Plaza de Catalunya amaneció el viernes con una pancarta contra el Rey
Felipe VI.
El presidente de la
Generalitat, Quim Torra, compareció el pasado viernes, en una rueda de prensa
previa a los actos oficiales por el aniversario de los atentados de Cataluña
del 17-A. Más allá de recordar a las
víctimas de los atentados, el político aprovechó la ocasión para referirse al
que fuera mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, y al
'exconseller' de Interior, Joaquim Forn, sobre el que dijo que “hoy está
injustamente encarcelado”. “Hoy hace un año, el 17 de agosto de 2017, nuestro
país fue víctima de un ataque terrorista brutal”, comenzó diciendo el 'president'.
“El miedo se extendió por toda Cataluña y por todos los países de los que eran
las víctimas de esta barbarie. Transcurrido un año de aquello, la Generalitat
quiere hacer llegar el recuerdo a las víctimas. Del mismo modo, quiero
trasladar mi más sincero reconocimiento a todos los profesionales de seguridad,
sanidad y emergencias”. “El Gobierno de Cataluña quiere mostrar su máximo
rechazo al terrorismo, sea cual sea su carta de presentación”, denunció Torra.
“Cataluña se ha forjado a lo largo de los siglos como una tierra de acogida.
Tenemos una sociedad íntegra y valiente dispuesta a luchar contra la barbarie”,
aseguró, apuntando a su vez los valores de “la paz y la libertad” como pilares
de Catalunya. Justo uno de los edificios de la Plaza Catalunya, donde se
celebraría el acto central en recuerdo de las víctimas de los atentados,
amaneció el viernes con un cartel que decía en inglés “El Rey de España no es
bienvenido en los Países Catalanes”. El mensaje, escrito en letras negras y
rojas sobre un fondo blanco, iba acompañado de una imagen del Felipe VI
colgando boca abajo. Paralelamente, los
Comités de Defensa de la República (CDR) convocaron una concentración de
protesta junto al monumento a Colón, bajo el lema “Sus guerras, nuestros
muertos”.
Los CDR reunieron a varios centenares personas
según fuentes cercanas a la organización, en su 'contramanifestación' del 17-A.
El viernes se cumplió un
año de los atentados en Barcelona y Cambrils, que dejaron 16 víctimas mortales
y una marca imborrable en el calendario. Al filo de las cinco de la tarde de
hace un año, una camioneta irrumpía en La Rambla llevándose por delante a todos
los que paseaban por la calle más concurrida de la Ciudad Condal. Horas más
tarde, se producía un segundo atentado en el municipio tarraconense de
Cambrils, adonde huyeron cinco de los terroristas, provocando la muerte de otra
mujer. Al margen del acto oficial con el Rey, Sánchez y Torra, los Comités de
Defensa de la República (CDR) convocaron una marcha silenciosa en homenaje a
las víctimas de los atentados terroristas de Barcelona del 17-A. Se trató de un
acto paralelo al oficial, al que no acudieron por la presencia del rey Felipe
VI. Se inició media hora antes del homenaje oficial. Pese a que el actual
presidente de la Generalitat declaró hace unas semanas que “Felipe VI ya no es
el Rey de los catalanes”, Torra participó en el acto oficial. También
estuvieron presentes las delegaciones del Pdecat y de ERC. En cambio, los CDR
convocaron a sus seguidores a las 10 de la mañana, en la plaza Portal de la
Pau, situada al final de la Rambla. Desde allí, caminaron hasta el mosaico de
Miró, donde quedó bloqueada la furgoneta que se utilizó en el atentado. En ese
punto leyeron un manifiesto. A través de las redes sociales, los CDR llamaron a
la participación a su acto y, al mismo tiempo, expresaron su repulsa al
monarca. “¿Eres un político y vas al acto del 17-A con el Rey y los partidos
del 155? -pregonaron en Twitter-. Entonces no eres nuestro político. Ven a
rendir homenaje a las víctimas”. En la misma línea que Torra, los CDR
mantuvieron que el jefe del Estado daba cobertura a la “represión” contra los
que votaron en el referéndum del pasado 1 de octubre (1-O). Y recordaron que se produjeron más un de
millar de heridos. Sin embargo, en las últimas semanas estos grupos próximos a
la CUP remarcaron sus diferencias con las dos formaciones que apoyan al
gobierno de Torra. Y protagonizaron concentraciones de protesta ante las sedes
del Pdecat y de ERC, exigiendo que los miembros del gobierno de la Generalitat
desobedecieran al Estado o presentaran la dimisión. Esta situación generó
tensiones entre estas formaciones y la CUP.
Los reyes, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la
presidenta del Congreso, Ana Pastor, el presidente del Senado, Pío Escudero, y
el president de la Generalitat, Quim Torra.
