Imagen
de Gamón Arias.
Ayer, sábado, tras los
resultados de las elecciones municipales del 26 de mayo, los diferentes partidos
resolvieron la constitución de los gobiernos en los más de 8.000 ayuntamientos
del país. 67.010 concejales se reunieron para elegir a 8.131 alcaldes y
alcaldesas de los próximos cuatro años. El PP gobernará en cuatro de las ocho
grandes capitales españolas: Madrid, Zaragoza, Málaga y Murcia. El PSOE, PNV y
Compromís mantendrán Sevilla, Bilbao y Valencia. Ciudadanos consiguió hacerse con
los ayuntamientos de Granada, Palencia y Melilla. Ciudadanos se hizo con los
ayuntamientos de Granada, Palencia y Melilla. José María González, Kichi,
(Adelante Cádiz) fue investido alcalde de Cádiz. Y Ada Colau (Barcelona En
Comú) fue reelegida alcaldesa de Barcelona con el apoyo del PSC y tres de los
seis ediles de Manuel Valls. Un extremo cinismo derivado de una derecha unida, más
por intereses personales o de partido que por los generales, logró el poder en
numerosos ayuntamientos y comunidades autónomas. De esta manera, PP, Ciudadanos
y Vox se impusieron gracias al apoyo de Vox alcaldías en Madrid y capitales de
toda España. Vox inspiró a las tres derechas, tras plegarse PP y Ciudadanos a
acuerdos para obtener nuevos cargos. Como escribe Rosa María Artal en “Los
pacos del caos”, el Día D ha llegado. “El problema es serio. Se vio venir, se
avisó y no sirvió de nada. La sinrazón ultra va a gobernar sobre asuntos
esenciales de los ciudadanos como la salud, la educación, servicios, hasta sobre
las libertades y las ideas. Los pactos, tan esenciales en política y en
democracia, nos han salido en España pactos del caos. Colocan en lugares
cruciales de poder, no solo a una peligrosa ideología, sino a personas sin
entidad, netamente poco preparadas. Síntoma evidente de lo poco en serio que se
toman algunos partidos la gestión de las cosas de todos. Confusiones que
obviaron señales claras, como la creencia de que Ciudadanos era un partido
liberal de centro, han contribuido a este escenario”. Todo ello, dentro del
pacto de gobierno de coalición alcanzado por las tres derechas en diversos
municipios de toda España, permitido la investidura como alcalde de Madrid del
popular José Luis Martínez Almeida, con el visto bueno de Ciudadanos. Y, tras
el acuerdo de PP y Vox en Madrid, Jorge Azcón (PP) consiguió la alcaldía de Zaragoza.
Por el contrario, Ada Colau, tras recibir el aval definitivo de sus bases para
ser alcaldesa y gracias a un gobierno con el PSC, juró su cargo en Barcelona. Y
en Valencia, Joan Ribó, candidato de Compromís a la reelección, fue elegido,
por segunda vez, primer edil con el respaldo de esta coalición y con el del
PSPV.
La ronda de contactos se
inició el pasado martes entre Pedro Sánchez y los líderes de los principales
partidos nacionales, barajándose muchas variables. Sánchez podía valerse de una
abstención de Partido Popular y Ciudadanos que, por ahora, parece imposible por
mucha presión que el PSOE intente ejercer. La opción más plausible y sobre la
que Sánchez y su equipo trabajaron fue un acuerdo con Unidas Podemos aún por
determinar, calificado de “Gobierno de cooperación”. Pero entre ambos sumarían
165 escaños, lejos de los 176 de la mayoría absoluta. Dos fueron las rutas que podría
tomar el PSOE para reeditar Gobierno: bien con los partidos regionalistas,
opción defendida por Casado para que la gobernabilidad del país no descansara
sobre los independentistas; o bien negociar con Esquerra Republicana de
Catalunya (ERC) y JxCat. Adrián Lardiez apunta desde ElPlural.com: “De entre
los potenciales socios de Sánchez dentro del espectro de partidos denominados
regionalistas, el PSOE podría sumar a PNV, PRC y Compromís sin despeinarse
demasiado. De los tres, el que más hará sudar a los socialistas será el grupo
vasco. De hecho, Aitor Esteban, tras la reunión con Ábalos, advirtió de que,
hoy por hoy, no tienen sus votos y que la reunión no fue más que una toma de
contacto en un clima ‘distendido y constructivo’ que permitiera ‘explorar las
posibilidades de avanzar hacia un entendimiento’. Pero, aún contando con los
nacionalistas vascos, a Sánchez la aritmética parlamentaria sigue resistiéndosele.
