Rajoy lanzó a Cifuentes para mantener la batalla
femenina en el PP.
La presidenta de la Comunidad
aseguraba el pasado 19 de julio que pasará todo agosto trabajando en Madrid
porque irse de vacaciones “no es una obligación” y sí una “alternativa
voluntaria”. ¿Qué quiso decir exactamente Cristina Cifuentes en la rueda de
prensa tras el Consejo de Gobierno? Daba la impresión que no le gustaban las
vacaciones y que prefería pasar todo el mes trabajando en Madrid porque le
gusta “muchísimo” su trabajo y porque entiende que disfrutar de vacaciones es
una cuestión “voluntaria” y “no obligatoria”. La frase no era nueva. Ya, en el
2015, cuando llevaba sólo dos meses como presidenta regional, aseguraba que no
se iría de vacaciones porque había “muchos asuntos pendientes” que resolver. Y,
el pasado verano, criticó al líder del PSOE, Pedro Sánchez, por estar “tomando
el sol” mientras España llevaba medio año sin Gobierno. Tampoco ese verano se
tomó un descanso. Y el 18 de los corrientes
afirmaba que su intención no era levantar polémica y que era una
“ferviente defensora” de los derechos de los trabajadores. Las vacaciones,
precisó, “son una cosa muy buena, pero tiene que ser voluntario. Yo prefiero
quedarme trabajando, porque no se me ocurre mejor sitio que estar aquí
trabajando en la Puerta del Sol en lo que queda de julio y agosto”. Pero la
polémica no se hizo esperar. “Este derecho está recogido en el artículo 40.2 de
la Constitución Española y está desarrollado por el Estatuto de los
Trabajadores, que establece que todo el mundo tiene derecho a 30 días naturales
de vacaciones retribuidas, como mínimo. Ni siquiera está permitido que se
paguen las vacaciones en lugar de disfrutarlas”. Sin embargo, el caso de
Cifuentes es particular. Desempeña un cargo de responsabilidad y, del mismo
modo que tiene derecho a disfrutar de vacaciones, tiene la posibilidad de
interrumpirlas cuando sea necesario. “Ella puede decidirlo porque es un cargo
político. A veces es necesario acortarlas por casos especiales”, explica en
Público Luis Miguel López Reíllo, secretario general de UGT Madrid. “Tanto
Cifuentes como yo estamos liberados de nuestros trabajos anteriores. Ella tiene
su puesto en la Universidad Complutense y yo soy trabajador del Ayuntamiento de
Madrid. Tenemos derecho a vacaciones, pero en nuestro actual cargo podemos decidir
si las cogemos o no”. López Reíllo recuerda que las vacaciones “son un derecho
muy importante” como para “tomárselo de forma voluntaria”, como afirma la
presidenta. “Decir que es una opción me parece desafortunado. Si no quiere
disfrutarlas, allá ella, pero es ilegal no irse de vacaciones en una empresa.
Con esto no se puede jugar porque ha costado mucho tener ese derecho”, puntualiza.
“Y yo le recomiendo que se vaya de vacaciones, sobre todo por su salud”, le
aconseja el líder madrileño de UGT.
Para Unai
Sordo, nuevo Secretario General de CCOO, las vacaciones son un derecho
conquistado irrenunciable.