En un ambiente
enrarecido, con todo el mundo pendiente de la recepción a Felipe VI, arrancó el
acto oficial en una Plaza Cataluña blindada, solo medio llena y decorada por la
pancarta desplegada la noche anterior. Esta vez no hubo silbidos a la Corona,
como en la manifestación antiterrorista de hace un año, y sí cánticos
reiterados de “Felipe, Felipe” y “Viva el Rey” antes y al principio del acto.
La cosa no fue a más. No hubo discursos. Sólo un fragmento del famoso poema del
inglés John Donne “Las campanas doblan por ti”, leído en los ocho idiomas de
los 17 fallecidos hace un año, y la interpretación por parte de alumnos del
Conservatorio Municipal de Música de Barcelona: El Cant dels Ocells, que abrió
el acto; Over the rainbow, la canción de El Mago de Oz que ganó el Oscar a la
mejor canción; Imagine, de John Lennon; Hallelujah, de Leonard Cohen, y
Qualsevol nit pot sortir el sol, de Sisa. Se evitaron los discursos políticos.
El Ayuntamiento de Barcelona quiso dejar de lado las desaveniencias y centrar
la atención en las víctimas, y, de paso, sortear posibles pitadas o
manifestaciones contra el rey. Así lo presentan Arturo Puente / Pau Rodríguez en
Eldiario.es: “Barcelona se reivindicó este viernes, cuando se cumple un año de
los atentados en la Rambla y Cambrils que dejaron 16 víctimas mortales y más de
150 heridos, como una ciudad de profundas convicciones pacifistas. El acto de
conmemoración fue conducido por la periodista Gemma Nierga y, a través de
números musicales y recital de poesía, loó la empatía y la convivencia entre
iguales mientras recordaba a las víctimas. El acto, diseñado al milímetro para
evitar que la política acaparase el foco de atención, comenzó con una ofrenda
floral en el centro de la Rambla, realizada por los familiares de las víctimas
y un grupo reducido de autoridades. Luego, políticos y familiares se
desplazaron en autobuses hasta la plaza de Catalunya, donde se encontraron con
el resto de autoridades: el rey Felipe VI y la reina Letizia, el presidente del
Gobierno, Pedro Sánchez, el president de la Generalitat, Quim Torra, la
alcaldesa Ada Colau o los presidentes de los parlamentos español y catalán. Las
iniciales protestas contra la presencia del rey, en varias pancartas colgadas
de edificios entre la Rambla y la plaza, no llegaron a sentirse a la llegada de
Felipe VI al recinto del acto. Tanto a su llegada como en el momento de su
salida, el jefe de Estado saludó con normalidad institucional a las autoridades
del Govern. El homenaje fue sobrio, muy diferente de la imagen de espontaneidad
que se vivió justo hace un año, cuando la gente acuñó el lema de ‘No tinc por’
[no tengo miedo] que se convirtió en el grito de rechazo a los atentados. En el
primer aniversario, en cambio, este grito apenas se ha dejado oír, como tampoco
ninguna manifestación del público. ‘Hemos celebrado este acto para mirarnos,
preguntarnos cómo estamos desde entonces. Esta ciudad os acoge. Queremos la
paz, pero no queremos la indiferencia’, resumió Nierga a modo de conclusión”.
Los encargados de leer el manifiesto por el aniversario del 17A en ocho
idiomas distintos.
En los pasados días,
algunos sectores del soberanismo habían apostado por movilizarse el 17-A para
protestar contra el Rey y utilizar la presencia de medios internacionales para
difundir su mensaje al mundo. Algunas de las fórmulas que valoraban eran acudir
a los actos y volverse, de espaldas al Rey, ignorándolo, ponerse máscaras de
Forn y Trapero o acudir con banderas republicanas. La cuestión era si esta
decisión de la ANC y Òmnium frenaría también a los círculos más radicales. Otras
de las claves podían ser las directrices enviadas por el 'president' Torra e
incluso Puigdemont. Por su parte, los partidos constitucionalistas llevaban
semanas analizando la forma de arropar ese día al jefe del Estado en Barcelona,
exigiendo al independentismo cesar en su boicot “por responsabilidad” y para
evitar “desnaturalizar” el acto. Los más combativos eran los dirigentes de
Ciudadanos, que mantenían una postura firme en que el boicot al Rey en Cataluña
debía acabar para siempre y no solo en el acto del día 17. El llamamiento por
parte de Sociedad Civil Catalana —principal organización de apoyo al unionismo—
comenzó su ofensiva en respuesta al soberanismo para evitar que este copara el
aniversario de los atentados. Pidió que se acudiese masivamente al acto y se guardase
respeto sin mostrar simbología partidista alguna. “No queremos -señalaban- que
se utilice para hacer política. De ahí que pidamos a los ciudadanos que vayan
sin banderas, pancartas o cualquier simbología ideológica. Es lo más ético que
podemos hacer”. SCC reclamó “neutralidad política absoluta” en la
concentración, a diferencia de lo que pretendían los independentistas. Fue lo
que el presidente del Gobierno abordó con el Rey en su despacho veraniego en
Marivent. Sánchez anunció días después de haber confirmado que el jefe del
Estado acudiría que también lo haría la Reina Letizia. El jefe del Ejecutivo
insistió en que no habría “fisuras” contra el terrorismo, haciendo hincapié en
la asistencia de la máxima representación del Estado, el Rey, y el Gobierno que
él preside. Frente a los intentos de politización, el propio Sánchez se
pronunció el pasado lunes recordando que el Rey acudiría “en representación de
toda la sociedad española”, para mostrar “respeto, cariño y empatía” a las
familias, en un mensaje donde, Sánchez entendía, se encontraba representada “a
absoluta mayoría de la sociedad catalana y española”.