Solo existe una posibilidad de que esta fórmula sume, y es en un escenario en
el que los presos electos de JxCat no renuncien a su acta. Sánchez no saldría
elegido en primera votación, pero, en una segunda, solo necesitaría más ‘síes’
que ‘noes’ y la abstención de partidos como EH Bildu, Coalición Canaria UPN
(Navarra Suma) valdría una investidura. Una opción no barajada por el PSOE
puesto que, según fuentes internas consultadas, existe la posibilidad de que ‘JxCat
cambie de opinión a última hora, renuncien al acta, firmen los nuevos, y adiós’...
Ana Oramas (Coalición Canaria) ha advertido de que bajo ningún concepto
apoyaría un Gobierno integrado por Podemos, con lo que el líder socialista
tendría problemas con sus socios morados. A la ecuación habría que sumar a UPN,
que ha puesto a disposición de Sánchez sus dos escaños siempre y cuando se
abstengan y permita gobernar a su confluencia en Navarra. Por último, está la
ruta de los partidos independentistas. Ábalos no ha descartado sacar la
investidura adelante con su abstención porque ‘todos los diputados merecen la
misma consideración y cuentan exactamente lo mismo’”.
Pedro
Sánchez y Pablo Iglesias, el pasado martes en el
Congreso de cara a la investidura de gobierno.
Por otra parte, los
movimientos seguidos en Madrid, donde Ciudadanos apoyó finalmente a PP y Vox
para tomar el control de la Mesa de la Asamblea de la Comunidad madrileña, empujaron
a Pedro Sánchez a llegar a acuerdos con la única fuerza política que le queda
de su lado: “Podemos”, que rebajó sus exigencias para apoyar un gobierno
socialista, incluso dispuesto a renunciar a carteras ministeriales. “Satisfacción
tras el encuentro con Pablo Iglesias —declaraba Pedro Sánchez en su Twitter
tras el encuentro en el Congreso—. Hay voluntad de acuerdo en la izquierda.
Trabajaremos por lograr un gobierno progresista cuanto antes. Un gobierno de
cooperación, plural, abierto e integrador, para cumplir el mandato de la
mayoría social de nuestro país”. La portavoz socialista, Adriana Lastra,
confirmaba ese posible pacto: existe “voluntad de acuerdo” entre el PSOE y
Unidas Podemos para que la legislatura comience “cuanto antes” con un Gobierno
“progresista” y “de cooperación” que responda al “mandato de las urnas”. Tanto
PSOE como Podemos y sus socios parlamentarios —IU, Equo y En Comú Podem— consideran
que la alianza entre las derechas, confirmadas en Murcia y en la Comunidad de
Madrid, son una amenaza a nivel nacional que hacen aparcar las diferencias, por
mucho que, en la formación morada, no perdonen que Sánchez intentase antes un
acercamiento con Ciudadanos para lograr un acuerdo con los liberales tanto de
cara al Gobierno central como en gobiernos autonómicos. No cabe olvidar cómo
Sánchez, nada más ganar las elecciones, intentó convencer al presidente
francés, Emmanuel Macron, de que presionase a Albert Rivera para que no pactara
con Vox, habiendo optado “los naranjas” por un pacto con la ultraderecha,
aunque por ello tuviese que taparse la nariz. Macron amenazó con romper con
Ciudadanos por sus pactos con Vox. El
Elíseo destacó que “cualquier trabajo de fondo con la ultraderecha es muy
grave”, por lo que “no vamos a tener ninguna complacencia”. No se puede
“ignorar” el escenario autonómico y municipal en España. Y la secretaria de
Asuntos Europeos subrayó: “La alianza con la extrema derecha a nivel local,
como hemos visto en España, no es una opción”. Para Albert Rivera, sí lo es.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, reunidos
el 11 de junio.