Fuentes del sindicato CSI-F., mayoritario
entre los trabajadores públicos, consideran “frívolas” las declaraciones de
Cifuentes porque abren la puerta a la
interpretación de un derecho fundamental “que ha tenido un gran coste humano
conseguirlo”. Unai Sordo, el nuevo secretario general de CCOO, deja claro durante su intervención en un
desayuno informativo que las vacaciones “son un derecho conquistado por los
trabajadores” y critica que “una responsable política con su responsabilidad haga
apología de su no disfrute”. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, presente en
el acto de Sordo, también responde por la decisión de Cifuentes: “El contrato
de trabajo en España da también derecho a vacaciones”, declara, aunque respeta
“la libertad individual de disfrutar o no de sus vacaciones” y considera que
trabajar “también es una manera de pasar el mes de agosto”. Precisamente por
eso, por considerarlas una libertad individual, es por lo que la decisión de
Cifuentes está siendo tan polémica. El líder de Izquierda Unida, Alberto
Garzón, que también asiste al discurso del Unai Sordo, asegura que “cuestionar,
aunque sea de esta forma indirecta, un derecho de los trabajadores como las
vacaciones contribuye a deteriorarlo”, por lo que tilda de “indecentes” las
declaraciones de la presidenta madrileña, ya que “no es una persona cualquiera”
y sus palabras “tienen mucha influencia” y “ayudan a destruir los derechos
conquistados”. Toni Ferrer, secretario ejecutivo de Empleo y Relaciones
Laborales del PSOE, recuerda que el sector turístico ocupa el primer lugar en
el PIB de España y que “si todo el mundo hiciera caso a la señora Cifuentes”, a
la que recomienda ser más “prudente” y “revisar esa opinión”, eso podría cambiar. Rita Maestre, portavoz del
Ayuntamiento de Madrid, responde a Cifuentes que las vacaciones “no son
voluntarias, sino un derecho laboral y ciudadano” que no dependen de “la
generosidad del empleador o de las ganas de trabajar del trabajador”. Por su
parte, Cifuentes lamenta que su decisión se esté convirtiendo en “polémica
absurda y artificial”, y le parece “surrealista” que se le cuestione puesto que
las vacaciones “no son obligatorias”. “Se está haciendo polémica de un asunto
sin mayor importancia y me niego a contribuir a ella”, ha dicho Cifuentes, al
tiempo que ha defendido “de manera inequívoca” el derecho de los ciudadanos a
tener vacaciones, algo que “queda fuera de toda discusión. Yo de este tema no
vuelvo a hablar porque es una polémica absurda”, concluye la presidenta.
El verano azul de Cristina Cifuentes. Fetty
Images.
“Por mí –escribe Vicente Clavero
en ‘Las vacaciones de la inagotable Cifuentes’–, la presidenta de la Comunidad
de Madrid puede hacer con su tiempo libre lo que le venga en gana, incluso
trabajar; pero de ahí a alardear de ello, como si fuera algo encomiable, media
un trecho bastante largo. No es la primera vez que lo hace, pero sí la que más
polvareda ha levantado, quizás por las peregrinas razones que la lideresa del
PP ha dado para justificarlo. Según Cifuentes, nadie puede obligarla a disfrutar
las vacaciones, y menos aun cuando no se le ocurre ningún sitio mejor para
pasar los rigores de julio y agosto que su despacho de la Puerta del Sol, donde
puede seguir trabajando mientras se alivia con la brisa de un buen aire
acondicionado. Eso de que las vacaciones deben tener carácter voluntario, dicho
por un dirigente político, sobre todo de la derecha, no me gusta absolutamente
nada. Y menos, viniendo de una aventajada alumna de la más conspicua
representante del neoliberalismo patrio, que sueña con desmantelar uno por uno
todos los derechos de los trabajadores, alentado por el indudable éxito que en
esta materia han cosechado durante la crisis las funestas políticas de
recortes. Aunque a veces va de guay y de moderna, Cifuentes siempre me ha
parecido un lobo con piel de cordero, una versión corregida y ampliada de
Esperanza Aguirre y, por supuesto, mucho más peligrosa que ella. Sus socios en
la Comunidad, la alegre muchachada de Ciudadanos, que debieron de creerse
ingenuamente sus impostadas proclamas a favor de la regeneración y de una nueva
forma de ejercer la política, ya se están enterando de cómo se las gasta. Cuando
la corrupción le ha salpicado a ella, Cifuentes se ha comportado de la misma
manera que sus antecesores, echando balones fuera y mostrándose como un ángel
que acabara de bajar del cielo, cuando en realidad lleva tres décadas en un PP
podrido hasta los tuétanos. Ni Esperanza Aguirre en sus mejores tiempos,
aquellos en que los escándalos no le daban descanso, fue capaz de sortear con
mayor cinismo los charcos llenos de ranas. Igual cinismo que muestra Cifuentes
cuando responde a las críticas por su renuncia a las vacaciones con cara de no
haber roto un plato, pese a saber que está haciendo un brindis al sol de los
empresarios. ¿Qué se apuestan a que, más bien temprano que tarde, estaremos
inmersos en un debate sobre si el descanso anual, en vez de irrenunciable como
ahora, debería ser voluntario? Total, hoy por hoy, quien más y quien menos
tiene en su trabajo aire acondicionado…”
“En este país donde la gente echa horas extra
gratis, que la jefa no se vaya de vacaciones manda un mensaje claro: sois todos
unos vagos”.
