César Bona: “La
educación es algo más que meter datos en la cabeza”.
El
aragonés, César Bona, el único docente español candidato a los Global Teacher
Prize, se quedó, a mediados de febrero pasado, a punto de convertirse en uno de
los mejores profesores del mundo. Fue el único representante de nuestro país entre
los 50 finalistas. Entre ellos, Jane
Goodall, la célebre primatóloga que, en el 2003 conseguía ser Premio Príncipe de Asturias de Investigación
Científica y Técnica. Goodall reconoció
que el docente español está “creando líderes del futuro, animándolos a tomar
las riendas para emprender acciones y cambiar actitudes en sus sociedades”. El
ganador del Global Teacher Prize fue, en
este caso, la educadora de los Estados Unidos, Nancie Atwell, pero César Bona
apareció en decenas de medios explicando su labor. En esta web (Negro sobre
Blanco), hablábamos de él el pasado 6 de
enero. “El profesor César Bono, candidato al ‘Nobel’– publicamos entonces– considera
que es importante que los profesores sean ‘seres curiosos’ y tengan vocación y
actitud positiva. Se considera un privilegiado por poder ser maestro. Alguien
que dice a sus alumnos: ‘Yo soy maestro pero no lo sé todo; vosotros también me
tenéis que enseñar’. Les enseña tanto a discriminar como a ser críticos o que
todos tenemos valor. “Todo el mundo –explica– tiene algo que aprender de todo
el mundo. Sabe que la suya no es una fórmula cómoda, que los padres la
cuestionan al ver que sus hijos hacen tareas que no son sólo aprender
ortografía, sumar o restar. Y le escriben para reconocer que sus hijos han madurado
mucho y son más responsables”. Hoy César Bona es probablemente el maestro más
conocido de toda España. En Internet, podemos encontrar decenas de artículos
sobre cómo organiza su aula o entrevistas a este profesor, convertido, en unos
meses, en todo un fenómeno mediático. Se trata de un caso “bastante
excepcional”, según José Antonio Gabelas, profesor de Comunicación Audiovisual
de la Universidad de Zaragoza, que reflexiona sobre educación y comunicación. “Estamos
acostumbrados a que los medios de comunicación hagan estas construcciones en el
campo del deporte, la música o la polémica, pero no en un trabajo del día a
día”. Para Gabelas, su figura es un “contrapunto” y un “paradigma de la
exposición mediática positiva” frente a la “falta de educación” de muchos de
los personajes que pueblan las pantallas y las páginas de periódicos y
revistas.
Dos
son las razones fundamentales para que este maestro de primaria esté en boca de
todos. En primer lugar, según apunta Gabelas, hay un “factor de oportunismo” en
un momento en el que la educación es la séptima mayor preocupación de los
españoles. Los bajos resultados en los informes PISA y las controversias con
las leyes educativas “forman un contexto oportuno”. Pero, para que se
personifique, tiene que haber madera de comunicador. “César Bona sabe comunicar
muy bien, con ideas claras y un discurso en el que introduce experiencias y
anécdotas concretas, algo muy eficaz”, indica. “Ha sabido convertir el trabajo
diario en una historia que sintoniza con las inquietudes de los ciudadanos”.
