Soraya Sáenz de
Santamaría, María Dolores de Cospedal, Pablo Casado, José Manuel García
Margallo, José Ramón García Hernández y Elio Cabanes.
El PP se jugó el pasado
jueves su futuro. María Dolores de Cospedal, Pablo Casado, Soraya Sáenz de
Santamaría, José Manuel García-Margallo, José Ramón García Hernández y Elio
Cabanes fueron elegidos por 66.706 militantes. Muy lejos de los 800.000
afiliados que durante años se nos dijo que tenían. Un partido con millones de
votos en las elecciones generales sólo fue capaz de juntar apenas una ínfima
cantidad de afiliados. Apenas el 7, 6% de
los militantes del PP participó en la elección del nuevo/a presidente/a., en un
total de 1.096 sedes de la formación repartidas por toda España, y votó al
sucesor de Mariano Rajoy al frente del PP entre los mencionados. Sólo los
militantes al corriente de sus cuotas eligieron el sucesor de Rajoy al frente
de la organización. El número de apuntados era incluso inferior a la media de
votantes en los congresos regionales celebrados en la primavera del pasado año,
cuando participaron alrededor del 8% en toda España. La Comisión Organizadora
del XIX Congreso Nacional del PP decidió adelantar la información del número de
inscritos en cada una de las organizaciones territoriales para participar en el
proceso. Se trataba, según advirtió la propia comisión organizadora, de la
información remitida por las organizaciones territoriales… Entre las regiones
con más militantes del PP inscritos para votar destacan, después de Andalucía y
Madrid, la Comunidad Valenciana con 8.974 y Galicia, con 4.222 y su número fue
especialmente escaso en comparación con la participación registrada en su
propio proceso congresual. Los dos elegidos quedaron pendientes de la decisión
definitiva que tomarán los 3.184 compromisarios en el XIX Congreso Nacional del
PP, los próximos 20 y 21 de julio. Con estos datos, el próximo congreso con sus
compromisarios decidirá al candidato/a a presidente de gobierno. Ni Aznar ni
Rajoy se dignaron en asistir a votar.
José
Manuel García- Margallo, candidato a la presidencia del PP.
El precandidato a la
Presidencia del PP, José Manuel García-Margallo, auguraba el pasado miércoles
la “muerte por inanición” del partido si los militantes optaban por situar en
la presidencia a la “continuidad” que, a su juicio, representaban las opciones
que encabezaban “las dos viudas y el hijo adoptivo”, en referencia a María
Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado. En una
entrevista en 'Canal Sur Radio', recogida por Europa Press, García-Margallo
aseguraba que había concurrido a este proceso para plantear “una refundación
del partido y un programa de regeneración de España” mientras que el “resto de
candidatos parece que está en la pura sustitución de Rajoy dentro del propio
partido” en el marco de unas “elecciones dentro de la familia, con las dos
viudas y el hijo adoptivo, que no han ofrecido ningún programa de regeneración
ni ninguna idea de España y en la que cada uno va a lo suyo”. García-Maragallo
declaró en Público: “Hay tres candidatos del sistema y un outsider, que soy yo.
Los del sistema son Santamaría, que ha tenido un poder omnímodo, la
administración periférica, ha colocado a sus peones en toda España que han
hecho su trabajo; María Dolores de Cospedal, que ha tenido el poder del
partido, y por tanto una enorme influencia en los partidos regionales, y Pablo
Casado, con Nuevas Generaciones que fue vicesecretario de Comunicación del
partido hasta antes de ayer”.
El ex ministro de Asuntos
Exteriores insistió, en Europa Press, en que aspiraba a una “revolución
tranquila” dentro del PP porque, “si se apuesta por la continuidad que
representan el resto de candidatos, será la muerte por inanición de este
partido. Pensar que las mismas fórmulas que nos han llevado a una moción de
censura y a la desafección de los ciudadanos produzcan resultados diferentes es
algo que contradice hasta la química”, recalcó García-Margallo, reprochando a
Cospedal, Sáenz de Santamaría y Casado que quieran “controlar el poder” pero no
aclaren “para dirigir el partido, a dónde van, ni para qué servir a España, ni de
qué manera”. García-Margallo recalcó que “interés por puestos orgánicos no he
tenido nunca”, y criticó el “fraude democrático” que supone que no se celebre
un debate entre los candidatos. Para él “hurtar el debate a los militantes es
tan absurdo como las bodas hindúes en las que conoces a la novia el día de la
boda”. Y concluye: “Pedir a los militantes que elijan sin que los candidatos
hayan podido confrontar sus ideas para que puedan votar con conocimiento de
causa, que ya son mayorcitos, me parece un contrasentido con el mensaje de
abrir el partido y ser transparentes para unir la pluralidad de un partido
diverso”.
Victoria unionista y borbónica en Cataluña
Principado.
