El
Rey Juan Carlos se jubila.
43 años y medio después de jurar los principios del Movimiento, el rey
emérito, Juan Carlos I, abandona hoy la vida pública sin responder a varias
interrogantes históricas y coincidiendo con el quinto aniversario de su
abdicación. La última vez que el monarca apareció en público fue hace unas semanas, durante
la capilla ardiente de Alfredo Pérez Rubalcaba en el Congreso de los Diputados.
Ese mismo día Juan Carlos I asistió a un partido de Rafael Nadal en el Open de
Tenis de Madrid. A sus 81 años de edad, la agenda del rey emérito es
prácticamente inexistente. En los últimos meses, uno de sus destinos
predilectos fue la localidad gallega de Sanxenxo, en la Ría de Pontevedra, a
donde acudió para navegar con su amigo, el patrón Pedro Campos. Tras su
abdicación en 2015, el papel de Juan Carlos I se vio reducido a la mínima
expresión. Casa Real fijó entonces para él un salario de 187.356 euros, el 80%
del sueldo de Felipe VI y 50.000 euros por encima del sueldo fijado para la
reina Sofia. En una carta a Felipe VI, Juan Carlos I asegura: “Tomo esta
decisión desde el gran cariño y orgullo de padre que por ti siento, con mi
lealtad de siempre”. El monarca emérito recuerda a su hijo, Felipe VI: “A lo
largo de estos últimos años, desde mi abdicación de la Corona de España el 2 de
junio de 2014, he venido desarrollando actividades institucionales con el mismo
afán de servicio a España y a la Corona que inspiró mi reinado. Ahora, cuando
han transcurrido casi cinco años desde aquella fecha, creo que ha llegado el
momento de pasar una nueva página en mi vida y de completar mi retirada de la
vida pública. Desde el año pasado, cuando celebré mi 80 cumpleaños, he venido
madurando esta idea, que se reafirmó con motivo de la inolvidable conmemoración
del 40 Aniversario de nuestra Constitución en las Cortes Generales. Un acto
solemne, lleno de emoción para mí, que me hizo evocar, con orgullo y
admiración, el recuerdo de tantas personas que contribuyeron a hacer posible la
Transición política y renovar mi sentimiento de permanente gratitud hacia el
pueblo español, verdadero artífice y principal protagonista de aquella
trascendental etapa de nuestra historia reciente. Con una firme y meditada
convicción, hoy te expreso mi voluntad y deseo de dar este paso y dejar de
desarrollar actividades institucionales, a partir del próximo 2 de junio. Tomo
esta decisión desde el gran cariño y orgullo de padre que por ti siento, con mi
lealtad siempre. Un grandísimo abrazo de tu padre”.
Felipe VI, el italiano Mattarella, el portugués Rebelo da Sousa y Juan
Carlos I. El coro interpretó el himno que se utilizó durante el franquismo.
Su último acto
institucional fue el pasado 17 de mayo en el Monasterio de El Escorial, donde
presidió la entrega del premio Órdenes Españolas 2019 al historiador Miguel
Ángel Ladero. Previamente, estuvo junto a Felipe VI en la polémica cumbre de
Cotec Europa, en Nápoles (Italia), donde se interpretó erróneamente el himno
español. Un coro de niños y la orquesta del teatro de San Carlo de Nápoles interpretaron
el himno con la letra de la versión del escritor José María Pemán que se
utilizaba durante el franquismo. El error con el himno nacional se produjo en
un foro dedicado a debatir los retos de la administración pública, en el que
también estaban invitados el presidente de Italia, Sergio Mattarella, y el
presidente de Portugal, Marcelo Rebelo da Sousa. En el acto se interpretó el himno
utilizado durante el franquismo. El presidente de Italia se disculpó con ambos
monarcas. El historiador José Babiano apunta: “Lo que le
interesaba a Juan Carlos era conservar la Corona más que la democracia”. De ahí
que este investigador exprese su “fastidio” cuando escucha la repetida teoría
de que “fue él quien trajo la democracia”. En tal sentido, considera que la
evolución del monarca tras la jura de los principios del Movimiento tuvo como
base “la defensa de la Corona, no de la democracia”. En tal sentido, considera
que la evolución del monarca tras la jura de los principios del Movimiento tuvo
como base “la defensa de la Corona, no de la democracia”. El rey emérito perdió
prestigio por los escándalos que han rodeado a la familia real, y, a nivel
social, ha ido perdiendo el carácter de “intocable” que tuvo durante largos
años. Ya no es una figura sagrada a nivel social, pero sí en los tribunales,
donde seguirá aforado. “Ahí sí que sigue siendo intocable”, se lamenta Babiano,
quien advierte que al emérito “no se le ha podido investigar porque en la
Constitución quedó reflejada la inviolabilidad del monarca”. Danilo Albin
concluye en el reportaje “¿Rey franquista o padre de la democracia?, aparecido
en Público: “Es la otra cara de una trayectoria con luces y sombras”.
