Rajoy, ante la alternativa de Iglesias y de Sánchez.
El 'pequeño Nicolás', en
la casa de 'Gran Hermano VIP', ha practicado el último 'monólogo' político poniendo
como protagonistas al rey emérito, Juan Carlos de Borbón, al caso 'Nóos', al PP
y al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, del que ha dicho que
“el pobre, es muy tonto” y que “gana por aburrimiento”. Dice que Rajoy es muy
buen tío pero es muy tonto, muy tonto. “No ha robado nada, le habrán regalado
cuatro trajes y le habrán dado algún dinerito, pero no se ha llevado ni un duro
mientras que hay otros que conozco que se han llevado 'tela' y no han salido (en
los medios de comunicación)”. De esta manera, el presidente del Gobierno en
funciones ha ganado tiempo, dejando un
tanto descolocados a sus contrincantes y provocando, con su vuelta atrás una
segunda ronda de consultas del Rey que ha retrasado el comienzo de la cuenta
atrás. Rajoy
trata de conseguir que se escenifique el carácter tóxico de un eventual pacto
de Pedro Sánchez con el populismo y los “enemigos de la unidad de España”. En
esa tarea, cuenta con la colaboración indirecta de la aristocracia del PSOE.
Antonio Casado explica
la táctica de Rajoy de esta manera: “Mientras el viernes por la tarde,
políticos y periodistas corríamos como idiotas detrás la liebre que Pablo M.
Iglesias soltó hacia donde él quiere llevarnos, Rajoy soltó la suya y puso
patas arriba todos los análisis. Me lo imagino después de despachar a los
periodistas y reunirse con sus colaboradores. Primero, mirarse una imaginaria mancha
en la corbata y luego pedirles calma pensando en el cuento de aquel mago
condenado a muerte que prometió hacer hablar al caballo del Rey si éste
retrasaba un año su ejecución. Cuando el carcelero le dijo que sería imposible,
el reo le explicó que antes de ponerse ante el verdugo aún podían pasar tres
cosas: que se muriese el Rey, que se muriese él de muerte natural o que hablase
el caballo”.
Los conservadores están
convencidos de que no es Rajoy quien ha quedado “noqueado”, sino Sánchez con la
decisión de Rajoy. Dicen que, con su plan B, el jefe del Ejecutivo habría
demostrado que la suya no es una retirada definitiva, sino temporal y que sigue
siendo el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno. La prueba, arguyen,
es la reacción “airada” del secretario de Organización socialista, César Luena,
tras conocerse el rechazo del presidente a presentarse al debate de
Investidura. Luena tachó de “irresponsable, trilero y antisistema” a Rajoy.
Pero, en definitiva, tanto el PP como el PSOE siguen jugando hasta la muerte
con el “y tú más”.
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