Una leyenda describe a
Santamaría como una persona controladora en el ejercicio del poder. Hasta hace
bien poco, ha sido la mujer que más poder ha acumulado en España sin tener
sangre azul. Fernando Garea así la describe en El Confidencial: “Presidió casi
una veintena de comisiones internas del Gobierno, vigiló cada papel que se
movía en el Ejecutivo, manejó los informes del CNI, fue imprescindible para
Mariano Rajoy y dirigió cada decisión del Consejo de Ministros. Por ser, hasta fue
presidenta efectiva de Cataluña mientras se aplicaba el 155. En todo caso, para
bien o para mal, casi todo lo que pasaba en un despacho oficial y sus
alrededores se le atribuía a ella: nombramientos, recursos, cambios en medios
de comunicación, filtración de noticias, escándalos… Así creció la leyenda que
va de la mano firme a la mano negra, según la perspectiva de cada uno. El
ejemplo más claro para diferenciar las dos visiones es la gestión del conflicto
de Cataluña. Para sus fieles, Sáenz de Santamaría asumió un papel
imprescindible que se inició con el intento de diálogo con los independentistas
catalanes, pero que no fue posible llevar a buen término por su cerrazón
secesionista. Y sigue, siempre según los fans, con el despliegue de un
inexpugnable muro legal para evitar con recursos y reformas normativas cada
paso de los independentistas. Solo de esa forma se logró salvar España y evitar
el éxito de quienes querían la secesión, con tal inflexibilidad que algunos
siguen en la cárcel y pendientes de un juicio y una hipotética larga condena
por rebelión. Para sus críticos y damnificados, la entonces vicepresidenta
renunció a hacer política respecto a Cataluña y, por eso, no se evitó el
referéndum ilegal del 1 de octubre, se perdió la batalla política y de imagen
de aquel día por la actuación policial, no se impidió la burla de la
distribución de urnas, se permitió que Ciudadanos creciera y no se siguió por
otros caminos, como el de la acción exterior. Otra parte de sus críticos la
cuestionan por lo contrario: por ser demasiado débil en Cataluña. En
definitiva, que la legalidad como única vía mató a la política. Que bajo la
apariencia de coordinación de todos los ministerios había, en realidad, un
tapón para hacer política y un Gobierno descoordinado. Ministros de entonces
explican que dejaron de despachar con ella y optaron por ir a su aire cuando
comprobaron reiteradamente que no había ninguna estrategia política, que la
coordinación era un mito y que todo el mundo iba a lo suyo”.
Ilustración de Raúl Arias. Sáenz de
Santamaría, la mujer que más poder acaparó con Mariano Rajoy sin tener sangre
azul.
Sáenz de Santamaría llegó
a la política literalmente como becaria. Primera de su promoción de Derecho,
abogada del Estado desde los 27 años y profesora de derecho administrativo, se
incorporó al equipo de Rajoy en 2000, de la mano del fallecido Francisco Villar,
su mentor en el PP, tras enviar su currículo a la Vicepresidencia del Gobierno
cuando trabajaba y vivía en León. Y en esos años ya dejó su impronta legalista
en propuestas electorales del PP, como un proyecto de ley de parejas de hecho
que entonces fue muy innovador, pero que finalmente quedó superado. En todo ese
periodo, Sáenz de Santamaría logró hacerse imprescindible para Rajoy. Tanto que,
a veces, decisiones del entonces presidente se han atribuido a la
vicepresidenta y viceversa. Tanto que, en otros ámbitos de poder del PP, se
cuestionaba su papel. Y tanto que, en la campaña de las primarias los otros
candidatos han hecho por apartarse del legado de Rajoy y a ella le ha quedado
asumir el papel de albacea de la herencia del ahora registrador de la propiedad
de Santa Pola. Siempre se ha referido a él como ‘el Jefe’. Soraya Sáenz de
Santamaría cerró su campaña en Valladolid, insistiendo en la “unanimidad” de
las encuestas que, según recordó, le otorgaban más posibilidades.
Dolores de Cospedal. Dibujo de Raúl
Arias.
