Los tres purpurados andaluces: Jesús Catalá, Demetrio Fernández y Rafael Zornosa.
Las declaraciones, gestos u
acciones de los obispos españoles son, a menudo, motivo de crítica y de sorprendentes
comentarios que hacen cuestionar determinados aspectos de su religiosidad. Juan
Luis Valenzuela nos muestra, en un artículo en ElPlural.com, “las homofobias no
disimuladas, el moralismo integrista, el machismo, y las injerencias
conservadoras en lo político o modos de vida no precisamente evangélicos. Destacan
con luz propia tres obispos andaluces: el de Córdoba (Demetrio Fernández), el
de la diócesis de Cádiz (Rafael Zornoza) y el de Málaga (Jesús Catalá). No se les
ve ninguna cercanía al aperturismo del Papa Francisco. Más bien todo lo
contrario”.
Los tres son descendientes de la
escuela de Rouco. Por sus nítidos perfiles y claras fobias Demetrio podría
clasificarse por el apodo de Demetrio, 'El Estrecho'; Rafael, por el de 'El Glotón' y de Jesús, 'El
Integrista'. El primero, Demetrio Fernández, prelado de Córdoba, se caracteriza
por ser un polemista y saber manejar bien los medios. “Provoca con sus
homilías, pastorales o declaraciones a los medios. Es un obispo ‘mediático’ sin
duda alguna. Se gusta y le gusta oírse, verse
o leerse. Por ejemplo, en una de sus cartas semanales a los fieles de la
Ciudad de la Mezquita afirmó que ‘del abrazo amoroso de los esposos proceden los
hijos’ y “nunca como fruto de un aquelarre químico de laboratorio’. Se opone a
apartar de sus funciones pastorales a un sacerdote condenado por la Audiencia a
varios años de cárcel por abusos sexuales contra una niña. Tardó varias semanas
en rectificar y apartar al cura que fue condenado en firme. Dice que ‘varón y
mujer, creados en igualdad de dignidad fundamental, son distintos para ser
complementarios” Y que “cuanto más varón sea, mejor para todos en la casa. Cuanto
más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos”. Igualmente, se muestra
insumiso a las leyes nacional y autonómica de Memoria Histórica.
Por su parte, Rafael Zornoza, titular
de la Diócesis de Cádiz, es conocido por su afición a comer y beber bien y, cuando va a las parroquias, prefiere el
afamado restaurante gaditano “El Faro”, lugar en el que pide un exquisito vino
de casi 200 euros de coste. “Varios sacerdotes han enviado cartas al Papa y al
nuncio apostólico en España, criticando su lujoso estilo de vida
‘antievangélico’. También censuran que disponga de varios coches y su afición a
viajar al extranjero. Y revelan que permita que haya 20 sacerdotes en la
diócesis provenientes de Colombia o Polonia, con un fuerte perfil
‘ultraconservador’ a los que les daría un trato preferente. Zornoza, que llegó
a Cádiz en 2011, saltó a la fama por denegar a un transexual de Cádiz el
permiso para ser padrino en el bautizo de su sobrina.
Pero, quien está más en contra de
gays y lesbianas es, sin duda alguna, el obispo de Málaga, Jesús Catalá. “Es
una auténtica fábrica de ofensas contra los mismos. A tanto llega su hostilidad
que cabe recordar cómo, ante 500 jóvenes adolescentes y escolares de centros
religiosos de Málaga, afirmó que “la legislación española sobre el matrimonio
es la peor del mundo, porque se habla de ‘cónyuge 1 y cónyuge 2’, que bien
podrían ser dos hombres, un hombre y un perro o un bebé y un anciano de 70
años”. Jesús Catalá llegó a mantener en público que la adopción de un niño por
parte de una pareja homosexual no es adecuada psicológicamente para el menor. “A
alguien que yo quisiera no le desearía esta situación de ser adoptado por
parejas del mismo sexo”, dijo en un centro religioso de los jesuitas, lo que se
entendió como una forma de desmarcarse de la doctrina del Sumo Pontífice, el
papa Francisco. “Catalá, junto a sus compañeros de Cádiz y Córdoba, seguirán
teniendo sus minutos de gloria y la sociedad, la civil y la religiosa, tendrá
que continuar soportando sus ofensas y actitudes reaccionarias y no acordes con
la sociedad en la que vivimos, mucho más abierta, más tolerante y bastante más
respetuosa que esta tríada purpurada que dicen hablar en nombre de Dios y de un
mensaje, como el evangélico, noble, respetuoso y solidario. El que ellos, por
cierto, no practican”.
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