Interior de la catedral de la Almudena.
La hija de Francisco
Franco, Carmen Franco, adquirió en 1987 una tumba “a perpetuidad” en la cripta
de La Almudena donde podrían reposar los restos del dictador cuando,
finalmente, sea exhumado del Valle de los Caídos. Una tumba en la que cabrían
hasta seis cuerpos, que no fue un regalo de la diócesis sino comprada por
“Camencita” por unos 150.000 euros, según Jesús Bastante en Eldiario.es. “Está
situada en la girola del templo, a la izquierda de la entrada, y se adorna
todos los días con flores frescas con los colores de la bandera española.
Estuvo vacía hasta que, en 1998, se trasladaron allí los restos del marqués de
Villaverde, yerno de Franco. En diciembre pasado, fallecía Carmen Franco, quien
fue enterrada junto a su esposo. Y, ahora, los nietos del dictador pretenden
que su abuelo haga lo propio debajo de un templo que fue inaugurado, en 1993,
por Juan Pablo, convirtiéndose en la primera catedral del mundo bendecida por
un Papa. El hipotético enterramiento de Franco en la cripta de La Almudena
(que, en la actualidad, recibe, según su vicario, Joaquín Iniesta, unas 800
visitas diarias que donan ‘voluntariamente’ un euro por persona), podría
convertir el edificio anexo a la catedral en un nuevo memorial del franquismo o
en un lugar de peregrinación de los grupos de ultraderecha. Desde el
arzobispado se observa con preocupación esta posibilidad, aunque el cardenal,
Carlos Osoro, quien no se opuso a la salida de Franco del Valle de los Caídos,
señala que tiene las manos atadas. A través de distintos conductos, la Iglesia
sí hizo llegar su desazón al Ejecutivo, pero insiste en que el espacio es de la
familia y no se puede impedir la inhumación (…) Solo a partir del Concilio, y
especialmente con la llegada al papado de Pablo VI (quien llegó a firmar una
carta de excomunión para el dictador, cuando éste quiso expulsar de España al
obispo de Bilbao, Antonio Añoveros), la Iglesia comenzó a trabajar para el
futuro de la sociedad española después de Franco. Fue en las iglesias (única
institución con derecho de reunión en la España franquista), y en sus salones,
donde se reunieron algunos de los líderes de la lucha antifranquista. Pero la
Iglesia no perdió sus privilegios entonces, ni después de la muerte del
dictador. Así, tanto la Constitución de 1978 como los Acuerdos Iglesia-Estado
de 1979 mantuvieron la preponderancia de la institución por encima de cualquier
otra confesión religiosa u organización política o social. Cuarenta y tres años
después de la muerte de Franco (se cumplen el 20 de noviembre), la Iglesia y el
dictador parecen condenados a mantener unidos sus vínculos, aunque sea a través
de una tumba”.
Calvo admite que el Gobierno no puede impedir que Franco sea enterrado
en la cripta de La Almudena.
La vicepresidenta del
Gobierno, Carmen Calvo, ya ha admitido que el Ejecutivo no puede impedir que
los restos del dictador Francisco Franco sean trasladados a la cripta anexa a
la Catedral de la Almudena de Madrid, si la familia los lleva allí y la Iglesia
no se opone al respecto. Los nietos de Franco plantean que ese sea el lugar al
que sea trasladado el cadáver cuando sea exhumado del Valle de los Caídos. En
una entrevista en Onda Cero, recogida por Europa Press, Calvo explica que el
Ejecutivo sólo tiene capacidad para exhumar a Franco del Valle de los Caídos,
un monumento que, a diferencia de la Catedral de la Almudena, pertenece a
Patrimonio Nacional. La vicepresidenta subraya que lo más importante es que los
restos no reposen en un monumento público. Únicamente en caso de que la familia
no se hiciera cargo de ellos, el Ejecutivo podría decidir su nueva sepultura. Ésta
no sería la cripta de la Catedral de la Almudena, sino otro lugar que el
Ejecutivo no ha revelado. El panteón de los Franco, con capacidad para entre
cuatro y seis cuerpos, no fue un regalo de la diócesis sino comprado por “Carmencita”.
