Alfonso Guerra, en 'Hoy por Hoy', de la Cadena Ser.
El pasado 25 de enero,
Alfonso Guerra, el histórico número dos del Gobierno de Felipe González,
calificó de dictadura el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, además de
incidir que, frente a otras dictaduras, que “al menos tienen eficacia en el
terreno económico”, la de Maduro “no sirve para nada”. Para defender el
reconocimiento del autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, Guerra
afirmó en la Cadena Ser que “Venezuela está sufriendo una dictadura, además
incompetente, porque a veces las dictaduras liquidan la libertad de los
pueblos, pero al menos tienen eficacia en el terreno económico. Esto es una
dictadura que además no sirve para nada”. “Se ha creado la idea de que con la
estrella roja todo es bueno y con la cruz todo es malo y eso no es así”,
insistió el político sevillano. Las declaraciones impactaron a algunos de los
colaboradores de la cadena, como Antón Losada. “Me cuesta trabajo asociar los
conceptos de 'dictadura' y 'eficacia'”, afirmaba el periodista. “El coste de
esa eficacia es tan alto que creo que es difícil hablar de eficacia”, subrayó
Losada, después de que Guerra intentara rebatirle. Para explicar sus
argumentos, Guerra optó por recurrir al dictador chileno: “Entre la dictadura
de Pinochet, horrible, y la dictadura de Maduro, horrible, hay una diferencia:
que, en un sitio, la economía no se cayó y, en otro, sí se ha caído. El no
querer ver esa diferencia es ponerse una venda porque son amigos de uno o son
amigos de otro”, zanjó el ex número dos de González. Losada le recordó que. En
la dictadura de Chile, la economía también se cayó, ya que consistió en
“explotar sistemáticamente a la mayoría de la población”. Durante el régimen de
Pinochet, las fuerzas del Estado asesinaron a 3.200 personas, de las que 1.192
todavía hoy figuran como detenidas o desaparecidas. 40.000 personas fueron
torturadas y encarceladas y otras 200.000 se vieron forzadas a exiliarse
durante los años de dictadura, entre 1973 y 1990. Por otra parte, el pasado
agosto, la Justicia chilena condenó el decomiso de más de 1,6 millones de
dólares del difunto dictador chileno por su responsabilidad en el delito de
malversación de caudales públicos en el denominado caso Riggs. Y, en 2010, la
Universidad de Chile determinó que Pinochet, durante la dictadura, había acumulado
una riqueza de más de 21,32 millones de dólares de los cuales 17,86 millones
carecían de justificación contable. Por parte, Alfonso Guerra afirmó hay
dictaduras que “al menos son eficaces como la de Pinochet, frente a la de
Maduro en Venezuela que no sirve para nada”. Y, en 2015, Felipe González dijo
que “el Chile de Pinochet respetaba mucho más los derechos humanos que el
paraíso de Maduro”.
Alfonso Guerra rechazó la
presidencia de honor de la Fundación Pablo Iglesias.
Estas declaraciones de
Guerra fueron calificadas de “indefendibles” por algunos medios, como
ElPlural.com. “Ni por sus propios congéneres de partido ni por nadie en su sano
juicio. Alfonso Guerra, quien fuera exvicepresidente del PSOE, escandalizó a
toda la opinión pública al comparar la situación venezolana con la feroz
dictadura que Pinochet instauró en Chile en 1973. En concreto, Guerra ha
defendido que la diferencia entre la dictadura de Pinochet y la de Maduro es
que, en la primera, la economía no cayó y, en la segunda, sí. El exdirigente
socialista opina que algunas dictaduras son ‘eficaces’ en el terreno económico,
pero que la de Venezuela ‘no sirve para nada’ y compara al actual presidente
venezolano, Nicolás Maduro, con el dictador chileno, Augusto Pinochet. ‘Al
menos en Chile la economía no se cayó’, apostilló. Un régimen dictatorial que
bajo el yugo militar persiguió, encarceló, secuestró y asesinó a todo aquel que
difería de lo que la dictadura representaba. Años de represión y tortura que
Guerra ha considerado ‘eficaces’ para la memoria colectiva de Chile por su
recuperación económica. Declaraciones intolerables que se sitúan en postulados
que ni la ultraderecha más reaccionaria se atreve a defender públicamente. Un
golpe de insensatez profundamente execrable que atenta contra la posibilidad de
tender puentes y de abrir canales de diálogo internacional con Venezuela. Pero,
sobre todo, sus palabras atentan contra la dignidad de las más de 40.000
víctimas que -teniendo en cuenta los detenidos desaparecidos, ejecutados, torturados
y presos políticos- los feroces años del régimen dejaron a su paso. O a la de
los 30.000 que tuvieron que exiliarse ante el temor que la dictadura generaba.
