miércoles, 28 de noviembre de 2018

El rey Juan Carlos se fotografía con el príncipe de Arabia Saudí en plena polémica por el asesinato de Khashoggi.


Cuando una imagen vale más que mil palabras.

El rey emérito acudió como espectador de lujo al  Gran Premio de Abu Dabi de Fórmula 1 a ver la última carrera de Fernando Alonso. Allí, saludó al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bien Salmán, con quien se fotografió en el palco de autoridades del circuito con la sombra del despiadado asesinato del periodista Yamal Khashoggi aún presente.  La fotografía se suma a la terna de imágenes que socaban la imagen del rey. Y ha contribuido, como era de esperar, a fomentar las críticas más feroces contra su figura.

La Monarquía, tanto la del príncipe heredero de Arabia Saudí como la de la Corona española, atraviesa sus horas más bajas. Podemos aprovecha la coyuntura para comendar una ofensiva contra la institución. La pasada semana el secretario general morado, Pablo Iglesias, analizó la utilidad de la Corona en la actualidad desde las páginas de El País, desde donde solicitó su erradicación. EL Plural señala: “Desde que trascendieron las grabaciones en las que Corinna zu Sayn-Wittgenstein acusa al rey emérito Juan Carlos I de haberla usado como testaferro para ocultar dinero y propiedades fuera de España, la imagen de la Monarquía española ha quedado seriamente lastrada. Podemos registró junto a Compromís y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) la creación de una comisión de investigación sobre los negocios del rey emérito en el extranjero. Pero su solicitud fue desestimada en hasta dos ocasiones por la Mesa del Congreso, ya que considera inviolable a la figura del rey. En consecuencia, los morados remitieron una misiva directamente al emérito solicitando su comparecencia motu proprio”.

El rey Juan Carlos acudió a la capital de Emiratos Árabes acompañado de su hija Cristina, distanciada de la familia a raíz del caso Nóos por el que su marido, Iñaki Urdangarin, se encuentra en la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila) para cumplir una pena de cinco años y seis meses de prisión. El príncipe heredero de Arabía Saudí se encuentra en medio de la polémica por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi por un grupo de agentes saudíes y después de que la CIA concluyera en un informe que Mohamed bin Salmán fue quien ordenó que acabaran con su vida. Khashoggi trabajaba para The Washington Post y era crítico con el régimen saudí y particularmente con el príncipe heredero.

Por su parte, escribe Eldiario.es:  “Aunque las relaciones de amistad entre la Monarquía española y la Casa Real saudí son antiguas, la imagen del rey emérito con el príncipe saudí deja en una situación muy complicada tanto al rey Felipe VI como al Gobierno. Las relación entre ambas monarquías han sido históricamente relevantes para los intereses comerciales de ambos países: las exportaciones de España a Arabia Saudí superan los 2.000 millones anuales y España es el cuarto mayor proveedor de material de defensa.

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