Borja Sémper, parlamentario del PP.
Luis Gonzalo Segura
publica en “Las Repúblicas” el siguiente artículo titulado: “No es una secta,
Borja Sémper, el PP es una organización criminal de origen franquista”. “Efectivamente,
tiene razón Borja Sémper cuando afirma que el Partido Popular ‘no es una secta’.
Y es normal que lo acentúe con un ‘coño’. Así son los simpáticos populares. Una
muestra más del gracejo popular se puede percibir cuando afirma que ‘sí y no’
es amigo de Santiago Abascal. ‘Sí’ no sabemos muy bien el motivo y ‘no’ porque
sus ideas son exageradas y su partido es tóxico. Es tóxico porque les he pegado
un bocado bestial de votos, puesto que, si la suma de las derechas le hubiera
dado suficiente para gobernar, a lo mejor lo de tóxico lo dejábamos para otra
legislatura. Pero, en cualquier caso, para Borja, el líder de la extrema
derecha es una “ursulina” al lado de Otegi (y no se cansan de repetir lo mismo
una y otra vez)”.
Si embargo, para Gonzalo
Segura el Partido Popular es una organización criminal que se ha lucrado con
actividades ilícitas y que ha organizado campañas con policías y periodistas
‘patrióticos’ para destruir y/o desprestigiar partidos. “Es una organización
político-criminal que proviene del franquismo y que durante todo este tiempo ha
protegido a los criminales franquistas, ha impedido la reparación de las
víctimas y ha obstaculizado cualquier intento de investigación. Incluso ha
llegado mucho más allá: ha condecorado y ascendido a torturadores y asesinos. Y
lo ha hecho con total conciencia de ello.El Partido Popular debe agradecer a la
organización mediático-mafiosa y a la democracia fallida que ellos mismos han
ayudado a organizar que todavía haya personas que piensen que pretenden el bien
de España –como muchos también lo piensan de Ciudadanos y la ultraderecha–.
Porque lo cierto es que los tres partidos de la derecha se oponen a la subida
de los impuestos a los 90.000 más ricos de este país –los que ganan más de
130.000 euros anuales (“clase media”)– y lo hacen porque trabajan para ellos,
para los 90.000 que más ganan, para las empresas que más ganan, para las élites
que más poder ostentan. Es decir, para las élites franquistas y descendientes
del franquismo que acumulan el capital y el poder”.
“No será una secta –concluye
Gonzalo Segura– pero el nivel de alienación tanto del PP como de sus mellizos (Ciudadanos
y la ultraderecha) no tiene nada que envidiar a ninguna organización
religioso-sectaria. Si los que ganan más de 130.000 euros anuales, como ya
hemos comentado, son unos 90.000 ciudadanos y los que han votado a
PP-Cs-Ultraderecha son 11.169.796 ciudadanos, el nivel de votantes engañados
llega a la nada despreciable cifra de 11.079.796. Un gran logro de una
organización criminal y los que aspiran a sustituirla”.
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