Marcos Paradinas, así los explica
en ‘Los derechos a los que Cifuentes no renuncia’: “Cristina Cifuentes,
presidenta de la Comunidad de Madrid a tiempo completo y opinadora a tiempo
parcial, ha dado la campanada en pleno julio volviendo a presumir de que renuncia a su derecho a disfrutar de
vacaciones. Dice la dirigente del PP que ‘no se me ocurre mejor sitio que estar
aquí trabajando en la Puerta del Sol en lo que queda de julio y agosto’. A mí
no se me ocurre mejor descripción para su idea que las propias palabras que Cifuentes
le dedicó a Podemos: ‘Aúna a partes iguales populismo y demagogia’. Para
empezar, habrá que saber si Cifuentes sólo rechaza a irse en julio y agosto,
que queda muy sacrificado de cara al populacho que sufrimos sin aire
acondicionado en casa, pero luego se va de crucero por el Caribe en septiembre,
cuando los precios son más bajos, sobre todo en época de huracanes. Muchos
convenios laborales señalan que al menos la mitad de las vacaciones deberán
tomarse entre julio y agosto. El Estatuto de los Trabajadores remarca que jamás
podrán rechazarse las vacaciones a cambio de una remuneración económica y los
laboralistas coinciden en que tampoco se podría renunciar a ellas de manera
voluntaria. La razón de estas precauciones, y de otras tantas, como que exista
un Salario Mínimo Interprofesional, está en que las relaciones laborales
siempre parten desde una desigualdad. Para evitar que un currito sea forzado de
manera subrepticia a renunciar a sus vacaciones, éstas son un derecho
inviolable. La vida laboral de Cifuentes no se rige por el Estatuto de los
Trabajadores ni existe un convenio laboral de presidentes autonómicos. Pero el
mensaje que manda, por mucho que diga que a sus consejeros les obliga a irse de
vacaciones, es nefasto. Intenta dar un ejemplo perjudicial y pinta las
vacaciones como un privilegio de los trabajadores y no como un derecho
inalienable fruto de la lucha laboral. En el país del presentismo, donde la
gente echa horas extra gratis porque el dueño de la empresa no se va a casa,
que la jefa no se vaya de vacaciones manda un mensaje claro: sois todos unos
vagos.
Cifuentes, una presidenta que “no para de
trabajar”.
David Torres titula, en Público,
el artículo ‘Cifuentes no para de trabajar? “Hay noticias –escribe– que cobran
nuevas y curiosas perspectivas cuando se colocan juntas: del mismo modo que al
guiñar un ojo, con la cabeza recostada sobre la cama, la lámpara se aleja o se
agiganta, la visión suele mejorar cuando uno mira en estéreo. Con un ojo, leo
que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, dice que no va
a tomarse vacaciones este año porque así va adelantando trabajo. Con el otro,
me entero que una enorme cantidad de documentación relacionada con el caso
Púnica, los expedientes relativos a la adjudicación del mantenimiento del
parque Polvoranca, ha sido destruida. Leídas al unísono, ambas noticias me
facilitan un titular a toda página: Cifuentes necesita urgentemente unas
vacaciones. Sucede, no obstante, que la presidenta considera que las vacaciones
son voluntarias, más o menos lo mismo que piensa la CEOE de muchos otros
derechos de los trabajadores. Esta curiosa interpretación de la legislación
laboral (en la que las jornadas de descanso, las pagas extraordinarias, los
aumentos de sueldo y las horas extra dependen del capricho del empresario) es
lo que ha dado como resultado el prodigioso crecimiento económico del que
presumen nuestros líderes… Gracias a este ejercicio de estajanovismo desatado,
el boquete documental abierto en el caso Púnica, referente a la financiación
irregular del PP madrileño, va adquiriendo las dimensiones de un agujero negro.
Esa gente no para de trabajar. El 14 de marzo los agentes de la UCO enviados a
la sede de la empresa pública Campus de la Justicia (nombre profético donde los
haya), se encontraron con que los contratos requeridos no aparecían por ningún
sitio, una desaparición mágica que ya había ocurrido anteriormente con las
carpetas vacías correspondientes a Arpegio, la empresa pública del suelo de
Madrid, y a un contrato de publicidad del Instituto Madrileño de Desarrollo por
dos millones de euros. Es evidente, ante tanto desbarajuste, que Cifuentes y todo
su equipo están pidiendo a gritos unas vacaciones. De ser posible,
indefinidas”.
Cifuentes
y su “apretada y complicada agenda”.