Ser casi finalista en el Teacher Global Prize ha sido el aliciente para que su
presencia en los medios fuera muy importante. Tener a un maestro que explica su
labor ante el público es “necesario”. Además, es el ejemplo de un modelo de escuela
diferente a la oficial. “Usa estrategias pedagógicas muy innovadoras, en las
que se da importancia a lo que les interesa a los alumnos, su curiosidad y
creatividad, y deja el currículo en un segundo lugar”. En “La nueva educación”,
libro editado por Plaza & Janés, Bona no da recetas fáciles, sino que
explica su propia experiencia en las aulas para ayudarnos a entender qué
podemos hacer. Es un profesor entusiasta que disfruta de los retos, que adora a
los niños y que, en lugar de teorizar sin fin sobre lo que debería hacerse, se
ha lanzado a hacerlo. “La educación debe estar por encima de cualquier
gobierno”. Así arranca el libro. “Si fuera ministro, reuniría a todos los
maestros y les pediría consejo”, dice, a menudo, atreviéndose a hacer un
glosario diferente con los términos de siempre: maestro, alumno, examen, aula o
ministro. Se imagina a un ministro de Educación ideal con “unas orejas
gigantes” siempre dispuestas a escuchar a “todos”. En sus proyectos, ha
conseguido llevar a cabo todo aquello que muchos plantean sobre el papel: que
niños analfabetos se sientan interesados por la lectura, que sus alumnos
impulsen una protectora de animales virtual, llegando al ámbito internacional
(Children for Animals) o que rueden un cortometraje que es premiado en un
festival de cine de la India. “Los profesores –explica– debemos ofrecer cada
día nuestra mejor versión, escuchar a los niños y saber de qué están hechos
para sacar lo mejor de ellos”.
“César, te ha tocado la peor clase”, fue su
recibimiento el primer día en el colegio zaragozano de Fernando, el Católico.
La clase estaba formada por 24 niños, 20 de ellos de etnia gitana, una niña
rumana, una de Marruecos y otra de Gambia. El absentismo era muy alto y los que
iban a clase tampoco parecían muy interesados. “Un día llegué y les dije: 'soy
maestro, os voy a enseñar lengua, inglés, etc., pero vosotros también vais a
enseñarme a mí'. Eso es lo que marca la diferencia, que se sintieran implicados
al ver que también podían enseñar al maestro”, explica Bona. Dicho y hecho.
Javi, el cabecilla de la clase, comenzó
a enseñarle a César a tocar el cajón flamenco, algo que llamó la atención de
sus compañeros, que empezaron a acudir de forma habitual: “Ellos vieron que
podían sacar algo de sí mismos y dárselo a los demás”. Pero había otro
problema, y es que muchos, a sus nueve y diez años, no sabían leer. Así que
César preparó una pequeña obra de teatro que estimulase su curiosidad. Juan,
por ejemplo, tuvo un papel más corto porque no sabía leer, y otros niños más
acostumbrados a la lectura interpretaron papeles más largos, al mismo tiempo
que ayudaban al resto de sus compañeros. Este mismo año, Javi invitó a César a
una fiesta en su casa con todos sus compañeros, ya adolescentes, y el propio
César lo invitó a tocar durante una charla en la facultad de educación de
Zaragoza. “Si alguna vez tenéis que dar clase en un colegio de este tipo,
tenéis dos opciones: una, coger una depresión; o dos, ver y analizar lo que la
gente llama 'problemas' y mirarlos como 'retos' y buscar qué os pueden enseñar
a vosotros y qué podéis sacar de positivo de allí”. El primer destino
definitivo de César fue Bureta, un pueblo de 269 habitantes con una escuela
unitaria, en la que convivían seis niños de cinco edades entre los cuatro y los
doce años. Además, muchos de ellos no se llevaban bien entre sí, porque sus
padres tampoco lo hacían. La solución que ideó César fue rodar un cortometraje
mudo que implicase no sólo a los niños, sino también a sus propios padres, que
debían arrimar el hombro para que el proyecto llegase a buen puerto. A pesar de
la reservas de algunos compañeros, César llegó hasta el final y logró estrenar
la película en la plaza del pueblo, ante 400 personas, entre vecinos y gente de
los pueblos cercanos, así como el inspector.
Su
siguiente parada en el camino fue 4º de
primaria, en Muel, un municipio zaragozano de 1.400 habitantes. En esta ocasión
eran chicos muy aplicados. A la llegada del circo al pueblo, César les preguntó:
¿por qué no investigar sobre el funcionamiento de los circos? Así lo hicieron.
