Los republicanos exigen un referéndum.
Juan Carlos, firmando el final de su mandato.
El nuevo Rey de España, Felipe VI.
Banderas republicanas.
Hoy, el mismo día en que Felipe VI será
proclamado Rey de España, el sistema ha prohibido a los ciudadanos reunirse en
las calles de la capital para manifestar su preferencia por un sistema
plenamente democrático y republicano. La delegada del Gobierno del PP en
Madrid, Cristina
Cifuentes, ha prohibido a los españoles reunirse en las calles
de la capital para protestar contra la monarquía, los despidos y los recortes
en la enseñanza pública, como habían solicitado antes de la abdicación de Juan Carlos I. Una
parte del mundo de la cultura se ha sumado públicamente a la petición de
referéndum. Decenas de escritores, músicos y actores, convocados por la Junta Estatal Republicana,
que agrupa a más de 50 organizaciones políticas, sociales y culturales de
nuestro país, pensaban apoyar la consulta popular. Entre los que confirman su
apoyo al “Manifiesto
del mundo de la cultura por un referéndum”, se encuentran músicos
como Luis
Eduardo Aute, Miguel Costas (de Siniestro Total), Jesús
Cifuentes (Celtas Cortos), Luis Pastor o Jorge Ilegal (Ilegales); escritores
como Almundena
Grandes, Luis García Montero, Jesús Urceloy o Marcos Ana
(represaliado por la dictadura franquista) y actores y actrices como Pilar Bardem, Asunción
Balaguer, Benito Rabal y Willy Toledo. El manifiesto afirma que
“la grave crisis (económica, social, ambiental, política y de corrupción
institucional) que vive nuestro país ha propiciado la abdicación del monarca y
el intento
acelerado de imponer otro rey sin que la voluntad de los ciudadanos sea tenida
en cuenta”.
Los republicanos recuerdan que el 70% de la
población no tenía edad de votar cuando, en 1978, se aprobó la Constitución , y “exigen”
que el pueblo, “en el que reside la soberanía", hable y decida a través de
un referéndum. Piden poder votar ·entre la Monarquía o la República ”
y apuesta por la apertura de un proceso constituyente “donde todas las
instituciones puedan ser elegidas por la ciudadanía”. El manifiesto firmado por
ellos dice: “En el mundo de la cultura, al igual que millones de ciudadanos,
nos plateamos algo evidente: si cambia la Jefatura del Estado, ¿por qué los ciudadanos no
podemos decidir quién y cuál es el modelo de esta Jefatura? ¿Cuándo
es el mejor momento para decidirlo sino ahora?”. A través de la web www.referendumrealya.com,
ya han votado más de 66.000 personas. Pero, la convocatoria de esta iniciativa
invita, a su vez, a seguir recabando firmas en pro del referéndum.
Ana Botella, alcaldesa de Madrid, una de las autoridades
que más se decantan por la
Monarquia , recomendó engalanar balcones y ventanas con la
bandera española y convocó a los vecinos a salir a las calles a aplaudir a
Felipe y Letizia en el paseíllo que ofrecerán en un rolls royce con
techo descubierto después de la proclamación, entre el Congreso y el Palacio
Real, donde los nuevos reyes saludarán desde el balcón principal entre medidas
extraordinarias de seguridad. Ella
contribuido a dejar un Madrid engalanado con 16.000 flores y decenas de
miles de banderas de España, sin mirar en los gastos de este evento. Para ella,
los
residentes de la zona deberán llevar el carné de identidad en la mano y
mostrárselo a los agentes para entrar y salir de sus casas. Un
evento austero en opinión de las instituciones que lo organizan, que no dan
información sobre lo que costará a los españoles. Cuatro manifestaciones
comunicadas (tres republicanas y una sindical) que se iban a celebrar hoy fueron
prohibidas mientras
que se ha permitido el gasto de apostar a 4000 policías. 2.500 guardia civiles
y 150 tiradores de precisión, desplegados en las azoteas con sus correspondientes
conexiones con aire y tierra, así como unos 1.000 policías locales y un número
no precisado de agentes del CNI. Todos ellos obedecerán
ciegamente a la orden de “tolerancia cero” con los “sospechosos,
revoltosos y alborotadores”.
En un comunicado
firmado por un colectivo (Izquierda Unida, el
PCE, Izquierda Republicana, Izquierda Castellana, el Foro por la Memoria y
varios ateneos y colectivos republicanos de distintos distritos y localidades
madrileñas), considera que la prohibición de la manifestación “vulnera
gravemente los derechos civiles y políticos fundamentales” y recuerda que,
en ninguna de sus manifestaciones, se han producido incidentes, por lo que la
apelación al “riesgo cierto de peligro para las personas y los bienes”
es una estimación “absolutamente improcedente”. En otro comunicado
posterior mantiene la concentración en Sol y considera “irrenunciable”
la expresión pública de posiciones políticas absolutamente legítimas como es la
oposición a la Monarquía
y la reivindicación de la
República.
No obstante, los policías y guardias civiles que
participarán en el dispositivo de seguridad tienen la orden de impedir que se
exhiban símbolos republicanos. Los responsables del operativo
justifican la decisión “por la necesidad de garantizar el orden público en un
evento tan multitudinario como el que vivirá hoy la capital. El objetivo –advierten–
no es evitar que esos símbolos enturbien los actos oficiales sino impedir que puedan generarse
altercados entre defensores de la Tercera República
y los simpatizantes del orden monárquico que, presumiblemente, acudirán para
presenciar la coronación del nuevo rey de España”. Los responsables del
operativo policial creen que, a pesar de las prohibiciones, se producirán
protestas en puntos del centro de Madrid.
Los convocantes han criticado a la
delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, a la que acusan de “mentir como una
bellaca” por abrir la puerta a la posibilidad de establecer un recorrido
alternativo. Destacan que “no son unos salvajes como dice la delegación” y que “11 años de manifestaciones
pacíficas” les avalan. Y han criticado los llamamientos de distintas
autoridades, empresarios y representantes del PP para salir a la calle con
banderas españolas, “que, en realidad, es una manifestación no comunicada a la Delegación ”.
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid avaló, finalmente, la
prohibición dictada por la
Delegación del Gobierno en Madrid. El TSJM mantiene la
prohibición de la misma, lo que, “de celebrarse la marcha, las banderas rojigualdas y
republicanas coincidirían en el recorrido, lo que podría dar lugar
a enfrentamientos”.
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