Grupo Ska-p
"No me enconen los cuentos ni la ciencia ficción
soy jefe del estado sin ganar elección,
qué me cuentas peón, mi vida es el copón
me apellido Borbón
"No me enconen los cuentos ni la ciencia ficción
soy jefe del estado sin ganar elección,
qué me cuentas peón, mi vida es el copón
me apellido Borbón
“Jaque al Rey” forma
parte de un elenco de canciones del próximo disco del grupo español, Ska-p, que
carga duramente contra la monarquía y los borbones y que saldrá a la luz el
próximo 5 de octubre bajo el título de Game Over. ElPlural.com comenta que no es la primera
canción contra la monarquía por parte de Ska-P ya que, en su disco Eurosis,
pudimos escuchar “Simpático Holgazán”. “El grupo vallecano -reseña- se suma a la
lista de artistas que han alzado la voz contra la monarquía en los últimos
tiempos. Cuando uno piensa en esta crítica hacia la figura del Rey, es
imposible obviar a los raperos Pablo Hasel y Valtonic. El primero fue condenado
por la Audiencia Nacional a dos años y un día de cárcel por alabar en twitter a
ETA y los GRAPO así como por injurias a la Corona. Su tema, Muerte a los
Borbones, es el origen de todos los problemas. Por otra parte, Josep Miquel
Arenas, conocido como Valtonyc, huyó de España ante su inminente entrada en
prisión, tras ser condenado a tres años y medio por enaltecimiento del
terrorismo e injurias a la Corona en las letras de sus canciones”. Tras la
decisión de Bélgica que rechazó extraditar a Valtònyc a España, juristas y
asociaciones insisten en la necesidad de derogar el artículo 578 del Código
Penal o, al menos, una reforma que permita poner fin a la “vulneración de la
libertad de expresión”.
Valtonyc, Hasel, La Insurgencia,
Strawberry, son algunos de los condenados por enaltecimiento del terrorismo.
“Todos los expertos
consultados coinciden en que hay derogar el delito de injurias a la Corona. Tales
acciones contra ambos raperos son presentadas en una canción coral de artistas
como Frank T, Rapsusklei o Los Chikos del Maíz, bajo el lema ‘Los Borbones son
unos Ladrones’. Otro caso reseñable es el de César Strawberry de Def Con Dos,
quien fue condenado, por escribir varios tuits, a un año de cárcel por
enaltecimiento del terrorismo. El grupo de rap metal tiene en su repertorio
varias canciones contra la figura de la monarquía entre las que destacan ‘Mi
reino por un poco de caballo’ o ‘El cazador de elefante’. El exitoso grupo La
Raíz también ha dejado plasmada su opinión sobre la realeza a lo largo de su
discografía. Destaca el tema ‘Rueda la Corona’. El artista, Enrique Villarreal,
más conocido como ‘El Drogas’, antiguo líder de Barricada, recuerda en el
estribillo de la canción ‘Como elefantes’: ‘Vamos a desahuciar a la Casa Real’.
Y los valencianos Skaparàpid, en la canción ‘Que trabaje el rey’, basan en un
himno la crítica a la figura de la monarquía”.
Saúl Zaitsev, miembro de La Insurgencia,
ha sido condenado a seis meses y un día por sus canciones de rap.
En una entrevista
aparecida el pasado jueves en Público, Saúl Zaitsev, miembro del colectivo La
Insurgencia, anuncia que recurrirán la sentencia de la Sala de Apelaciones de
la Audiencia Nacional que rebaja la pena de prisión de dos años de cárcel por
enaltecimiento del terrorismo a seis meses y un día. Saúl tiene 21 años y es
uno de los 12 de La Insurgencia. La noticia fue recibida con el colectivo con
“cierto alivio”, pero añadió: “No aceptamos ni un solo euro de multa por hacer
canciones ni mucho menos un solo día de condena a prisión”, señalando que, en
caso de que sea necesario, acudirán al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El
magistrado, Enrique López, considera que las canciones de este grupo son una
forma de “discurso de odio” ya que “de forma indirecta incitan, alientan e instigan
a la violencia terrorista, y por ello, generan un peligro o riesgo de comisión
de actos violentos”. Sin embargo, Saúl considera que el odio y la violencia
llega desde las instituciones contra la juventud y los barrios obreros. “No
estamos contentos -ni mucho menos, responde a Alejandro Torrús-. Pero sí hay
una parte de alivio. Ahora podemos pelear por nuestra inocencia sabiendo que no
iremos a prisión. Estamos esperando a ver qué dice el abogado y saber si el
fiscal recurre o no recurre. No aceptamos ni un solo euro de multa por hacer
canciones ni mucho menos un solo día de condena a prisión No podemos aceptar
esta condena porque sería estar conforme con la comisión de un delito y no lo
estamos. No consideramos que hayamos hecho nada que merezca un castigo de
prisión. Lo que nosotros hacemos es una actividad artística, que es el rap.