Con el paso de los días, los estudiantes se dieron cuenta de que algo no
marchaba bien. Creó la protectora virtual de animales dirigida por niños: “El
Cuarto Hocico” y llevó a los niños a movilizarse con el resto del colegio, a dirigirse
al alcalde y a enviar una carta al entonces rey Juan Carlos (al que se le
invitaba a buscar otras alternativas de ocio a la caza en África) para evitar
que los animales sufrieran. En la carta, escrita el 17 de abril de 2012, le
decían: “Cazando, da mal ejemplo. Nos gustaría que, a partir de ahora, pensase
un poco más en los animales y en las personas que queremos un mundo mejor. Estamos
muy tristes, porque nos encantan los elefantes: son inteligentes y familiares,
aparte de que se les vea tan grandotes. Si Usted es el rey de todos los
españoles, es también el rey de los niños, así que vamos a decirle lo que
pensamos: No nos gusta que maltraten a los animales ni menos que los maten por
diversión. Nuestra protectora no distingue perros o gatos de otros animales.
Los niños, muchas veces, no vemos las noticias, pero la noticia en la que mata
elefantes no nos ha gustado mucho. No sabemos si Su Majestad habrá apretado el
gatillo alguna vez contra algún elefante o sólo es invitado a verlo. Ojalá
nunca lo haya hecho de verdad. Las dos especies de elefantes que hay en el
planeta están en peligro de extinción, y, cazando, contribuye a acelerar su
pérdida. ¿A quién han hecho daño esos elefantes? ¿Sabe que cuando nace un
elefantito toda su familia pasa a saludarle con la trompa? ¿Sabe que tienen un
sentimiento de familia tan marcado como los humanos? No sabemos de qué va la
crisis, pero sí hemos visto que ha matado elefantes. Ha sido un fallo que ha tenido
Su Majestad. Sólo le pedimos que deje la caza. Todo el mundo se equivoca, y
todo el mundo tiene un momento en el que algo o alguien le hace cambiar. Nosotros,
junto con los elefantes, estaremos muy agradecidos. Al igual que Su Majestad y
que nosotros, ellos tienen familia. Seguramente, si se quedan sin alguien de su
familia, se quedarán tristes, igual que nos pasaría a nosotros. Confiamos en
que esta carta le llegue y tenga en cuenta nuestras palabras”.
Carta a la comunidad religiosa Iesu Communio.
“Es
clave que los niños vean que su contribución es importante para que adquieran
un compromiso social, y ahí es hacia donde debería tender la escuela, si
queremos una sociedad mejor”, explica Bona. En definitiva, los niños habían
aprendido, con sus propios medios, una triste realidad social. “No pueden vivir
en una burbuja en la que lo único que hagamos es meter datos, sino que debemos
invitar a esos niños y adolescentes a que salgan y participen en esa sociedad. Cualquier
cosa que se les enseñe debería servir en la sociedad real”. El proyecto “El
Cuarto Hocico” fue premiado por Jane Goodall y dio lugar a una protectora de
carácter internacional, “Children for Animals”. Consiguieron declarar el pueblo
de Muel “población libre de circos con animales”. Escribieron una carta al
Gobierno de Castilla y León por querer enseñar a los niños a cazar en las
escuelas. A unas monjas de la comunidad religiosa Iesu Communio, en Burgos, no
se les ocurrió mejor idea que preparar una corrida de toros para recaudar
fondos con los que reparar un santuario. A esa acción le pusieron el apelativo
de “benéfica”, palabra que parece tener el poder de depurar cualquier hecho
aunque no importen los medios. “El Cuarto Hocico” escribió a estas monjas para
intentar evitar una corrida de toros benéfica y darles otras ideas. Redactaron
y leyeron un manifiesto antitaurino, etcétera, etcétera.
Cebra. Dibujo de
Mikael Ribeiro Monteiro, de 3 años.