Una de las tumbas de la cripta estuvo vacía hasta que, en 1998, se trasladaron
allí los restos del marqués de Villaverde, yerno de Franco. El diciembre
pasado, Carmen Franco fue enterrada allí junto a su esposo y, ahora, los nietos
del dictador pretenden que su abuelo (y, posiblemente su mujer, Carmen Polo,
hoy enterrada en Mingorrubio, un cementerio privado sufragado por Patrimonio
Nacional) haga lo propio debajo de este templo inaugurado en 1993 por Juan
Pablo. La jugada de los nietos de Franco de optar por la cripta para que reposen
los restos de Francisco Franco parece factible. La decisión, legal y que
acataría el decreto ley aprobado por el Gobierno el pasado mes de agosto, ha
suscitado la preocupación del arzobispado de Madrid, que teme que el templo
pueda convertirse en el mausoleo del dictador o, cuando menos, un lugar de
peregrinación de nostálgicos del régimen. Algo que también teme el Gobierno, cuyo
objetivo principal es que el dictador salga de Cuelgamuros.
Mausoleo de los Franco, en el cementerio de Mingorrubio.
La tumba en la que está
enterrada Carmen Polo, esposa del dictador Francisco Franco, en el cementerio
de Mingorrubio (Madrid), desde su fallecimiento, en 1988, es propiedad de
Patrimonio Nacional. Lo confirman fuentes del organismo a Público, en donde
Alejandro Torrús escribe: “La tumba en la que está enterrada Carmen Polo es
propiedad de Patrimonio Nacional”. Éste autorizó la inhumación en esta cripta
de los restos de la viuda del dictador. La capilla-mausoleo fue construida con
fondos públicos “por orden de la Superioridad”, a partir de 1969, con el
socialista Felipe González en el Gobierno. Documentos publicados en
Madridiario, en 2016, muestran que “los Franco no han aportado ninguna
documentación que acredite que la sepultura de Carmen Polo sea propiedad de la
familia”. Y explican cómo se gestó la construcción de la capilla y de la cripta
que alberga la tumba, con dinero público del Ayuntamiento de Madrid, con alrededor
de 11,5 millones de pesetas de la época. Los documentos también dejan ver que “la
cripta fue ornamentada de forma lujosa y que la adjudicación se realizó a dedo,
saltándose los trámites administrativos”. La gran duda que despierta la
titularidad pública de la tumba de Carmen Polo es si este hecho ha sido
determinante para que, finalmente, se descartara enterrar al dictador Francisco
Franco en este lugar. Fuentes jurídicas indican que hubiese sido “contraproducente”
para el Ejecutivo exhumar a Franco del Valle de los Caídos, propiedad de
Patrimonio Nacional, para inhumarlo de manera inmediata en esta tumba del
cementerio de Mingorrubio que también pertenece a Patrimonio Nacional. La
mencionada capilla se encuentra cerrada a cal y canto “por el deterioro del
techo de madera”. Una cripta prácticamente abandonada en la que “solo entra un
administrador de los Franco y deja un ramo de flores cada Día de Todos los
Santos”.
Francis
Franco, el dictador Francisco Franco y Carmen Martínez Bordiú.