Otros jóvenes hacen grafitis o tatuajes o lo que sea. Nosotros nos expresamos
de manera artística como hace cualquier joven y como han hecho otras
generaciones de jóvenes. Obviamente, los jóvenes de izquierdas tendemos a una
cultura revolucionaria o a una ideología más bien libertaria. El problema es
que estamos viendo cómo quieren reprimir esas manifestaciones culturales o
políticas de la juventud. El Estado ha demostrado ser fascista. Lo que genera
rabia y genera odio no es nuestro rap, es la opresión del sistema. Genera rabia
que hayamos tenido un 50% de paro juvenil o que haya familias con los dos
padres en paro. Genera rabia la represión policial o que montes un grupo para
cantar todo esto que te digo y te intenten meter en prisión. Eso es lo que
genera odio”.
Don Juan Carlos ante las barricas destinadas a la Casa Real.
Las Cortes protegen al
rey emérito gracias a la inviolabilidad en los tribunales. Pero, el blindaje del
PP, PSOE y Ciudadanos en el Congreso, así como el bloqueo de las
investigaciones sobre el caso, no paraliza todas las sospechas sobre el monarca
y persiste la pregunta hasta el final: ¿es el rey Juan Carlos un delincuente?
Es la pregunta que Iker Armentia se hizo el 7 de
septiembre en Eldiario.es. “Después de habernos pimplado las copas de vino de
la cata con la que culmina la visita a las bodegas Cvne en Haro (La Rioja),
procedimos a echar un vistazo a los hitos enmarcados que colgaban de las
paredes. Entre ellos, destaca una carta firmada a mano por el rey Juan Carlos
-en 2004, cuando no era emérito- en la que, con mucha cortesía, viene a pedir a
la bodega que invite a una ronda (o eso es lo que parece, un ‘simpa’ al estilo
regio, aunque puede que el vino fuera costeado por los Presupuestos Generales
del Estado, nunca se sabe). En la misiva -que las bodegas Cvne expone con
orgullo-, Juan Carlos de Borbón se dirige al vicepresidente de la empresa,
Víctor Urrutia, en los siguientes términos: ‘Abusando de vuestra amabilidad y
siempre que ello fuera posible le agradecería dijese al presidente, además de
lo que pedí en diciembre de 2002 sobre el embotellado en mágnum, si se podrían
embotellar algunas doble mágnum, ya que ello me daría oportunidad de poder
obsequiar a familiares y amigos y, de esta manera, hacerles partícipes de tan
buen Rioja”. El 4 de marzo del 2017, Silvia Taulés publicaba en el diario El
Español el reportaje “Las barricas privadas que Juan Carlos I y Felipe VI
tienen en varias bodegas”. En él recuerda lo que Carlos Moro, fundador de las
Bodegas Matarromera, contó tanto de Juan Carlos I como Felipe VI. “Que son unos
grandes aficionados al vino y cuentan incluso con sus colecciones privadas en
las cavas de esta empresa DO Ribera del Duero. Y no es la única”. Matarromera
y Marqués de Riscal son dos de las empresas vinícolas que destinan parte de su
producto a los monarcas. Cuando el rey emérito abdicó, brindó con su hijo con
un Castillo de Ygay 1925, de 250 euros la botella. “Es probable -recuerda Iker
Armentia- que el rey emérito haya abusado de la amabilidad de mucha gente pero
no es menos cierto que muchos de quienes fueron abusados por su amabilidad lo
hicieron con honra, como miembros dignos de la Corte, como la treintena de
empresarios mallorquines que le regalaron un yate por el que pagaron 18
millones de euros. O como la familia Urrutia de las bodegas Cvne que publicita
con satisfacción las comandas de su majestad. Los Urrutia, como los Bergareche
y los Ybarra, son familias de Neguri ricas y poderosas, vinculadas a Vocento,
el grupo de comunicación más monárquico del país, editor del ruinoso Abc y el
exitoso El Correo, entre otros. En sus páginas se han escrito algunas de las
más excelsas hagiografrías sobre el rey Juan Carlos”.
