domingo, 30 de julio de 2017

Las vacaciones de la inagotable Cifuentes y la comparecencia de Rajoy en la Audiencia Nacional.

       Rajoy lanzó a Cifuentes para mantener la batalla femenina en el PP.

La presidenta de la Comunidad aseguraba el pasado 19 de julio que pasará todo agosto trabajando en Madrid porque irse de vacaciones “no es una obligación” y sí una “alternativa voluntaria”. ¿Qué quiso decir exactamente Cristina Cifuentes en la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno? Daba la impresión que no le gustaban las vacaciones y que prefería pasar todo el mes trabajando en Madrid porque le gusta “muchísimo” su trabajo y porque entiende que disfrutar de vacaciones es una cuestión “voluntaria” y “no obligatoria”. La frase no era nueva. Ya, en el 2015, cuando llevaba sólo dos meses como presidenta regional, aseguraba que no se iría de vacaciones porque había “muchos asuntos pendientes” que resolver. Y, el pasado verano, criticó al líder del PSOE, Pedro Sánchez, por estar “tomando el sol” mientras España llevaba medio año sin Gobierno. Tampoco ese verano se tomó un descanso. Y el 18 de los corrientes  afirmaba que su intención no era levantar polémica y que era una “ferviente defensora” de los derechos de los trabajadores. Las vacaciones, precisó, “son una cosa muy buena, pero tiene que ser voluntario. Yo prefiero quedarme trabajando, porque no se me ocurre mejor sitio que estar aquí trabajando en la Puerta del Sol en lo que queda de julio y agosto”. Pero la polémica no se hizo esperar. “Este derecho está recogido en el artículo 40.2 de la Constitución Española y está desarrollado por el Estatuto de los Trabajadores, que establece que todo el mundo tiene derecho a 30 días naturales de vacaciones retribuidas, como mínimo. Ni siquiera está permitido que se paguen las vacaciones en lugar de disfrutarlas”. Sin embargo, el caso de Cifuentes es particular. Desempeña un cargo de responsabilidad y, del mismo modo que tiene derecho a disfrutar de vacaciones, tiene la posibilidad de interrumpirlas cuando sea necesario. “Ella puede decidirlo porque es un cargo político. A veces es necesario acortarlas por casos especiales”, explica en Público Luis Miguel López Reíllo, secretario general de UGT Madrid. “Tanto Cifuentes como yo estamos liberados de nuestros trabajos anteriores. Ella tiene su puesto en la Universidad Complutense y yo soy trabajador del Ayuntamiento de Madrid. Tenemos derecho a vacaciones, pero en nuestro actual cargo podemos decidir si las cogemos o no”. López Reíllo recuerda que las vacaciones “son un derecho muy importante” como para “tomárselo de forma voluntaria”, como afirma la presidenta. “Decir que es una opción me parece desafortunado. Si no quiere disfrutarlas, allá ella, pero es ilegal no irse de vacaciones en una empresa. Con esto no se puede jugar porque ha costado mucho tener ese derecho”, puntualiza. “Y yo le recomiendo que se vaya de vacaciones, sobre todo por su salud”, le aconseja el líder madrileño de UGT.

Para Unai Sordo, nuevo Secretario General de CCOO, las vacaciones son un derecho conquistado irrenunciable.