Colau pidió no politizar el 17-A: “Hay otros días para hablar de
monarquía o república”.
Ada Colay, la alcaldesa
de Barcelona, reconocía, en una entrevista de El País, recogida por Europa
Press, que le dolía “la guerra de banderas en la manifestación a la que asistió
el Rey” tras los atentados. Y, el domingo pasado reiteraba que “hay muchos
otros días al año para hablar de monarquía o república” e insistía en que no se
politizase el acto de homenaje a las víctimas de los atentados de Barcelona y
Cambrils (Tarragona) el 17 de agosto. “Me causó vergüenza por las víctimas.
Todas las ideas son legítimas, pero en un momento así es una barbaridad que
alguien busque polémicas para sacar rédito político. Es moralmente repugnante”,
añadía. Y pedía que hubiera un papel discreto de las instituciones, ya que “no
hay que personalizar ni en el Rey ni en nadie”. Colau lamentó el “intento de
politizar el atentado” por parte de un alcalde del PP, con una falsa polémica,
en sus palabras, sobre los bolardos y argumentó que nadie les pidió que los
pusieran en La Rambla. En la entrevista, la alcaldesa revivió esos días y explicó
que, en el momento del ataque yihadista, ella se encontraba en una casa rural
cerca de Ripoll (Barcelona) junto con sus hermanas y su bebé de cuatro meses. Indicó
que la primera persona con la que habló fue con el entonces presidente de la
Generalitat, Carles Puigdemont, y la segunda, la alcaldesa de Madrid, Manuela
Carmena, quien la ofreció su ayuda inmediata. Aquella noche, también recibió la
llamada del entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quien le
trasladó “la voluntad de coordinarse al máximo”, y reconoció que la tensión
institucional se notó al principio. Colau recordó que el delegado del Gobierno,
Enric Millo, participó en las reuniones conjuntas con los mandos policiales, la
Generalitat y el Ayuntamiento, pero señaló que llamó a la Delegación de
Gobierno para que no hicieran reuniones paralelas y “que hubiera unidad por el
bien de Barcelona”.
Elisenda
Paluzie, presidenta de la ANC, rechazó asistir a los actos del 17-A para no
coincidir con el Rey.
La entidad soberanista
ANC no participó en los actos de conmemoración del primer aniversario de los
atentados de Barcelona y Cambrils para no coincidir con el rey Felipe VI.
Fuentes de la entidad explicaron que la ANC “no participa en actos que cuenten
con la presencia del Rey de España”, por lo que habían rechazado la invitación
del Ayuntamiento de Barcelona, aunque pidieron que no se boicoteara al monarca
durante los actos de homenaje a las víctimas. Los Reyes Felipe VI y Letizia
acudieron a los actos y las organizaciones, así como los partidos
independentistas, aseguraron que no llamarían al boicot ni pedirían que se
abuchease al monarca, pese a no ver con buenos ojos su presencia en Cataluña.
El president, Quim Torra también asistió al acto en Barcelona, después de que
la ANC decidiera no acudir para no coincidir con el rey Felipe VI. Elisenda
Paluzie, presidenta de la ANC, dijo, hace varios días, que la prioridad era
rendir tributo a las víctimas. Sin embargo, la entidad decidía luego que no
acudiría a los actos de homenaje a las víctimas del 17-A. Para compensar esta
decisión, la ANC aseguró que centraría parte del acto que había convocado junto
a Òmnium Cultural durante la tarde del día 17 en la cárcel de Lledoners en
homenajear a las víctimas de los atentados, y no sólo en el reconocimiento del
trabajo hecha por parte de los servicios públicos, los Mossos y del ex
conseller de Interior, Joaquim Forn, ahora encerrado en ese centro
penitenciario por el caso del 1-O. La semana pasada, Paluzie ya anunció que la
entidad no organizaría ninguna acción de protesta contra el monarca, y declaró
que los “protagonistas centrales del acto” deberían ser “las familias de las
víctimas” de los atentados. “Eso es lo que hemos de poner en el centro y hemos
de respetar todos, también el Gobierno del Estado”, remarcó. Tanto la ANC como
Òmnium dijeron que no promoverán protestas contra el Rey para dar protagonismo
a las víctimas.
Torra llama a “atacar al Estado español injusto” en el homenaje a Forn
el 17-A.