Llama la atención que Alfonso Guerra, quien viviera de cerca los años de la
Transición española, dejando atrás una ominosa dictadura que sumió a España en
40 años de desprotección y falta de democracia, pronuncie a viva voz -sin
ningún reparo ni desazón- semejante barbaridad. Un blanqueamiento de la
dictadura de Pinochet que la sociedad trata de digerir. Pero sí, lo ha dicho. Y
no, el PSOE todavía no se ha pronunciado. Complicada tarea la del departamento
de comunicación para quitar hierro al despropósito vertido por el que fuera su
número 2 en los primeros años de la democracia española”.
Alfonso Guerra (Foto Enrique Villarino)
La polémica
interpretación que hace Alfonso Guerra sobre lo que significa una dictadura, le
ha llevado a recibir fuertes críticas en la red social de Twitter, entre ellas,
la del cofundador e ideólogo de Podemos, Juan Carlos Monedero, quien se ha
expresado en los siguientes términos: “Imagino en septiembre de 1973 a la
Cadena SER haciendo un reportaje amable con el golpe de Pinochet buscando
convencer a los militares leales a Allende para que cedieran a las presiones de
Estados Unidos y se sumaran al golpe. La radio democrática ¿al servicio de un
baño de sangre?”. @Luk_anikos escribe: “Que Alfonso Guerra justifique en @LaSer
la dictadura de Pinochet porque lo hacían bien económicamente, es como
justificar la esclavitud porque los negros que recogían algodón también hacían
ricos a sus dueños”. Gabriel Rufián: “Alfonso Guerra dice que la dictadura
fascista de Pinochet fue eficaz. Eficaz matando”. Víctor González: “Durante la
dictadura de Pinochet al menos 28.000 personas fueron torturadas, 3.197 fueron
asesinadas o desaparecidas y unas 200.000 obligadas al exilio... pero oye, para
Alfonso Guerra, es el mercado, amigos, es el mercado”.
“En el país de los
tuertos, el ciego es el rey” titula Verbarte en Apalabrado. “Porque la
humanidad se ha quedado tuerta de tanto forzar los ojos para ver y no ver lo
que le ordenan las élites interesadas. Para colmo de males, al ojo útil le han
colocado una anteojera hecha a la medida que evita distracciones y oculta
realidades incómodas, una ortopedia efectiva y siniestra que acaba afectando a
los cerebros inadvertidamente. La ciudadanía en general ha renunciado a un ojo
y ha optado por conservar el menos fiable de los dos, el ojo vago que prefiere
no mirar para evitar pensar. Y entre tanta penumbra y tanto destello cegador,
¡quién lo iba a decir!, comprobamos que los ciegos son los reyes en la mayoría
de los países. Ciegos de codicia, de odio y de sangre son aupados a los tronos
del poder por legiones de tuertos y tuertas que atisban una mejoría para sus
vidas en la desmejoría de su vecindario. Cegados por el racismo, la xenofobia,
la misoginia o la homofobia, con las anteojeras rojigualdas y el peligroso
bastón de una historia falseada a la medida, los líderes de la oscuridad, la
extrema derecha, se están haciendo con el poder aupados por los tuertos. Ocurre
en todo el mundo, como una sinfonía perfectamente orquestada por los creadores
de la última estafa llamada crisis, que los ciegos marcan el camino a los
tuertos: Trump, Bolsonaro, Salvini, Le Pen, Orbán… y Abascal, Casado y Rivera.