La
última experiencia de César tuvo lugar en el 5º B del colegio Puerta de Sancho
en Zaragoza. César dividió la clase en cincos continentes que debían trabajar
por su cuenta, pero también enseñarse unos a otros a través de los trabajos por
proyectos. Espontáneamente, los alumnos escribieron la historia de esos mundos
(con nombres como Mundo Viejuno o Tierras Medias de Rancia) y se repartieron
los cargos, como el de la historiadora, que se encargó de apuntar todas las
cosas graciosas que ocurrían en clase, la encargada de la lista blanca de
altruistas, que ponía de acuerdo a los alumnos que necesitan ayuda y a los que
pueden ayudarles, o el cabecilla de los sublevados, que recogía todas las
quejas y sugerencias de los alumnos. “Yo no hablo de innovación, sino de
sentido común, de aplicar las cosas que me habrían gustado de niño”, resume
Bona. “Se trata de darle a los niños la posibilidad de que trabajen en equipo, que
se sientan implicados en clase, que tengan un papel en esa microsociedad, que
es el aula, y que se sientan más protagonistas”. En definitiva, llevó a cabo en Primaria todo aquello con lo
que tantos pedagogos y teóricos han soñado durante años. Bona lo tiene claro: “Si
queremos que la sociedad cambie, esto debe empezar por la escuela e involucrar
a todos, incluidos padres, maestros y alumnos. Creo que se están haciendo
muchas cosas interesantes en España y, sobre todo, que se trata de un
movimiento hacia lo positivo”.
Para
Bona, el curso pasado, con sus alumnos de 5º del CEIP Puerta Sancho, de
Zaragoza, fue “extraordinario”. El último día de clase les explicó su marcha y
sus alumnos entendieron que, “a veces, hay que arriesgar y dar un paso
adelante, aunque no sea fácil”. Añadió que estaría con ellos toda la vida pero
les explicó que “hay niños que me necesitan más”. Y César Bona dejó las aulas
para dedicarse a la organización Aldeas Infantiles. “Este año –anunció en su
página de Facebook– voy a hacer una pausa en las clases, pero no me alejo de
los niños. Estoy feliz de empezar una nueva etapa llena de retos con Aldeas
Infantiles de toda España”. Esta organización cuenta con diversas aldeas y
presta apoyo a más de 5.642 niños en todo el país. Bona añadía en su escrito
que viajaría por los centros y “conviviré con los niños. Crearemos cosas juntos
y sé, como ha sucedido siempre, que aprenderé de ellos más de lo que ellos
puedan aprender de mí”.
César Bona, con su libro superventas “La nueva
educación”.
En
un capítulo del libro, César expone qué debe hacer un buen maestro: invitar al
compromiso social de los alumnos, estimular el respeto al medio, tener
autoconocimiento, estimular cada día la creatividad y la curiosidad, aprender a
gestionar sus emociones, contagiar actitud y entusiasmo, trabajar con padres,
niños, madres y administraciones locales, tener la mente abierta… y ser consciente
de que vive en un mundo de niños. “Un maestro no debe ser una persona
caracterizada por su seriedad, porque el niño vive en un mundo que a veces es
absurdo o surrealista, y el maestro debe ser consciente de que él es su
modelo”, añade. Ante las reservas de que muchos colegas, superiores y niños,
van a manifestar ante sus métodos, Bona recomienda perseverancia y ser
conscientes de que lo que se hace es por el bien de los niños: “Es un reto
convencer de que las clases se pueden hacer de otra manera, especialmente a los
padres, como cuando trabajábamos por proyectos y nos salíamos del libro”. Pero
también es cierto que la sociedad en la que vivimos es muy diferente a la que
existía hace unas décadas, y que ello obliga a que las empresas pidan nuevas habilidades
como la creatividad, muchas veces sofocadas por las ansias de los padres que se
traducen en inacabables clases extraescolares. “Deben poder mirar alrededor,
imaginar, sentirse creativos y que esa curiosidad innata sea el motor que los
mueva. Si les llenamos la tarde de extraescolares no tienen tiempo para ser
niños”. Al mismo tiempo, los adultos pueden aprender mucho de sus hijos: “Viven
la vida con mucha más alegría, pero, contantemente, les ponemos reglas que
coartan esa sensación de vivir todo con ilusión. Si los observamos, nos damos
cuenta de que son seres increíblemente creativos, que nos pueden enseñar a ver
la vida de forma original”. Durante este año, que Bona ha cogida de excedencia,
planea viajar por toda España y colaborar con el Gobierno de Aragón para
estimular la innovación, el compromiso social y la expresión oral. En los
colegios españoles están ocurriendo muchas cosas. Sólo hace falta alguien que,
como él, las dé a conocer.