Tras los actos oficiales
de homenaje a las víctimas del 17-A, las entidades soberanistas ANC y Òmnium
convocaron por la tarde la concentración frente a la cárcel de Lledoners. Bajo la lluvia y ante más de un millar de
personas concentradas a las puertas del centro penitenciario, hasta allí se
desplazó el “president” catalán y la mujer de Quim Forn, Laura Masvidal. Tras
su intervención en el acto de homenaje a las víctimas de los atentados del
17-A, donde ya tuvo palabras para los políticos encarcelados y los Mossos,
Torra reclamó la puesta en libertad de los líderes soberanistas, y llamó a
“atacar a este Estado español injusto, que incumple su ley”. Más de un millar
de personas se concentraron ante la cárcel, donde se encuentra preso el ex
conseller de Interior, Quim Forn, a quien se rindió homenaje. Aunque los
partidos políticos criticaron la “politización” de los actos de homenaje por el
movimiento independentista, Torra volvió a reivindicar la república catalana en
el día de las víctimas. El “president” sostuvo que el rey Felipe VI no le dijo
nada cuando él le presentó a la mujer de Forn, y no dudó en reiterar el rechazo
a la presencia del monarca, e incluso defendió las pancartas desplegadas contra
la presencia del Rey. Torra insistió en que los independentistas “no debemos
defender nada en los juicios, sino denunciar al Estado español autoritario que
incumple su ley”. El “president” catalán reiteró que seguirán “hasta hacer
efectiva la República y conseguir que los presos queden en libertad” y subrayó
que, en el acto institucional por los atentados del 17-A, celebrado por la
mañana “faltó gente”, en referencia a los soberanistas presos y a los que se
encuentran fugados en otros países, aunque, según reivindicó, “los
independentistas están más fuertes que nunca”. Torra terminó, aseverando:
“Nosotros no nos defendemos. Atacamos […] No nos hemos de defender de nada
porque Europa nos ha dado la razón […] No pararemos hasta hacer efectiva la
República. Esto es un compromiso de todo el Govern y de la mayoría soberanista
del Parlament”. Marcel Mauri, vicepresidente de Òmnium Cultural, hizo
referencia al acto de homenaje con autoridades de la mañana en Barcelona. “Los
carceleros han tenido vergüenza de mirarle a la cara”, dijo, en relación al
silencio del rey, de la reina y de Pedro Sánchez, cuando Quim Torra les presentó
a Laura Masvidal. “Ningún rey se puede otorgar el protagonismo en un acto como
el de hoy”, dijo Mauri, quien exclamó: “¡Vergüenza!”. Y añadió: "Hoy es
día de homenaje a las víctimas y agradecimiento a los servidores públicos; sólo
ellos son los protagonistas”.
Ramón Espinar defendió la asistencia del
Rey Felipe VI al acto de Barcelona por el aniversario de los atentados
yijhadistas.
¿Qué lleva a un
republicano a salir en defensa del Rey? Gaspar Llamazares, portavoz de
Izquierda Unida en el Principado de Asturias, contesta: “Soy republicano
convencido, pero no de ocasión ni solo instrumental ni local, ni tan siquiera
de mi casa. Por eso acato la Constitución y respeto a las instituciones, y
también por eso pretendo obtener la mayoría necesaria para reformarla. El Rey
tiene la misma legitimidad que el presidente de la Generalitat para estar en el
acto de conmemoración de las víctimas de los atentados de Barcelona”. También
los principales partidos de la izquierda española han salido en defensa de la
presencia del Rey en Barcelona. Unidos Podemos lo hizo desde el primer momento,
reprochando a Torra que usara los actos para “escenificar las diferencias”
políticas. Fue el portavoz en el Senado, Ramón Espinar, el que insistió en que “mientras
Felipe VI sea el jefe del Estado, tiene que acudir a este tipo de actos, que
tienen que ver con un terreno que no es el de la política”. El senador afirmó,
como han hecho otros dirigentes de la formación morada, en que el 17-A debe
servir “para estar todos los que nos solidarizamos con las víctimas”
independientemente de la ideología.
El mosaico de Miró de la Rambla se llenó de velas, flores y recuerdos
para las víctimas del 17-A.
Cuartopoder, en un
artículo (“A un año de los atentados, ¿actos
despolitizados con el rey de España?”), anunciaba el pasado domingo una serie
de actos en Cataluña, coincidiendo con el primer aniversario de los atentados
en la Rambla de Barcelona. “No han sido invitados -advertía-, pero está
prevista la asistencia del presidente del Gobierno español y del jefe del
Estado, el rey Borbón. También estarán el presidente de la Generalitat catalana
y la alcaldesa de la capital catalana. Se han alzado voces, desde la derecha
ultranacionalista española con conexiones fascistas de Sociedad Civil Catalana
(con apoyo de Ciudadanos, PP, Vox, entre otros), hasta la de distintas voces de
izquierdas para ‘no politizar los actos de homenaje a las víctimas’. ¿Cabe
delirio más profundo? El rey que realizó un discurso a principios de octubre
del año pasado después de las cargas de la policía española y la Guardia Civil
a la ciudadanía que quería votar por la autodeterminación el 1 de octubre, y que
dejó sorprendidos a muchos monárquicos por su bestialidad, vendrá a Barcelona y
‘no hay que politizar este hecho’. Se puede tener imaginación, hasta una
delirante imaginación, pero ¿es posible tenerla hasta tan estratosférico grado?