Pero, mientras la tumba
de Carmen Polo de Franco se pudre y la exhumación del dictador sigue sus
trámites, su familia más cercana explota su patrimonio, heredado de la
dictadura con parkings o apartamentos turísticos para hacer crecer sus millones
y vivir en el lujo. Así lo describe Daniel Fernández en ElPlural.com, bajo el
título: “Los Franco S.A., todo el dinero de los descendientes del dictador”,
publicado el pasado 25 de agosto. “Con los expolios de la Guerra Civil, los
regalos durante la dictadura o con la ingeniería fiscal que comenzó a diseñar
en los años 50, la familia Franco ha conseguido permanecer como una de las
casas más acaudaladas del país, aumentando su fortuna tras la muerte del
dictador. En el año 75, el patrimonio de la familia se estimaba entre 1.000 y
20.000 millones de pesetas a pesar de que muchos de sus pasivos estaban
valorados a la baja. Actualmente se calcula que poseen en torno a 500 millones
de euros, gracias también al expolio de los antifranquistas y a una legalidad
que no reconocía el tráfico de influencias. Haremos un repaso del patrimonio
que se le conoce a los descendientes del dictador, pese a que, desde sus
inicios, ya se escondía en entramados de empresas, utilizando la figura de los
testaferros mediante personalidades de la dictadura como José María Sanchís,
Luís Gómez y otros empresarios del régimen. Esta anómala situación, impensable
tras las dictaduras en otros países europeos o latinoamericanos, se hace
posible en España gracias a una transición dirigida preeminentemente por altos
cargos y exministros franquistas y que, se materializa en los cuadros de la
derecha española donde encontramos a numerosos descendientes de la aristocracia
del régimen. De hecho, este fue uno de los costes de la modélica transición
española, que vetó la investigación sobre el patrimonio familiar por parte de
Hacienda. También han contribuido las amnistías fiscales, como la del Gobierno
de Mariano Rajoy, en 2012, con la que la familia regularizó 7,5 millones de
euros, sacando a la luz apartamentos y chalets a lo largo y ancho de la
geografía española, a través de Sociedades como Comercial Flores S.A.”.
Colectivos de Memoria
Histórica, víctimas del franquismo y partidos como Podemos e IU, han suscrito
una carta que ha sido entregada al presidente del Gobierno para pedirle que los
restos del dictador no estén ni en el Valle de los Caídos ni en la catedral de
la Almudena. “Ni Valle, ni Almudena. Madrid sin Franco” rezaba el eslogan de la
manifestación que diferentes colectivos de Memoria Histórica, víctimas del
franquismo y organizaciones vecinales, convocaron el jueves, 25 de octubre.
Todos ellos presionaron al Ejecutivo de Pedro Sánchez para que los restos del
dictador salieran del Valle de los Caídos y no acabasen, tal y como desea la
familia, en la Catedral de La Almudena, ubicada en pleno centro de Madrid. La manifestación comenzó en la Puerta del Sol
y concluyó en la Catedral de La Almudena, en pleno centro de la ciudad, donde
la familia de Franco quiere enterrar al dictador en caso de que finalmente sea
exhumado del Valle de los Caídos, tal y como decretó el Gobierno con el apoyo
del Congreso. Las organizaciones memorialistas y de víctimas del franquismo
suscribieron la carta en la que le piden al presidente del Gobierno que los
restos del dictador sean exhumados del Valle de los Caídos y no sean enterrados
en la Catedral. Otra copia de la misiva fue posteriormente entregada al arzobispo
de Madrid, Carlos Osorio, y a la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena. “El
entierro de Franco en La Almudena, un lugar público a pocos metros de la Plaza
de Oriente, donde la dictadura organizaba los actos de exaltación del régimen,
supondría una vejación y una humillación para miles de víctimas del franquismo,
para sus familias, y para el conjunto de la sociedad”, escribió Julián Rebollo,
miembro de la Plataforma contra la Impunidad del franquismo, en la misiva, apoyada
por cerca de una cincuentena de organizaciones. En ella se advierte que La Almudena
podría convertirse “en un centro de peregrinación de los nostálgicos del
franquismo y de los fascismos europeos, y como respuesta, en un lugar de
movilización antifascista”. Y solicita que se tomen “las medidas necesarias
para que Franco, tras la salida del Valle de Cuelgamuros, no sea enterrado en
la catedral de La Almudena”.