“Los faroles se apagan en
la negociación: el PSOE se abre a Podemos y
Cs vota con Vox. Sánchez
e Iglesias negocian un Gobierno de ‘cooperación’ mientras que Ciudadanos hace
equilibrios para alejarse de Vox. Los pactos cruzados empiezan a aclarar el
panorama”. Lo escribía Rafael Méndez en El Confidencial del miércoles. “Tengo
la impresión de que Pedro Sánchez no nos miente y que quiere un acuerdo con
nosotros”, declaraba líder de Unidas Podemos. Para la portavoz socialista,
Adriana Lastra, ‘un Gobierno de cooperación no es algo cerrado, no es un
Gobierno de coalición’. Y nadie negó tajantemente lo fundamental: que puede
haber ministros de Unidas Podemos en el Consejo de Ministros, que es lo que
marca la diferencia. “Hay una frase atribuida a Harry S. Truman que dice que ‘si
no puedes convencerlos, confúndelos’. Y ese fue un poco el espíritu del día.
Ciudadanos negó cualquier relación con Vox. Lo ha hecho desde que, en diciembre,
accedió al Gobierno andaluz de coalición con el PP, gracias a los votos del
partido de Santiago Abascal. Entonces, Vox apoyó el Ejecutivo andaluz desde el
Parlamento sin hacerse la foto y Rivera aspiraba a repetir aquella jugada. Pero
esta vez iba a ser más difícil. Llegada la primera votación, Ciudadanos se
repartió con PP y Vox las mesas de los parlamentos de Madrid y Murcia. Aunque
Albert Rivera insistió en desligar esos pactos de los futuros gobiernos
autonómicos, estos parecen ya inevitables salvo giro imprevisto de última hora.
Los socialistas asumen que solo una abrupta ruptura con el PP —¿quizá a cuenta
de la alcaldía de Madrid?— puede hacer descarrilar los pactos entre PP y
Ciudadanos con apoyo de Vox. En Madrid, Vox anunció que no era solo un acuerdo
para la Mesa, sino que había pactado un documento con el PP para entrar en el
Ejecutivo regional. En Murcia, el PSOE ofreció a Ciudadanos su apoyo a la
alcaldía de la capital, la séptima ciudad de España por población y para lo que
aún necesitarían los votos de Podemos, a cambio de una coalición en el Gobierno
regional. PSOE y Ciudadanos suman en la comunidad, pero la mayoría no llega con
sólo PP y Ciudadanos y necesitan a Vox. No obstante, el partido de Albert
Rivera dio largas a los socialistas y prefirió pactar con el PP. Pero Ciudadanos
sigue negando que Vox vaya a entrar en los gobiernos, aunque, desde el partido
de Abascal, lo dan por hecho”.
A
por un Gabinete de “colaboración”.
Los socialistas insisten
en que la petición de Ejecutivo de coalición queda desactivada, y que se trata
de un Gabinete “de colaboración”, en el que podría haber independientes de la
órbita morada. Pero, ¿qué significa un Gobierno de cooperación? Mientras que,
para Juanma Moreno, en ElConfidencial, la pregunta que queda sobre la mesa tras
la primera jornada de contactos formales de Pedro Sánchez, no tiene una
respuesta clara, ni contundente, ni nítida, ni de consenso, para Pablo Iglesias
no deja de ser una nueva denominación que remite a su misma exigencia, un
Gobierno de coalición, sin “vetos” de ninguna de las partes. Para el PSOE,
implica que Unidas Podemos ha rebajado sus exigencias y “ya no habla de
Gobierno de coalición”. En realidad, el principal avance del reencuentro entre
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias radica en el hallazgo de la misma expresión.