Bona
reconoce que la nueva educación es el testimonio sincero y valioso de un
maestro de hoy. “Cada niño es un universo. Todos los niños son extraordinarios
y no basta con llenarles la cabeza de datos, sino que hay que facilitarles
herramientas como conocimiento, empatía, sensibilidad, para que puedan salir
fortalecidos de las situaciones adversas. Deben saber que, si se proponen algo
y luchan por ello, pueden conseguirlo, y que de ellos depende que el mundo sea
un lugar mejor”. César Bona, uno de los cincuenta mejores maestros del mundo,
según el Global Teacher Prize, el llamado “Premio Nobel de los profesores”, nos
aclara que ser maestro no es acomodar a los alumnos a unos planes de estudio:
todo educador debe adaptarse al motor imparable y entusiasmado de un niño. Hay
que motivarles, estimular su creatividad y aguijonear su curiosidad; porque los
niños no son solo los adultos del mañana: son habitantes del presente.
Albert Rivera y Pablo Iglesias, en Salvados,
moderados por Jordi Évole.
Dejamos
el panorama pedagógico para introducirnos en el nuevo reporterismo presentado
por Jordi Évole. Se trata de un periodista que supo contraponer las rancias
imágenes de los años 90, en las que Felipe González y José María Aznar se
enfrentaron en el primer debate electoral televisado de la Democracia, con las
de Pablo Iglesias y Albert Rivera, tomando un café con leche en la mesa de una
bar cualquiera del Nou Barri de Barcelona. Ambos contertulios iban en mangas de
camisa –blanca, la de Pablo Iglesias; azul, la de Albert Rivera– y ninguno de
ellos llevaba corbata. Los nuevos líderes son conscientes de que, al día
siguiente del 20-D, podían tener la llave de la gobernabilidad de España. Y son
capaces “de contraponer dos programas de gobierno muy distintos –según Vicente
Mateu–, sin descalificaciones ni gritos, sin condiciones y sin cronómetros”… El
destino común es el “modelo danés”, pero, mientras Ciudadanos cree que España
está al nivel de su socio nórdico como para aplicar su contrato único, Podemos piensa
que aún estamos lejos de un país con unos salarios mucho más altos. Lo propio
de Pablo Iglesias es la dialéctica, no las cifras, y se luce frente a un rival
de mucha altura. Rivera se queja de que Iglesias le tilda de candidato “del
IBEX”. El líder de Podemos logra que ambos, al final, reconozcan que han
hablado “con mucha gente” y, además, lo consideraran necesario. Évole les
plantea muchos temas: sanidad, corrupción, refugiados… en los que no se escuchan
nuevas ideas sobre lo ya conocido en sus programas, pero que permiten un debate
de primera mano entre las dos grandes alternativas al bipartidismo de PSOE y
PP. Quizá Rivera está más valiente, al mojarse en cuestiones delicadas para
muchos votantes de Ciudadanos, al apostar por una España federal. Con cierta razón,
Pablo Iglesias se permite exclamar: “Como esto siga así, nos presentamos juntos
a las elecciones”. Iglesias es víctima de la mayor presencia física de su
interlocutor, apoyado sobre la mesa, obligándole a adoptar una pose más a la
defensiva, junto con su discurso que busca ser lo más centrado posible y, ante
todo, tranquilizador. ¿Pagaría la indemnización del Castor? pregunta Évole. “Si,
si así lo dice la ley”, responde el candidato de Podemos. ¿Y Rivera? ‘Tres
cuartos de lo mismo”. Para el capítulo final, Cataluña, sin novedad alguna
sobre la mesa. Rivera no acepta un referéndum e Iglesias “por supuesto que si”…
pero le cuesta más explicarlo, hasta conseguir que parezca “una trampa para
elefantes como Artur Mas”.
