La piloto Beatriz Neila.
Beatriz Neila Santos, de
la localidad madrileña de Arganda del Rey, comenzó su andadura en el
motociclismo con tan solo 8 años. A los 17 años, ya tenía claro que lo suyo era
correr en moto. A ella le daba igual que sus progenitores le dijeran aquello de
que “las motos eran para chicos” o que se podía hacer daño. Su determinación la
llevó a apuntarse junto a su hermano a una escuela de mini motos. Desde
entonces, no hay quien la apee de ella. Y, cada vez que se enfunda en su traje,
baja la visera del casco y arranca, siente la libertad más absoluta. “Siento el
poder en mis manos. Cada vez que monto en mi moto y corro, me olvido del mundo,
me siento libre, me siento yo”. Nuria Coronado así la describe en un reportaje
de Público del pasado día 9 de septiembre. “Su don es tal que ha conseguido
romper techos de cristal, quemando gomas por cada pista sobre la que acelera.
Es una de las pocas mujeres españolas que corren como profesionales”. En un
mundo de hombres sólo hay tres chicas que destacan como ellos. Y se enorgullece
al recordar el tridente femenino, reflejo del machismo que impera en el mundo
del motor: “Ana Carrasco, María Herrera y yo. Y, aunque, ahora ya no se ven más
niñas entrenando y compitiendo en otras categorías, lo cierto es que este es un
mundo aún muy masculino”. Beatriz pone el ejemplo de lo que cuesta que los
patrocinadores inviertan dinero en ellas. “Da igual que hagas un 15 que. Si hay
un chico que ha logrado lo mismo que yo o incluso ha hecho un 40, las marcas
apuestan por ellos en lugar de una chica”. La razón para Neila es el miedo al
talento femenino. “Cuesta que los sponsors confíen en chicas porque tienen miedo
a que no lo vayamos a hacer bien o fracasemos y nos cierran las puertas
directamente antes de confiar en nosotras. Es una pena”. Los emolumentos se
reducen si el piloto es una mujer, cuyo valor de cambio ha cotizado siempre a
la baja en el patrocinio deportivo. Desde una de las grandes empresas españolas
que financian el deporte del motor analizan el papel de las mujeres en el
deporte profesional: “Ser mujer es un hándicap en cualquier deporte televisado.
Las marcas patrocinadoras piensan que tienen menos tirón publicitario que los
hombres, que llegan menos al consumidor, que su liderazgo social e interés
mediático es bajo, y les ofrecen menos dinero. No apuestan por ellas. Y muchas
veces, con ese cuento de que son menos populares, se aprovechan y les pagan una
miseria”.
La madrileña durante la última carrera del CEV. Foto: Rocío Hellín.
Beatriz Neila reconoce
que “a estas alturas del año, todavía no he conseguido ningún sponsor que
apueste por mí”. Estar en primera categoría supone contar anualmente con unos
90.000 euros para poder entrenar y luego correr en los principales circuitos.
Un coste que no puede pedir asuma su familia porque es demasiado. “Hasta ahora
-recalca-, mi familia me ha ayudado desde que era pequeña. También hemos
conseguido que marcas como Yamaha confiaran en mí y aportaran unos 40.000 euros
la temporada. Pero mis padres trabajan muy duro para mantener su negocio. Y
ayudarnos, a mí y a mis hermanos, es ya inasumible. Bastante es todo el
esfuerzo económico que ya han hecho por mí y el apoyo emocional que me dan.
Ellos, junto a mi hermana y mi hermano, están siempre ahí. Somos un equipo de
cinco. Cada enfado, cada derrota y cada triunfo son los que nunca fallan. Sin
su apoyo nada de esto habría sido posible”. Sin embargo, Beatriz no ha perdido
la esperanza de conseguir financiación para correr el 2020 y más. Y hasta fin
de año, que es cuando las marcas disponen de presupuesto, seguirá llamando a
las puertas y mandando propuestas. “Acabo de ponerme en contacto con L’Oreal y
Evax. Muchas veces, las empresas no saben que tienen hasta un 40% de descuento
en el Impuesto de Actividades Económicas si ayudan a alguien a cumplir sus
sueños”, dice. Para otras marcas que no tienen que ver con lo femenino le da
rabia tener que venderse por ser chica o que la apoyen por serlo porque ahora
queda bien. “Yo solo quiero que me reconozcan por mi talento, por todo lo que
les puedo ofrecer y puedo dar corriendo y ganando. He sido por ejemplo la
primera mujer que ha participado en la Master Camp, una cita que ya va por
séptima edición y que organiza el italiano Valentino Rossi en su rancho”.