A lo largo del 2018, don
Juan Carlos participó en un total de 24 actos oficiales, entre los que destacó
la celebración de los 40 años de la Constitución. También estuvo en la final de
la Champions League, en la tradicional corrida de la Beneficencia de la Feria
de San Isidro y en actos internacionales con otras Familias Reales europeas. La
actividad oficial de mayor relevancia fue el viaje a Chile para asistir en
nombre de España a la investidura del presidente Sebastián Piñera. El monarca
emérito recibió durante ese año una asignación directa de los Presupuestos
Generales del Estado, a modo de salario de 194.232 euros, que, en principio,
dejará de consignarse a partir de hoy, al dejar de participar en actividades públicas.
Según recuerda en una carta dirigida al Jefe del Estado “con motivo de la
inolvidable conmemoración del 40 aniversario” de la Constitución en las Cortes
Generales, aquel fue “un acto solemne” y “lleno de emoción” para él. “Me hizo
evocar, con orgullo y admiración, el recuerdo de tantas personas que
contribuyeron a hacer posible la transición política y renovar mi sentimiento
de permanente gratitud hacia el pueblo español, verdadero artífice y principal
protagonista de aquella trascendental etapa de nuestra historia reciente”, dice
el texto, difundido por el Palacio de la Zarzuela. Don Juan Carlos precisa que,
aunque desde su abdicación ha desarrollado actividades institucionales “con el
mismo afán de servicio a España y a la corona” que le inspiraron durante su
reinado, cinco años después cree haber llegado el momento de “pasar una nueva
página” de su vida y retirarse definitivamente de la vida pública.
El rey emérito.
Los reyes eméritos han
desarrollado a lo largo de estos años actividades institucionales representado
a España en actos de distinto tipo, especialmente desde el año pasado cuando se
cumplió el 40 aniversario de la Carta Magna. Zarzuela decidió “rehabilitar” a
don Juan Carlos como figura clave de la Transición después de meses alejado de
la vida pública. En el verano de 2018, el servicio médico de la Casa Real
emitió un comunicado en el que se explicaba la recomendación de que el rey
emérito no realizara actividades físicas intensas debido a una reagudización en
una antigua lesión que le había generado problemas musculares. Aquel comunicado
coincidió con la petición de varios grupos parlamentarios —Unidos Podemos, ERC,
PDeCAT, Compromís y Bildu— para constituir una comisión de investigación en el
Congreso sobre las grabaciones del comisario Villarejo en las que Corinna zu
Sayn-Wittgestein acusaba a don Juan Carlos de haber intentado usarla como
testaferro y de tener cuentas en Suiza. El rey Juan Carlos asegura en su misiva
que la idea de su retirada se reafirmó también con motivo de “la inolvidable
conmemoración del 40 aniversario de nuestra Constitución en las Cortes
Generales”. Fue aquel un acto solemne, “lleno de emoción para mí, que me hizo
evocar, con orgullo y admiración, el recuerdo de tantas personas que
contribuyeron a hacer posible la Transición política y renovar mi sentimiento
de permanente gratitud hacia el pueblo español, verdadero artífice y principal
protagonista de aquella trascendental etapa de nuestra historia reciente”.
