron al dispositivo, ya integrado por más de una treintena de
agentes.
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