Nuria Coronado, ante la
nueva Yamaha 3R RR.
Tampoco encuentra apoyo
financiero en el Ayuntamiento de Arganda del Rey donde vive. “Solo me sufraga
el gimnasio al que voy a entrenar que son seis euros al mes”. Entre el bochorno
y la incredulidad que le produce reconocer su invisibilidad añade que esta
situación le causa pena ya que ella “en cada carrera presumo de nombrar de
dónde vengo. Estoy haciendo publicidad, pero ni aun así se animan a aportar
algo más”. Tampoco recibe apoyo de otro tipo. “Nunca me han hecho un
reconocimiento público. Soy una de las pocas pilotas que hay en España y
tampoco me han llamado nunca para hacer un evento”, dice. Y no es el único. El
centro comercial Tres Aguas, en Alcorcón, donde sus padres regentan una de las
peluquerías, tampoco se ha animado a apoyarla. “Hay veces que me hago vídeos
mientras me peino y digo que estoy en el centro comercial, pero nada”. De no
salir ninguna marca que apueste por ella llegará un momento muy duro para la
corredora. “Tendré que abandonar la competición y solo entrenar. Sin apoyo
económico no se puede hacer nada. Sería un enorme fracaso. Una gran
frustración”, responde, resignada, a Nuria Coronado. Neila, cuyo ídolo es Mark
Márquez, reconoce que llegar a dónde ha llegado le ha servido para darse cuenta
de lo que su ejemplo significa para otras niñas y jóvenes. “Es muy importante
tener referentes. Ana Carrasco y María Herrera con quienes ahora corro eran mis
grandes ejemplos. Quería ser como ellas. Me acuerdo de la ilusión que me hacía
pedirles un autógrafo o una foto cuando era más pequeña y ahora estoy corriendo
con ellas. Ahora otras niñas pequeñas y chicas más jóvenes hacen lo mismo
conmigo cuando me ven y me parece muy bonito. Es necesario ver a otras chicas
para poder reconocerse en ellas y seguir el ejemplo”. Con Carrasco y Herrera es
rival en el circuito y compañera fuera de él. “Las tres sabemos lo que
significa competir en un mundo donde las mujeres apenas existimos”, comenta en
Público. Un mundo en el que “tenemos que esforzarnos el doble o más que ellos”
y donde la piloto ha tenido que escuchar “desde insultos de los padres porque
había adelantado a su hijo o sacado mejor posición, a chicos que dejaban de
hablarme porque les ganaba. Yo quiero las mismas oportunidades que tienen
ellos, que me traten de igual a igual. Que si hay un pique o me tienen que
adelantar, lo hagan. Esto va de competición, de talento y destreza, no de si
quien se suba a una moto es un chico o una chica”.
La ausencia de mujeres en la sala del Supremo.
El
rey ha vuelto a fotografiarse con la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo
antes del acto, con la evidente ausencia de mujeres en el retrato. Y no es que
no haya mujeres en la carrera judicial. En el 2018, un 64 se incorporaron a
ella (un 54% del total de jueces son mujeres). Pero sólo un 27 % de los cargos
en la cúpula son ocupados por ellas. La imagen de Felipe VI y Carlos Lesmes,
presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo en
funciones, es el perfecto indicador de esta realidad. Según el informe sobre la
estructura de la carrera judicial del pasado año, las mujeres ocupan sólo el
14,5% de los puestos en el Alto Tribunal, frente a los 64 que están en manos de
hombres. Ninguna de ellas es presidenta de Sala, ni integra su Sala de
Gobierno. Y en la Audiencia Nacional, sólo hay una presidenta en una de sus
cuatro Salas. Y, en lo que respecta a los Tribunales Superiores de Justicia y a
las Audiencias Provinciales, las mujeres sólo presiden el 18% de las Salas de
los Tribunales Superiores, y apenas el 16% de las Audiencias Provinciales. El
informe de la Comisión Europea The 2019 EU Justice Scoreboard, dado a conocer
en abril de este año, recoge que España es el país de la UE con menos mujeres
en la cúpula del Supremo. En 2014, únicamente Malta superó a España en esta
marca. En el Tribunal Supremo sólo hay 14 magistradas frente a 66 magistrados.