Don Juan Carlos degusta un vino en la
inauguración de las nuevas bodegas de Marqués de Riscal.
“Alfonso XIII fue rey
borbón, fumador y putero que hacía trampas en las apuestas de los galgos y
tenía halitosis y el barman Emile del Hotel París de Montecarlo le puso su
nombre a un cóctel hecho con ginebra y dubonet”, arranca el umbraliano relato
que deja algunos pasajes desternillantes: “Cuando se proclamó la República en
1931, el rey quemó su colección de fotos de chavalas en cueros, dejó a la familia
en la cama, recibiendo pedradas y guardada por veinticinco alabarderos (...) y
puso rumbo a Marsella, donde llegó a las tres de la mañana y se quejó de que
estuviesen cerradas las casas de putas”. El texto, escribe Iker Armentia, no
tiene pretensiones revolucionarias antimonárquicas. Es un texto culto, guasón y
literario sobre un monarca que reinó hace casi 100 años. En el mismo recuerda
al escritor Martín Olmos, despedido de El Correo por escribir un artículo
titulado “El rey golfo”. No era un artículo sobre Felipe, ya entonces rey de
España, ni sobre Juan Carlos, ni siquiera sobre su padre don Juan. Martín Olmos
escribía sobre... ¡Alfonso XIII! “Es un
artículo divertido que a alguien en las altas esferas de Vocento -en la Corte
del rey- no le hizo ni puñetera gracia. Martín Olmos fue llamado a despachos y,
de un día para otro, El Correo fulminó su colaboración de 15 años y de más de
200 artículos. El Correo se lo ventiló poco después de que el escritor fuera
galardonado con el Premio Euskadi de Literatura por el libro ‘Escrito en Negro’
que precisamente recogía una selección de los artículos publicados por el
propio periódico.
Armentia nos recuerda
cómo Juan Carlos siempre fue defendido con entusiasmo hasta que -tras el caderazo
con Corinna- la Corte consideró que la monarquía sólo podría ser salvada si el
rey se sacrificaba y abdicaba en favor de su hijo. “La Gran Recesión y la
crisis política en España habían resquebrajado el discurso unívoco de
exaltación sobre la figura del rey Juan Carlos. Algunas de las informaciones
sobre la fortuna del rey, que sólo se publicaban en medios extranjeros o en
libros semiclandestinos, empezaron a tener eco en la opinión pública española.
El relato único se había roto y se empezaba a hablar de los negocios sucios de
la monarquía con Urdangarin a la cabeza. Los años dorados del rey Juan Carlos
han pasado a mejor vida -ya no lo invitan ni al superaniversario de la
Constitución- pero eso no quiere decir que la Corte que lo mimó y protegió haya
dejado de hacerlo. La última misión imposible encomendada a la Corte ha sido
salvar al rey Juan Carlos de las investigaciones sobre diversos trapicheos
destapados en una conversación de Corinna Zu-Wittgenstein con el siniestro
comisario Villarejo: el cobro de presuntas comisiones ilegales por el AVE a La
Meca, una supuesta fortuna escondida en Suiza, propiedades en Marruecos,
amnistías fiscales. El juez Diego de Egea archivó la pieza que investigaba el
contenido de esas grabaciones porque, en el momento al que atañen los hechos,
el rey emérito era inviolable. Sobre esta cuestión hay diferencias de
interpretación jurídica. ¿Es el rey inviolable para todos sus actos o sólo para
aquellos que ejerce como jefe de Estado? La inmensa mayoría de la Corte interpreta
que Juan Carlos está libre de ser investigado. Pero, cerrada, por el momento,
la vía judicial, existía la paralela. El rey podía estar protegido de la
actuación de la justicia, pero no del derecho al conocimiento que pueden
ejercer nuestros representantes políticos. Pero esa puerta también se ha
cerrado hace unos días semana. La Corte del rey -PP, PSOE y Ciudadanos, en la
mesa del Congreso de los Diputados- rechazó debatir la creación de una comisión
de investigación sobre las actividades sospechosas de Juan Carlos. La Corte no
quiere levantar las alfombras porque allí no sólo está el rey sino todos los
que le ayudaron, encubrieron o miraron para otro lado y, en último término, está
en juego el relato oficial sobre el papel de la monarquía en España en los
últimos 40 años. Hay muchos intereses en
juego. La Corte protege al rey emérito gracias a la inviolabilidad en los
tribunales y al blindaje en el Congreso, pero, paradójicamente, al bloquear las
investigaciones, esa misma Corte extiende la sospecha sobre el monarca y
legitima la pregunta que nos viene a los plebeyos a la cabeza: ¿es el rey Juan
Carlos un delincuente?”.