Fuentes del sindicato CSI-F., mayoritario entre los trabajadores públicos, consideran “frívolas” las declaraciones de Cifuentes  porque abren la puerta a la interpretación de un derecho fundamental “que ha tenido un gran coste humano conseguirlo”. Unai Sordo, el nuevo secretario general de CCOO,  deja claro durante su intervención en un desayuno informativo que las vacaciones “son un derecho conquistado por los trabajadores” y critica que “una responsable política con su responsabilidad haga apología de su no disfrute”. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, presente en el acto de Sordo, también responde por la decisión de Cifuentes: “El contrato de trabajo en España da también derecho a vacaciones”, declara, aunque respeta “la libertad individual de disfrutar o no de sus vacaciones” y considera que trabajar “también es una manera de pasar el mes de agosto”. Precisamente por eso, por considerarlas una libertad individual, es por lo que la decisión de Cifuentes está siendo tan polémica. El líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, que también asiste al discurso del Unai Sordo, asegura que “cuestionar, aunque sea de esta forma indirecta, un derecho de los trabajadores como las vacaciones contribuye a deteriorarlo”, por lo que tilda de “indecentes” las declaraciones de la presidenta madrileña, ya que “no es una persona cualquiera” y sus palabras “tienen mucha influencia” y “ayudan a destruir los derechos conquistados”. Toni Ferrer, secretario ejecutivo de Empleo y Relaciones Laborales del PSOE, recuerda que el sector turístico ocupa el primer lugar en el PIB de España y que “si todo el mundo hiciera caso a la señora Cifuentes”, a la que recomienda ser más “prudente” y “revisar esa opinión”,  eso podría cambiar. Rita Maestre, portavoz del Ayuntamiento de Madrid, responde a Cifuentes que las vacaciones “no son voluntarias, sino un derecho laboral y ciudadano” que no dependen de “la generosidad del empleador o de las ganas de trabajar del trabajador”. Por su parte, Cifuentes lamenta que su decisión se esté convirtiendo en “polémica absurda y artificial”, y le parece “surrealista” que se le cuestione puesto que las vacaciones “no son obligatorias”. “Se está haciendo polémica de un asunto sin mayor importancia y me niego a contribuir a ella”, ha dicho Cifuentes, al tiempo que ha defendido “de manera inequívoca” el derecho de los ciudadanos a tener vacaciones, algo que “queda fuera de toda discusión. Yo de este tema no vuelvo a hablar porque es una polémica absurda”, concluye  la presidenta.

       El verano azul de Cristina Cifuentes. Fetty Images.

“Por mí –escribe Vicente Clavero en ‘Las vacaciones de la inagotable Cifuentes’–, la presidenta de la Comunidad de Madrid puede hacer con su tiempo libre lo que le venga en gana, incluso trabajar; pero de ahí a alardear de ello, como si fuera algo encomiable, media un trecho bastante largo. No es la primera vez que lo hace, pero sí la que más polvareda ha levantado, quizás por las peregrinas razones que la lideresa del PP ha dado para justificarlo. Según Cifuentes, nadie puede obligarla a disfrutar las vacaciones, y menos aun cuando no se le ocurre ningún sitio mejor para pasar los rigores de julio y agosto que su despacho de la Puerta del Sol, donde puede seguir trabajando mientras se alivia con la brisa de un buen aire acondicionado. Eso de que las vacaciones deben tener carácter voluntario, dicho por un dirigente político, sobre todo de la derecha, no me gusta absolutamente nada. Y menos, viniendo de una aventajada alumna de la más conspicua representante del neoliberalismo patrio, que sueña con desmantelar uno por uno todos los derechos de los trabajadores, alentado por el indudable éxito que en esta materia han cosechado durante la crisis las funestas políticas de recortes. Aunque a veces va de guay y de moderna, Cifuentes siempre me ha parecido un lobo con piel de cordero, una versión corregida y ampliada de Esperanza Aguirre y, por supuesto, mucho más peligrosa que ella. Sus socios en la Comunidad, la alegre muchachada de Ciudadanos, que debieron de creerse ingenuamente sus impostadas proclamas a favor de la regeneración y de una nueva forma de ejercer la política, ya se están enterando de cómo se las gasta. Cuando la corrupción le ha salpicado a ella, Cifuentes se ha comportado de la misma manera que sus antecesores, echando balones fuera y mostrándose como un ángel que acabara de bajar del cielo, cuando en realidad lleva tres décadas en un PP podrido hasta los tuétanos. Ni Esperanza Aguirre en sus mejores tiempos, aquellos en que los escándalos no le daban descanso, fue capaz de sortear con mayor cinismo los charcos llenos de ranas. Igual cinismo que muestra Cifuentes cuando responde a las críticas por su renuncia a las vacaciones con cara de no haber roto un plato, pese a saber que está haciendo un brindis al sol de los empresarios. ¿Qué se apuestan a que, más bien temprano que tarde, estaremos inmersos en un debate sobre si el descanso anual, en vez de irrenunciable como ahora, debería ser voluntario? Total, hoy por hoy, quien más y quien menos tiene en su trabajo aire acondicionado…”

     “En este país donde la gente echa horas extra gratis, que la jefa no se vaya de vacaciones manda un mensaje claro: sois todos unos vagos”.