El
rey Felipe VI, junto a su padre, Juan Carlos I.
Juan Carlos abdicó en
junio de 2014, tras una grave crisis reputacional para la Corona, azuzada por
la instrucción judicial del 'caso Noós', su accidente en una cacería de elefantes
en Botsuana y por sus devaneos con la aristócrata Corinna Larsen. Cuatro años
más tarde, en julio de 2018, se difundieron unos audios grabados por el
comisario Villarejo en los que Corinna le acusaba de cobrar comisiones
ilícitas, esconder fondos en Suiza y utilizarla como testaferro. Su última
actividad institucional fue el día 17 de mayo pasado, concretamente, en la
entrega del Premio Órdenes Españolas 2019 al historiador Miguel Ángel Ladero en
el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. De este modo, tras 39 años de
reinado y cinco en una situación de retiro parcial, Juan Carlos da hoy el paso
atrás definitivo y se aparta de la agenda de Zarzuela en la que, con cada vez
menos frecuencia, venido participando. Con la llegada de Felipe VI, la familia
real quedó reducida al núcleo –el rey, la reina y sus dos hijas– y a los
eméritos Juan Carlos y Sofía, mientras las infantas Cristina y Elena pasaron a
ser Familia del rey. Se aprobaron medidas para impulsar la transparencia, un
nuevo código de conducta que prohibía, por ejemplo, los regalos que excediesen
lo institucional o la mera cortesía; y se impuso un discurso en favor de la
austeridad, la independencia judicial y la lucha contra la corrupción. Desde
ese momento, el papel del rey emérito en la agenda oficial pasó a un discreto
segundo plano. Tras participar básicamente en eventos deportivos y representar
a España en alguna toma de posesión en Latinoamérica, su agenda se inauguró
como tal en el mes de octubre de ese año, cuando ya había trasladado su
despacho al Palacio Real, marcando distancias con las actividades de Zarzuela. Su
papel en actos oficiales fue “puntual” y, en los últimos cinco años, el rey
emérito participó en menos de un centenar de actividades de agenda: 25
institucionales, 14 en el exterior, 29 eventos culturales o deportivos, seis
benéficos o de sostenibilidad –dos eran corridas de toros–, un par de
inauguraciones académicas y una docena vinculados a la ciencia, en su mayoría,
reuniones de patronato. Sólo en 2012, intervino en 70 eventos.
En su condición de emérito, el rey es aforado desde que se reformó la
ley en 2014.
La agenda de Juan Carlos fue
especialmente movida en 2016, cuando cumplía dos veranos sin dejarse ver en el
palacio mallorquín de Marivent, aunque con más actividad en Latinoamérica.