El rey Juan Carlos pretendía
comparecer en las celebraciones del 40 aniversario de la Constitución, pero no
se registró ni una sola referencia en sus palabras, ni en las de la titular del
Congreso, Ana Pastor, sobre el papel jugado por la Corona en estas cuatro
décadas. Las grabaciones del excomisario Villarejo, difundidas por 'El Español'
y 'OK diario', forzaron a arrinconar a don Juan Carlos lejos de los actos
oficiales. A principios de este mes, la Casa Real mantenía un prudente silencio
sobre sus planes. Ni una sola mención al
'timonel' de la monarquía. El primer acto de la marginación ocurrió el año pasado,
con los cuarenta años de las primera selecciones democráticas. “Estaban hasta
los nietos de la Pasionaria”, comentaban algunos SMS cursados desde el móvil de
don Juan Carlos a amigos y periodistas. “La auténtica versión de los hechos
-comenta José Alejandro Vara, en Vozpópuli- es que el rey padre
asumió su sacrificio y aceptó su ausencia, luego de conversar con su hijo.
Pero, al seguir la ceremonia por televisión, se encendió y organizó una sonora
protesta. Iba a ser este año el del lavado de imagen de don Juan Carlos, el de
su restitución pública. Cumplió 80 años en enero. Su esposa, la reina doña
Sofía, los cumple en noviembre. La Carta Magna llega a los 40, en diciembre.
Una acumulación de efemérides ideal para restitución de la imagen de la
Institución, sumamente dañada tras los episodios de la cacería de elefantes en
Botsbuana. Pero, el estallido de las cintas de Corinna echó por tierra estos
planes. El papel del rey emérito volvía a estar en cuestión. De nuevo, saltaron
las dudas en Zarzuela que, ahora, empiezan a quedar despejadas. Don Felipe
quiere rendir a su padre el homenaje que se merece. Salvo un nuevo sobresalto,
se da por hecho que don Juan Carlos asistirá, al menos, al acto institucional
del 6 de diciembre, con el que culminará un programa que arranca la semana
próxima. Conciertos, exposiciones, libros, conferencias... una oferta muy
completa que, en su momento, preparó Soraya Sáenz de Santamaría y que ha
rematado ahora el equipo de Carmen Calvo. Faltan algunas piezas por encajar. El
rey padre recibirá, casi con toda seguridad, los honores que le corresponden
como uno de los principales protagonistas de la Transición y de la
Constitución. Los partidos democráticos de la Cámara están mayoritariamente de
acuerdo. Los nacionalistas y la extrema izquierda se muestran algo
refractarios. Pablo Iglesias, por ejemplo, no asistió a la presentación oficial
de los festejos. Los nacionalistas, tampoco. Don Juan Carlos, esta vez, parece
que no tendrá que ver la ceremonia por televisión”.
Unidos Podemos registró,
hace unos días, un escrito de reconsideración a la Mesa del Congreso sobre la
desestimación de la “comisión relativa a las ilegalidades cometidas por el
rey”. Desde el grupo confederal, se mantienen como socios del Gobierno para
llegar a acuerdos sobre políticas sociales, pero aseguran que no se sumarán al
PSOE para “blanquear la corrupción de la Monarquía” junto con el Partido
Popular y Ciudadanos. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, dijo el pasado
jueves que ellos no apoyarán la propuesta del Gobierno para suprimir los
aforamientos mediante una reforma constitucional “si se deja fuera del control
democrático a la Monarquía”. Y pidió al PSOE que rectifique su decisión de
impedir una comisión parlamentaria que investigue las presuntas actividades
ilícitas del rey emérito. “Es impresentable excluir de los aforamientos al jefe
del Estado para actos no refrendados por ministros. Esperamos que el Gobierno
lo reconsidere o no contarán con nuestro apoyo”, aseguró Pablo Iglesias en
rueda de prensa en el Congreso.