Incluso un dirigente de Podemos ha llegado a decir que es normal el hecho de
que Felipe VI acuda como monarca a este tipo de actos que ‘tienen que ver con
un terreno que no es el de la política’. ¡Qué imaginación tan desbordante! No
han sido invitados ni el rey ni el presidente del gobierno. Y vienen. Como
explica un artículo que reproducimos. El mensaje es claro: ‘Este territorio es
nuestro y vosotros sois nuestros súbditos, lo queráis o no’. ¡Y no hay que
politizar este tipo de actos! El homenaje a las víctimas más generoso será en
la medida en que menos hipócritas sean políticamente los actos en su honor.
Desde los atentados del 17 de agosto de 2017, han pasado muchas cosas en
Cataluña y en el Reino de España. Entre otras muchas, el impresionante 1 de
octubre que recorrió el mundo con las imágenes de la policía apaleando a la
ciudadanía pacífica. Entre otras muchas, la aplicación del artículo 155 de la
Constitución española. Entre otras muchas, la convocatoria de unas elecciones
en Cataluña por parte del gobierno español para que fueran ganadas por los
partidos constitucionalistas monárquicos y contrarios al derecho de
autodeterminación, y la mayoría fue ganada por partidos que defienden el
derecho a la autodeterminación y la república catalana”.
"Nosaltres no tenim por; ells, sí"
Hace casi un año, se
publicó la “Postdata al editorial: ¿Pero qué esperaban en Ripoll y en
Barcelona?”, escrita por Antoni Domènech, Gustavo Buster y Daniel Raventós
(editores de Sin Permiso). Y, entre otras cosas, decía: “Las primeras maniobras
en caliente del Gobierno Rajoy para el 1 de octubre se han saldado con una
retirada, que no se ha convertido en desbandada por el rápido reconocimiento de
su máximo responsable del alcance de la situación. Que Rajoy haya tenido que
reconocer que la manifestación de Barcelona de repulsa a los atentados ha
salido bien, después de la pitada colosal con la que fueron recibidos tanto él
como el rey Felipe VI, ha debido escocer mucho. Lo que parecían los flecos del
extremismo fascista tras los atentados de Barcelona y Cambrils -con sus ataques
a la mezquita de Granada, pintadas en otros tantos lugares de culto musulmanes
y paliza grupal a una mujer con hijab-, se convirtió en una ‘moderada’ campaña
de prensa orientada a golpe de argumentario desde los servicios de comunicación
de La Moncloa. Aníbal Malvar da cuenta de ella y a eso nos atenemos. Se les
atragantó el mensaje impuesto desde la calle: ‘¡Barcelona, ciudad de paz!’ y
‘No tenim por!’ Porque, en definitiva, la ‘moderada’ estrategia del mal menor
que ha desplegado desde hace meses el gobierno Rajoy contra el referéndum de
autodeterminación catalán propuesto para el 1 de octubre, se basa en el miedo.
En meter mucho miedo, de ‘manera proporcionada’, como solo sabe hacerlo quién
tiene el monopolio de la violencia como última razón de estado…Intentó
recuperar el control, manteniendo la campaña de prensa para al menos no sufrir
mayor desgaste en su propio electorado fuera de Catalunya, organizando su
presencia al más alto nivel institucional en la manifestación y agitando el
fantasma de la ‘unidad’, es decir de la sumisión a su mensaje antiterrorista.
Nada de esto, es evidente, sirvió. A la manifestación de Barcelona del 26 de
agosto acudió medio millón de personas. Nadie se ha atrevido a discutir las
cifras. El gobierno Rajoy tuvo que aceptar la decisión del ayuntamiento de
ceder la cabecera a quienes habían estado en la primera línea de actuación en
los atentados: los Mossos d’Esquadra, los servicios de emergencia, el personal
de los hospitales. La comitiva institucional tuvo que ser ‘encapsulada’ y
situada detrás, a una distancia suficiente, lo que no evitó el abucheo y los
pitidos contra quienes se habían desplazado de Madrid en una interesada
solidaridad y que no contaron con otro apoyo que el patético contingente
organizado por la autoproclamada ‘Sociedad Civil Catalana’.
Los
CDR queman retratos del rey Felipe VI y del juez Llarena en una manifestación.