Marcos Paradinas, así los explica en ‘Los derechos a los que Cifuentes no renuncia’: “Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid a tiempo completo y opinadora a tiempo parcial, ha dado la campanada en pleno julio volviendo a presumir de  que renuncia a su derecho a disfrutar de vacaciones. Dice la dirigente del PP que ‘no se me ocurre mejor sitio que estar aquí trabajando en la Puerta del Sol en lo que queda de julio y agosto’. A mí no se me ocurre mejor descripción para su idea que las propias palabras que Cifuentes le dedicó a Podemos: ‘Aúna a partes iguales populismo y demagogia’. Para empezar, habrá que saber si Cifuentes sólo rechaza a irse en julio y agosto, que queda muy sacrificado de cara al populacho que sufrimos sin aire acondicionado en casa, pero luego se va de crucero por el Caribe en septiembre, cuando los precios son más bajos, sobre todo en época de huracanes. Muchos convenios laborales señalan que al menos la mitad de las vacaciones deberán tomarse entre julio y agosto. El Estatuto de los Trabajadores remarca que jamás podrán rechazarse las vacaciones a cambio de una remuneración económica y los laboralistas coinciden en que tampoco se podría renunciar a ellas de manera voluntaria. La razón de estas precauciones, y de otras tantas, como que exista un Salario Mínimo Interprofesional, está en que las relaciones laborales siempre parten desde una desigualdad. Para evitar que un currito sea forzado de manera subrepticia a renunciar a sus vacaciones, éstas son un derecho inviolable. La vida laboral de Cifuentes no se rige por el Estatuto de los Trabajadores ni existe un convenio laboral de presidentes autonómicos. Pero el mensaje que manda, por mucho que diga que a sus consejeros les obliga a irse de vacaciones, es nefasto. Intenta dar un ejemplo perjudicial y pinta las vacaciones como un privilegio de los trabajadores y no como un derecho inalienable fruto de la lucha laboral. En el país del presentismo, donde la gente echa horas extra gratis porque el dueño de la empresa no se va a casa, que la jefa no se vaya de vacaciones manda un mensaje claro: sois todos unos vagos.

       Cifuentes, una presidenta que “no para de trabajar”.

David Torres titula, en Público, el artículo ‘Cifuentes no para de trabajar? “Hay noticias –escribe– que cobran nuevas y curiosas perspectivas cuando se colocan juntas: del mismo modo que al guiñar un ojo, con la cabeza recostada sobre la cama, la lámpara se aleja o se agiganta, la visión suele mejorar cuando uno mira en estéreo. Con un ojo, leo que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, dice que no va a tomarse vacaciones este año porque así va adelantando trabajo. Con el otro, me entero que una enorme cantidad de documentación relacionada con el caso Púnica, los expedientes relativos a la adjudicación del mantenimiento del parque Polvoranca, ha sido destruida. Leídas al unísono, ambas noticias me facilitan un titular a toda página: Cifuentes necesita urgentemente unas vacaciones. Sucede, no obstante, que la presidenta considera que las vacaciones son voluntarias, más o menos lo mismo que piensa la CEOE de muchos otros derechos de los trabajadores. Esta curiosa interpretación de la legislación laboral (en la que las jornadas de descanso, las pagas extraordinarias, los aumentos de sueldo y las horas extra dependen del capricho del empresario) es lo que ha dado como resultado el prodigioso crecimiento económico del que presumen nuestros líderes… Gracias a este ejercicio de estajanovismo desatado, el boquete documental abierto en el caso Púnica, referente a la financiación irregular del PP madrileño, va adquiriendo las dimensiones de un agujero negro. Esa gente no para de trabajar. El 14 de marzo los agentes de la UCO enviados a la sede de la empresa pública Campus de la Justicia (nombre profético donde los haya), se encontraron con que los contratos requeridos no aparecían por ningún sitio, una desaparición mágica que ya había ocurrido anteriormente con las carpetas vacías correspondientes a Arpegio, la empresa pública del suelo de Madrid, y a un contrato de publicidad del Instituto Madrileño de Desarrollo por dos millones de euros. Es evidente, ante tanto desbarajuste, que Cifuentes y todo su equipo están pidiendo a gritos unas vacaciones. De ser posible, indefinidas”.

