El pasado jueves, sobre las 15
horas, se registró un hecho vergonzoso en la terraza del restaurante Lizarran,
de Tarragona. Un hecho que no hacía referencia al día del Jueves Santo. Según
la denuncia adjunta, insólita e indignante. Una mujer que estaba comiendo fue
testigo de la siguiente escena, insólita e indignante, que luego denunciaba:
“Un indigente entró en el bar para pedir un bocadillo. Los dos camareros que
había, de origen extranjero, se negaron a servirle, alegando que sólo servían
menú. Yo me ofrezco a pagárselo pero las respuestas de los camareros fueron que
no le servían nada, porque es era un señor que daba mala imagen al local. Pedí
una hoja de reclamaciones y los camareros se me pusieron a chillar, me dijeron
que saliera del establecimiento y que no me la daban en aquel momento, que
volviera a la tarde. Entonces llamé al 112. Se presentó una pareja de mossos de
escuadra y, definitivamente, lograron que me dieran la hoja de reclamaciones,
la cual rellené. Pero los camareros me
dijeron que tenían derecho de admisión, cosa que entiendo, pero no había ningún
letrero en el local que lo indicase”.
El firmante de la denuncia desea
que todo el mundo se entere de la “clase de gente” que trabaja en ese local.
“Porque, por desgracia, muchas personas lo están pasando muy mal, y, por no
tener dinero o vivir en la calle, nadie merece ser tratado como este señor,
porque ante todo es una persona y nunca sabemos cómo nos puede ir en un futuro
a nosotros”.
A través de su cuenta de
facebook, Lizarran ha sacado el siguiente comunicado: “Desde
Lizarran queremos hacer mención al suceso de ayer, en Tarragona. Habiéndonos
disculpado ante la denunciante y haciendo saber nuestro profundo respeto por
todas las personas (con o sin hogar, de todas las razas, etc.), damos la
versión oficial de los hechos y de lo ocurrido: la realidad es que el camarero
de la franquicia en cuestión se negó a vender un bocadillo a esta persona en
situación de indigencia para proteger a la gente de la terraza, ya que hay
indicios de que esta persona sin techo se dedicaba a robar a clientes en el
local, esto ya había ocurrido reiteradamente por la zona. La policía está al
corriente. Seguimos trabajando con toda nuestra energía para mejorar día a día
el servicio a nuestros clientes. Cada Lizarran está compuesto por un
franquiciado que trabaja día a día por dar el mejor servicio a su
clientela. Saludos, Lizarran”. Sobra cualquier comentario.
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