"El posible traslado a
Franco al centro de Madrid no es una cuestión de ideología, sino de democracia
y todo el mundo debería oponerse”, explica el presidente del Foro Memoria de la
Comunidad de Madrid, Miguel Muga. “La familia debería enterrar al dictador en
un lugar privado, con su dinero y fuera del centro de Madrid. En Alemania, los
restos de Rudolf Hess (dirigente nazi) fueron tirados al mar por un acuerdo
entre la familia, la Iglesia y el Gobierno porque su tumba se estaba
convirtiendo en un lugar de peregrinación fascista. Aquí el problema es que los
franquistas ganaron la guerra, las familias se quedaron con todos los
privilegios y con un gran patrimonio que nunca se ha explicado de donde
procede, por lo que siguen intentando mantener el franquismo en la sociedad”,
añade. En su carta al Gobierno, los colectivos memorialistas explican los
motivos para oponerse al entierro de Franco en el centro de la capital.
Recuerdan que fue “un general golpista que instauró una dictadura y secuestró
la soberanía nacional por fuerza durante 40 años”, mientras que fue “el máximo
responsable de represión y terror ejercido de múltiples formas sobre cientos de
miles de personas”. Si la idea de trasladar el cuerpo a la Catedral de la
Almudena se llegara a concretar, sería “un atentado grave contra los familiares
de las víctimas en un país donde existen por lo menos 2.300 fosas comunes y
120.000 desaparecidos”, explica Julian Rebollo, de la Plataforma contra la
impunidad del franquismo. Al estar Franco enterrado a pocos metros de la Plaza
de Oriente, donde la dictadura organizaba los actos de exaltación del régimen,
los colectivos memorialistas coinciden en que esto no solo es “una vejación y una
humillación para miles de víctimas del franquismo y para sus familiares, sino
para el conjunto de la sociedad”. Y, en la carta de protesta enviada a las
distintas instituciones, defienden que el entierro del dictador en el centro de
Madrid tendría “consecuencias enormemente negativas” para la imagen de la
capital y para “la convivencia de los vecinos y vecinas de la ciudad y sus
visitantes”. Según recuerda Concha Díaz de Amical de Mauthausen –una asociación
de recuerdo de los españoles enviados a campos de concentración nazis– Franco,
conjuntamente con el Gobierno francés, fue corresponsable de las deportaciones
de estas víctimas. En su opinión, tanto Franco como Primo de Rivera deberían
ser enterrados en un cementerio privado, “el que sea”. Y defienden que el Valle
de Cuelgamuros sea desacralizado, se quite la cruz y se convierta en un lugar
de memoria que hable de la represión franquista y sus víctimas, “al estilo de
lo que se ha hecho en Europa con los campos de concentración”.
Colectivos de memoria
histórica y de víctimas del franquismo, organizaciones vecinales, políticas,
sindicales, y culturales convocaron el pasado jueves una manifestación s entre
la Puerta del Sol y la catedral de Madrid contra el posible traslado y entierro
de los restos del dictador Francisco Franco en la Almudena. Los convocantes de
esta manifestación, entre los que se encontraban “Foro por la Memoria”, “Todos
los niños son también mis niños”, “Plataforma contra la Impunidad del
Franquismo” y “Amical de Mauthausen”, iniciaron una campaña de Change.org
llamada “Franco, fuera de la catedral de la Almudena. ¡Un dictador no merece
privilegios!”, en la que llevaron más de 96.000 firmas. Todos ellos consideran
que “una democracia sana y madura ensalza y rinde homenaje a personas que han
construido una nación a base de valores democráticos, no a quienes han
provocado muerte, sangre, guerra, bombardeos, represión, destrucción, dictadura
y terror. Enterrar a un dictador en un lugar tan privilegiado como la catedral
de la Almudena no es propio de una era democrática”. Por eso llamaron a
despertar conciencia sobre el sufrimiento que causó Franco con el asesinato,
represión y exilio de muchos españoles civiles inocentes, condenados a muerte
por sus ideologías democráticas. “Para que nunca más se vuelva a producir un
golpe de Estado, ni una Guerra Civil, provocadas ambas por Franco, se tiene que
conocer la historia de este país”, aseguran.