Cifuentes y su “apretada y complicada agenda”.

“Infinidad de estudios han demostrado lo beneficiosas que son las vacaciones para la productividad y para la salud física y mental de los trabajadores. Se recuperan las jornadas de 35 horas para trabajadores públicos. Se demuestra la mejora que supondrían los fines de semana de tres días… O sea, que, a la larga, a los madrileños nos saldrá cara la broma de Cifuentes, con una presidenta incapaz de rendir por culpa de un capricho populista”. El texto está sacado del perfil de Cristina Cifuentes en Los Genoveses. “Puestos a tener gestos populistas que impliquen renunciar a derechos, Cifuentes podría negarse a recibir cada año 7.360 euros mensuales o, si no es técnicamente posible, donarlos a Cáritas o a una protectora de musarañas. Hablamos de los trienios que recibe por ser funcionaria de la Universidad Complutense, un dinero al que tiene derecho –pese a que no ejerce, al igual que sí ejerce de presidenta cuando tendría que estar de vacaciones–, y aunque se sospeche que ascendió a la escala más alta del cuerpo más por méritos. De hecho, puede que sean más de 7.360 euros, pero es imposible saberlo. Porque, pese a presumir de transparencia, Cifuentes lleva, desde 2015, sin actualizar sus datos de patrimonio ni su declaración de la Renta. Y no le vendría mal hacerlo, dado que hace poco la pillamos en un brete, al presumir de que sólo tenía 900 euros en una cuenta corriente, cuando dicha documentación apunta a que tiene al menos 27.000 euros en el banco. Sea como fuere, decida o no renunciar a sus jugosos trienios, si, al final, Cifuentes decide quedarse en Madrid a echar horas de más en el trabajo, y consigue que no afecte a su productividad, a lo mejor consigue desatascar su apretada agenda. Porque en los últimos meses, la presidenta se ha negado a recibir al colegio y asociaciones de médicos, a los doctores del colapsado Gregorio Marañón y a los profesores y padres de Vallecas. A unos les ha ignorado, a otros les ha enviado una carta en la que rechaza reunirse con ellos ‘dado lo complicado de mi agenda’. No se me ocurre mejor manera de invertir su ausencia de vacaciones que tratando como se merecen a los responsables de la sanidad y la educación públicas”. 

       Mariano Rajoy, ante el tribunal del caso Gürtel.

Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, compareció el pasado miércoles en la Audiencia Nacional como testigo por el juicio por la primera época de la trama Gürtel. “Sentado a la diestra del padre del tribunal –lo describe Henrique Mariño–, entre los magistrados y los abogados defensores, podría pasar por un funcionario del cuerpo judicial si alguien le hubiese prestado una toga a tiempo y apareciese en escena, como el figurante de una ópera bufa, nada más levantarse el telón. Pero Rajoy no está, aunque se le espera, hasta que surge de la nada con su paso marcial y esos brazos oscilobatientes: da la impresión de que, cuando da una zancada, un mecanismo interno accionado por la apertura de las piernas le provoca un estiramiento de los brazos en horizontal (…) El testigo, en calidad de ex secretario general del PP, dijo que no tenía ni pajolera idea de sobres ni de sobras —alguno, con las migajas, se ha puesto las botas— y que la financiación ilegal del PP era cosa de los fontaneros: les abres la puerta de casa y luego fíate de ellos. ‘No sé si se ha confundido de testigo’, llegó a responderle al abogado de la acusación, para que se hagan una idea del nivel de la incomparecencia”.