“Gobierno de cooperación”. El artefacto político que ambos líderes consensuaron
el martes en su reunión en el Congreso les sirve para comenzar a caminar, pero
sin que aún tenga unos contornos definidos. La denominación se convirtió, cara
a la galería, en la primera cesión de las dos fuerzas. Al PSOE le sirve para
que Iglesias no hable en primer término del “Gobierno de coalición” que
anhelaba. Y a Unidas Podemos para que Sánchez no hable de “Gobierno socialista
en solitario”. Los dos ganan. Pero habrá que ver qué. En la Moncloa piden
“tranquilidad”, esperan a ver cómo evolucionan las conversaciones, a partir de
ahora discretas, entre Sánchez e Iglesias. “El Gobierno de cooperación puede
ayudar a sumar apoyos. La coalición que quiere Podemos no da en cifras. No es
posible. Ahora se trata de definir la cooperación, que no es más que
colaboración”, indicaban en el entorno más directo del presidente en funciones
al término de su ronda de conversaciones. Las dos partes rebajaron el tono
ostensiblemente. Nada que ver, además, con la amenaza de elecciones que José
Luis Ábalos, el secretario de Organización, había lanzado la víspera. Tanto el
jefe de los morados como la portavoz socialista, Adriana Lastra, se esforzaron
por hacer ver un espíritu constructivo, por recalcar la “voluntad de acuerdo”
de las dos fuerzas. Pero, a partir de ahí, vienen las diferencias…
“Ahora —escribe desde
Menorca mi amigo, Antonio Casero— se reforzarán todas las movilizaciones a
través de todos los medios para impedir o frenar cualquier intento de
entendimiento entre el PSOE con Unidas Podemos, que tendrían que tender la mano
a otros partidos nacionalistas y progresistas, sin exclusión. Volverán a
repetirse todas las maniobras para que fracasen, serán los mismos agentes que
los anteriores: de los medios, el IBEX35, los barones y dinosaruios del PSOE,
menos algunos que han fallecido y eran los que más se movieron en aquella
batalla. En esta primera reunión de Sánchez con Iglesias se ha iniciado hablar
de un gobierno de ‘cooperación’, que es el mismo sentido que una coalición. Lo
deseo, así como que en ese gobierno estén miembros de Unidad Podemos,
militantes y participantes activos en dicha organización. Sería un error hablar
de personas ‘independientes’ del entorno de Unidad Podemos, ya que la riqueza y
la cultura de este partido se basa en el enriquecimiento con sus aportaciones
de sus adheridos. Las personas tienen ideas, y éstas son la base para
desarrollar el programa y elevar la conciencia política del colectivo. Podemos
tener muchas ideas y muchas propuestas, pero estas no van a ningún sitio si se
quedan en nuestras vitrinas o son elementos decorativos. Los intelectuales y
profesionales tienen una gran responsabilidad, pero la credibilidad y el
reconocimiento se consigue con el compromiso activo y no desde una torre de
marfil. Sin miedo a contaminarse, que hacerlo no es pecado. Hoy El Roto nos
presenta una flor con un mensaje muy claro, nos da mucho para pensar lo
importante que es tierra, aire y sol. ¿Qué podemos pensar?”.
Vox sustituye un cuadro sobre la igualdad
ante la ley por una fotografía de Felipe VI, mientras comenta: 'Hemos puesto al
rey donde se merece'.
Lo primero que hizo Vox a
su llegada a las instalaciones de la Asamblea de Madrid, donde ya tiene
despacho, fue quitar un cuadro con un mensaje 'democrático' para poner un
cuadro del rey Felipe VI. Fue José Ignacio Arias Moreno, el recién
nombrado vicepresidente tercero de la Mesa de la Asamblea, quien colgaba entre
sonrisas un cuadro del monarca en sustitución de uno en el que se podía leer el
lema “Todos somos iguales ante Ley”. El vídeo lo grabó y subió a redes sociales
su compañero de partido, Jaime de Berenguer, quien, en otro mensaje, comentó: “En
España, poner el cuadro del Jefe del Estado en tú despacho institucional es
revolucionario. Vamos al poner al rey en el lugar que se merece, la Asamblea de
Madrid”. Así se vanagloriaba de retirar el otro cuadro colocado en su momento
por Podemos, durante su etapa anterior en la Asamblea. “Primer acto de Vox en
la Asamblea de Madrid. Despacho del vicepresidente tercero anteriormente
ocupado por Podemos”, decía un tuit, que tuvo muchas respuestas. “Hemos puesto
al rey donde se merece”, señaló De Berenguer en el vídeo. Una acción recibida
entre ovaciones por el resto de presentes de Vox.
