La
España de Rajoy no sólo da la espalda al Sol, sino que pretende que todos los
que puedan llegar a él lo hagan una vez encarecido. El Ministerio de Industria
trabaja a contrarreloj para
proteger al poderoso oligopolio eléctrico, imponiendo nuevas barreras para asfixiar económicamente a aquellos
ciudadanos que pretenden producir su propia electricidad utilizando la energía
solar. Ante la tremenda pérdida de poder regional y local en
las últimas elecciones, el plan del Gobierno es aprovechar el vacío autonómico
para fulminar el autoconsumo eléctrico, ¡obligando a todo aquel que monte un
sistema de paneles solares a pasar 31 años amortizándolo! Ante este nuevo
ataque a las renovables, los ciudadanos exigen que el Gobierno retire de
inmediato cualquier medida que añada nuevos gravámenes a los usuarios que opten
por el autoconsumo.
España tiene el cuarto recibo de la
electricidad más alto de Europa, con una media de 80 euros por usuario y tardará
unos diez años en recuperar los 33.600 euros que le ha costado. “En este país –escribe Daniel Verdú en El País– aunque es
imposible cuantificar el número de instalaciones, el movimiento social a favor
de esta energía solar creció de la mano de empresas como Ecooo o Solar Tradex y potentes asociaciones como la Plataforma
para un Nuevo Modelo Energético o Som Energia. Pero el
Gobierno, normativamente más cerca de las eléctricas, le está dando la espalda
al Sol. Y el problema es que la curva de
producción del equipo fotovoltaico coincide muy pocas veces con la de la
demanda. Es decir, se genera energía durante el día y suele consumirse por la
noche al llegar a casa. Como recuerdan en la Unión española fotovoltaica
(UNEF), en Portugal, se permite el desarrollo del autoconsumo de hasta 1MW sin
ningún tipo de peaje y el balance neto se hace pagando el precio de la energía
excedentaria a un 90% de su precio de mercado. Tampoco tiene ninguna
restricción normativa al almacenamiento, como sí sucedería en España si se
aprueba el borrador de decreto. Por eso, la gran aspiración de los defensores
del autoconsumo es que se implante el llamado ‘balance neto’. Es decir, que se
pueda verter a la red el excedente energético y luego recuperarlo en las horas
sin sol. Por supuesto, dicen los defensores de este sistema, a cambio de una
cuota de mantenimiento o una compensación. Así funciona en países como
Alemania, Portugal, Grecia, Italia, Dinamarca, Australia, EE UU (la mayoría de
estados) o México”.
España camina en la dirección
opuesta al autoconsumo energético, opina Cote Romero, coordinadora de Ecooo,
una empresa sin ánimo de lucro que fomenta la participación ciudadana en la
energía. En los últimos diez años, en los que el recibo de la luz ha subido un
80%, se ha pasado de las primas a las renovables a que, quienes las fomentan,
tengan ahora que pagar por producir energía. Los equipos fotovoltaicos se han
abaratado un 70%. Pero con las nuevas
medidas que pretende implantar el Gobierno es prácticamente imposible recuperar
una inversión de este tipo a medio plazo. Y, con la reforma, quien instale un sistema de
autoconsumo tardará 31 años en amortizarlo. “Desde hace dos años, si
un ciudadano se pone un panel en el tejado y amortiza la inversión le sale una
energía más barata que la de la compañía. ¿Por qué no hay más paneles en todas
las ciudades? Porque las eléctricas controlan la redacción de leyes”. El
Ministerio de Industria, Energía y Turismo, creará un nuevo cargo que
desincentivará el uso de baterías o sistemas de almacenamiento por parte de los
autoconsumidores de electricidad que se conecten además a la red, según se
aprecia en el borrador de real decreto que regula esta actividad, cuyo
contenido está siendo sometido a consulta pública.
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