Los
equipos de Iglesias y Rivera no caben en el bar durante el debate, y lo siguen
con auriculares desde la calle. El programa se grabó el viernes 9 de octubre,
en Barcelona, empezando a las 9.15 y terminando a las 16.00 horas. Y se emitió
el domingo, 18 de octubre. “Nou Barris
es –escribe Andrés Gil, adjunto al director de Diario.es– uno de esos barrios invisibles, que no sale en
las guías turísticas para que acuda hasta allí ninguno de los millones de turistas
que pasan por Barcelona. Parece que tampoco sale en las guías de algunos
partidos, excepto si es campaña electoral. Albert va en el coche, recoge a
Pablo y van solos, charlando. Luego pasean por la calle, grabando y se les
acerca mucha gente...”. Évole cuenta que
anduvieron por la calle, sin que ninguno de los dos llevase medidas de seguridad
(“y, si las llevaban, yo no me enteré”). Algunos entusiastas, les pidiron
selfies, informándoles del abandono del barrio y repitiéndoles: “No nos
falléis”. Hay momentos en los que se hace difícil la conversación porque, a los
diez minutos, los vecinos ya son una multitud que no quiere perderse la
anomalía de ver a dos líderes políticos en su barrio. Llegan al Tío Cuco, uno
de los bares de Nou Barris, sito en la calle de Antonio Machado, por debajo de
las calles Miguel Hernández y Federico García Lorca. “Los vecinos empiezan a
avisarse y a bajar –recuerdan los miembros del equipo de Iglesias–. Y permanecen
fuera, durante la grabación. Debaten, charlan... Se alegran de verlos por ahí.
Incluso uno se acuerda del mitin de Pablo con Ada. “Fueron muchas horas de
grabación –reconoce un miembro de Ciudadanos que acompaña a Rivera–, pero
salieron todos los temas. Había que condensar en 75 minutos, aunque el debate habría
dado para dos programas”. Évole explica a Antonio García Ferreras, en “El Rojo
Vivo”: “Después de una campaña dura entre los dos, como la catalana, han salido
más amigos de lo que eran. Se respetan mucho más. Les propusimos un debate
editado y lo han aceptado, lo cual demuestra una confianza avalada hace un año,
cuando estuvimos con los dos por separado y vieron que en esa edición no se
había tergiversado nada. Me dijeron que habían estado muy cómodos, que lo
habían pasado muy bien y que, pasase lo que pasase, creían que se abría una
nueva etapa en el debate político. Se dejaron la piel en el debate. Podíamos
haber destrozado a cualquiera de los dos. Pero estoy contento porque ninguno se
sintió manipulado ni se sacó ninguna frase de contexto. Estoy muy agradecido de
esa confianza”.
Jordi Évole se gana el Premio Iris.