Pero más que él, el protagonista de la comparecencia fue el presidente del Tribunal, Ángel Hurtado, quien vetó bastantes preguntas al considerarlas “no pertinentes”. Hurtado moderó las intervenciones, mostrándose especialmente atento a que ningún letrado formulase preguntas que pudieran incriminar al presidente del Gobierno, ya que Rajoy comparecía como testigo y no como imputado.  Y guardó un gran celo ante cualquier cuestión relacionada con la supuesta financiación ilegal, la caja B del PP, que el extesorero, Luis Bárcenas aseguró que existía, zanjando cuanto antes cualquier referencia a los famosos SMS de Rajoy a Bárcenas. La comparecencia de Rajoy duró casi dos horas y las prisas a las que indujo el presidente del Tribunal impidieron a los letrados indagar en matices e intentar que el testigo incurriera en alguna contradicción al ser repreguntado de manera diferente por las mismas cuestiones. Estas  fueron las preguntas consideradas impertinentes por Ángel Hurtado:


¿Conocía la existencia de la caja B del partido de la que habla Luis Bárcenas?
Bárcenas manifiesta ante el juez Pablo Ruz que había sobresueldos para el presidente, el secretario general y los vicesecretarios de PP.
¿Cree que el señor Lapuerta desempeñó fielmente su labor durante su mandato?
¿Nunca se habló de dinero recibido en B en alguna Ejecutiva del PP?
¿Que Lapuerta visara las cuentas del PP es garantía de que Bárcenas no hacía trapicheos con el dinero que recibía?
¿Está de acuerdo con la nulidad de este proceso judicial pedido por el representante procesal del PP?
¿Sigue pensando que este proceso es una trama contra el PP?
¿Tiene conocimiento de que se llevaran a cabo trasvases de dinero hacia la Moraleja cuyo propietario en aquella época era Ángel Sanchís?
¿Existía una caja B?
¿Cuándo se enteró usted de que el Congreso del PP en Valencia fue contratado con empresas del señor Correa?
¿Usted le presto algún tipo de ayuda al señor Bárcenas en el ámbito judicial, ante el estamento fiscal o policial en relación con este procedimiento, con el caso Gürtel?
¿Pidió al diario 'El Mundo' una rectificación de esa información?

      Imagen del monitor de la sala de prensa de de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares.

“Mariano Rajoy debe dimitir por ignorante –sentencia Eric Sopena, en ElPlural.com,  ante las contestaciones del presidente en la Audiencia Nacional–. Y además, por cínico. Su desconocimiento clama al cielo. De su testimonio se desprende que el hoy presidente y entonces secretario general del PP no sabe, no conoce, o no ha querido averiguar que ha ocurrido en su partido durante muchos. Y en ese caso ¿cómo iba a responsabilizarse de las cuentas? Todo es vago y brumoso. Sí, hubo alguna reunión, él no se enteró muy bien. Él no dio orden de nada porque no era su función, sino cosa de los económicos, gerentes y tesoreros, que luego daban parte a la Comisión Ejecutiva, pero allí tampoco se debatía nada. Todo se aprobaba y que el Tribunal de Cuentas se pronunciara. Cuando le vinieron con historias turbias de dos municipios de Madrid, le dijo a Esperanza Aguirre que lo arreglara porque el presidente del partido no puede estar en todo. Aunque la lideresa no se enteraba de nada, como tampoco se enteró del Tamayazo. Y cuando las empresas de Correa siguieron trabajando en Valencia, pues vete a saber por qué. Otro ejemplo ilustrativo. Cuando él ha ido a Bilbao no se ha enterado de qué empresa ha montado el acto. A él le reciben los políticos, y ya está. Y si dijo lo de ‘Luis se fuerte, te llamaré’, es porque uno manda muchos mensajes, pero luego dijo que no le llamó. Claro que el presidente de la Sala, el magistrado Ángel Hurtado, que improvisó la figura paterna del excelentísimo testigo, Mariano Rajoy Brey, igual tacha este artículo de no pertinente, como hizo con muchas de las preguntas de la acusación”.

El presidente del Tribunal, Ángel Hurtado, considera las preguntas a Rajoy "no pertinentes".