“Infinidad de estudios han
demostrado lo beneficiosas que son las vacaciones para la productividad y para
la salud física y mental de los trabajadores. Se recuperan las jornadas de 35
horas para trabajadores públicos. Se demuestra la mejora que supondrían los
fines de semana de tres días… O sea, que, a la larga, a los madrileños nos
saldrá cara la broma de Cifuentes, con una presidenta incapaz de rendir por
culpa de un capricho populista”. El texto está sacado del perfil de Cristina
Cifuentes en Los Genoveses. “Puestos a tener gestos populistas que impliquen
renunciar a derechos, Cifuentes podría negarse a recibir cada año 7.360 euros
mensuales o, si no es técnicamente posible, donarlos a Cáritas o a una
protectora de musarañas. Hablamos de los trienios que recibe por ser
funcionaria de la Universidad Complutense, un dinero al que tiene derecho –pese
a que no ejerce, al igual que sí ejerce de presidenta cuando tendría que estar
de vacaciones–, y aunque se sospeche que ascendió a la escala más alta del
cuerpo más por méritos. De hecho, puede que sean más de 7.360 euros, pero es
imposible saberlo. Porque, pese a presumir de transparencia, Cifuentes lleva,
desde 2015, sin actualizar sus datos de patrimonio ni su declaración de la
Renta. Y no le vendría mal hacerlo, dado que hace poco la pillamos en un brete,
al presumir de que sólo tenía 900 euros en una cuenta corriente, cuando dicha
documentación apunta a que tiene al menos 27.000 euros en el banco. Sea como
fuere, decida o no renunciar a sus jugosos trienios, si, al final, Cifuentes
decide quedarse en Madrid a echar horas de más en el trabajo, y consigue que no
afecte a su productividad, a lo mejor consigue desatascar su apretada agenda.
Porque en los últimos meses, la presidenta se ha negado a recibir al colegio y
asociaciones de médicos, a los doctores del colapsado Gregorio Marañón y a los
profesores y padres de Vallecas. A unos les ha ignorado, a otros les ha enviado
una carta en la que rechaza reunirse con ellos ‘dado lo complicado de mi
agenda’. No se me ocurre mejor manera de invertir su ausencia de vacaciones que
tratando como se merecen a los responsables de la sanidad y la educación
públicas”.
Mariano Rajoy, ante el tribunal del caso Gürtel.
Por su parte, el presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy, compareció el pasado miércoles en la Audiencia
Nacional como testigo por el juicio por la primera época de la trama Gürtel. “Sentado
a la diestra del padre del tribunal –lo describe Henrique Mariño–, entre los
magistrados y los abogados defensores, podría pasar por un funcionario del
cuerpo judicial si alguien le hubiese prestado una toga a tiempo y apareciese
en escena, como el figurante de una ópera bufa, nada más levantarse el telón.
Pero Rajoy no está, aunque se le espera, hasta que surge de la nada con su paso
marcial y esos brazos oscilobatientes: da la impresión de que, cuando da una
zancada, un mecanismo interno accionado por la apertura de las piernas le
provoca un estiramiento de los brazos en horizontal (…) El testigo, en calidad
de ex secretario general del PP, dijo que no tenía ni pajolera idea de sobres
ni de sobras —alguno, con las migajas, se ha puesto las botas— y que la
financiación ilegal del PP era cosa de los fontaneros: les abres la puerta de
casa y luego fíate de ellos. ‘No sé si se ha confundido de testigo’, llegó a
responderle al abogado de la acusación, para que se hagan una idea del nivel de
la incomparecencia”.
Pero más que él, el protagonista
de la comparecencia fue el presidente del Tribunal, Ángel Hurtado, quien vetó
bastantes preguntas al considerarlas “no pertinentes”. Hurtado moderó las
intervenciones, mostrándose especialmente atento a que ningún letrado formulase
preguntas que pudieran incriminar al presidente del Gobierno, ya que Rajoy
comparecía como testigo y no como imputado.
Y guardó un gran celo ante cualquier cuestión relacionada con la
supuesta financiación ilegal, la caja B del PP, que el extesorero, Luis
Bárcenas aseguró que existía, zanjando cuanto antes cualquier referencia a los
famosos SMS de Rajoy a Bárcenas. La comparecencia de Rajoy duró casi dos horas
y las prisas a las que indujo el presidente del Tribunal impidieron a los
letrados indagar en matices e intentar que el testigo incurriera en alguna
contradicción al ser repreguntado de manera diferente por las mismas
cuestiones. Estas fueron las preguntas consideradas
impertinentes por Ángel Hurtado:
¿Conocía la existencia de la caja B del partido de la que
habla Luis Bárcenas?
