Hace más de dos meses, los
informativos progubernamentales anunciaban la puesta en marcha de un auto
denominado Portal de la
Transparencia. Según José Luis
Ayllón, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, con
este nuevo Portal, cualquier español a golpe de ratón tendría acceso a los
lugares más recónditos de la Administración General del Estado. Se acababan así
las zonas oscuras que, durante siglos, han caracterizado a la conservadora Administración
Pública hispana. Pero esa luminosidad de la que tanto presume el Gobierno
tiene también su lado oscuro, su propia Caja B en terminología de Génova 13.
“Nos hemos centrado –comenta la web Los genoveses– en encontrar, relacionar o cruzar
determinados aspectos de los gestores públicos que, en el argot
político-administrativo, vienen denominándose personal de confianza y que está formado por los Altos Cargos nombrados por el Consejo de
Ministros, los asesores y personal de secretaría de los miembros del Gobierno y
los que, finalmente, se integran en un cajón de sastre, dispersos en las
empresas publicas integradas en la SEPI… Total que. entre unos y otros,
y para no pillarnos los dedos, nos estamos refiriendo a cerca de 1000
entusiastas pro genoveses que,
con puntualidad británica, todos los meses perciben un salario en metálico y
otros muchos, además en especie, a cargo de un contribuyente que en su mayor
parte es incapaz de ponerles cara, nombre y apellidos.
“Lo primero que hay que destacar
es que, por más vueltas que se den por sus paginas y pasillos virtuales, es
imposible localizar a estos empleados de confianza, ni
agrupados ni en muchos casos, dispersos. De entrada, más de 2/3 no figuran como tal.
De hecho, se han limitado a enumerar a los 13 miembros del Gobierno y a los que
estos han nombrado (y no a
todos) en sus reuniones de los viernes. De todos ellos, se facilita tanto un resumen del
lado más amable su trayectoria profesional, así como sus
retribuciones brutas anuales o, en su caso, dependiendo de la fecha
de su nombramiento, la parte proporcional recibida. En ningún caso, se facilita la más mínima información sobre sus gastos de representación
y/o salarios en especie que en muchos casos perciben. 150 asesores con
la condición de personal eventual forman los Altos Cargos, destinados en los Gabinetes
de la Presidencia del Gobierno, Ministros y Secretarios de Estado. De ellos
conocemos sus nombres y apellidos y desconocemos el resto: sus curriculums,
titulaciones incluidas o sus retribuciones. Del resto del personal de
confianza, nada se sabe. Se los ha tragado ese lado oscuro.
“Todas sus trayectorias son
inmaculadas y parecen homologadas por el Vaticano, habiendo eliminado los
aspectos más controvertidos. Entre los Ministros se menciona a Cristóbal
Montoro, el Ministro de Hacienda, del que no
consta que fue el creador de una sociedad denominada Montoro y Asociados, creada
con el fin de favorecer que sus clientes pagaran menos al fisco. Lo mismo
sucede con Luis de
Guindos, ministro de Economía. Tampoco es posible adivinar que fue consejero de Endesa, de Unedisa
(editora de El Mundo) y del Banco Mare Nostrum (BMN, encabezado por Caja
Murcia). De Isabel García Tejerina, la ministra de
Agricultura, hay que tener una bola de cristal para deducir de lo que se cuenta
en el Portal que durante años y años ha sido empleada de Villar Mir, casualmente imputado por financiar al PP. En el curriculum
de Pedro Morenés,
ministro de Defensa, se incluye
brevemente que ‘de enero a diciembre de 2011 fue Presidente
de MBDA España’, dejando
al lector con la duda de si MBDA es una ONG dedicada a luchar contra el hambre
en el mundo o lo que realmente es, una de las empresas más fuertes en la venta
de armamento con la que el Ministerio que dirige Morenés mantiene vinculaciones
en su calidad de cliente comprador.
“Sobre otros, el Portal se limita
a reproducir lo que se le
ha enviado por parte de sus protagonistas. Uno de ellos, es el del Tomás Burgos, Secretario de Estado de Seguridad Social y otro, el del inefable Director General de la Guardia Civil, Arsenio Fernández (de) Mesa.
Ambos tienen en común que sus curriculums se han visto envueltos en polémicas
que en otros muchos países se hubieran saldado con la dimisión. El primero, con
el paso del tiempo, ha dejado de ser médico
y/o licenciado en medicina para pasar a tener ‘Formación universitaria en Medicina por la Universidad de Valladolid’.
El segundo ha optado por presentar una nueva
versión (la enésima) que deja en manos del azar cual de ellos es el verdadero.
En el resto de los Altos Cargos y personal de confianza,
la casuística da para una enciclopedia dedicada a la manipulación y ocultación
de aspectos relevantes sobre vinculaciones e intereses que no son posibles
encontrar en sus benévolos curriculums”.
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