El Confidencial del miércoles
contaba cómo los CDR se movilizarían en el acto con el Rey y dejarían solo a
Torra. “Los CDR tampoco participarán en el acto de homenaje a las víctimas por
el atentado yihaidista en las Ramblas de hace un año… En terminología
independentista se denomina a esto ‘hacer un Tortosa’, por una visita de Inés
Arrimadas, la presidenta de C’s en Cataluña, que hizo a esta ciudad de
Cataluña. El pasado 18 de julio los independentistas optaron por ignorar a la
líder de la oposición en el Parlament y el viaje se saldó sin más incidentes. Primero
fue la alcaldesa, Ada Colau, que como siempre jugó a dos barajas. Al principio
dijo que no invitaba al Rey para acto seguido proponer que ese no era el día
para debatir sobre monarquía o república. Se fueron sumando a esta línea
distintos organismos, desde Òmnium Cultural hasta la presidenta de la ANC,
Elisenda Paulizie. Todos abogaban por lo mismo: no acudir al acto para evitar
coincidir con el monarca. Sin embargo, el golpe de gracia lo dio el mayor de
los Mossos, Josep Lluís Trapero. Además de culpar al rey Felipe VI por el
despliegue policial el 1-O, el principal argumento de los independentistas era
que no se podía homenajear a las víctimas del atentado cuando los dos hombres
clave en la reacción policial de los Mossos tras el crimen de las Ramblas
estaban cuestionados por la Justicia española: Trapero, imputado en la
Audiencia Nacional, y el 'conseller' de Interior en aquel momento, Joaquim
Forn, en prisión preventiva. Ambos no por nada que tuviera que ver los
atentados islamistas en Barcelona sino por los denominados ‘hechos de octubre’.
Trapero se desmarcó. Su equipo legal pidió que se abstuviesen de hacerle
homenaje alguno. Pensaban en uno con caretas suyas frente al Rey. Forn le
siguió en la iniciativa. De hecho, Forn es el preso que ha llevado a cabo una
defensa menos política, mientras que Trapero se ha limitado a una defensa
técnica, lejos de las proclamas de otros presos, que por ahora le ha evitado
pisar la cárcel. Sin Trapero y sin Forn, los activistas se quedaron huérfanos.
Y ni siquiera Carles Puigdemont desde Bruselas se ha atrevido a insistir en la
movilización contra el Rey. O en poner el acento en la cuestión independentista
y no en el apoyo a las víctimas. Para compensarlo se convocó un acto en
Lledoners, la prisión donde se encuentran los presos de los ‘hechos de octubre’.
“Ante lo concreto, Torre se diluye”.
“Queda el presidente de
la Generalitat Quim Torra y los imprevisibles elementos incontrolados de los
CDR. El Rey y la comitiva -advertía el pasado miércoles El Confidencial- tendrán
que recorrer un trayecto entre Plaza Catalunya y las Ramblas. Y puede pasar
cualquier cosa. Pero el tono general en este contexto es que es muy posible que
en términos políticos el acto de este viernes no tenga mayor relevancia ni para
unos ni para otros. Pero mientras se va relajando el contexto del acto, Torra
va radicalizando su discurso. El pasado 3 de agosto ya habló de los ‘enormes
sacrificios’ que iban a tener que hacer los catalanes para alcanzar la
independencia. Diez días después Torra volvía a insistir en que serán
necesarios ‘sacrificios’ para hacer efectiva la república. En el mismo acto, el
planteamiento de Torra no puso ser más radical: ‘Libertad o libertad’. Los
argumentos de Torra solo son retóricos. De hecho, cuanto más baja la tensión
alrededor del acto en recuerdo de las víctimas, más eleva el tono el presidente
catalán con sus declaraciones. Pero sin concretar. Habla de sacrificios pero no
explica cuáles serán. Dice que hay que ir hasta otro 1 de octubre, pero no
marca fechas, ni siquiera aproximadas. Ante lo concreto, Torra se diluye”.
Víctimas de los atentados yihadistas de
Barcelona y Cambrils, en rueda de prensa.
En una rueda de prensa en
Barcelona, las víctimas agrupadas en torno a la Unidad de Atención y Valoración
a Afectados por el Terrorismo (UAVAT), que atendió a 182 afectados del 17A,
denunciaron que durante todo este tiempo se habían sentido “engañadas, abandonadas,
incomprendidas y tristes”, como describió Ana Cortés, una de las supervivientes
de las Ramblas. En nombre de las víctimas, Roberto Manrique, el coordinador de
la UAVAT, exigió que los actos institucionales del viernes fueran un homenaje a
las víctimas y que la clase política “hiciese una tregua”. Manrique leyó en la
rueda de prensa una carta enviada por Javier, el padre de un menor de Rubí
(Barcelona) asesinado el 17A, en la que éste pedía que los actos de fueran de
“respeto y consideración” para las víctimas y sus familias. “El aniversario del
17A debe ser un día para las víctimas y sus familias. De respeto hacia ellos y
su dolor. Que puedan ir a las Ramblas a recordar sus pérdidas y depositar
flores y lo que necesiten en su honor, sin políticos, sin periodistas, sin
cotillas. Como mucho, con los cuerpos de seguridad y equipos de emergencias.
