La alcaldesa de Madrid,
Manuela Carmena, anunciaba el pasado mes de septiembre la retirada de la subvención de 61.200 euros a la Escuela de
Tauromaquia de Madrid, 'Marcial Lalanda'. El gobierno municipal de Ahora Madrid
anunció que retiraría esta 'tradicional' subvención, ya que la consideraban “desproporcionada”.
La decisión desató las críticas de toreros como Fran Rivera o de Esperanza
Aguirre. Y el ministerio de Educación, Cultura y Deporte, acaba de conceder el
Premio Nacional de Tauromaquía, dotado con 30.000 euros a esta escuela. El
Jurado del premio valoró “la positiva labor” de las escuelas de tauromaquia de España “que han
servido para canalizar las aspiraciones de quienes deseaban ser toreros, y así
promover un mayor rigor en su formación taurina y humana”. Y estimó que su
propuesta de enseñanza profesional, “ha ido avanzando en sus criterios
pedagógicos año tras año”, por el “esfuerzo y dedicación” de sus profesores,
alumnas y alumnos, entre los que han sobresalido importantes figuras del toreo.
El Ministerio de
Educación explica que la tauromaquia es una manifestación artística “desvinculada
de ideologías, que forma parte de la cultura tradicional y popular”. Doblar un
capote, realizar una 'verónica', colocar banderillas, aprender técnicas de
ganadería, de manejo del pastoreo, legislación ambiental, de bienestar y
sanidad animal, anatomía, resolución de problemas matemáticos, nociones de
energía, hábitos saludables, alimentación, preparación del cultivos sencillos,
comunicación oral y escrita o lectura, son algunos de las materias del nuevo
título de Formación Profesional Básica de Tauromaquia y Actividades Auxiliares
Ganaderas, que se encotraban en el borrador. Con este nuevo título, el
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, oficializa y amplía lo que hasta
ahora sólo se puede aprender en estos centros, repartidos por toda España, que,
principalmente, “enseñan la práctica del toreo y transmiten valores como el
sacrificio o el esfuerzo”.
Por lo visto la cultura
de la muerte entra en las aulas de la España del PP. El departamento que dirige
Íñigo Méndez de Vigo decidió destacar “la positiva labor que ha venido
desempeñando las escuelas de tauromaquia de España que han servido para
canalizar las aspiraciones de quienes deseaban ser toreros y así promover un
mayor rigor en su formación taurina y humana”. Sobre este texto ya se ha pronunciado la
consellera de Enseñanza de Catalunya, Irene Rigau, que se ha mostrado contraria
y ha asegurado que no ve “ninguna posibilidad” de aplicación en su comunidad
autónoma. Mientras, su homólogo en la Comunidad de Madrid ha asegurado que lo
estudiará cuando le llegue “oficialmente” para ver la viabilidad que tiene en
esta región. El Ayuntamiento retiró la subvención a esta escuela al entender
que el presupuesto del centro, con una media de 38 alumnos, “es
desproporcionado en relación al que se destina a actividades culturales o
deportivas de mayor demanda”. Además, las clases y talleres que se imparten en
la escuela “no son compatibles con los derechos de los animales”, señaló el
consistorio presidido por Manuela Carmena.
El Ministerio de
Educación no tiene límites en hacer de la enseñanza un esperpento digno de la
España más negra. El fue el último ejemplo de este desvarío del borrador de un
módulo de FP Básica para novilleros y otros títulos de segunda fila en la
tauromaquia. Pero eso no es suficiente. También se pretende montar un módulo de
grado superior para los toreros de verdad, los más machotes, y sus
acompañantes, esos que ‘adornan’ las matanzas con banderillas, y puyazos para
que el animal sufra desde un principio. Las redes han contestado con ironía a
tal estropicio. En twitter, Oliver Tuits nos advierte que “ante la fuga de cerebros de
quienes tienen estudios, el Gobierno decide crear estudios para quienes no
tienen cerebro”. Y César Usán nos recuerda que “la cultura de la muerte entra
en las aulas de la mano del PP”.
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