Empezó el año con un viaje a Cuba para asistir a un funeral por Fidel Castro y
acudió a las investiduras de los nuevos presidentes de Guatemala, República
Dominicana y Perú, así como a un acto en Argentina. Sólo apareció junto a Doña
Sofía en un par de ocasiones a lo largo de todo el año. Con la llegada de 2017
comenzó a participar de forma más activa en la agenda de la Familia Real. La
Casa Real explicó que Juan Carlos, al igual que en la proclamación y en la
apertura de aquella legislatura, había preferido dejar el protagonismo a Felipe
VI en los eventos de carácter solemne. En todo caso, un tercio de todos los
actos oficiales en los que ha intervenido en el último lustro tuvieron lugar
aquel año, de acuerdo a los registros de la Casa Real, y en varios coincidió
con su hijo, como en el aniversario de la Escuela Naval. En febrero, la infanta
Cristina resultó absuelta del 'caso Noos' y su marido, Iñaki Urdangarín, fue condenado
en Audiencia Provincial a 6 años y 3 meses de cárcel. El año pasado, los actos
del rey emérito se redujeron a 22, una decena institucionales, como la
imposición a la Princesa de Asturias del Toisón de Oro, y Juan Carlos tuvo que
lidiar con un frente más. En julio se difundieron unos audios grabados por José
Manuel Villarejo, el comisario jubilado y en prisión provisional en los que su
otrora amiga, Corinna Larsen, le acusaba de cobrar comisiones ilícitas,
esconder fondos en Suiza y utilizarla como testaferro. Pasaron seis meses hasta
que volvió a participar en un acto oficial junto a Felipe VI. Aquellas
grabaciones motivaron la apertura de una pieza separada en la causa, si bien,
finalmente, la parte tocante a las acusaciones sobre el rey Juan Carlos fue
archivada porque, según se dijo, de ser verdad, habrían tenido lugar cuando él
gozaba de inviolabilidad. No obstante, siguen abiertas las diligencias sobre
las empresas que pudieron participar en aquellos negocios de los que hablaba
Corinna, sobre el papel del ex policía y sobre ella misma, según las fuentes
jurídicas consultadas por Europa Press. En su condición de emérito, el rey es
aforado desde que se reformó la ley en 2014, es decir, sólo responde ante el
Tribunal Supremo.
El
Rey Juan Carlos I asiste a la gala de presentación de los carteles de la Feria
de San Isidro en la plaza de toros de Las Ventas.
Don Juan Carlos cumplió
81 años el pasado 5 de enero y su estado de salud, habida cuenta de que a lo
largo de su vida se ha sometido a más de una docena de intervenciones
quirúrgicas, siempre fue objeto de rumorología. Acostumbra, no obstante, a
responder con un “estoy bien” cuando se le interpela por este asunto o
devolviendo un chascarrillo sobre las averías de sus “tornillos”. En una de sus
últimas apariciones públicas, en marzo de este año, acudió a la presentación de
la Feria de San Isidro con un hematoma en el ojo que después se atribuiría a
una pequeña intervención en la piel. Aún camina con bastón, eso sí,
consecuencia de su última operación en la rodilla derecha en abril de 2018,
cuando se le sustituyó una prótesis antigua que le estaba provocando problemas
de movilidad. A partir de hoy, el rey Juan Carlos I se retira de la vida
pública. No participará en más actos oficiales como representante de la
Monarquía española. Ni corridas de toros, ni partidos de fútbol, ni misas de
guardar. Su participación en cualquier actividad tendrá un carácter privado y
nunca como representante público. La duda, apenas unas horas después del
anuncio de la retirada de la vida pública del rey Juan Carlos I, es cómo
afectará esta decisión al bolsillo de la ciudadanía y a la asignación
presupuestaria que percibe el monarca emérito de los Presupuestos Generales del
Estado. “¿Cobrará el rey emérito casi 200.000 euros de sueldo anual por ocho
actos en cinco meses?”, se pregunta Alejandro Torrus, en Público. “En 2019, al
no tener nuevos presupuestos públicos hasta el momento, la asignación
presupuestaria dedicada al monarca se mantiene en los mismos términos que en
2018. No obstante, la situación ha cambiado. En 2019, el rey emérito solo ha
estado 'en activo' cinco de los doce meses del año. Desde la Casa Real asumen
que lo natural es que el anuncio del monarca tenga ‘consecuencias’ tanto en la
asignación presupuestaria que recibe Juan Carlos I como en el organigrama, ya
que el rey emérito dispone de una secretaría personal encargada de organizar su
vida pública y que, con las nuevas circunstancias, deja de tener razón de ser. Sin
embargo, estas mismas fuentes, también aseguran desconocer cómo afectará esta
decisión al salario que el rey recibe cada año por sus labores de representación
pública. La duda, por tanto, es razonable. ¿Cuánto cobrará de las arcas
públicas el monarca? Si los meses de trabajo se reducen a más de la mitad, ¿el
salario asignado también disminuirá proporcionalmente? La Casa Real, de
momento, no tiene respuesta”.