En España, país fariseo por tradición secular, los ojos vagos han llorado
torrencialmente, durante unos días, por el trágico accidente de un niño caído
en un pozo. Los ojos estériles, secos y cegados se resisten a inmutarse por los
miles de niños caídos, en incesante goteo, en el pozo de la ignominia llamado
Mediterráneo. Enarbolando la bandera de la patria, los ciegos tapan esa
realidad y condenan a una muerte cruel e innecesaria a todos los niños que
seguirán aspirando a una vida mejor allende los mares y las fronteras. (…)
“En España -prosigue
Verbarte-, país de farsantes compulsivos, se da la circunstancia de que los
cuatro partidos de la derecha (PP, Ciudadanos, Vox y PsoE) aceptan como bueno
un golpe de estado en Venezuela. Tachan a Maduro de hacer exactamente lo mismo
que ellos hacen con sus políticas, sus jueces, sus cárceles, su prensa
domesticada y su Ley Mordaza. La ciudadanía mira con el ojo vago a Venezuela y
con el seco a Arabia Saudí, Marruecos, Turquía o cualquier otra dictadura de
las que agasajan y mantienen a los Borbones con reales mordidas Reales. Se
escandalizan los ciegos, y los tuertos aplauden, ante un régimen que todavía no
ha asesinado a un periodista en una de sus embajadas, que no se apropia por la
fuerza que Yahveh le otorga de vecinos territorios ocupados, que no bombardea
con las armas que le vendemos a inocentes de un país cercano. El delito de
Venezuela no es otro que tener la mayor reserva de petróleo del mundo y, sobre
todo, que no esté controlada por el capital privado. Eso no se puede permitir
de ninguna de las maneras. Ni por Trump ni por ningún otro ciego ‘civilizado’
como ese cíclope de un solo ojo, tuerto y ciego a la vez, que es Pedro Sánchez.
El país que más golpes de estado ha impulsado, el que más sangre extranjera ha
derramado, el que más ha robado en el mundo y en la historia, los Estados
Unidos de América, está presidido por el ciego que controla al resto de los
ciegos que pastorean a los tuertos en sus respectivos países”.
“Tenemos que atrevernos a
ponernos a bailar un sirtaki frenético y explosivo ahora que lo hemos perdido
todo. Tenemos que recuperar el abrazo, la franca mirada a los ojos, la eterna
sonrisa, la alegría de estar vivos”. Así comienza Carlos Olalla en “Trífono”,
publicado el pasado 19 de enero en LQSomos. “Trífono, tres voces son suficientes
para traernos todos los sueños. Escucharles es dejarte llevar a los paraísos
que perdimos o a los recuerdos de lo que nunca fue. Todo está en la melancolía
de estas tres voces que nos traen, desde espacios sin tiempo ni lugar,
canciones nacidas del mar, sones del viento, universales baladas compuestas por
Manos Loizos, Markos Vamvakaris o Mikis Theodorakis, eternas melodías que viven
en el alma griega. Grecia nos lo ha dado todo: filosofía, teatro, escultura,
arquitectura, poesía, los sueños, todos los sueños y Zorba, ese Alexis Zorba
que llevamos tan dentro. Kavafis nos enseñó que allí nos espera Ítaca, y el
pueblo griego que podemos encontrar la utopía en cualquiera de sus mil islas.
Baladas como éstas regadas con unas cuantas copas de retsina frente al mar son
capaces de llevarnos allí donde nacen dioses y poetas, donde nos esperan
sueños, amores y amigos, donde no se vive la vida, sino se devora.
El mito de Prometeo.
“Solo quien ha dejado que
el sol griego seque la tinta con la que escribe puede entender lo que significa
Grecia. Refugio de aventureros, locos, poetas, músicos y soñadores, sus islas
han cobijado almas extranjeras como las de Byron o Leonard Cohen, y las han
hecho tan griegas como las de Solomos o Kazantzakis. Porque Grecia es melancolía
y sirtaki, bouzouki y acordeón y es ahí en esa mezcla de ritmos, gentes y
sabores, donde todo puede suceder. Porque en Grecia todo puede suceder. O que
se lo pregunten a Gerald Durrell y la fauna con la que allí compartió su
infancia. La luz griega obra milagros, como también los obra el inmenso azul de
sus mares. Nada puede parecerse al profundo silencio de sus montes, al cariñoso
ronroneo de sus olivos, al amor con el que el mar acaricia allí la arena. Decir
Grecia es dejarse llevar a un mundo de sensaciones pasionales, pocos pueblos
sienten la pasión como el griego. Amantes de la improvisación y de dejar que
pase lo que tenga que pasar, del silencio y la palabra, de la música y el
baile, los griegos llevan años enseñándonos lo que es vivir. Europa, que nació
allí, nunca les ha entendido, por eso ellos tampoco entienden ahora a esa vieja
Europa que languidece en su inexorable decadencia. Europa tiene el
conocimiento, Grecia la sabiduría. Los griegos no tienen la culpa de que la
sabiduría no cotice en los mercados. La tenemos nosotros, que solo valoramos lo
que tiene precio. Nunca ver una y mil veces la escena final de Zorba ha sido
más necesario.