El 25 de febrero de 2013,
una dubitativa Dolores de Cospedal comparecía para
hablar sobre Luis Bárcenas y pronunció un párrafo incomprensible sobre la
situación laboral del extesorero del PP. Fernando Garea habla de ella en El Confidencial: “Esa aturullada rueda de prensa
perseguirá siempre a Cospedal como ejemplo de la posición, como mínimo, poco
clara que mantuvo el PP sobre la corrupción. ¿Querría borrar ese momento si
pudiera volver atrás? Es posible, pero solo tenemos certeza de que su empeño es
intentar dar la vuelta a ese traspié, hacer de la adversidad virtud y explicar
que es una prueba más de cómo dio la cara cuando muchos se ponían de perfil’. ‘Me
he partido la cara’, es una de las frases más repetidas por la candidata en la
campaña de las primarias, a modo de los veteranos de guerra que se presentan
orgullosos con sus medallas ganadas en combate, sus cicatrices y sus
mutilaciones. ‘Yo soy yo y mis heridas por el partido’, viene a ser su mensaje
de campaña en estas semanas. Nació en Madrid hace 53 años, de familia originaria
de El Bonillo (Albacete), se acercó a la política por proximidad a su padre,
candidato en Albacete por el Partido Reformista Democrático, aquel que encabezó
Miquel Roca y que presentó una candidatura en las generales de 1986 para
disputar el centro derecha a Alianza Popular y al CDS de Adolfo Suárez. Todo
acabó con un enorme fracaso, pese a tener importantes apoyos empresariales e
intelectuales. Ni un escaño sacó, pero a Dolores de Cospedal le sirvió para acompañar
a su padre por los pueblos y pegar carteles. Con 17 años era militante de las
Juventudes del PRD y, obviamente, no puede decirse que apostara a ganador, de
hecho, el partido se diluyó solo por inanición de votos”.
Cospedal, cacompañada por el presidente del PPdeG y de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez
Feijóo.
De todos los candidatos a
las primarias del PP, Cospedal es la que tenía más experiencia de gestión
pública. Soraya Sáenz de Santamaría la ganaba en haber llegado a una cota más
alta, la de vicepresidenta, pero no en trayectoria, porque ese era el único
cargo público de la ex número dos del Gobierno. La exministra de Defensa habló
en su último acto electoral antes de las votaciones de “renovarse o morir”, y
ofreció “orgullo, valores del PP y victoria”. Fue secretaria general técnica
del Ministerio de Trabajo, subsecretaria de Administraciones Públicas,
subsecretaria del Ministerio del Interior, abogada del Estado ante el Tribunal
de Derechos Humanos, consejera laboral y de asuntos sociales en la embajada de
España en EEUU, diputada, senadora, parlamentaria autonómica, consejera de la
Comunidad de Madrid y, sobre todo, presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha
y ministra de Defensa. En algún momento, incluso compatibilizó hasta cuatro
cargos diferentes. “Su meritoria victoria en Castilla-La Mancha, feudo hasta
entonces inexpugnable del PSOE, le exigió un despliegue de tenacidad notable,
recorriendo cada pueblo, según versión de alguien que la acompañó entonces. Esa
simbólica victoria también reforzó su posición en el partido, como mérito de
guerra con medalla pensionada en diferido en forma de aumento de poder orgánico
no simulado. Así fue también en las siguientes autonómicas, las de 2015, en las
que perdió el Gobierno de la comunidad, aunque volvió a ser la lista más votada
y se quedó a un único escaño de la mayoría absoluta. En el PP, ascendió hasta
ser nombrada secretaria general en el Congreso de Valencia de 2008, al tiempo
que lideraba el partido en Castilla-La Mancha. En esa trayectoria ha trabajado
con pesos pesados del PP como Javier Arenas, Ángel Acebes, Esperanza Aguirre y,
obviamente, Mariano Rajoy. Cuando decidió presentarse a las primarias, llamó a
Rajoy para comunicárselo y, desde ese día, no han vuelto a hablar. Sus exégetas
explican que su voluntad de levantar las alfombras provocó todo y, sin llegar a
la imagen bíblica de Jesucristo expulsando a los mercaderes del templo, lo
cierto es que la salida del partido de algunos personajes vinculados a Gürtel
coincide cronológicamente con la llegada de Cospedal. Otra cosa es si lo
denunció, si hizo por perseguir a los culpables, si escondió lo que encontró
bajo las moquetas, si llevó las alfombras al tinte o si prefirió el instinto de
protección de pasar página a toda costa. Ella es más de desactivar la bomba o
intentar una explosión controlada antes que dejar que reviente todo”…
Unos viandantes interrumpen el paseo de
Cospedal por las calles de Granada para pedirle un ‘selfie’.
Fernando Garea insiste: “Cospedal
no perdona lo que considera una campaña de opiniones y filtraciones previas
sobre actividades económicas de su marido. Esa clave sirve para entender
algunos de sus enfrentamientos de los últimos años y, sobre todo, de los
últimos días. La 'batalla de las abogadas del Estado' se explica por todo eso:
lucha por el poder, recelos sobre informaciones y sensación de que alguien se
apartó de la trinchera cuando disparaban imputaciones, autos y sentencias.
