El concejal de Seguridad de Madrid, Javier Barbero, increpado por los manifestantes.
El pasado día 16, Javier
Barbero, el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, era rodeado e
insultado por varias antidisturbios de la Policía Municipal, durante una
concentración convocada por el sindicato CPPM (Colectivo Profesional de Policía
Municipal) en contra de la eliminación de las Unidades Centrales de Seguridad (UCS),
los conocidos Antidisturbios. Algunos de ellos injuriaron al edil al grito de “rojo
de mierda”, “gordo”, “perroflauta”, “dictador” e “hijo de puta”, golpeando su coche oficial. Uno de ellos dio
un manotazo a una periodista de la Agencia Efe y tiró su móvil cuando intentaba
grabar los incidentes. Sucedió cuando el equipo de Gobierno que dirige la
alcaldesa Manuela Carmena decidió eliminar una de las dos unidades conocidas
popularmente como 'antidisturbios', creadas en 2003 bajo el mandato de Alberto
Ruiz-Gallardón para reforzar las unidades de distrito. Un grupo de
participantes en la manifestación golpeó el coche de Barbero y le insultó,
llamándole “gordo” y “dictador”, además de acusarlo de “cargarse la UCS”. Al
mismo tiempo, el CPPM registró una denuncia contra el concejal Javier Barbero
por un posible delito de “injurias graves a los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad”. Aunque el concejal de seguridad aclaró más tarde que, si bien había
llamado “fascistas” a un “pequeño grupo” de manifestantes, debido a su “tipo de
conductas”, “de ninguna manera calificó así “a toda la policía”.
El acoso de unos
policías municipales pertenecientes a unidades especiales de antidisturbios al
edil, Javier Barbero, ofrece unas imágenes muy impactantes del concejal,
refugiándose en un bar y esperando al coche oficial para, protegido por sus
escoltas, poder escapar del lugar. El sindicato UPM (Unión Policía Municipal) emitió
un duro comunicado en el que se desmarcaba de los manifestantes y habló de una concentración
“politizada” y de intentos de defender “unidades concretas con un superávit de
personal insultante”, denunciando que la concentración puso “la cara colorada”
al resto del Cuerpo. “Basta ya de pantomimas
–terminaba el comunicado de UPM– de malas obras de teatro y de dramas de
sobremesa. Nuestras condiciones laborales y profesionales no se defienden
poniéndonos continuamente en la picota… Esas actitudes demostradas tanto en los
preparativos, como en la misma concentración, no representan a los policías
municipales de Madrid, menos aún a los compañeros llamados de otros municipios
para inflar una cifra ridícula de asistentes, (¡qué vergüenza, por Dios!), y es
por ello que confiamos, para beneficio de todos, que el bochornoso espectáculo
que se dio no afecte a la aplicación los Acuerdos vigentes ni a la negociación
de los futuros ya que, insistimos: ¡No nos representan!”.
Un policía municipal de
Madrid publicaba en SPANISHREV: “Me avergüenzo de la manifestación mantenida
contra el gobierno presidido por Manuela Carmena. No sólo estoy en desacuerdo
con el motivo de dicha convocatoria, ya que no creo que hubiera razones objetivas
para su celebración, sino que, además, pienso que estos compañeros han
equivocado totalmente el modo de protestar, utilizando la misma violencia que
tanto critican. Somos muchos los que pensamos diferente y hoy nos solidarizamos
con nuestro Concejal agredido”. Y añadía
que “la manifestación de esta mañana ha sido convocada por el sindicato CPPM.
Un sindicato pro PP, que vivía muy bien durante sus gobiernos, que nos vendió
de manera vil y rastrera durante las últimas negociaciones con la
Administración, y que ganó las elecciones regalando un Ipad a todo el que le
votaba”.
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