Zorba, el griego.
“Tenemos que atrevernos a
ponernos a bailar un sirtaki frenético y explosivo ahora que lo hemos perdido
todo. Tenemos que recuperar el abrazo, la franca mirada a los ojos, la eterna
sonrisa, la alegría de estar vivos… Eso es lo que nos enseña Grecia, ella que
nos lo ha dado todo y a la que, solo hemos sabido ignorar y dar la espalda.
Viendo cómo va esta anciana Europa y esta España cada vez más de bandera,
tricornio y peineta, cada vez tengo más claro que el día menos pensado me
escaparé de aquí, partiré a buscar a Zorba en esas islas perdidas en medio de
ninguna parte donde nunca podrán llegar ni la estulticia hispana presa de su
supina ignorancia ni el burocratizado egoísmo europeo disfrazado de ampulosas
declaraciones y tratados que ha convertido el Mediterráneo, nuestro
Mediterráneo, en un cementerio donde mueren quienes no tienen nada y quienes
creíamos que lo teníamos todo”.
El mundo del ajedrez.
“El último campeonato del
mundo de ajedrez -escribe Andreu Claret bajo el título ‘Teoría del empate
infinito’, publicado en Catalunyaplural.cat - amenazaba con tablas infinitas.
Tras jugar doce partidas, Carlsen y Caruana estaban seis a seis, y si hubiesen
jugado cien, lo más probable es que hubiesen empatado a cincuenta. Ninguno de
los dos tenía fuerza para vencer al otro. Algo así ocurre desde hace décadas
entre España y Catalunya. Y entre catalanes. Empate infinito. John Forbes Nash
fue premio de economía por su teoría del empate infinito. O sea que poca broma
con el concepto. Estudió aquellas situaciones en las que una empresa no se
atreve a romper el equilibrio que tiene con sus competidores por miedo a perder
cuota de mercado. Peix al cove, en vez de pretender todo el pastel. Pujol.
Cuando le pregunté, una vez, porque era tan reticente con la reforma del
Estatut, me dijo, solemne: Claret, no olvide que ellos son más que nosotros.
Era su peculiar interpretación del empate infinito. ¿Cuándo se quebró esta
regla de oro del catalanismo? La misma que observó Companys en el 36/37, cuando
hubo quien soñó en aprovechar la guerra para declarar la independencia (con
algún apoyo espurio). La rompió Artur Mas. Quebrantando otro principio de
estrategia política sobre el que Maquiavelo advirtió: vence quien elige el momento
adecuado. Mas eligió mal el momento, y se precipitó por razones que nada tenían
que ver con la independencia. Perdió. El ajedrez ha previsto como provocar el
desempate. Se juegan partidas rápidas, sin tiempo para pensar. Un playoff, en
el que Matt Damon, o sea Carlsen, derrotó a Caruana. Algunos, en Catalunya,
sueñan con una fórmula express para resolver el empate con España. Tenim pressa
repitió ayer Jordi Sánchez desde la cárcel. Pero en política, las prisas las
carga el diablo. Puede que no sea el momento de deshacer el empate, sino de
convivir con él. Quedan muchas partidas por jugar y hay mucho que perder.
Paciencia. Kasparov se retiró del ajedrez porque no la tenía.
1 “Mi voto para los que me reconozcan que
son inútiles”, titula Pep Roig en Última Hora de este domingo, 3 de febrero,
con dibujo incluido. Un artículo que a continuación reproducimos: “Es que no tengo ni idea.
No tenemos ni idea, ninguno. Nos dejamos llevar, hacemos lo que se nos ocurre o
nos dicen y la gente nos vota. Qué quieres que haga, las cosas son así. No
tengas esperanzas. Es lo que me gustaría que me dijera uno de los candidatos a
las próximas elecciones, las que sean pero que afectan a nuestras vidas. Pero
no creo que exista alguien con esas agallas, no tanto en los pueblos como en
las grandes ciudades, o autonomías y los del Parlamento nacional.