El rey emérito.
Rosa María Arta habla, en
Eldiario.es, de la “inviolabilidad del Rey”. “PP, PSOE y Ciudadanos vetaron una
comisión de investigación sobre las revelaciones robadas a Corinna. Las habría
grabado el comisario, José Villarejo, investigado, y en prisión, por sus
negocios, usando las Cloacas del Estado. La ex amante del Juan Carlos I dijo en
ellas que el Rey cobraba comisiones ilegales, la utilizaba de testaferra, y que
tenía dinero oculto en Suiza. Una información difunda en interés de Villarejo. Pero, ni el monárquico ABC le ha
dedicado una línea. El País nos avanzó, sin mencionar la visita a Riad con
embajador de por medio, que ‘el juez estudia excluir a Juan Carlos I del ‘caso
Villarejo’. Los hechos se produjeron cuando el anterior Rey era inviolable’, añadía.
Y se nos volvía a advertir que ‘parte de la nueva información escrutada es 'muy
sensible' y afecta a la seguridad del Estado’.
Pocas horas después, la Fiscalía Anticorrupción pedía archivar la pieza
sobre Corinna. Y eximía al Rey Juan Carlos de cuanto apuntaba Corinna. A
continuación, el juez archivaba la pieza (…) Lo cierto es que la inviolabilidad
del Jefe del Estado no parece un concepto aplicable a democracias del Siglo
XXI. Mucho menos –por innecesaria– en aquellos en los que su papel es, según la
Constitución, representativo y ‘reina pero no gobierna’. Tampoco se entiende,
en ningún caso, que actividades privadas queden bajo el amparo de la
inviolabilidad del cargo. ‘Afecta a la Seguridad del Estado’, nos dicen. ¿Por
qué? ¿Hay que salvaguardar una imagen de limpieza o es por algo más que los
súbditos no debemos conocer? ¿Por qué, en su caso, habría que proteger una
imagen de limpieza si no fuera cierta? La monarquía de los Borbones ha gozado,
sin duda, de otra inviolabilidad: la mediática. Juan Carlos era un rey
campechano, mujeriego, que había incrementado su fortuna desde la nada, y a eso
se reducía cuanto había que saber. Todos, hasta los periodistas, porque existía
el acuerdo tácito de ese silencio reverencial y excepcional para lo poco que trascendiera
(...) Es de suponer que alguien, en el Estado y en la propia familia real lo
sabía. Pero era otro terreno vedado. Y
Corinna es la misma persona que viajó a Riad en representación del jefe del
Estado y fue acompañada por el embajador en sus gestiones. La Corona tiene más
protección jurídica que ninguna otra Institución. Dentro de una legislación que
el PP reforzó en sus aspectos más restrictivos. Recordemos que, incluso, en
2016, PP, PSOE y Ciudadanos rechazaron despenalizar el delito de injurias al
Rey, un anacronismo absoluto”.
La discutida inviolabilidad del Rey.
Fernando
López Agudín titula en Público “Delincuencia real e inviolabilidad del Rey”
“Delincuencia real e inviolabilidad del Rey -escribe- es un binomio
insoportable e insostenible. Lo fue en una transición donde aquella correlación
de fuerzas era netamente desfavorable para los intereses populares, pero en la
España actual y, sobre todo de mañana, carece de futuro. Aún lo es, ahí está
ahora la inexistente investigación parlamentaria sobre Juan Carlos I o el
silencio sonoro de la Fiscalía General del Estado sobre las cintas de la
conseguidora Corina, pero es el canto del cisne inviolable. Si una magistratura
vitalicia, más aún hereditaria, siempre ajena a la renovación, lo tiene muy
difícil, cabe afirmar que lo tendrá imposible si pretende continuar disfrutando
de la inviolabilidad. No es casual que la complicidad existente, durante los
últimos cuarenta años, entre los medios de comunicación impresos y la Zarzuela,
sea ahora casi inexistente, a excepción claro está de diarios como La
Vanguardia y ABC. Que el Rey sea políticamente irresponsable en una Monarquía
Constitucional es un principio político atávico que debiera figurar, junto con
el hacha de bronce, en ese Museo de las Antigüedades Políticas que imaginaba
Engels. Esa fórmula de la inviolabilidad, de gran tradición monárquica, se
plasma en la sentencia británica de que “el Rey no puede cometer injusticia”
(the King can do not Wrong), que aquellos hombres de hierro de Cromwel
corrigieron con el hacha en 1640. Puede que el atraso histórico de la sociedad
española explique la razón por la cual aún no se ha resuelto en las urnas el
dilema entre Monarquía y República, pero
desde luego lo que no explica de ningún
modo es que todavía se siga defendiendo que el Rey sea inviolable”.