El coordinador federal de IU, Alberto Garzón.
Alberto Garzón,
coordinador federal de IU señala que el monarca emérito “seguirá viviendo a
costa de los impuestos de la sociedad española” e insiste en que la Casa Real
es una institución “anacrónica” que está “fuera de toda concepción democrática
del siglo XXI”. Garzón está convencido de que el retiro de Juan Carlos I “no
notará un gran cambio porque seguirá viviendo a cuerpo de rey”. Y señala que “aunque
el rey emérito, Juan Carlos I, se retire de la vida pública en junio, no
sufrirá grandes cambios en su día a día porque seguirá viviendo a cuerpo de rey
y lo hará a costa de los impuestos” de la sociedad española. Desde IU,
aprovecha para recordar que la Casa Real es una institución “anacrónica” que
está “fuera de toda concepción democrática del siglo XXI” y añade que el
espíritu republicano de la formación les mueve a pensar que, en un futuro, se
debe decidir también sobre la jefatura del Estado.
El 22 de junio los madrileños volverán a sacar las urnas a la calle para
votar sobre la forma de Estado.
Hasta el momento, más de
100.000 personas han participado en las mesas instaladas en 23 barrios
madrileños y en 18 universidades de todo el Estado para la consulta
popular sobre república o monarquía. Los madrileños podrán participar en una
nueva consulta popular sobre monarquía o república convocada para el 22 de
junio. Para ello se instalarán cerca de 100 mesas en los barrios del centro de
Madrid, como en Lavapiés, Malasaña, o en Plaza de España y El Retiro. La
Confluencia de Iniciativas de Consultas Republicanas organiza esta iniciativa
“porque decidir es un derecho fundamental”, según indican en un comunicado. Luis Gimeno Lopesino, portavoz de la Asamblea
de Leganés por la República, explica que el objetivo principal es dar voz a una
cuestión que ha estado enterrada durante mucho tiempo. “Estaba en la papelera,
pero poco a poco las personas se interesan más y te preguntan por ello”, afirma
Gimeno Lopesino, quien añade que aspiran “a extender el movimiento a nivel
estatal”. Y en una nota de prensa indican: “No nos preguntaron en 1978; no nos
preguntaron en 2014, cuando fue coronado Felipe VI, y tampoco entra en sus
planes hacerlo”. Sobre la reciente decisión de Juan Carlos I, que este mismo
lunes anunciaba su retirada de los actos institucionales, Gimeno Lopesino
asegura que “debería renunciar a sus privilegios”. Hasta ahora, el rey emérito
se estaba llevando al bolsillo casi 200.000 euros anuales por sus servicios de
representación institucional, una cifra que ahora podría ser rebajada por su
retirada. Tras este anuncio, el impulso del movimiento republicano podría ser
más fuerte que nunca. La familia real supone un coste muy alto a los ciudadanos
ya que cuesta casi 8 millones de euros de los presupuestos. Recientemente se
dio a conocer el retrato institucional de Felipe VI, que se ha colgado en la
Mesa de la Cámara del Congreso y que costó a los españoles 88.000 euros. Por
motivos como este, los organizadores de esta consulta popular hacen un
llamamiento a los madrileños y madrileñas para dar voz y extender el movimiento
republicano. De hecho, hasta ahora más de 100.000 personas han participado en
las consultas sobre monarquía o república que se han realizado en 23 barrios y
pueblos, principalmente de Madrid, y 18 universidades de todo el Estado.
