El domingo pasado, Grecia jugó en
el Mundial contra Costa Rica. Esta consiguió el triunfo sólo en los penaltis, pero
Grecia dio una lección a todos los que buscan el premio económico por encima
del puramente deportivo. Porque los jugadores de
la selección griega jugaron habiendo previamente rechazado para ellos los
incentivos que otros jugadores, como los españoles (cada uno de ellos iba a
recibir 700.000 euros si ganaban el torneo) buscaban por encima de todo. Quien
sabe si por esta razón los nuestros perdieron estrepitosamente. En cambio, los
griegos sólo pedían, a cambio, apoyo para construir una ciudad deportiva para
el equipo nacional
La selección de Grecia fue una
de las sorpresas en los octavos de final de la Copa del Mundo. Aunque ni esta ni Costa Rica había
accedido jamás a cuartos de final, los de Fernando Santos se clasificaron in extremis, gracias a un gol de
penalti en el descuento del último partido de la fase de grupos; y ante Costa Rica disputaron
por primera por primera vez su eliminatoria en este torneo. “Nosotros sólo jugamos
para Grecia y su gente –decían en una carta firmada por los 23 integrantes del
seleccionado griego, difundida por el site newsbomb.gr–. No queremos dinero extra o bonus. Todo
lo que queremos es apoyo a nuestro esfuerzo por encontrar un sitio en
que crear unas instalaciones que acojan a nuestros equipos nacionales”. Una
copia del texto fue remitida al primer ministro de Grecia, Antonis Samaras.
Si los jugadores españoles
hubieran jugado con idéntico talante, tal vez, sin los nervios que suponía
perder, hubieran llegado más lejos. Y, aunque hubieran sucumbido antes del
final, al menos no hubieran tenido que volver tan avergonzados y con la cabeza
tan gacha.
Las entradas tan largas desaniman a los lectores.
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