La humorista fue el foco
del enfado de ultras por haber escrito la etiqueta “soisunosmierdas” en un
mensaje contra la manifestación del domingo en Colón. Cientos de mensajes fueron
dirigidos contra ella. “Con vuestros ombligos -afirmó Hache- tapáis el saber.
Sólo os preocupa provocar y convencer a mentes pobres”. Extremo que trató de
aclarar haciéndose eco de un mensaje en la que se señalaba que la intención era
cargar contra los políticos y sus políticas y no contra los ciudadanos. Sin
embargo, el enfado de los ultras no cesó y llegaron a pedir el boicot y
amenazas para un supuesto restaurante de la humorista. Se trata del restaurante
Conache, ubicado en Madrid, aunque la humorista no tiene nada que ver con el
local, algo que ha tenido que aclarar a través de otro mensaje en Twitter.
Los usuarios llamaron al
boicot de este restaurante, asegurando que era suyo. Pero, el verdadero
propietario del local pidió ayuda para difundir el error ya que estaba
recibiendo “amenazas”. Eva Hache aclaró “no
tener ningún restaurante. No molesten a las personas. Buenas noches”. Y, en una
reseña en Google, pidió que “por favor, os informéis antes de joder la vida de
un trabajador que vive de su restaurante”. En las reseñas, recibió valoraciones
negativas en las últimas horas por parte de los ultras, en las que bajaron la
nota del citado restaurante en Google. Algunos usuarios dejaron sus mensajes de
apoyo para contrarrestar este boicot.
Los interpelados por el
tuit de Hache no dudaron en cargar con dureza excesiva contra ella, llamando a
los usuarios de la interfaz a no acudir al restaurante de la presentadora y
arremeter contra este. Una polémica que se hizo viral en la red y que convirtió
a Eva Hache en trending topic. Así, se produjo el enfrentamiento entre quienes
apoyaban a la presentadora o creían que las actitudes contra ella eran
deleznables, y aquellos que opinaban que la que faltó al respeto fue la propia
presentadora. No es la primera vez que la extrema derecha de Twitter pide el
boicot para empresas de personajes públicos de perfil progresista. Algo
parecido le ocurrió al humorista Dani Mateo. La respuesta a su polémico sketch
en el que se sonaba los mocos con una bandera de España provocó la ira de la
extrema derecha, que hizo un llamamiento a criticar públicamente el bar del que
es propietario. En esa ocasión, no sólo salió perjudicado el local de Mateo,
sino otros que tenían un nombre parecido y que tuvieron que advertir en redes
sociales que no tenían nada que ver con el humorista.
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