David Bollero, el pasado
martes, en Público, escribía el artículo “Cinco años para darte cuenta que has
abdicado”, en el que dice: “El país de Don Quijote, gracias a la monarquía de
los Borbones, se ha convertido en el asno de Sancho Panza: glotón, cobarde,
servil, incapaz de ninguna idea que exista más allá de los bordes de su
pesebre. La frase no es mía, sino del maestro Blasco Ibáñez. A partir de ahora,
nos sacudimos a un Borbón de la espalda… al menos y aunque se siga pegando la
vida padre, el emérito podría ver rebajado su sueldo de casi 200.000 euros:
cinco años después de su abdicación, por fin se retira de verdad… Toros, misas,
fútbol… a razón de más de 8.000 euros por acto… Ese ha sido su servicio a
España en los últimos años… imaginen cuando tenía el cheque en blanco de la
Corona. Bueno, no se lo tienen que imaginar: tenemos las grabaciones de
Villarejo que ni PP, ni PSOE ni Cs han querido investigar a pesar de que
apuntan a un gravísimo caso de supuesta corrupción. Puede estar orgulloso, sin
embargo, porque, como buen Borbón, ha sabido trasladar los valores de la
estirpe a su heredero, Felipe VI. El actual rey hace tiempo que lleva
desaparecido, con excepciones como su visita a Nápoles con himno franquista
incluido. Ya va con retraso con su ronda de consultas que, debería anunciarse
esta misma semana, pues las Cámaras ya están constituidas y pasó la cita
electoral del 26 de mayo… pero él, ni mú.
Andará preparando ya los bártulos para irse a Palma de Mallorca, que
anda estresado el tipo. Este ‘aborbonamiento’ del Estado cada vez resulta más
pretérito, por no decir insultante. En esta nueva legislatura, PSOE y Unidas
Podemos (esté o no en gobierno), no deberían dejar pasar la oportunidad para
meterle mano a la Constitución, para convocar de una vez por todas un
referéndum sobre el modelo de Estado, dado que Felipe VI jamás ha tenido la
honestidad de poner su cargo a disposición de la ciudadanía, que es la única
que debería tener el poder de ratificarlo o expulsarlo del Palacio de la
Zarzuela. Disponer de más de ocho millones de euros sólo por tu apellido es
algo que no se debería permitir ninguna democracia real… salvo de un país asno
de Sancho Panza, claro”.
Por su parte David
Torres, en su artículo “Larga vidorra al rey (y a los pobres)” del pasado
jueves, en Público, recuerda que tras una gira de despedida de cinco años que
ha abarcado partidos de fútbol, cenas onomatopéyicas, inauguraciones varias,
hoteles de lujo y corridas de toros y de las otras, el rey emérito ha decidido
tirar la toalla y pedir la jubilación definitiva. “Es difícil elucidar a qué va
dedicarse el emérito ahora que ha decidido quitarse de los toros, el fútbol y
los viajes gastronómicos. Las malas lenguas dicen que el monarca funciona al
revés que los ginecólogos, que trabajan donde los demás nos divertimos,
mientras que él se divierte a tope en los sitios que la agenda de La Zarzuela
considera trabajo. Es muy posible que las malas lenguas se equivoquen y que
donde los súbditos díscolos sólo ven cachondeo, diversión, limusinas
kilométricas y habitaciones de tres mil euros la noche, en realidad sólo haya
desgana, hastío y sudor, el destilado sudor áureo de los borbones. A mí me lo
dijo un amigo senador, hijo de una de las mayores familias del régimen: la
suerte que había tenido de nacer en una familia pobre, criarme en un barrio
obrero e ir a un instituto de barrio. No como él, que tuvo que estudiar en el
Colegio Alemán de Madrid y tuvo la desgracia de que se lo dieran todo hecho. Nadie,
excepto un millonario o un borbón de pura cepa, sabe el esfuerzo que hay que
hacer para saludar a tanta gente en las reuniones y el aburrimiento de pasarlo
siempre divinamente. De otro modo, no se entiende que el artista anteriormente
conocido como Juan Carlos I abdique al cuadrado. El Banco de España, en cambio,
ha visto esta paradoja perfectamente y ha advertido a los pobres que dejen de
darse la vida padre y hagan como el rey, que a partir de ahora va a dedicarse a
la meditación trascendental, al ayuno intermitente y a ahorrar la paga. Lo ha
hecho además prácticamente al unísono del anuncio del fin de la gira de
despedida real, como si hubiera un cable subterráneo oculto que uniera la
Zarzuela y la Fuente de Cibeles. Quién iba a suponerlo. La recomendación
financiera ha sonado casi igual que aquel gracioso consejo de la reina María
Antonieta, cuando le dijeron que el pueblo no tenía pan que llevarse a la boca
y respondió que comiera pasteles. Poco después, gracias a chistes monárquicos
de este estilo, su cabeza rodó muy graciosamente por el suelo, pero, de momento,
no hay peligro de que en España inventemos ni la guillotina ni la pólvora.