Bárcenas manifiesta ante el juez Pablo Ruz que había
sobresueldos para el presidente, el secretario general y los vicesecretarios de
PP.
¿Cree que el señor Lapuerta desempeñó fielmente su labor
durante su mandato?
¿Nunca se habló de dinero recibido en B en alguna Ejecutiva
del PP?
¿Que Lapuerta visara las cuentas del PP es garantía de que
Bárcenas no hacía trapicheos con el dinero que recibía?
¿Está de acuerdo con la nulidad de este proceso judicial
pedido por el representante procesal del PP?
¿Sigue pensando que este proceso es una trama contra el PP?
¿Tiene conocimiento de que se llevaran a cabo trasvases de
dinero hacia la Moraleja cuyo propietario en aquella época era Ángel Sanchís?
¿Existía una caja B?
¿Cuándo se enteró usted de que el Congreso del PP en
Valencia fue contratado con empresas del señor Correa?
¿Usted le presto algún tipo de ayuda al señor Bárcenas en el
ámbito judicial, ante el estamento fiscal o policial en relación con este
procedimiento, con el caso Gürtel?
¿Pidió al diario 'El Mundo' una rectificación de esa
información?
Imagen del monitor de la sala de prensa de de la
Audiencia Nacional de San Fernando de Henares.
“Mariano Rajoy debe dimitir por
ignorante –sentencia Eric Sopena, en ElPlural.com, ante las contestaciones del presidente en la
Audiencia Nacional–. Y además, por cínico. Su desconocimiento clama al cielo.
De su testimonio se desprende que el hoy presidente y entonces secretario
general del PP no sabe, no conoce, o no ha querido averiguar que ha ocurrido en
su partido durante muchos. Y en ese caso ¿cómo iba a responsabilizarse de las
cuentas? Todo es vago y brumoso. Sí, hubo alguna reunión, él no se enteró muy
bien. Él no dio orden de nada porque no era su función, sino cosa de los
económicos, gerentes y tesoreros, que luego daban parte a la Comisión
Ejecutiva, pero allí tampoco se debatía nada. Todo se aprobaba y que el
Tribunal de Cuentas se pronunciara. Cuando le vinieron con historias turbias de
dos municipios de Madrid, le dijo a Esperanza Aguirre que lo arreglara porque
el presidente del partido no puede estar en todo. Aunque la lideresa no se
enteraba de nada, como tampoco se enteró del Tamayazo. Y cuando las empresas de
Correa siguieron trabajando en Valencia, pues vete a saber por qué. Otro
ejemplo ilustrativo. Cuando él ha ido a Bilbao no se ha enterado de qué empresa
ha montado el acto. A él le reciben los políticos, y ya está. Y si dijo lo de
‘Luis se fuerte, te llamaré’, es porque uno manda muchos mensajes, pero luego
dijo que no le llamó. Claro que el presidente de la Sala, el magistrado Ángel
Hurtado, que improvisó la figura paterna del excelentísimo testigo, Mariano
Rajoy Brey, igual tacha este artículo de no pertinente, como hizo con muchas de
las preguntas de la acusación”.
El presidente del Tribunal, Ángel Hurtado, considera las preguntas a Rajoy "no pertinentes".
“No es pertinente”, comenta Jesús
Cintora en Eldiario.es. “No es pertinente, repetía con afán el señor juez,
cortando constantemente preguntas delicadas para Mariano Rajoy. No es
pertinente, sonaba en la sala machaconamente, como ese martillo que destruye
pruebas en forma de ordenador. No es pertinente, cabe pensar, el privilegio del
testigo Rajoy, sentado junto al tribunal y no enfrente. No es pertinente que si
la justicia es igual para todos, el trato de favor cantase infinitamente más
que el testigo. Que no dijo gran cosa, como era de esperar. He aquí otra
preocupante evidencia. Una gran parte de la sociedad ya daba por hecho que, ni
el presidente contaría mucho, ni el sistema judicial funcionaba con igualdad. A
partir de aquí, con la situación controlada, Rajoy jugaba en casa y hasta se
permitió mofarse de los abogados de la acusación. A uno le dijo que su
razonamiento no parecía brillante y a otro que su capacidad de comprensión
estaba en duda”.