“No es pertinente”, comenta Jesús Cintora en Eldiario.es. “No es pertinente, repetía con afán el señor juez, cortando constantemente preguntas delicadas para Mariano Rajoy. No es pertinente, sonaba en la sala machaconamente, como ese martillo que destruye pruebas en forma de ordenador. No es pertinente, cabe pensar, el privilegio del testigo Rajoy, sentado junto al tribunal y no enfrente. No es pertinente que si la justicia es igual para todos, el trato de favor cantase infinitamente más que el testigo. Que no dijo gran cosa, como era de esperar. He aquí otra preocupante evidencia. Una gran parte de la sociedad ya daba por hecho que, ni el presidente contaría mucho, ni el sistema judicial funcionaba con igualdad. A partir de aquí, con la situación controlada, Rajoy jugaba en casa y hasta se permitió mofarse de los abogados de la acusación. A uno le dijo que su razonamiento no parecía brillante y a otro que su capacidad de comprensión estaba en duda”.


“Rajoy viene de una tradición de normalidad –escribe Juan José Millás en el artículo ‘Moderados’, publicado el pasado viernes en El País–, inaugurada por Aznar, que, si ustedes recuerdan, se manifestaba, incongruentemente, como un fanático de la mesura. Hay gente normal y gente normalizadora. Para ser normalizador no es preciso ser normal, del mismo modo que para escribir una novela no hace falta ser novelista. No estamos seguros de que Rajoy sea normal, pero no cabe duda de que es uno de los grandes normalizadores de la Historia. El miércoles, sin ir más lejos, convirtió en normal el hecho de que un presidente del Gobierno declarara como testigo en un juicio por corrupción de su propio partido. ‘Afronta la comparecencia con normalidad’, anunciaron sus portavoces frente a un público que, a medida que pasaba el tiempo, se convencía íntimamente de lo común de la situación. Si Rajoy atropellara mañana a una ancianita, después de una mariscada gallega regada con abundante cava catalán, en 48 horas nos parecería normal. El cava marida muy bien con el percebe, diría sin alterar un músculo del rostro, para añadir que lo importante, una vez fallecida la anciana, era actuar con sensatez y sin extremismos. Rajoy viene de una tradición de normalidad inaugurada por Aznar, que, si ustedes recuerdan, se manifestaba, incongruentemente, como un fanático de la mesura. En otras palabras, un hombre normal y también, hasta cierto punto, normalizador. De hecho, hace tres días salió en el periódico que la empresa familiar que tiene con su esposa, Famaztella, se dedica a la ‘explotación de derechos intelectuales en todas sus manifestaciones’, sin que la Red se haya llenado de chistes, como si fuera normal que vivieran del intelecto. La perplejidad del lector se atenuaba al comprobar que durante el año pasado no habían producido nada. El tiempo nos mostró que la normalidad de Aznar era extravagante. Quizá nos falta perspectiva para comprobar que la sensatez de Rajoy es excéntrica”. 


Las fotomontajes  elegidas esta semana hacen alusión al tema tratado.


Rajoy fue preparado a la pregunta de la caja B del PP.
      

                               
                               - Todo lo que hice siempre fue actuar por fe y amor a mi marido.
                               - Cómo dice?
                               - Pueshh...
                               @Lolo_Sev


                                            "Esa pregunta está en fuera de juego".
                                            Patri Murillo @patrimurillo87
                                            #DeclaraRajoyARV
                                            La pregunta no es pertinente
                                            La pregunta no es pertinente
                                            La pregunta no es pertinente
                                            La pregunta no es pertinente


                                              @protestona1
                                               Ya shacabao
                                               Y no me preguntan por Venezuela
                                               Eshto no she hace hombre por dioshhhh!!!
                                               #Rajoy
                                               @eldelteto
     

Esos temas los llevaban Blesa y Barberá'. La red se llena de excusas para Rajoy en su declaración.
      

Y la europea?#excusasparamariano@jordievole. Uno de los tuits más compartidos del día:
                                            -Se le nota nervioso...
                                            -¿A Rajoy?
                                            -No, al juez.


Ana B Rivero.  La historia de amor entre Rajoy y el juez de la Gürtel.

El humor, en la prensa de esta semana: El Roto, Forges, Peridis, Bernardo Vergara, Pat, Atxe, Hermengol, Pedripol, Malagón, Juancarlos, Quim Sosa, J. R. Mora…


























Pep Roig, desde Mallorca, nos presenta: Corrupatriotismo, Economía acomodaticia, Normalidad en la anormalidad, Salvachollos VIP, Prosperidad solo para prosperados, En su ambiente, Sólo sé que de lo que sé no sé nada...









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