Principalmente a esos, los que aspiran a gobernar el país, les amaestran, les
enseñan a sonreír cuando hablan de su partido y enseñar el colmillo (a veces
postizo) cuando hablan de sus rivales a ocupar las plazas a cuenta de los
contribuyentes. Luego siempre decepcionan. No era eso lo que me ofrecían. No te
preocupes, estamos elaborando el plan que lo hará posible. Pero pasa el tiempo
y el plan nos deja plantados, a la espera de las siguientes elecciones, a ver
si nos prometen lo mismo y consiguen hacerlo. Por eso les volveré a votar. O a
esos otros que también lo prometen. O los nuevos viejos que nos ofrecen volver
atrás y empezar de cero, ellos cobrando y nosotros pagando. Siempre pagando. Es
lo establecido. Y mientras, a la gente trabajadora, especialmente la que no
trabaja, o que trabaja, pero apenas cobra por lo que trabaja, les están echando
de sus casas, porque el mercado es el mercado, y ‘los políticos no podemos
hacer nada’. Sí que pueden, pero no pueden porque no son capaces ni tienen ni
idea. Por eso los precios de los alquileres han subido un 40 por ciento, y aquí
no hay quien viva. Votaré al que se reconozca inútil.
Fotomontajes e imágenes sorprendentes de esta última semana:
Alfonso Guerra dijo: “Hitler tenía sus cosas, pero creaba mucho empleo”.
Nos lo recuerda El Jueves
de esta semana. “Invadió media Europa y mató a varios millones, vale, pero ¿y
lo bien que iba la economía? Alfonso Guerra ha vuelto a realizar unas polémicas
declaraciones en la cadena SER durante una entrevista. Tras haber dicho con
anterioridad que al menos algunas dictaduras eran eficaces en lo económico,
como la de Pinochet, ahora ha querido ir un paso más allá y hacer referencia al
tercer Reich alemán. ‘Hitler era un poco excéntrico y eso, pero a ver, quién no
tiene sus rarezas. Lo que no se le puede negar es que bajo su mandato el empleo
iba como un tiro, tenías trabajo asegurado’ asegura. Incluso aunque no
quisieras, si te ponían a trabajar trabajabas, vaya que si trabajabas. Eso sí
que es eficiencia, deberíamos aprender’. Guerra también insistió en que gracias
a la represión, guerra y bombardeos ‘no hacía mucha falta preocuparse por la
jubilación porque probablemente no llegases a ella, así que podías vivir el
presente sin preocupaciones por el futuro, todo ventajas. Alfonso Guerra estará
impartiendo la conferencia ‘Dictaduras militares, conocerlas es quererlas’
durante los próximos meses por toda España”.
La revista satírica El
Jueves dibuja en su portada de esta semana al cofundador de Podemos, Íñigo
Errejón, tras aliarse con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, para
extender la marca Más Madrid, obviando las siglas de Podemos. “Errejón, qué
cabrón”, ironiza la publicación, que coloca a Errejón junto a Bob Esponja, Dora
la Exploradora, el mítico Spiderman con sobrepeso o Minnie Mouse: “Qué ganas
tenía de formar MI PROPIO EQUIPO!”, comenta en la portada Errejón.
Después de estar en el top 10 de los países más corruptos de Europa por quinto año consecutivo, España incluirá, en su escudo nacional una mano robando como emblema de la corrupción.
Misterios de la empatía.
¿Por qué la empatía y solidaridad (de particulares, medios, instituciones y
empresas) que despierta el caso de un sólo niño no se repite cuando se trata de
cientos de niños? (Valeria Castellano)
El sol poniéndose justo
en el centro de la salida al mar del Torrent de Pareis (Mallorca). Esta foto
solo es posible un puñado de días al año.
La diplomacia.
Qué cruz.
El refranero del pelotazo.
El dictador guay de Alfonso Guerra.
Amarillo.
Perverso sistema.
Presentación de la temporada.
Pep Roig, desde Mallorca:
En busca del sentido perdido, La relatividad política A por todo, y los políticos silbando y
mirando las nubes, Apuntando hacia abajo, Lo mismo, pero diferente, Atado y bien
atado…
Los vídeos de esta semana:
Alfonso Guerra: "En
España hay un proceso claro de balcanización"
México: López Obrador y
Pedro Sánchez exponen posibles soluciones para Venezuela
TRIFONO....ΠΡΩΙΝΟ ΤΣΙΓΑΡΟ
,( MUSIC, NOTIS MAVROUDIS)
Το τραγούδι της ξενιτιάς
- Τρίφωνο (SUBTITLES)
¿Qué está pasando en
Venezuela? (realidad en resumen)
Polònia - 31/01/2019
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