EEUU da carpetazo al bombardeo del hospital de Kunduz, alegando un error humano.
Las autoridades de
Estados Unidos han concluido que el bombardeo lanzado el 3 de octubre contra un
hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la ciudad afgana de Kunduz fue un
“accidente evitable” atribuido, principalmente, a un “error humano”. Una
versión que contrasta con las conclusiones de la investigación interna de MSF
ya que, según ellos, se realizaron llamadas para abortar el ataque pero fueron
desoídas.
“Fue un trágico error
–alega Jihn Campbell, el comandante de las fuerzas internacionales en
Afganistán, al presentar las conclusiones de la investigación–. Las fuerzas de
Estados Unidos nunca habrían atacado de forma intencionada un hospital o cualquier
otra instalación protegida”. En una comparecencia ante los medios, Campbell ha
asegurado que las personas implicadas directamente en este incidente han sido
apartadas de sus funciones. Y se queda tan tranquilo, creyendo que, por su
parte, ya ha hecho todo lo posible para que no se vuelva a repetir. Cosa que
provoca cierto desengaño, puesto que el hecho ya se ha repetido demasiadas
veces en el pasado –recordad el caso Couso y el carpetazo final– y con toda
seguridad, se volverá a repetir en el futuro.
En un informe publicado
a principios de mes, MSF recalcó que todos los pacientes se encontraban
desarmados y que no hubo combates en las instalaciones o los alrededores,
agregando que pacientes y trabajadores fueron tiroteados desde helicópteros
cuando intentaban huir de las instalaciones. La ONG mantuvo en 30 el número de
víctimas mortales, entre los que figuran trece miembros del personal, diez
pacientes y siete cadáveres no identificados, apuntando que la cifra podría
aumentar. Con “errores” parecidos, no me extraña que el imperialismo yanqui
siempre salga ganando aunque su credibilidad esté por los suelos.
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