Vivan las cadenas”.
Urdangarin dice que no lo sabe. No se acuerda…
El pasado miércoles, Marc
Villanueva escribía en ElNacional.cat: “Pánico en la Corona. Pilar Urbano avisa
que Urdangarin ‘tirará de la manta’:
“Los tres jinetes del
Apocalipsis de la Corona son Jaime Peñafiel, Pilar Eyre y Pilar Urbano. Los dos
primeros son más poderosos porque escriben cada semana en publicaciones de
éxito. Urbano es cauta como un escorpión, vive oculta hasta que sale y pica. El
digital El Español le ha encargado su versión del adiós precipitado de Juan
Carlos. Peñafiel ve una conjura de Felipe y Letizia. Eyre explica que es porque
el emérito está a las últimas y a punto de quedar postrado en silla de ruedas.
Pilar Urbano se sabe el sumario del caso Nóos como la Biblia tras dedicarle un
ladrillo de libro y tiene una explicación complementaria: el rey se va por
corrupción. Escribe Pilar Urbano del riesgo que sobrevuela Zarzuela: que Juan
Carlos sea imputado en el TS: ‘Cuando se tiene dinero fuera, recuperarlo no es
fácil si la fortuna se encuentra paraísos fiscales. Si ha intentado movilizar
sus fondos en cuentas en el extranjero en estos cinco años, una vez que no es
inviolable, entran en escena delitos como la evasión, el blanqueo y el fraude
fiscal’. El rey Juan Carlos ha renunciado a la asignación de 200 mil euros
anuales de la Corona porque es peccata minuta. Se sospecha que tiene millones
escondidos en bancos que le permiten pagar escuelas de lujo de todos sus nietos
y vivir no como un rey sino como un sultán. ¿Cómo los habría obtenido? Haciendo
de comisionista de negocios de grandes empresas españolas, desde el AVE a la
importación de petróleo. Urdangarin lo vio y lo imitó. Pero el original es
mejor que la copia y al yerno lo pillaron. Su silencio en la prisión es, de
momento, su seguro de vida. En el juicio todo fue ‘No lo sé, no me acuerdo’.
Don Juan Carlos en los toros.
Marc Villanueva termina recordando: “Urbano sabe que el
silencio no dura para siempre y escribe el máximo temor de la Corona:
‘Investigar por parte de partidos republicanos la procedencia de esos fondos
que Corinna cantó. O por qué no, que el yerno encarcelado y desterrado por la
Casa Real tire de la manta’. Y Urbano, que conoce bien al rey, concede otra
razón del paso a un costado: la vanidad. ‘Juan Carlos no acepta ser peón de su
hijo Felipe en actos marginales y de poca monta’. Este es el cuadro final de
por qué no veremos nunca más a Juan Carlos I representando a España: Letizia,
una silla de ruedas, corrupción y vanidad”.
Jaime Peñafiel.