Jornada triste para los socialistas en la
Asamblea de Madrid.
“Los sueños de Gabilondo
y Errejón se esfumaron, y tanto ellos como Isa Serra vagan por los pasillos sin
que apenas les hagan caso los tropecientos mil micrófonos y cámaras que rodean
el hemiciclo de la Asamblea de Madrid —escribe Juan
Tortosa en Público, bajo el título ‘Jornada triste en la Asamblea de Madrid’—. Las
estrellas del día fueron los diputados de Vox. El ambiente me recuerda al que
viví en enero, en el Hospital de las Cinco Llagas, en los días fríos de la
investidura de Juanma Moreno como presidente de la Junta de Andalucía. En
Sevilla los doce diputados de Vox eran toda una novedad y aquí ya no lo son
tanto, pero existe un denominador común en los dos paisajes: la irrupción de la
ultraderecha en las instituciones, que este martes en Madrid ya tocó pelo con
un puesto en la mesa de la Asamblea. Un asunto cuya gravedad no debe hacernos
bajar la guardia un solo minuto, ni mucho menos perder la perspectiva (…) Desde
que robaron la cartera al socialista Rafael Simancas, allá por el 2003, han
destrozado la Comunidad de Madrid, y ahora que la cosa parecía pintar algo
mejor, la izquierda se ha quedado de nuevo a las puertas del cambio, con un
palmo de narices y con la ultraderecha sentada en la mesa de la cámara para
mayor vejación. En la expresión de Gabilondo parece adivinase un cierto hastío:
madre mía, otros cuatro años en la oposición, ¿los resistirá? Con una
humillación añadida: ni en los tiempos de mayoría absoluta del PP, la izquierda
llegó a tener solo dos representantes en la mesa. De los siete puestos en
total, la correlación solía ser 4-3. Esta vez, 5-2. Para que no queden dudas de
la cera que va arder durante los próximos cuatro años… Perder la Comunidad y el
Ayuntamiento de la capital es un sonoro fracaso, por mucho que los socialistas
se empeñen en repetir una y otra vez que fueron ellos quienes ganaron las
elecciones autonómicas y municipales. Se perdió Andalucía y no se ha recuperado
Madrid. Eso significa un serio hándicap para las expectativas de la izquierda
en los próximos cuatro años”.
Para Isabel Díaz Ayuso, un juego de
trileros.