Tensión entre pensionistas y policías
Más de doscientos
pensionistas protagonizaron el pasado miércoles momentos de tensión a las
puertas del Congreso al intentar romper un nutrido cordón policial. Los
jubilados habían convocado una concentración en la Plaza de las Cortes, a las
puertas del Congreso de los Diputados, demandando la vinculación por ley de las
pensiones al IPC. Sin embargo, al llegar al lugar de cita para la
manifestación, una docena de furgones policiales impidieron el acceso a las
inmediaciones del Parlamento. Lo primero que los pensionistas descubrieron fue
que las vallas que les separaban de la entrada del Parlamento estaban colocadas
mucho más lejos de lo habitual. No se les permitía manifestarse ante las
puertas del Congreso como llevan meses haciendo. Fue el inicio del enfado de
los manifestantes, que intentaron tirar las vallas que les separaban de la
Policía para intentar acceder a las puertas del Congreso, mientras los policías
antidisturbios bloqueaban el acceso de los jubilados empujándoles. La Policía
les impedía la entrada a la Carrera de San Jerónimo y, aunque, en algún
momento, lo consiguieron, los agentes antidisturbios colocaron de nuevo las
vallas en su lugar, aumentando la tensión, registrándose algunos
enfrentamientos entre Policías y manifestantes. De hecho, estos últimos
aseguran que han sido tratados con violencia o excesiva fuerza. “Nosotros
-explica Leopoldo Pelayo, portavoz de la Coordinadora de Pensionistas de
Madrid- actuamos de forma pacífica. Era la primera vez que no nos dejaban pasar
a la Plaza de las Cortes a manifestarnos. Incluso se nos permitió con el
Gobierno del PP. Pero esta vez, la Policía no parecía dispuesta a dejarle
pasar. Y se aplicaron aún más al ver cómo derribaban las barreras protectoras.
Los manifestantes protestaron gritando “El PSOE nos está tratando como
delincuentes. Está deteriorando nuestro derecho a la libertad de expresión y no
lo vamos a permitir”, “Estáis pegando a vuestros abuelos” o “Somos
pensionistas, no terroristas”.
Ocho representantes de la
Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones entraron a
la sesión de control del Gobierno en el Congreso de los Diputados, para
escuchar cómo Yolanda Díaz, diputada de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea
interpelaba al Gobierno de Pedro Sánchez sobre la revalorización de las
pensiones. Y entregaron un documento con sus demandas. Los manifestantes
condenaron las declaraciones de la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio,
quien rechazó vincular por ley las pensiones al IPC sin consenso en el Pacto de
Toledo. “Dijeron que lo iban a revalorizar -explicó Gerardo Ruíz, portavoz de
los pensionistas de Móstoles- pero no nos conformamos. Es muy fácil, queremos
el IPC real, como pasaba antes de la crisis. Creemos que el Pacto de Toledo
está ya superado y están tratando de engañarnos una vez más”. Al salir del
Parlamento, la Policía impidió a los ocho pensionistas atravesar las vallas
para acceder a la concentración de sus compañeros y tuvieron que dar un rodeo
por las calles aledañas. “He intentado negociar con la Policía para que nos
dejaran salir por donde está el vallado -se lamentó Ruiz-, de manera que nos
pudieran recibir nuestros compañeros. Pero nos lo han impedido. Nos tienen por
terroristas”. Juan, de la Asociación de Pensiones Dignas Ya de Fuenlabrada,
denunció “la maniobra de la policía borbona”, ya que los pensionistas solo
están pidiendo “un salario justo” y merecen “respeto” por haber cotizado
“durante 45 años”. Y denunció “la represión sistemática en todos los aspectos
relacionados con los Derechos Humanos” mientras existen “17.600 aforados en
España”, una cifra sin comparación en Europa.
