El dueño de RIU acusado de corrupción en Miami 'Yo no he hecho nada'.
Luis Riu Güell, el consejero
delegado y propietario de RIU Hotels & Resorts, cadena hotelera española,
fue detenido hace unos días en Miami, acusado de corrupción, según informó el
diario Nuevo Herald. La fiscal explicó en una comparecencia pública que el
director de Construcción de la ciudad de Miami Beach, Mariano Fernández, “recibió
vacaciones de lujo en hoteles y tratamiento VIP por agilizar las obras y
permisos del hotel RIU Plaza en South Beach, aun cuando no había recibido los
permisos o pasado las inspecciones estructurales”, por lo que no cumplió con su
deber de “poner el bienestar de la comunidad por encima de cualquier otro
interés”. Fernández se entregó a las autoridades tras ser descubierto y se
enfrenta a un cargo de compensación ilegal y a otro de asociación delictiva. Junto
a él, la fiscalía acusa al propietario de Riu y al vicepresidente regional de
la empresa, Alejandro Sánchez Arco, así como a la filial de la cadena hotelera
en Florida. Sospecha que Fernández ayudó a la empresa hotelera a cambio de
tener habitaciones gratis y grandes descuentos en los hoteles de México y
República Dominicana.
Fuentes de la cadena hotelera
destacaron que “sus ejecutivos –Luis Ríu y su vicepresidente regional,
Alejandro Sánchez del Arco– son “absolutamente inocentes de los cargos que se
les imputan” y que confían en que “el sistema judicial de EEUU concluirá que
sus acusaciones son totalmente infundadas”. El empresario, propietario de la
cadena con más de 100 hoteles en 19 países, llegó a Miami, en un vuelo desde
España, a un tribunal del condado de Miami-Dade, donde lo esposaron y lo
procesaron. El Nuevo Herald señaló que probablemente no pasaría mucho tiempo
detenido porque se le permitiría pagar una fianza de 20.000 dólares y viajar a
su residencia en Mallorca (España) y a otros lugares del mundo. Y,
efectivamente, tras pagar su fianza, se decretó su puesta en libertad.
Los cargos que pesan sobre él están
relacionados con la remodelación del hotel Riu Plaza, cuyo proceso de
remodelación se extendió, desde 2013 hasta junio de 2016, y que el departamento
de Construcción de Miami tenía que autorizar e inspeccionar. Y, la semana pasada,
Luis Ríu pasó del anonimato más absoluto a copar todas las portadas de los
periódicos. Pero el empresario dio la cara y se defendió de las acusaciones que
penden sobre él, convencido de que el proceso se “resolverá pronto”. En
declaraciones a EL MUNDO / El Día de Baleares, reconoció errores en su gestión
de la reforma del RIU Plaza Miami Beach que desencadenó toda esta situación,
pero negó haber incurrido en ningún delito. “No todo lo hacemos perfecto –alegó–,
pero lo que sí le puedo decir es que no he hecho nada impropio y que ninguna de
nuestras gestiones en el proyecto del RIU Plaza Miami Beach constituye un
delito”.
Riu reconoce que este proceso
tendrá un efecto injusto “sobre la imagen de la compañía, aunque confía en que
“pese más el trabajo bien hecho durante más de 60 años que este proceso en el
que ahora nos encontramos”. Mantiene que no obtuvo ningún trato de favor por
parte de las autoridades y recuerda que “el hotel estuvo cerrado durante varios
meses a la espera de pasar todas las inspecciones y revisiones prescritas hasta
el más mínimo detalle. Nada más obtener las licencias, el ex responsable de
construcciones de Miami, Mariano Fernández (también acusado en la causa) empezó
a solicitar descuentos y estancias gratis en hoteles de la cadena, pero Luis Ríu
sostiene que “nunca hubo ninguna petición del señor Fernández a cambio de
nada”. Y asegura que “acabamos de anunciar un plan de inversión de 2.500
millones de euros para los próximos cinco años en la compra de hoteles y
terrenos, construcciones y renovaciones. Nuestros planes siguen intactos y
tenemos la certeza de que continuaremos trabajando, creciendo y creando empleo
en todos nuestros destinos”.
Luis Ríu se muestra convencido de
que, tenga el desenlace que tenga en el proceso, no habrá ningún tipo de represalia en Estados
Unidos sea cual sea el desenlace del proceso. Y confía en que no suponga ningún
quebranto económico, aunque reconoce que “la situación no es fácil”. No
obstante, se muestra “tranquilo” porque opina que “se resolverá pronto”. Sobre
las críticas políticas que han surgido en Baleares por el posible daño causado
a la imagen internacional de las islas, el ejecutivo reconoce que le “entristece
que utilicen este asunto, que no tiene fundamento, para atacar al sector y para
intentar poner en entredicho el buen hacer de los hoteleros”.
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