La tumba que tiene la familia Franco en el
cementerio público de Ferrol.
El Ayuntamiento de Ferrol
ha notificado a la familia Franco su intención de expropiar el panteón en el
que reposan las cenizas de una hermana del dictador, fallecida a los cuatro
años (Paz); los abuelos paternos (Francisco Franco Vietti y Hermenegilda
Salgado), y una tía (Hermenegilda Franco). En 1967 el entonces alcalde de
Ferrol, Rogelio Cenalmor Ramos, justificó la entrega del nicho a la familia
franco “en atención a la gran deuda de gratitud que esta ciudad tiene contraída
con su hijo más ilustre, el excelentísimo señor don Francisco Franco Bahamonde”.
Algo que el actual regidor, Jorge Suárez, considera contrario a la ley de
Memoria Histórica. El pasado mes de julio, tras el revuelo sobre la decisión de
exhumar a Francisco Franco del Valle de los Caídos, el Bloque Nacionalista
promovió una moción en el consistorio para recuperar la propiedad del panteón
por si a la familia del dictador se le ocurría trasladar a su ciudad natal los
restos. La iniciativa fue aprobada con los votos de Ferrol en Común y el PSOE (PP
y Ciudadanos se abstuvieron), y ahora habría llegado la comunicación oficial a
la familia.
Luis Alfonso Gonzalo de Borbón y Martínez-Bordiu, nieto de Franco
El periódico La Razón
publicaba hace unos días una entrevista con Luis Alfonso Gonzalo de Borbón y
Martínez-Bordiu, nieto de Franco y sobrino segundo del emérito Juan Carlos. El
pretendiente a la Corona de Francia y casi proscrito en la Casa Real española,
afirma que “Más de la mitad de España es franquista”. Y advierte; “Exhumar a un
fallecido sin el consentimiento de los suyos es una profanación y, por tanto,
un delito penal. Tengo mis dudas de que la Iglesia, en su caso, permita
semejante actuación”. Para el nieto de Franco “el Valle de los Caídos ya es un
lugar de reconciliación, donde fueron enterradas víctimas de ambos bandos de la
Guerra Civil. Los que quieren exhumar a mi bisabuelo son los que no desean
pasar página. Franco está enterrado en el Valle de los Caídos porque el
Gobierno y el Jefe de Estado de entonces, S. M. el Rey Juan Carlos, lo
solicitaron a mi bisabuela. Cuando se ataca a Franco se ataca a los míos, a más
de media España, a la monarquía que instauró y a la Iglesia a la que protegió.
También quieren derrumbar la cruz más grande del mundo. ¿No será esto un ataque
al cristianismo?”, se atreve a preguntar.
El Valle de los Caídos
El pasado miércoles, Pedro
Sánchez se resignaba a que los restos de Francisco Franco acabasen en la cripta
de la catedral de la Almudena, en pleno centro de Madrid, y trataba de restarle
importancia. “Lo importante para la
izquierda -dijo el presidente del Gobierno en el Congreso- es que el dictador
salga de un espacio que pertenece al Estado”. Y propuso poner el énfasis en que
el Valle de los Caídos deje de ser un “mausoleo” en el que se exalta el
franquismo. Los socialistas parecían resignados a que Franco acabase en la
Almudena, pero enfatizaron que será en un lugar privado. Inicialmente, el
Gobierno trasladó la presión de la decisión a la iglesia, pero el Vaticano se
pronunciaba con que no se opondrá a que fuera inhumado allí. El Gobierno asumió
que los restos de Franco acabarían en esa cripta si la iglesia no lo impedía.
“No nos hace gracia, pero no tenemos mucho margen de maniobra”, reconocían
fuentes de Moncloa. “No depende de nosotros. No podemos decidir a dónde van los
restos. Estamos hablando de unos restos humanos, aunque sean de un dictador”,
aseguró Carmen Calvo, en una conversación con periodistas en la recepción del
12 de octubre. “¿Voy a decirle a la
Iglesia que puede o no puede hacer? La Iglesia sabe lo que quiere y lo que no,
lo que puede y lo que no, lo que debe y lo que no”, contestó la vicepresidenta.