Tampoco entendió una votación de castigo en el último congreso del PP que
pretendía eliminar la compatibilidad de cargos, que iba claramente dirigida
contra ella y que ganó de manera ajustada y con cierta polémica. Sus próximos
admiten que a veces transmite una imagen de distancia y frialdad, pero aseguran
que no es real. Que, en corto, es mucho más afable y divertida, y por eso,
alguno de sus asesores confiesa que les gustaría mejorar en ese sentido su
imagen para hacerla más amable y próxima. Que besa y saluda afiliados mejor que
interviene en los mítines. Cuentan que le gusta bailar, que lee mucho, sobre
todo historia, con una afición a engancharse a cualquier libro, incluyendo un
'Tratado del agua' que, para sorpresa de todos, devoró recientemente. De sus
aficiones tiene una curiosa coincidencia con Rajoy: andar deprisa durante horas
por el campo. Ella lo llama ‘dar la vuelta al valle’, que debe ser algo así
como andar durante horas con un recorrido muy concreto. Siempre que puede sale
a ‘dar la vuelta al valle’. Y quizá lo del finiquito diferido no fue más que
una vuelta más al valle”. Por su parte, J. Alejandro Vara resume así la campaña
de Cospedal: “Una campaña algo ramplona, sin novedades, sin
resquicios a la imaginación. Sólida y sin sorpresas. Cospedal en estado puro.
El ala derecha del PP duda entre ella o Casado. Cospedal tiene más perfiles del
pasado. Consolidó la simpatía de su militancia pero quizás no ganó nuevos
apoyos. Lo intentó a fondo. Sus mítines fueron masivos e intensos. Pero faltaba
algo. La chispa”.
La ex vicepresidenta del Gobierno, Soraya
Sáenz de Santamaría, durante la rueda de prensa.
La jornada del jueves,
día de las votaciones, fue de gran tensión, llena de denuncias cruzadas y de
amenazas de impugnaciones sobre los resultados de distintas mesas. Con solo un
7,6% del censo inscrito para votar y tres favoritos (María Dolores de Cospedal,
Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado), los equipos de los aspirantes lucharon
por cada sufragio, registrándose confrontaciones, conflictos y desencuentros
varios. El PP de Madrid emitió un comunicado interno, recordando que estaba
prohibido que los interventores se distinguiesen con credenciales
identificables con cualquiera de los candidatos. Varios representantes de la
candidatura de María Dolores de Cospedal portando su fotografía fueron detectados.
Igualmente, se observó que no todas las mesas estaban empleando la urna de
cartón oficial, sino otras de plástico que tenían de procesos anteriores. La
tarde-noche electoral fue larga, con nerviosismo incluido y un desorden
considerable. Aunque distintos dirigentes del PP se empeñaron en restarle
importancia, se sucedieron varias acusaciones y denuncias entre los equipos de
distintos candidatos. Hubo acusaciones de pucherazo entre las candidaturas del
PP. La de Cospedal impugnó los resultados de varias mesas de Barcelona, por
supuestas irregularidades y presiones para dirigir el sentido del voto en favor
de Casado. A su vez, la mesa de la sede del PP de Orihuela (Alicante) abrió
seis incidencias relacionadas con varios militantes que “reunían los requisitos
para votar”. Al final, Soraya Sáenz de Santamaría superó al vicesecretario de
Comunicación del partido, Pablo Casado, que también pasó a la segunda vuelta, y
que se impuso con claridad en la Comunidad de Madrid. Soraya Sáenz de
Santamaría y Pablo Casado se impusieron a la exministra de Defensa, incluso en
feudos que se presumían más favorables a Cospedal.
Pablo
Casado votó en la sede del PP del distrito Salamanca.
José Alejandro Vara apuntó,
en Vozpópuli, el hecho de que Casado estuviera contra casi todo (y todas). “Fue
el primero en lanzarse a la contienda. El factor sorpresa jugó en su contra. Y
hasta hizo replegarse a Feijóo, el eterno delfín, el gran ausente. Un máster
sospechoso anegó la arrancada de la campaña. Lo dieron incluso por 'muerto'. Pero
defendió su verdad y salió adelante. Quedan salpicaduras. Y sombras
inquietantes tras las que se adivina 'fuego nada amigo'”. Alega su excesivo
cuerpo a cuerpo: “En el programa de Federico, en esRadio, se quitó la faja,
según su expresión, lanzó su proclama, esparció su prédica, revolucionó a las
bases y la audiencia. Fue un vuelco en la anodina pugna. Luego, vinieron los
choques, el cuerpo a cuerpo, las patadas en la espinilla. Casado sacudió a
'todos y todas'. Con escasos miramientos. También recibió lo suyo. Muchas
puñadas entre compañeros. O lo que sean. Rajoy dijo que le considera 'uno de
los suyos'. Le adjudican ser de Aznar. Y de Esperanza Aguirre. Dos pesos
pesados de la derecha española. Es el candidato que más odian los separatistas.