Tres
días después, Jordi Évole era galardonado con el Premio Iris, de la Academia de
Televisión, al Mejor Reportero por el programa ‘Salvados’, de La Sexta. Aprovechó el momento de agradecimiento por el
galardón para mostrar su apoyo a la redacción de los informativos de La 2 que,
el pasado día 14, se negó a firmar el
informativo, en protesta por suprimir una información sobre el compromiso de
varios partidos al manifiesto por la independencia de Corporación y para
reivindicar la verdadera vocación de la televisión pública. “Las privadas
–advirtió–, que son más necesarias que nunca, no deben dejar de preocuparse del
servicio público y la TV pública no ha
de olvidarse nunca de su verdadera vocación: el servicio público”. La gala se retransmitió, precisamente, por La
2 de TVE. Jordi Évole, que agradecía también en Twitter el premio, recibió un curioso tuit, desde la cuenta de
la RTVE, por su comentario sobre la televisión pública
Juan
Tortosa apunta en “Albert y Pablo. Apuntes sobre un debate”, en Público.es: “Son tantas las cosas
positivas que vi en el debate del domingo por la noche en la Sexta, entre Pablo
Iglesias y Albert Rivera, que me parece que lo de menos es quién ganó o quién
perdió. Ganaron los dos, por apostar por una fórmula nueva. Ganaron los dos,
por dotar de naturalidad, y hasta de un punto de complicidad, algo hasta ahora
anquilosado y ridículamente solemnizado. Ganaron los dos, Alberto y Pablo, por
aceptar un planteamiento abierto sin corsés, sin reglas y sin engolamientos ni
liturgias innecesarias. Ganaron por entender que los tiempos han cambiado y por
saber transmitirlo. Porque dejaron en evidencia las comparecencias por plasma y
los merodeos ridículos de quienes se empeñan en cogérsela con papel de fumar en
este tipo de debates. Porque se comportaron como jóvenes normales, del tiempo
en el que estamos, y nacidos ambos cuando la Constitución del 78 estaba ya
cocinada. Porque supieron transmitir frescura, interés por el cambio,
preocupación por el futuro y un mensaje rotundo: ya va siendo hora de pasar
página en muchas cosas. Genial la conversación en la furgoneta en la que Rivera
recoge a Iglesias para encontrarse con Évole. Ese punto de humanidad, cuando el
líder de Podemos le pregunta al de Ciudadanos por su hija de cuatro años y éste
le cuenta cómo para poder verla, cuando le toca, la lleva a los mítines
acompañada por sus padres o su actual pareja, fue un momento de televisión en
estado puro. Bravo por esa naturalidad. Bravo por aceptar el reto. Bravo por
dejar claro que las cosas se pueden hacer de otra manera. Bravo por los
promotores de la idea, con Jordi Évole al frente”.
“Nuevos
tiempos televisivos y nuevos tiempos políticos –termina Tortosa, recordando–.
Con el mono que tengo de ambas cosas, no puedo menos que celebrarlo. Aun así
–advierte–, voy a poner tres pegas:
1.
Desde el momento en que empieza el debate, ya sentados en el bar, yo creo que
hubiera quedado mejor ofreciéndolo del tirón, sin ningún tipo de edición ni
montaje.
2.
Évole tiene que pillar más práctica en esto de moderar. En algún momento no
evitó que se cortaran el uno al otro, lo que impidió escuchar con claridad, y
en algún otro creo que se olvidó de que en esta ocasión él era solo el
moderador.
3.
Lo del café con leche en vaso de caña quedó algo light. No digo yo que hubiera
que ir directamente al gin tonic, pero ¿no habría estado mejor un vino o una
cervecita con berberechos o algo? Digo yo. Espero que esto no sea flor de un
día. A ver si son capaces de continuar así de guayes cuando consigan tocar
pelo. Esa será la verdadera prueba del nueve”.
Otro
periodista y activista es Rubén Sánchez, portavoz de FACUA, que presenta su
nuevo libro “Timocracia” en el que pretende ofrecer a los consumidores “armas
de contraataque” para acabar con la situación actual en la que “las autoridades
han mirado hacia otro lado a medida que han aumentado los fraudes”. Rubén
denunció el pasado miércoles las corporaciones que están cometiendo más abusos
en sectores como la banca, la energía, las telecomunicaciones.... “Timocracia –dijo–
es una guía de supervivencia por el oscuro mundo del fraude y una cura de
desintoxicación para quienes viven narcotizados por las mentiras con las que
nos manipulan gobiernos y corporaciones”. El autor tiene la intención de ser un
arma de contraataque para los consumidores en esa “timocracia” que define como
una “situación inadmisible”. Para ello, hace un recorrido por las “300 trampas
con las que empresas y gobiernos nos toman el pelo a los consumidores”.