Jaime Peñafiel ha
dedicado unas palabras al rey emérito, Juan Carlos I, por su retirada de la
vida pública. El periodista especializado en información de Casa Real pondera
las bondades de quien fuera rey de España, obviando escenas tan lamentables
como las cacerías en África, el affair con Corinna, el supuesto cobro de
comisiones y el hecho de esconder fondos en Suiza, según se le acusa en los
audios de Villarejo. Peñafiel lamenta que “Don Juan Carlos, es la primera vez,
en más de 40 años, que se encuentra desnudo ante la ley. Como cualquier
ciudadano. Sin inmunidad que le proteja y con un aforamiento que pretenden
quitarle”. Y recuerda: “Mucho me temo que algunos miserables de este país tan
mezquino lo aprovechen para llevarle ante los tribunales”. El periodista señala
a Letizia Ortiz: “Pienso que la única persona de millones de españoles que
puede sentirse feliz con la desaparición definitiva de la vida pública del Rey,
que siempre lo será, es, precisamente su nuera, la consorte. Esta dramática y
triste historia podría titularse: “El triunfo de Letizia”.
Fotomontajes e imágenes sorprendentes de esta última
semana:
El Rey deja de currar.
El Rey deja de currar.
Doctor Jekyll
@bicicletagris
—Hijo, se acabó, dejo de
currar.
—Pfff.
—Jeje.
—JAJAJAJA.
—JAJAJAJAJA.
—Eres la monda,
padre.#Rey #Juan #Carlos
Fue bonito mientras duró. Gracias, Manuela Carmena,
por hacer de Madrid una ciudad mejor. #CarmenaPerpetua #SuperdomingoL6 (@JC_Ortega)_
Gracias Manuela por ser la mejor alcaldesa que ha
tenido Madrid en décadas. (@IsmaelCobos)
Gracias, Manuela Carmena, por haber hecho un Madrid
más habitable, plural, limpio, social y justo. (@BelenBermejo)
Gracias, Manuela. (PaulaBajo)
Gracias Manuela, por perder la alcaldía. Ahora, en la cabalgata de Reyes, Baltasar podrá volver a ser un concejal pintado con betún, para que los niños de los fachas no vean negros. (@Cura_de_pueblo)
Gracias, Manuela. En estos cuatro años nos hemos sentido escuchados y eso es algo muy extraordinario. Los niños no olvidarán a la alcaldesa a la que podían entrevistar por la radio y les aconsejaba solucionar los problemas dialogando. También gracias a tu equipo por el apoyo. (@dragoneslvpies)
¡Gracias Manuela! Gracias
por escucharnos, por limpiar nuestro aire, por hacer de esta ciudad un sitio
mejor, más inclusivo, más participativo y más tolerante. Alcaldesa, se te va a
echar de menos. #SiempreCarmena @ManuelaCarmena.
Iglesias hace autocrítica.
Ignatius Farray es un
genio sin paliativos y un certero analista político. Ignatius Farray ha
retratado a la izquierda con enorme precisión. Y a la derecha. La izquierda es
Led Zeppelin. La derecha es la Orquesta Maracaibo. La izquierda toca en Wembley
una vez cada siete años y demuestra su virtuosismo y su superioridad. La
derecha actúa en verbenas de pueblo cada fin de semana y canta El tractor
amarillo y ese esfuerzo (voto a voto) le sale rentable. Lo cuenta Zeleb en
Publico. La izquierda pierde porque la izquierda es perezosa y no vota y la
derecha va a votar sí o sí. Ese es el resumen aproximado. Pero Ignatius Farray
lo cuenta con más gracia.
El humor en la prensa de
esta semana: El Roto, Peridis, Pat, Manel F., Vergara, Malagón, Eneko,
Javirroyo…
El diccionario de Pablo Casado.
La gran paradoja.
Las condiciones de Ciudadanos.
Temporadas de pactos.
Digo Diego.
El conflicto.
Necesitarán a Vox.
Pep Roig, desde Mallorca:
Peligro democrático, Comercio, Como un pollo sin cabeza, Formas, La insolidaria
pobreza, La veleta…
Los vídeos de esta
semana:
Andreu Buenafuente repasa los últimos coletazos de las elecciones municipales del domingo y la cena entre Pedro Sánchez y Macron, entre otros temas de actualidad.
LATE MOTIV - Monólogo de Andreu Buenafuente: El bello y el bello | #LateMotiv557
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