Pleno del Parlamento Europeo el pasado jueves, en Estrasburgo.
Hace tres días, el
Parlamento Europeo aprobaba una resolución en la que reclamaba la ilegalización
de todas aquellas fundaciones o asociaciones que exaltasen el fascismo, como la
Fundación Francisco Franco, y exigía la retirada de todos los símbolos o
documentos que enaltezcan o ensalcen el alzamiento militar, la Guerra Civil y
la dictadura de Franco. La enmienda salió adelante con 231 votos a favor
(incluidos los del PSE, Podemos, IU, PNV, PdCat, verdes, y BNG entre otros),
208 en contra (incluido el PPE y la eurodiputada a Maite Pagazaurtundua) y 67
abstenciones (C’s). El texto también menciona la denuncia presentada por la
Fundación Franco contra 19 activistas que ocuparon pacíficamente y
simbólicamente el Pazo de Meirás y que se enfrentan a una pena de 13 años de
prisión. Se pide a los gobiernos de la UE que tomen medidas para “condenar y
sancionar con dureza los delitos de odio” y tomen “medidas suplementarias” para
hacer frente a la normalización de los discursos fascistas y xenófobos. El
Parlamento Europeo “acoge con satisfacción la decisión aprobada por el Congreso
de los Diputados de trasladar los restos de Francisco Franco de su tumba en el
Valle de los Caídos, convertida en lugar de peregrinación de la extrema
derecha; pide a las autoridades españolas que supriman de manera efectiva todos
los demás símbolos o monumentos que exalten el levantamiento militar, la guerra
civil y la dictadura de Franco, y solicita que aquellos que no puedan ser
retirados se sometan a la necesaria contextualización e interpretación, para
que contribuyan a la concienciación pública y a la memoria histórica”. Además,
el Parlamento Europeo “insta a los Estados miembros a luchar contra las
organizaciones que propaguen discursos de odio y violencia en espacios públicos
y [...] a prohibir efectivamente los grupos neofascistas y neonazis y cualquier
otra fundación o asociación que exalte y glorifique el nazismo y el fascismo,
respetando el orden jurídico nacional y las jurisdicciones nacionales”. De esta
forma, se opone a la Fundación Franco y a los símbolos o monumentos
franquistas.
Ana Miranda, eurodiputada del BNG, una de las promotoras de la resolución que insta a España a
prohibir la Fundación Francisco Franco
La moción del Parlamento
Europeo cita el ataque de Noruega de 2011, en el que murieron 77 personas, el
asesinato de la diputada británica Jo Cox en 2016, el ataque este año contra la
eurodiputada italiana Eleonora Forenza -una de las impulsoras de la moción
junto con la nacionalista gallega Ana Miranda y la socialista Soraya Post- y
varios incidentes ocurridos en España con la Fundación Franco, la asociación
“Hogar Social Madrid”, la Falange, Alianza Nacional y Democracia Nacional como
protagonistas. El texto también menciona la decisión del Congreso de los
diputados de exhumar al dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, “un
lugar de peregrinación para la extrema derecha”, e incorpora una apelación
directa al gobierno al constatar que todos los símbolos o monumentos que
ensalcen el Franquismo “deben ser retirados” y aquellos que no puedan ser
retirados deberán ser objeto de “una contextualización y reinterpretación” para
contribuir a la concienciación pública y la memoria histórica. Con un voto
similar (246 a favor, 202 en contra y 51 abstenciones también
salió adelante una enmienda que menciona la investigación por incitación al
odio contra la organización neonazi Hogar Social Madrid, la detención y condena
de miembros de la Falange, Alianza Nacional y Democracia Nacional por el ataque
al centro cultura Blanquerna en Madrid durante la celebración de la Diana de
2013, así como las amenazas recibidas por el presidente de SOS Racismo que
recibió amenazas de muerte y ha denunciado la falta de mecanismos para
denunciar este tipo de crímenes. Los eurodiputados constatan que la impunidad
de la que gozan algunas organizaciones de extrema derecha en algunos Estados
miembros es una de las razones del incremento de los ataques. Por ello, urgen a
las autoridades a establecer, dentro de la policía, unidades especializadas en
delitos de odio. En este sentido también piden a los gobiernos europeos que
prohíban de manera efectiva los grupos neofascistas y neonazis, así como
“cualquier otra fundación o asociación que exalte y glorifique el nazismo y el
fascismo”. Además, consideran necesaria la puesta en marcha de contramedidas a
través de internet y más implicación en un ámbito muy concreto: la lucha contra
el racismo, la xenofobia y el fascismo en el fútbol. La eurodiputada gallega,
Ana Miranda, Josep Maria Terricabras y Jordi Solé, de ErC, esperan que el
Gobierno de Pedro Sánchez “tome nota del contundente mensaje del Parlamento
Europeo e ilegalice las fundaciones y organizaciones franquistas como la
Fundación Francisco Francos”.