Entre
los fotomontajes publicados, elegimos el de los pueblos con nombres más
curiosos; el de Rajoy, pidiendo, en última
instancia, el voto para él o estallando de felicidad mientras Merkel y los
líderes de la derecha europea no paraban de ensalzarle. Aunque hay otros, de
Hartos.org, como el de la Audiencia Nacional, que quiere saber cuánto pagó FAES
a los jueces de la caja B del P; el
Congreso, preparando la próxima legislatura, gastando un millón de euros en
tabletas y ordenadores; los militantes del PP que se dan de alta en Ciudadanos
y acaban en buenas posiciones en las listas electorales; el impuesto aprobado
al sol para el autoconsumo eléctrico; Trinidad Jiménez (PSOE) negociando fichar
por Telefónica, tras anunciar que deja la política; la alerta de la Policía,
tras confundir a unos “hipsters” con unos
yihadistas o Amancio Ortega, dueño de Zara, que fue, durante unas horas
de este fin de semana, el hombre más rico del mundo.
“Una
imagen vale más que mil palabras” es una máxima que, a veces no es suficiente y
necesita de otro artista para completarla. Eso es precisamente lo que Lucas
Levitan realiza en las siguientes imágenes, que convierten lo cotidiano en
excelencia, con sus personajes dibujados, transformados en historias propias.
Es un proyecto que lleva por nombre
“Photo ivasion”
Recordamos
asimismo a los humoristas españoles en la prensa semanal: El Roto, Forges,
Peridis, Vergara, El Churro, Fontdevila, J. R. Mora…
Pep
Roig, desde Mallorca, nos deja su humor plasmado en “Última Hora”: Trileros,
Amenazantes impenitentes, Lo mismo de
antes, Aspirantes, Ordeno y mando.
Por último, les dejamos con cinco vídeos: César Bona, los nuevos ritos de la educación, el Cuarto Hocico, el test de Jordi Évole a Pablo Iglesias y Albert Rivera, y, por último, cómo se miden en un cara a cara electoral, cambiando ostensiblemente las condiciones tradicionales.
GraMaestros por un día 6 años después / Teachers for one day six years later
César Bonacias por el fantástico vídeo a Toni Galán.
César ha escrito obras de teatro para enseñar a leer a niños de 10 años; se convirtió en alumno de cajón de un niño gitano para vencer al absentismo; hizo un película muda para unir a dos niños y sus familias que no se hablaban; un documental para que los niños respetaran y valoraran a los ancianos y creó una protectora virtual de animales dirigida por niños que ahora tiene miles de seguidores en todo el mundo… Ha recibido premios nacionales e internacionales por fomentar la creatividad, la innovación y la sostenibilidad en la educación y cree en una enseñanza más allá de los libros y las guías docentes. Una educación que empodere, que inspire y que, a través de las emociones y las experiencias, saque lo mejor de los niños del futuro.
Punt de lectura: Cesar Bona de "El Cuarto Hocico" TVAnimalista.
Punt de lectura: Cesar Bona de "El Cuarto Hocico" TVAnimalista.
“Salvados” regresa con una nueva temporada por todo lo alto. En su primer programa, Albert Rivera y Pablo Iglesias se miden en un cara a cara electoral, cambiando ostensiblemente las condiciones tradicionales: no hay un plató preparado, ni turnos pactados y mucho menos está claro el sitio que ocupará cada uno.
¿Qué harían Pablo Iglesias y Albert Rivera como presidentes del Gobierno? Jordi Évole somete a los líderes de Podemos y Ciudadanos a un test rápido de preguntas concretas durante su cara a cara en Salvados.
El test de Jordi Évole a Pablo Iglesias y Albert Rivera - Salvados
laSexta.
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