Uno de los países que ha mostrado
más interés en adelantarse a la producción de energías renovables ha sido
Francia. La nación gala ya inauguró, a finales de diciembre del año pasado, un
tramo de la primera carretera solar del mundo. Se trataba de una sección de un
kilómetro de la autopista en Tourouvre-au-Perche, en Normandía, al noroeste del
país, cuyo pavimento contaba con paneles solares que resisten el paso de los
vehículos. Según se informó, este proyecto serviría para abastecer el alumbrado
público de un pequeño pueblo de cinco mil habitantes.
Este tipo de paneles solares
están especialmente concebidos para soportar el peso de cualquier vehículo,
incluido el de camiones, y garantizan la adherencia de los neumáticos. Francia
tiene un millón de carreteras y, asfaltando un cuarto de las mismas, el país
alcanzaría su independencia energética. Los 2.800 metros cuadrados asfaltados
con un material especial son el resultado de cinco años de pruebas con pequeños
tramos instalados en aparcamientos o frente a edificios públicos. Por el tramo
inaugurado, circulan 2.000 automovilistas de media cada día. Según los cálculos
de los responsables del proyecto, el tráfico ocupa las carreteras apenas el 20
% del tiempo, por lo que no les priva de mucha exposición solar.
La inauguración contó con la
presencia de la ministra del Medio Ambiente, Ségolène Royal. Los responsables
del proyecto aseguraron que ésta es una etapa de prueba y que la iniciativa bajará
su costo a medida que aumente la demanda. Sin embargo, este tramo de carretera
solar recibe las críticas de diversas organizaciones ecologistas que consideran
su coste, 5 millones de euros, desorbitado para la cantidad de energía que
puede producir. “Sin duda es un avance técnico –asegura a Le Monde Marc
Jedliczka, el vicepresidente de la Red para la Transición Energética (CLER –,
pero para desarrollar las renovables hay otras prioridades. Y sabemos que este
juguete es muy caro pero no si funciona bien”. En efecto, el precio del
kilovatio producido en esta vía solar es de unos 17 euros, frente a 1,3 para el
que se genera en una instalación fotovoltaica en un tejado.
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