Y los populistas. Y, cómo no, hasta Ciudadanos que le ven un peligro. Joven,
dispuesto y con proximidad. Intentaron endilgarle el estigma del 'hombre del
pasado'. Un esfuerzo complicado porque Casado se identifica más bien con el
futuro. Hasta le han reprochado que es demasiado joven, y, por ende,
'inexperto'. Golpes bajos que se acusan pero que no tumba. O eso parece”.
La
sorpresa de Casado.
El resultado de la
votación del jueves resultó paradójico. La exvicepresidenta ganó la primera
vuelta con un 36,95%, seguida de Casado (34,3%) y Cospedal (26%). Soraya Sáenz
de Santamaría ganó el voto de la militancia, pero tendrá aún que competir con
la “coherencia” de Casado. Pese a ser María Dolores de Cospedal la gran
derrotada, tendrá la clave para la gran final del congreso. Sus apoyos en la
urna de inscritos, que puede ser mayor entre los representantes que van a la
asamblea, deja en el aire las posibilidades de Sáenz de Santamaría y alimentan
la ambición no disimulada de Casado. La exministra de Defensa no dio nombres,
pero su victoria en Galicia (feudo de Alberto Núñez Feijóo), Asturias,
Castilla-La Mancha y algunas provincias andaluzas, más su ascendencia sobre
buena parte de los aparatos regionales, otorga a la secretaria general una
influencia decisiva sobre al menos un tercio de los 3.100 compromisarios que
acudirán al congreso convocado para los días 20 y 21 en Madrid. Si Sáenz de
Santamaría no frena el plan de Casado de competir hasta el final por el amplio
margen de compromisarios 'huérfanos' de candidato que acuden al congreso (28%
si se cuentan también los de José Manuel García-Margallo y de José Ramón García
Hernández), el duelo en el congreso estará asegurado. Casado sabe que ha
perdido la primera batalla, pero los compromisarios pueden darle el triunfo final
en la guerra del PP.
Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal.
Bajo el título “El
Kamasutra en las redes de los candidatos del PP”, Gerardo Tecé hace un análisis
en Público de lo sucedido: “En las primarias de un partido acostumbrado a la
opacidad y el dedazo tenían que traernos, obligatoriamente, anécdotas
maravillosas. Y lo han hecho. Dos de ellas definen muy bien el estado de
estupor general de un PP que se enfrenta al mecanismo de democracia interna
como un guiri con cuchillo y tenedor se enfrenta a un plato de gambas. La
primera anécdota llegó con la cifra de afiliados. Lo que, según las cuentas del
partido, era un poderoso ejército de 800.000 militantes se convirtió, a pesar
de la amnistía fiscal para cuotas impagadas –20 euros y hacemos como que usted
está al día con la casa–, en un grupo de hinchas incapaz de llenar el Bernabéu:
66.000 afiliados con derecho a voto. La segunda anécdota define el estupor
general de una derecha española acostumbrada a que le digan a qué caudillo hay
que ovacionar. Los teléfonos de las sedes del PP colapsaban con llamadas de
militantes preguntándole al recepcionista de turno a quién había que votar. No
es para menos teniendo ante sí unas primarias a seis que dejan en relajada
cualquier asamblea de Vistalegre. El horror interno. Para colmo de los colmos,
a los candidatos a liderar el partido les toca vérselas haciendo campaña en
unas redes sociales –ahí va otro plato de gambas– que hasta la fecha habían
usado para difundir argumentario único. Marcar diferentes posiciones en el seno
de un partido acostumbrado a la postura única es un ejercicio de kamasutra que
podemos disfrutar estos días en las redes sociales… Una vez definido quién es
quién y qué bandera enarbola, toca repetirlo en redes como si el pajarito de
Twitter fuese a morir mañana mismo. Durante la campaña, hemos entendido que
Soraya Sáenz de Santamaría es gobernabilidad y preparación. Los rivales de
Santamaría no son ni Cospedal, ni Casado, ni Margallo, ni los dos espontáneos
que se han lanzado al ruedo, sino el presidente del Gobierno Pedro Sánchez. La
campaña de la mano derecha de Rajoy consiste en presentar a la exvicepresidenta
como la vengadora de aquella moción de censura tramposa que dejó al PP (y por
extensión a España) con una mano delante y la otra detrás. Y a Rajoy
registrando chalets en Santa Pola en horario de oficina de nueve a dos. ‘Me
llamo Soraya, tú mataste a mi padre, prepárate para morir, Pedro’… Estamos a
dos tuits de que le pida un cara a cara al líder socialista mientras mira para
otro lado –como haría su padre político– ante las exigencias de algunos
candidatos de un debate a seis. No habrá debate entre candidatos, se anunciaba
desde el PP ‘para no trasladar una idea de ruptura’. Hoy conocíamos que
Santamaría y Casado coinciden en vuelos sin cruzarse un buenos días, no vaya a
parecer aquello un cara a cara que traslade idea de ruptura”.
