El Gobierno y el PP,
presumiblemente escandalizados por los casos de corrupción, se defienden como
pueden. Rajoy intenta aguantar el tipo. Dice no
saber nada de ‘esas personas’ imputadas y asegura confiar en la justicia, deseando
que sean juzgadas y que ‘esas cosas’ no vuelvan a ocurrir. Hacen como si Rato hubiera llegado solo por
sus méritos a la Presidencia de Caja
Madrid o si Acebes hubiera sido secretario general, sin que Rajoy se enterara. En
un mirar para otro lado, Aznar guarda silencio como si no le afectara. Para
ellos, el PP sufre su peor momento, siendo víctimas de una odiosa persecución. Y
María Dolores de Cospedal, en el punto de mira por la presunta financiación ilegal de su campaña
electoral en Castilla-La Mancha, reconoce que al PP le ”escandalizan”,
como al resto de los ciudadanos, las noticias sobre casos de corrupción como el
Gürtel, Bárcenas, los ERE de Andalucía o las tarjetas B de Caja Madrid y que su
partido “trabajará sin descanso para que esas malas prácticas no se vuelvan a
producir nunca más”.
En la inauguración de la XXII Intermunicipal que
el PP celebra en Murcia, De Cospedal defiende a su partido frente a lo que
considera “mentiras y distorsiones de la realidad” que, en su opinión, se están
produciendo estos días al hilo de los casos de corrupción que salpican al PP.
Dice que “son peligrosas, muy oportunistas, injustas y tienen un recorrido muy
corto pero que no dejan de hacer daño”. Las palabras de Cospedal se producen un
día después de que se haya desvelado que el PP pagó otros 750.000 euros en negro por
las obras en su sede central de la calle Génova, según consta en un
informe de la Agencia Tributaria. Cantidad que se suma a los 960.000 euros en
negro que ya se conocieron en otro documento anterior. Dice comprender la
“queja social” por los casos de corrupción ya que, según ha señalado, son
prácticas que “escandalizan a todos”. Pero añade que el PP está “trabajando sin
descanso para que estas malas prácticas no se vuelvan a producir nunca más”. Insiste
en que hay que defender el “principio de presunción de inocencia” y el “derecho
a la defensa” que, según recalca, “tenemos todos”. “Hay que estar a la altura
de las circunstancias y respetar lo que dicen los tribunales de Justicia, pero
también tenemos que pedir sentido de la responsabilidad”. Y, como Rajoy, añade que
hay que “saber diferenciar” unas “personas de otras”.
“Ahora
resulta –escribe Rafa García Almazar desde Kabila– que el PP se quiere poner de
acuerdo con el PSOE para conseguir un pacto anticorrupción, y parece que el
PSOE está por la labor. ¡Cuidado! El PSOE no debe picar. Si el PP quiere hacer
un pacto de este tipo tendrá primero que lavar y limpiar su casa, reconocer su
responsabilidad y luego tratar de poner medios para que no vuelva a ocurrir. Si
no es así, como parece, este pacto entre los dos grandes huele a bipartidismo,
a tratar de aparentar que se corrige la corrupción, a intentar recuperar votos
perdidos para las próximas elecciones. Bien por cualquier pacto contra la
corrupción, pero primero no hay que esconder miserablemente la propia. Cuando
el PP lave públicamente sus trapos sucios, entonces será el momento. El pacto
no puede tapar la ropa sucia que hay debajo del cesto, porque, si es así, el
hedor saldrá a flote y ese acuerdo quedará invalidado. No es hora de seguir
mirando a otro lado, el PP tiene que asumir responsabilidades. Si tuvieran
vergüenza y quisieran de verdad arreglar el problema reconocerían su
culpabilidad y convocarían elecciones generales. No hay tiempo para otra cosa”.
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