La permanencia del PP en
la Puerta del Sol se daba por hecha: Isabel Díaz Ayuso era optimista sobre su
posible presidencia de la Comunidad de Madrid, tras el éxito logrado en la Mesa
de la Asamblea. Pero, la popular debería manejar bien sus cartas para que
Ciudadanos y Vox no rompieran la baraja. “La candidata del PP —escribe Paula
Díaz, el pasado miércoles en Diariocrítico— ya sudó la camiseta antes de su
primera parada en boxes: la Mesa de la Asamblea. La enemistad manifiesta entre
sus socios necesarios -Ciudadanos y Vox- estaba complicando lo que, en un
principio, se aventuraba como un acuerdo fácil. En la sesión constitutiva de la
Cámara, el pacto entre las derechas se cerró apenas minutos antes de entrar a
votar en el Pleno. Ayuso, lograba la segunda reunión entre Ignacio Aguado y
Rocío Monasterio que terminaba sin acuerdo alguno. Ante tal situación, fue la
popular quien aceptó firmar con Vox el contrato que les daría la vicepresidencia
tercera mientras buscaba la forma de que Ciudadanos no tuviera que prestar sus
votos para ello. La negociación fue, más allá del inicio de la XI Legislatura,
el primer paso en el camino a la investidura que, según el Reglamento de la Asamblea,
deberá celebrarse, como tarde, el 11 de julio. No obstante, los de Vox dieron
un ultimátum a Ciudadanos: o aceptaban el “preacuerdo” firmado con Ayuso en los
próximos 15 días o el previsible pacto podría saltar por los aires. Monasterio
aseguró que “Vox no regala sus votos”. Y los 12 diputados de Vox facilitaron el
acuerdo PP-Ciudadanos para la Mesa de la Asamblea a cambio de la firma de Ayuso
en la que se comprometía a dejarles la citada vicepresidencia y a concederles
puestos en el Gobierno en una relación “proporcional” a la representación del
partido en la institución. Por otra parte, el líder de los naranjas, que en las
últimas semanas instó a Monasterio a unirse al pacto PP-Ciudadanos o “explicar
que gobernará Gabilondo con Errejón”, tuvo que tragar con el acuerdo PP-Vox,
aunque aseguraba que la formación de Monasterio no había recibido “ni un solo
voto” de los naranjas. Del mismo modo, insistió en que su misión ahora sería
seguir negociando un acuerdo de Gobierno con el PP en el que se hablaría de
medidas programáticas, pero también de reparto de sillones en el Ejecutivo.
Unos planes en los que no prevé contar con Vox en absoluto… Y a Ayuso, que ya
no puede ni disimular sus ojeras, le quedan por delante muchas noches sin
dormir, organizando su juego de trileros. Si su bolita llega o no a la Puerta
del Sol es una incógnita que se despejará, según las previsiones de su equipo,
‘antes de que termine el mes de junio’ ”.
Albert Rivera, a por todas.
Juan Trinidad Marcos,
candidato de Ciudadanos, fue elegido el martes por mayoría absoluta como
presidente de la Asamblea de Madrid con los votos de Vox y del PP. Una elección
que tuvo lugar tras el enfriamiento de las relaciones entre Ciudadanos y Vox, algo
tensas por recelar la formación liberal de contar con apoyos de los
ultraconservadores y de darles asientos de representación en la Mesa de la
Asamblea madrileña, algo que finalmente tuvo lugar. Fue el primer paso para la
XI Legislatura. Juan Trinidad, diputado de Ciudadanos en la Cámara madrileña
desde la pasada legislatura, fue erigido como el nuevo presidente de la
Asamblea con los 68 votos de PP, Ciudadanos y Vox, mientras Pilar Llop,
candidata del PSOE, obtenía 64, los correspondientes a la suma de los diputados
de PSOE, Más Madrid y Podemos. Paloma Adrados (PP), fue elegida vicepresidenta
primera de la Asamblea; Diego Cruz (PSOE) vicepresidente segundo e Ignacio
Arias (Vox), vicepresidente tercero. De esta manera, Ciudadanos sigue
marcándose su objetivo tras las elecciones del 26 de mayo: gobernar allá donde
sea posible, asumiendo las contradicciones en las que se caiga. El coste, según
los 'naranjas', vale la pena. “Aunque Albert Rivera –escribe Marta Monforte
Jaén en Público del pasado jueves– haya perdido esa imagen de líder centrista
al escorarse a la derecha y disputarle el espacio hegemónico que tantos años ha
ostentado en solitario el Partido Popular, pero –y a pesar de las dudas– ha
mejorado el resultado de las pasadas elecciones y ahora su formación es clave
para la formación de gobiernos autonómicos y locales. Un líder de Ciudadanos
que está aprovechando ese poder. Este mismo jueves su formación proponía a los
'populares' que su candidata, Begoña Villacís, compartiera la alcaldía con José
Luís Martínez-Almeida: dos años cada uno. El PP tachó de ‘ocurrencia’ la
propuesta y se negaba en redondo. Sin embargo, este ofrecimiento de los
'naranjas' hubiese sido muy criticado por el propio Rivera en el pasado, ya que
el catalán se ha mostrado, en más de una ocasión, en contra del ‘reparto de
sillones’ y ‘los gobiernos de perdedores’. Esta fórmula, sin embargo, tiene
ambas características, ya que la lista más votada fue la de Manuela Carmena y
solo un pacto de PP, Ciudadanos y Vox puede arrebatarle la alcaldía”.
