El Supremo y sus presiones.
El Tribunal Supremo ha enterrado
su prestigio al establecer que es el banco y no el cliente quien debe abonar el
impuesto de las hipotecas. Dos semanas después revisar la histórica sentencia
que obligaba a los bancos a pagar el impuesto de las hipotecas, ayer el
Tribunal Supremo decidía revocar esa doctrina en un pleno dividido, convocado a
través de una decisión del presidente de la Sala de lo
Contencioso-Administrativo muy cuestionada, que ha terminado por enterrar el
prestigio del alto tribunal.
La maniobra de
Díez-Picazo, presidente de la Sala Tercera del Supremo, es inédita porque nunca
antes se había convocado al Pleno después de publicar una sentencia. Lo
habitual, en temas especialmente sensibles que requieren el respaldo de todos
los jueces de la Sala, es que se convoque antes. La decisión provocó, además,
la paralización de los recursos pendientes en el Supremo sobre este asunto. El
presidente de la Sala sometió a revisión la doctrina que obligaba a pagar a los
bancos en una decisión inédita.
Tres de los 31 magistrados
del pleno no participaron en la deliberación: uno por estar trabajando en la
junta electoral central, otro por encontrarse de viaje y un tercero por un
conflicto de intereses al tener familiares con una vivienda en Rivas
Vaciamadrid (el ayuntamiento que inició el pleito). La decisión del Supremo se
ha producido el mismo día que el Tribunal Europeo de Derecho Humanos ha fallado
contra España por no garantizar un juicio justo a Arnaldo Otegi por el caso
Bateragune. “Hoy gana la banca y pierde toda la sociedad”, declaran,
indignadas, las asociaciones de consumidores.
Algunos de los epítetos utilizados por las
mismas, hablan de la “borchornosa”, “inaudita”, “impugnable” deliberación. El
secretario general de UGT, Pepe Álvarez, afirma que la justicia “se ha vuelto a
poner de nuevo del lado de los más poderosos”. Para él, este nuevo cambio de
criterio del Alto Tribunal genera “inquietud, incertidumbre y desconfianza de
la ciudadanía en la justicia”, sobre todo después de que, hace unas semanas, el
mismo Supremo cambiase la doctrina presente hasta este momento, fallando a
favor de los clientes. “Se trata de una sentencia difícil de entender”. Jueces para la Democracia pide la dimisión de Lesmes y de Díez-Picazo tras esta decisión. El Gobierno estudiará el
fallo y fijará su posición oficial en el Consejo de Ministras del jueves. Todos
los partidos se han situado del lado de los clientes mientras el Gobierno habla
de una “jornada negrísima” para la justicia. Podemos e IU, han convocado una
concentración para este sábado a las puertas del tribunal. Pablo Iglesias ha
tuiteado: “Gana la banca y pierden los ciudadanos. La independencia del
Tribunal Supremo está en entredicho; la democracia, debilitada”.
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