Un pensionista se quejó
del trato recibido por la Policía. “Me han pegado. Un policía muy chulo me ha
metido los codos en el pecho. Los otros eran más moderados. (…) Ha cogido y me
ha pegado una patada en los gemelos”. Pablo Iglesias, líder de Podemos, salió
del Congreso de los Diputados para acercarse a los manifestantes y actuar como
mediadores entre la Policía y los pensionistas y mostrarles sus apoyos. Sin
embargo, un agente le advirtió a que tuviera cuidado pues, según él, los
pensionistas eran violentos. Iglesias le contestó: “Hombre, muy agresivos...
Son pensionistas”. Dijo que lo hay que hacer es aplaudir a
esta gente y no empujarla y agredirla. “No se merecen antidisturbios sino
aplausos”. A la concentración también se
unieron el diputado de En Marea Antonio Gómez-Reino; el secretario de Relación
con la Sociedad Civil y Movimientos Sociales de Podemos, Rafa Mayoral; el
diputado de la formación morada, Alberto Rodríguez, entre otros. Pese a esta
mediación, los pensionistas no han podido llegar hasta la puerta del Congreso.
Fue el momento en que uno de los agentes advertía a los diputados de Podemos de
la violencia de los manifestantes pensionistas. Pese a sus palabras, Iglesias
conversó con varios pensionistas y criticó que se hubiera recibido a
“empujones” a nuestros mayores. “No se puede recibir a la generación de la
democracia a empujones. A esta gente hay que abrazarla y respetarla porque, sin
ellos, no hubiera sido posible la moción de censura” que expulsó a Mariano
Rajoy de La Moncloa. En la misma línea el diputado de Podemos, Alberto
Rodríguez se quejó de la actitud de la Policía y tachó de “inadmisible” que no
se permitiese a los pensionistas protestar a las puertas del Congreso bajo un
Gobierno socialista. Los agentes han trasladado a los diputados morados que,
por motivos de seguridad, no permitirían a los pensionistas avanzar un paso
más. Entre las consignas más coreadas: “¡PSOE, PP, la misma mierda es!”, “¡No
se ven diputados del PSOE”!, “¡No somos terroristas, somos pensionistas!” y
“Queremos la pensión del padre del Borbón”. Los manifestantes defendían también
“romper el Pacto de Toledo” y jalearonn al líder de Podemos: “¡Pablo, Pablo,
presidente”!
La
Justicia belga deja a Valtony, en libertad.
Las fotomontajes y las imágenes más sorprendentes de esta semana:
Dijo o pensó Aznar: Franco estaría orgulloso de nosotros.
Indignante artículo de Arcadi Espada, cofundador y promotor de
Ciudadanos.
El tuit de Hermann Tertsch sobre Teresa Rodríguez que tuvo que borrar.
Sorpresón, la justicia belga rapea a favor de Valtonyc. No tardaremos en escuchar criticas contra Bélgica…
No solo hay que sacar a Franco del Valle de los Caídos, también hay que sacarlo del ejército, del poder judicial, de la Iglesia, de la dirección de la policía y de la Guardia Civil.
Los pensionistas dándonos
otra vez una lección de lucha y de dignidad.
Otoño, en el país del Sol naciente.
Vio las armas de destrucción en Irak, pero no vio a Correa en la boda de su hija, ni los sobres de dinero negro en su bolsillo...
El humor en la prensa de
esta semana: El Roto,Peridis, Manel F.,Vergara, J. R. Mora, Pedripol, Eneko, El
Malagón, Pat, Atxe…
Cría cuervos.
Inesperado
Pep Roig, desde Mallorca:
Illes Balears, los últimos de la fila y pagando, Vuelven los jarrones chinos, Atraco a recibo,
Experiencia, Aforramiento, Mal genio y figura.
Los vídeos de esta semana.
Mix - Ska-P - Jaque al Rey Mix - Ska-P - Jaque al Rey Skaparapid-Que trabaje el rey ELGIO - NECESITO EXPRESARME || VIDEOCLIP Altercados en la protesta de pensionistas a las puertas del Congreso de los Diputados Tensión a las puertas del Congreso en la manifestación de pensionistas Tensión en el Congreso entre pensionistas y policía Polònia - 20/09/2018
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