Pablo Casado: “Somos el partido de las clases medias, de la España que
madruga y saca el país adelante”.
“Casado es un nuevo PP, dejando el pasado atrás, mediante el método humanista de repetir que el pasado
es un tostón de carcas, coleguis. El discurso anterior, unido al aspecto
tiburón de Wall Street con máster en Aravaca es en sí el gran filón de la
candidatura de un Pablo Casado al que su padrino, Aznar, no quiso apadrinar
públicamente cuando, para cerrar esta campaña, surgió como busto hablante en
una entrevista radiofónica opinando sobre lo divino –de
lo humano habla poco–. Los afiliados, con el teléfono de la sede provincial en
una mano y con la otra subiendo el volumen del transistor, se llevaron las
manos a la cabeza al ver que, por enésimo día, nadie, ni tan siquiera el busto
dorado, les decía a quién debían votar. #IlusiónPorElFuturo es el lema de
cabecera del candidato Casado que, por generación y cargos (responsable de
comunicación del partido) se ha movido en redes durante la campaña de primarias
con la misma soltura y naturalidad con la que nos tenía acostumbrados a verlo
arar con zapatos náuticos junto a un agricultor. Siempre sin abandonar la
sonrisa de ganador. La candidatura de Margallo, cuarto en esta carrera por el
trono popular, quiere ser los militantes de base. Obama llamando puerta a
puerta y repitiendo ‘Yes We Can’ en redes. Regenerando, a su edad, un partido
que no acaba de entender por qué ha sido desalojado del poder, pidiendo
transparencia, debate entre candidatos y denunciando que no haya de lo uno ni
de lo otro. Más democracia interna, grita Margallo en redes para desconcierto
de los afiliados de base colgados del teléfono. El exministro habla claro y se
dirige a ese ‘PP moderado’ que quizá no exista si le hacemos caso a las
encuestas que, a un día de la primera votación, no le dan opciones”.
Pablo Casado, durante la rueda de prensa en Génova.
La ex vicepresidenta
sigue apostando por una lista única para el Congreso, mientras Casado busca la
unidad entre los 'perdedores' para derrotar a Santamaría. Si ésta no frena el
plan de Casado de competir hasta el final por el amplio margen de
compromisarios 'huérfanos' de candidatos que acuden al congreso (28% si se
cuentan también los de José Manuel García-Margallo y de José Ramón García
Hernández), el duelo en el congreso estará asegurado. ¿Y qué puede ofrecer
Santamaría a Casado? La ganadora de las primarias no quiso concretar, pero
Casado no parece dispuesto a dejarse convencer. Sabe que ha perdido la primera
batalla, pero que los compromisarios pueden darle el triunfo final en la guerra
del PP. Mi amigo, Antonio Casero, así lo expresaba desde Menorca, al día
siguiente de los resultados de las primarias del PP: “No esperaba nada
especial, me daba igual uno que otro, no hay la más mínima diferencia, y sí, me
ha servido para reafirmar que ese partido tiene como base la corrupción
política que han estado heredando desde sus inicios. No ha habido ni debates ni
la más mínima alternativa para un nuevo proyecto que debería basarse en la
regeneración política. Ha perdido una gran oportunidad para clarificar el
pasado y hacer una autocrítica por la gran responsabilidad que han tenido todos
ellos en la mayor corrupción de toda la historia. Estas primarias también nos
ayudan para conocer cómo ese partido es piramidal, y que han estado alimentando
con mentiras que tenían 860.000 militantes y se reían de los procesos que otros
partidos han estado realizando durante años pasados, y en estas elecciones sólo
han votado 58.400 adheridos. Un gran paso, que a partir de ahora ‘el aparato’ tendrá
que tener en cuenta a la militancia. Una gran diferencia con la participación
en el PSOE o en Podemos, que han recuperado la fuerza de los militantes frente
el ‘establishment’. Esperemos que el PP y esos coprofágicos como Hernando o el
mismo Casado no se rían de los procesos que otros han estado llevando con mucha
más riqueza que ellos en esos procesos. El voto a Casado representa la facción
más de derecha del PP, la que está unida con el cordón umbilical con el
ultraconservador Aznar, que curiosamente es la que tiene la mayor fuerza en
nuestras islas”.
Andreu Claret escribe, en
Mini-Crónicas catalanas /96, el artículo ‘Los presos políticos y el espejo’, en
el que dice: “La vuelta de los presos a Catalunya es una excelente noticia.
También es una oportunidad para que los políticos se miren en el espejo. Todos
los políticos. Los que han intentado acabar con el reto independentista
esgrimiendo la ley, y sólo esgrimiéndola, y los que han soñado en hacer
realidad la República catalana, quebrándola. Por mucho que Sánchez y Torra
hayan coincidido, por razones opuestas, en que los presos están aquí porque lo
prevé la legislación penitenciaria, lo cierto es que la paradoja es de órdago.