“The Times” y “Le Monde”: Rivera derechiza a Ciudadanos.
Fotomontajes e imágenes sorprendentes de esta última semana:
Santiago Abascal, saludando referencialmente al rey.
Lo primero que hizo VOX al entrar en su
despacho de la Asamblea de Madrid es cambiar el cuadro de Podemos por el del
Rey…
Antonio Carro Alvarez comenta sobre el facha de
Rivera: "Venía a la política a regenerarla y da la entrada al partido de extrema
derecha, xenófoba, racista, machista. Pasará a la historia como protagonista
principal y abanderado de la extrema derecha. Están cortados por el mismo
patrón".
Lo que hay que aguantar
en esta vida por mandar…
Resumen de los pactos.
¿A alguien le sorprende
que el Tribunal Supremo pare la exhumación de Franco, alineándose a favor de la
familia del dictador?
Tremending. ¿A quién da la mano el rey Juan Carlos en el
Roland Garros? Los memes más hilarantes de su foto.
El pasado 2 de junio el
rey Juan Carlos se retiró de la vida pública, presidiendo una corrida de toros
en Aranjuez. Desde entonces su vida… no parece haber cambiado mucho, a decir
verdad. El pasado domingo acudía con la infanta Elena a la final de Roland
Garros, que enfrentó al español Rafa Nadal con el austríaco Dominic Thiem.
Nadal agradeció su presencia y le dio la mano. El momento fue recogido por las
cámaras… y posteriormente reinterpretado por los tuiteros, que han tirado de
humor y han cambiado al flamante campeón de Roland Garros por diferentes
personajes en sus memes.
Los colores del verano en
Mallorca.
Concha Sampol ¡Bona
tarda! Sineu.
Langer. Con mucho cariño
No importa que dé más luz.
Es una bombilla eléctrica y traidora contra las tradicionales velas...
Una imagen de explosión
del amor.
Una justicia obesa,
morbosa, siendo cargada por un pueblo miserable, delgado, de ojos fondos. Obra de
escultor danés, Jens Galschiot.
J.
R. Mora. garrote-vil. The New York Times
dejará de publicar viñetas políticas a partir del 1 de julio.
Los dibujantes, como era de esperar, también reaccionaron.
Y así lo hicieron:
Viñeta de Clay Jones.
Viñeta del mexicano Darío Castillejos
Viñeta de Ed Hall.
Viñeta del belga Steven Degryse, 'Lectrrr'.
Viñeta del brasileño Osmani Simanca
Viñeta en The Charlotte Observer por Kevin Siers, presidente de la Association of American Editorial Cartoonists (AAEC), que también publicó un comunicado.
El humor en la prensa de esta semana: El Roto,
Peridis, Vergara, Manel F., J. R. Mora, Atxe, Malagón, Javirroyo, Eneko…
Blanquear y más.
El matiz.
Moneda de cambio.
Pep Roig, desde Mallorca,
dibuja: Mentes plastificadas, La hora de ¿“la vedad”?, Derecha, derecha, un,
dos, tres...,Por norma habitual, Vocación de segundones, Botones, Trampas
reiteradas, Un extremo cinismo gana en los ayuntamientos y en las comunidades.…
Los vídeos de esta semana:
PP y Vox se reúnen por primera vez en el Congreso Barcelona: pacto entre BComú y el PSC que mantiene a Colau como alcaldesa Ada Colau, reelegida alcaldesa de Barcelona Polònia - Polònia - 13/06/2019 LA RESISTENCIA - Entrevista a Candela Peña | #LaResistencia 12.06.2019 La Revoltosa (Ruperto Chapí) / BSMM / 1929
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