Debe ser un acto de respeto y consideración”, señalaba el escrito. En la misma
línea, Ana Cortés, que pudo esquivar a la furgoneta del terrorista Younes Abouyaaqoub
tras salir del metro en Las Ramblas, frente a la fuente de Canaletes, leyó
también una carta, intentando expresar el sentimiento de las víctimas y
mostrando su denuncia por el hecho de que se habían sentido abandonadas. “Ahora
que seremos visibles -expresó-, ahora que todos se acuerdan de nosotros y
estamos en boca de todos, es el momento de hablar, porque a partir del 18 de
agosto volveremos a ser olvidados y sólo existiremos para nuestras familias y
los que han estado 365 días sufriendo a nuestro lado durante un año que ha sido
durísimo, de incomprensión”. Cortés denunció que ningún partido político se ha
interesado durante este año por saber cómo estaban y si necesitaban alguna cosa
y lamentó que, por el contrario, los políticos se apresuran ahora a tomarse
fotos a su lado. “La única ayuda que recibimos fue de las fuerzas de seguridad,
los equipos de emergencias, la Cruz Roja, los Bomberos, el 061, la UAVAT y
otras víctimas, que se dejaron la piel por nosotros”, indicó. “Nos sentimos
engañados, abandonados, incomprendidos, tristes, pero muy unidos y con muchas
ganas de recuperar nuestras vidas”, apuntó. Según Cortés, la única
administración que les ayudó fue el Ayuntamiento de Barcelona, liderado por Ada
Colau, que “despertó de su letargo tarde, pero despertó” y colaboró con ellos,
facilitando que se pusieran en contacto con la UAVAT. “Señores políticos
-terminó exclamando-: es el momento de evitar que esto se repita, que no se
manipule el dolor de las víctimas y que no se politice el dolor”.
Las víctimas del 17-A piden a los políticos que no utilicen su dolor
tras olvidarlas.
Roberto Manrique, el
coordinador de la UAVAT exigió al Gobierno que modifique el plazo de admitir
solicitudes para ser reconocidos como víctimas del terrorismo, que finalizó el
viernes, ya que sus derechos no tendrían que prescribir al cabo de un año del
atentado. “¿Cómo es posible que tengamos que permitir que prescriban los
derechos de las víctimas? Manrique ha sido muy crítico con la desatención por
parte del Gobierno durante el último año y ha puesto como ejemplo que la
oficina de atención a las víctimas sólo estuvo abierta en la Delegación del
Gobierno en Cataluña del 22 al 29 de agosto, y no durante todo este año, como
cree que sería lo lógico. Igualmente, indicó que la Generalitat no hizo nada,
pero alegó que durante la mayor parte de este periodo estuvo intervenida y su
máxima responsable era la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de
Santamaría, que, según ha dicho, no se puso en contacto con ninguna de las víctimas.
La UAVAT, que se fundó en febrero pasado, ha atendido desde entonces a 152
personas, de las que la mayoría (85) son testigos directos, 13 heridos físicos
y 37 familiares de víctimas, y que presentan lesiones psicológicas (89 casos),
físicas (8), psicológicas y físicas (6), entre otros. Hasta el momento, esta
organización ha ayudado a tramitar ante el ministerio de Interior un total de
82 expedientes para el reconocimiento de víctima del terrorismo, 79 para
recibir ayuda psicológica y 3 de indemnizaciones por daños materiales), de los
que nueve han sido concedidos, tres rechazados y los demás están pendientes de
resolución.
Imagen de la inauguración de los Juegos Mediterráneo.
Jorge Sáinz analiza en
Vozpópuli los 629 actos -tal y como se recogen en los términos de búsqueda de
la página de la monarquía- que ha presidido Felipe VI en los últimos cuatro
años. Un total de 42, un 6,7%, ha tenido lugar en Cataluña. Es la comunidad con
más presencia del monarca por delante de regiones como Andalucía, Castilla y
León o Asturias. Entre el 65 y el 70% de la actividad del rey se desarrolla en
Madrid y sus alrededores. Las citas habituales de Felipe VI en Cataluña son los
premios de la Fundación Princesa de Girona, el Mobile World Congress de
Barcelona y la entrega de despachos en la Academia de Suboficiales de Talarn
(Lleida). Pero el rey participó también en eventos empresariales, deportivos y
culturales. Asistió a la entrega del
premio Nadal de literatura, presidió la entrega de becas de La Caixa, asistió a
una final de la Copa del Rey en el Camp Nou y, más recientemente, ha inaugurado
los Juegos del Mediterráneo en Tarragona junto al presidente del Gobierno,
Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Quim Torra. “El discurso que Felipe VI
pronunció el 3 de octubre -asegura Jorge Sáinz- fue un punto de inflexión en la
relación de la Casa Real con Cataluña. El rey acusó a las autoridades catalanas
de situarse al margen de la democracia y de la ley tras el referéndum del 1-O.