Para unos, porque están aquí pero no están en casa. Una contradicción
insufrible, que se intenta subsanar con gestos y parlamentos. Para otros,
porque la llegada triunfal de los presos a Catalunya ha supuesto descubrir (¡a
estas alturas!) el nivel de desafección que existe. La desafortunadísima
metáfora de la zorra puesta a guardar las gallinas utilizada por Sáenz de
Santamaría revela más de lo que pretende reprochar. Trata la Generalitat como
si ya no fuera Estado. Como una quinta columna con la que nada es posible,
salvo derrotarla. ¿Se dan cuenta lo que supone llegar a semejante conclusión?
Se entiende el pasmo de unos y otros. De quienes no creen en la ley, porque es
española, y de quienes ya no creen en la política porque con los catalanes nada
queda por negociar. A todos ellos, el espejo les devuelve hoy una imagen
inquietante. No es para menos. ¡Junqueras, Forcadell y otros líderes del Procés,
durmiendo en celdas cuyas llaves están en manos de Quim Torra! Es algo difícil
no sólo de imaginar sino de digerir. Y no únicamente para los políticos. Tanto,
que me parece insostenible. Como ciudadano, porque siempre he pensado que la
prisión provisional hace tiempo que no se justifica. Como analista, porque creo
que no hay quien pueda gestionar durante mucho tiempo tanta tensión emocional.
Quiero creer que detrás de la decisión hay algo más que un estricto
cumplimiento de la ley. Que no hay sólo ingenuidad a lo Zapatero, sino visión
estratégica. Datos que permiten asegurar que la prisión provisional tiene los
días contados. Quiero pensar que todo el mundo es consciente de ello. En
Catalunya, para actuar con cordura, es decir de acuerdo a la ley, más allá de
las emociones comprensibles, y en el resto de España para rechazar las visiones
tremendistas que presentan un gesto de buena voluntad como el principio del
apocalipsis. Prefiero imaginar que esta medida es algo más que justicia y
compasión. Que es una decisión política capaz de abrir un nuevo escenario.
Pronto lo sabremos. El lunes”.
El cantautor, Víctor Jara, figura clave de historia cultural de Chile,
llega 45 años después de su martirio.
Miguel Vázquez, ministro
en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago para causas de violaciones de
los derechos humanos, condenó a nueve miembros del Ejército en retiro por su
responsabilidad en los homicidios del cantautor Víctor Jara Martínez y el ex
director de prisiones Littré Quiroga Carvajal. Ambas víctimas fueron detenidas
entre el 11 y 12 de septiembre de 1973 y trasladadas al Estadio Chile, en
Santiago, donde fueron torturados en diversas oportunidades por los militares.
El magistrado los sentencia a 15 años y un día por su responsabilidad como
autores de ambos homicidios. Todos ellos fueron encontrados el 16 de septiembre
de 1973, por pobladores en las inmediaciones del Cementerio Metropolitano, en
la capital chilena en un terreno baldío cercano a la línea férrea, y luego de
limpiarles sus rostros reconocieron al artista y al entonces director de
prisiones. Durante la dictadura de Pinochet, según datos oficiales, unos 3.200
chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún
como detenidos desaparecidos, y otros 33.000 fueron torturados y encarcelados
por causas políticas.
Las fotomontajes de esta
semana:
El
Jueves dice que el cuerpo del dictador será desenterrado del Valle de los
Caídos y situado en una autovía de Ferrol.
“Lo suyo sería meter a
José María Aznar en el Valle de los Caídos y llevar a Francisco Franco a la
planta noble de Génova 13. A ver si, así, el Partido Popular acababa de una vez
con su eterna Transición. Lo que estamos observando en estas primarias del PP
es un duelo viejuno a ver quién convence más y mejor a la base social del tardofranquismo,
esa patología eterna de nuestra psiquiatría patria” Así comienza Aníbal Malvar
su artículo “Franco y las primarias”, en Público. “Con formas más o menos
civilizadas, los candidatos populares compiten a ver quién propone las cadenas
perpetuas menos revisables, a ver quién aleja más de Catalunya a los presos
políticos presos y de Euskadi a los derrotados de ETA, a ver quién ahoga a más
migrantes en el Meditarráneo. Detrás de los discursos con aroma de organdí de
Soraya Sáenz de Santamaría, Dolores de Cospedal, Pablo Casado y los juanras de
ocasión se tapa con escasos pudores el desnudo del neofascismo europeo. El que
acaba de aprobar en la UE, con el apoyo del PSOE, la negación voluntaria de
asilo a perseguidos políticos y a los niños perdidos del abuso y el hambre. Al
final, el fascismo europeo ha ganado la IIª Guerra Mundial, 70 años después del
armisticio. Se nota en Italia, en España, en Alemania, donde la derechista
Angela Merkel ya no es la jefa de Europa, sino un títere manejado por los hilos
xenófobos de sus socios de Gobierno.