“Rajoy viene de una tradición de
normalidad –escribe Juan José Millás en el artículo ‘Moderados’, publicado el
pasado viernes en El País–, inaugurada por Aznar, que, si ustedes recuerdan, se
manifestaba, incongruentemente, como un fanático de la mesura. Hay gente normal
y gente normalizadora. Para ser normalizador no es preciso ser normal, del
mismo modo que para escribir una novela no hace falta ser novelista. No estamos
seguros de que Rajoy sea normal, pero no cabe duda de que es uno de los grandes
normalizadores de la Historia. El miércoles, sin ir más lejos, convirtió en
normal el hecho de que un presidente del Gobierno declarara como testigo en un
juicio por corrupción de su propio partido. ‘Afronta la comparecencia con
normalidad’, anunciaron sus portavoces frente a un público que, a medida que
pasaba el tiempo, se convencía íntimamente de lo común de la situación. Si
Rajoy atropellara mañana a una ancianita, después de una mariscada gallega
regada con abundante cava catalán, en 48 horas nos parecería normal. El cava
marida muy bien con el percebe, diría sin alterar un músculo del rostro, para
añadir que lo importante, una vez fallecida la anciana, era actuar con sensatez
y sin extremismos. Rajoy viene de una tradición de normalidad inaugurada por
Aznar, que, si ustedes recuerdan, se manifestaba, incongruentemente, como un
fanático de la mesura. En otras palabras, un hombre normal y también, hasta
cierto punto, normalizador. De hecho, hace tres días salió en el periódico que
la empresa familiar que tiene con su esposa, Famaztella, se dedica a la ‘explotación
de derechos intelectuales en todas sus manifestaciones’, sin que la Red se haya
llenado de chistes, como si fuera normal que vivieran del intelecto. La
perplejidad del lector se atenuaba al comprobar que durante el año pasado no
habían producido nada. El tiempo nos mostró que la normalidad de Aznar era
extravagante. Quizá nos falta perspectiva para comprobar que la sensatez de
Rajoy es excéntrica”.
Las fotomontajes elegidas esta semana hacen alusión al tema
tratado.
Rajoy fue preparado a la pregunta
de la caja B del PP.
- Todo lo que hice siempre fue actuar por fe y amor a mi
marido.
- Cómo dice?
- Pueshh...
@Lolo_Sev
"Esa pregunta está en fuera de juego".
Patri Murillo @patrimurillo87
#DeclaraRajoyARV
La pregunta no es pertinente
La pregunta no es pertinente
La pregunta no es pertinente
La pregunta no es pertinente
@protestona1
Ya shacabao
Y no me preguntan por Venezuela
Eshto no she hace hombre por dioshhhh!!!
#Rajoy
@eldelteto
Esos temas los llevaban Blesa y
Barberá'. La red se llena de excusas para Rajoy en su declaración.
Y la europea?#excusasparamariano@jordievole. Uno de los tuits más
compartidos del día:
-Se le nota nervioso...
-¿A Rajoy?
-No, al juez.
Ana B Rivero. La historia de amor
entre Rajoy y el juez de la Gürtel.
El humor, en la prensa de esta semana: El Roto, Forges,
Peridis, Bernardo Vergara, Pat, Atxe, Hermengol, Pedripol, Malagón, Juancarlos,
Quim Sosa, J. R. Mora…
Pep Roig, desde Mallorca, nos presenta: Corrupatriotismo, Economía
acomodaticia, Normalidad en la
anormalidad, Salvachollos VIP, Prosperidad solo para prosperados, En su
ambiente, Sólo sé que de lo que sé no sé nada...
CRISTINA CIFUENTES SE NIEGA A TENER VACACIONES SUPER NEWS
Las interrupciones del juez a las preguntas de ADADE han provocado varias veces las protestas de la acusación popular La acusación se siente vetada por el Juez El Plural
Rajoy: "La respuesta tiene que ser gallega, no iba a ser riojana" eldiarioes
El momento más tenso de la declaración de Mariano Rajoy Politicspain
"No es pertinente" Alberto Riveiro Nogareda
Los "no sé, no me acuerdo" de Rajoy durante el juicio de la Gürtel eldiarioes
RAJOY: MEJORES MOMENTOS Y LAPSUS en la Audiencia Nacional PODEMOS ESPAÑA TV
Buenafuente entrevista a Rajoy Gudari Eus