El separatismo no perdona a la Corona su liderazgo constitucional y el papel
determinante que jugó en la reacción de la sociedad española al golpe del
pasado octubre. El separatismo retuvo la mayoría absoluta el 21-D por los
pelos. El resultado sembró algunas dudas en la Casa Real sobre cuándo y cómo
debía regresar el rey a Cataluña. Pero el homenaje a las víctimas del 17-A es
el séptimo acto que Felipe VI preside en Cataluña desde su discurso del 3
octubre. El rey ha desafiado la hostilidad de las autoridades independentistas
y encerronas como la que sufrió en la manifestación de hace un año tras los
atentados. Esteladas, abucheos y abundante cartelería nada improvisada
señalaron al monarca como cómplice de supuestos regímenes que patrocinan el
terrorismo, y ello, ante la mirada de todo el mundo. El independentismo ha
perdido en los últimos tiempos el monopolio del rechazo al rey. El ejemplo más
claro se vivió en Tarragona. El monarca recibió más aplausos que abucheos
durante la inauguración de los Juegos del Mediterráneo. El presidente de la
Generalitat había anunciado horas antes en una declaración más grandilocuente
que otra cosa la ruptura de relaciones con la monarquía. Una decena de pueblos
catalanes ya ha declarado al rey persona non grata. Y Torra ha encontrado en
Felipe VI un enemigo al que desafiar. Sin embargo, la hostilidad del
separatismo no ha desactivado los viajes del monarca. Y, además, ha provocado
una respuesta del constitucionalismo. Ocurrió en Tarragona, pero ahora casi en
cada visita a Cataluña se organiza una contramanifestación de apoyo a Felipe
VI. También se convocó una por los actos del 17-A. Las principales
organizaciones del separatismo ANC y Òmnium pidieron no boicotear al rey en
Barcelona, y al mismo tiempo declinaron asistir a los homenajes por la
presencia del monarca”.
Las imágenes más
sorprendentes y las fotomontajes de esta semana:
Dice Cristina Brondo
(B&B o Gran Hotel) que hay que “agradecer a la vida por un cuerpo”. Más,
aún, por un cuerpo femenino, “tan perfecto y sagrado y, sobre todo, tan nuestro”.
El de las mujeres, “no el de los hombres ni el de los gobiernos”. Reivindicación
en femenino y feminista de una actriz que muestra su opinión tras el “no” del
Senado argentino al aborto que deja a las mujeres sin poder decidir
ni el cuándo ni el cómo ser madres (o no serlos, directamente).
Rafael Hernando pide “perdón”
a las víctimas del franquismo y a Rubalcaba por intentar agredirle. Rafael
Hernando, exportavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, se
arrepiente de una de sus declaraciones más polémicas en las que acusó, en una
entrevista televisiva, a los familiares de las víctimas del franquismo de
acordarse “de su padre cuando había subvenciones para encontrarle”. Me pasé
cuatro pueblos, sí. Fui injusto. Y pido perdón”, ha confesado en una entrevista
a El País. “Lo que quería decir es que la mayoría de fondos de la memoria
histórica no se dedicaron a que las personas pudieran recuperar los restos de
sus abuelos”, zanjó.
Quitarle 'lo bailao' a Juan Carlos de Borbón aumentaría en cuatro
billones de dólares el PIB español.
El Jueves muestra cómo
Felipe VI asiste al homenaje a las víctimas del atentado.
Felipe VI en la manifestación de repulsa de los atentados de Barcelona en agosto del año pasado, frente a un cartel que le recuerda, "Felipe, quien quiere la paz no trafica con armas".
El humor en la prensa de
esta semana: Peridis, Forges, Vergara, Manel Fontdevila, Pat, Igepzio, Anthoni
Garner, Idígoras & Pachi…
Ultra lux.
Migración masiva.
Manteros.
No tenim por.
Pep Roig, desde Mallorca:
Vale todo, Oh, dios Balón, Trasvase, Recalcitrantes, Remedios, Popo políticos…
Los vídeos de la semana:
Homenaje 17A | Ocho jóvenes leen versos del poeta John Donne en diferentes lenguas
No tenim por. Minut de silenci per l'atemptat a la Rambla CAMPEONES es la nueva película de Javier Fesser (El Milagro de P. Tinto, Camino, Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo) protagonizada por Javier Gutiérrez (La Isla Mínima, Plan de Fuga, El Autor). Ha sido el mejor estreno español del año, ha conquistado a más de tres millones de espectadores y recaudado más de 17 millones de euros. La divertida comedia de Javier Fesser ha supuesto un antes y un después en las películas sobre baloncesto en nuestro país, pero sobre todo en la inclusión en pantalla de personas discapacitadas. CAMPEONES - Tráiler 1 (UNIVERSAL) HD
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