En un comunicado oficial,
la FNFF (Fundación Nacional Francisco Franco), ante un eventual intento de
ilegalización por parte de la Eurocámara, se defiende, acusando la resolución
europea de una “liberticida, sectaria y antidemocrática sin precedentes”. Considera
que “nadie, en su sano juicio, pueda cuestionar el interés general de la
difusión y promoción del estudio y conocimiento de un personaje histórico de la
dimensión de Francisco Franco Bahamonde”. Exige que si, en algún momento,
corrieran esa suerte, se haga lo mismo con las fundaciones “de la órbita del
Partido Socialista” como las Fundaciones Pablo Iglesias y Largo Caballero,
Fundación Alfonso Perales, Fundación Gabriel Alomar, Fundación José Barreiro,
Fundación Matilde de la Torre... Y rechaza, de plano, que esta fundación
suponga una exaltación al fascismo: “Lo único que exaltamos es el respeto a la
verdad y a la historia amenazada hoy más que nunca por una epidemia de
manipulación sin precedentes en un país civilizado”.
Las fotomontajes y las
imágenes más sorprendentes de esta semana:
Los
bomberos son ese cuerpo de uniformados totalmente distinto al resto: se han
jugado el tipo negándose a parar desahucios. Estuvieron con los mineros y en
luchas como el 22M. Paralizaron envíos de bombas. Son solidarios, sirven y de
qué manera a los que más lo necesitan...
El Supremo paraliza la sentencia para que los bancos no tengan
que pagar los impuestos de las hipotecas (y los sigamos pagando nosotros).
¡Porque todos somos iguales!
Aquí va a parar la mercancía que España vende a Arabia Saudí.
Abajo, un español; arriba, España.
El encanto de Casares, en la provincia de Málaga.
Imagen acuática
Magnífico atardecer.
¡Qué maravilla el nuevo
monumento en Berlín! Una Torre de libros en recuerdo de la quema de libros
durante el nazismo.
El humor de la prensa de esta semana: Eneko, El Roto,
Peridis, J. R. Mora, B. Vergara, Manel Fontdevila, Pat, Ferranmartín…
De qué habla Pablo Casado.
Neolengua o estupidez
Pep Roig, desde Mallorca:
Las cosas de palacio…, Los queridos sueños, Comprensión, Este perro mudo, Po li
ti cas tros, Que mal que vaya bien, Tras la visita de Pablo Iglesias a
Junqueras…
Polònia - Felip VI consolat saudí
Exhumar a Franco para poder enterrar su legado
El legado económico de Franco
Polònia - Tardà i Rufián han de deixar el pis Hoy, domingo 28, estreno en ETB2, de “La Monarquia" Entrevista a Iñaki Gabilondo, demasiado correcto. Rodrigo Rato entra en la cárcel
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