Franco y Aznar.
“En España -continúa
Malvar-, vivimos y perdimos la primera gran batalla contra el fascismo europeo
con nuestra guerra, mal llamada civil. Fue una guerra militar del ejército
contra la democracia. Fuimos el laboratorio fascista de la Europa que soñaban
Hitler y Mussolini, como en su época nos relataron los brigadistas
internacionales y observadores cojoneros como Ernest Hemingway o George Orwell.
En estas primarias del PP nadie se ha puesto a entonar ‘Soy el novio de la
muerte’, lo que ya es un avance, al menos en lo musical. Sin embargo, el viejo
soniquete sigue ahí, y uno no puede dejar de escucharlo. Sobre todo, por ese
molesto debate sobre la exhumación de los restos de Franco. Ahora, hasta Rafa
Hernando, con gesto de tahúr despectivo, nos dice que le da igual dónde acaben
los restos del dictador. Como si se tratara únicamente de un alarde
electoralista de Pedro Sánchez. La simbología histórica de este traslado
funerario no la entienden ni la quieren entender. Y en eso canta mucho el
tufillo a sepia, a sargento y a obispo que aún perdura en el aliento del
partido de la gaviota. Al final, la renovación del PP que se propone con estas
primarias no está siendo ni siquiera cosmética. La batalla está en quién
colecta más voto ultra. En quién promete más concertinas y más cabras para la
legión. Y en esto, reaparecen Franco y Aznar en el centro de la escena como
espectros de los siglos. Y a todos los candidatos se les revuelven las tripas
de incomodidad. Les están reventando la mise-en-scène modernuqui que, con tanto
mimo, habían diseñado. Es justicia poética. Nunca quisieron pasar la página del
franquismo y ahora es la página del franquismo la que se posa como un sudario
sobre ellos”.
Carmen Martínez-Bordiú, duquesa de Franco
por la gracia del PP.
Carmen Martínez-Bordiú
reclama el título de ‘Bisnieta de la Grandísima Puta'. ‘Mi abuelo era hijo de
la grandísima puta y quiero continuar el legado’.
“¿Se imaginan que alguien
ostentase el ducado de Hitler o el marquesado de Mussolini?”. La pregunta en
Twitter de un profesor de Historia en un instituto madrileño ilustra
perfectamente la situación que se da en España. El pasado miércoles, Carmen
Martínez-Bordiú se convirtió oficialmente en duquesa de Franco, tras
publicarse en el BOE la concesión del título en su favor, al morir el pasado
diciembre su madre, Carmen Franco Polo.
El humor de esta semana
en los medios: El Roto, Peridis, J. R. Mora, Manel F., Pat, Ferreras, El Boca
del Logo, Vergara,
El ducado de Franco
Mala memoria.
Duquesa de Franco.
Yo no soy homófobo, pero...
Paz chapuza.
Siguen los descubrimientos.
Presos peligrosos versus presos de confianza.
El Boca del Logo. Quién fuera pájaro!
El Boca del Logo. La politica, mordida por la cola.
Pep Roig, desde
Mallorca: Desaparecidos, Premio,
Transtorno, Trasvase, Sobresaliente, La ausente mayoría absoluta, Según sopa el
viento.…
Los vídeos de esta semana:
Soraya gana por la mínima a Casado y el PP vivirá una segunda vuelta de infarto
Pablo Casado no cede, pide urnas en la 2ª vuelta. "He acatado las normas para bien y para mal"
Los mejores momentos de la campaña por liderar el PP
Te Recuerdo Amanda - Victor Jara [HQ editado + 3,5 Db]
Europa. 2018. Egoiísmo ante la inmigración. José Mújica ex presidente de Uruguay
Pobre de mí
La iniciativa Sanfermines 78 gogoan ha inaugurado en Iruñea el monumento que, con su nombre, recuerda los sucesos del 8 de julio de los sanfermines de 1978, en los que murió de un disparo Germán Rodríguez y otras seis personas resultaron heridas de bala
Inaugurado el monumento de recuerdo a los Sanfermines de 1978
#SanFermin2018 Jaia lehertu da Iruñean, aldarrikapen ezberdin eta elkartasun keinuen artean
Plataforma Feminista de Alicante Concentración 6 de julio #TengamosLaFiestaEnPaz #MiCuerpoNoEsTuDe
LATE MOTIV - Monólogo de Andreu Buenafuente. “Paracetamol” | #LateMotiv419
En este monólogo las primarias del PP son muy Juego de Tronos, hemos descubierto al Mr. Potato de la corrupción, y tenemos la noticia del verano.
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