Ellas han tenido que acumular más años de antigüedad en la carrera judicial
para alcanzar la cúpula: 32,1 años de trabajo frente a 30,5 años de media que
necesita un juez para llegar al Supremo.
Dirigido por Carlos Lesmes, el CGPJ sigue sin encontrar a una candidata
para formar parte de la sala de Gobierno, cuando las mujeres representan el
53,9% del total de los 5.419 jueces y magistrados en activo. Sólo dos mujeres
han formado parte de la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo en el pasado:
Milagros Calvo (2004-2009) y María Jesús Pera (2007-2011). La promoción de las
mujeres en la cúpula judicial “está llamada a tener funcionalidad real”,
recordó el Supremo en su sentencia. Promoción que “se hace más acuciante cuanto
más tiempo va transcurriendo desde que entró en vigor”. Entre los 17
presidentes de Tribunales Superiores de Justicia sólo hay una mujer: Pilar de
la Oliva, del TSJ de la Comunidad Valenciana. Sólo hay una presidenta de Sala
en la Audiencia Nacional: Concepción Espejel (Penal). Y en las 47 presidencias
de audiencias provinciales, los hombres ganan por goleada: 39 varones frente a
ocho mujeres, como las presidentas de las audiencias de Álava, Cáceres, Ciudad
Real, Guadalajara, León, Navarra y Lleida.
Josep Ramoneda escribía
el pasado jueves en El País el artículo titulado “Adiós, izquierda, adiós”, en
el que sostiene que nunca hubo voluntad de crear un terreno común, asumiendo
las diferencias, pero buscando aquello que podía dar a los ciudadanos un
momento de confianza. “Es muy decepcionante el espectáculo que nos está
ofreciendo la izquierda española. La situación es tan esperpéntica que un
arreglo de última hora sería promesa de casi nada, un Gobierno a palos. Tienen
a la derecha en un rincón, dividida en tres bloques y radicalizada en lo
ideológico, y que sólo es capaz de ofrecer una combinación de autoritarismo,
valores reaccionarios y liberalismo del sálvese quien pueda, adornada con
música patriotera, ridiculización del feminismo, burla de la violencia de
género y recurso al juzgado de guardia y a la reforma regresiva del Código
Penal cada vez que algo se mueve. El electorado progresista se movilizó para
frenarla. Y dio de esta manera una oportunidad para que la izquierda abordara
una experiencia transformadora en este país, con la posibilidad de convertirse
en referente europeo. Han sido incapaces. La ocasión merecía conjurarse para
construir un proyecto desde el primer momento. Pero Sánchez flirteó con una
derecha que no quiere saber nada de él, pensando que le daba fuerza para la
negociación con Unidas Podemos, y Pablo Iglesias se sintió despechado. Duelo de
machos. Nunca hubo voluntad de crear un terreno común, asumiendo las
diferencias, pero buscando aquello que podía dar a los ciudadanos un momento de
confianza para mirar un poco más allá del agobiante presente continuo en que
estamos atrapados. El daño está hecho y no lo arreglaría un acuerdo final de
mala gana, fruto del afán de cada parte de no pasar por el culpable del
fracaso. Y el electorado les puede pasar factura. Porque la conclusión es que
en este país puede haber una mayoría de izquierdas, pero no hay un proyecto de
izquierdas capaz de representarla. Pedro Sánchez: fascinado por el macronismo,
seducido por el eslogan ‘de derechas y de izquierdas a la vez’ siente pánico
por todo lo que sitúa a su izquierda. El Gobierno surgido de la moción de
censura, un mosaico de color y diversidad por contraste con los grises tonos de
la cultura de cuerpos del Estado del rajoyismo, generó la expectativa de la
irrupción de una nueva izquierda. Era un espejismo”.
Iglesias, a la desesperada.
“La ciudadanía –concluye
Ramoneda– necesita recuperar la confianza en la política. En materia de
libertades, en las prioridades económicas, en propuestas políticas para
Cataluña, en la reparación de las fracturas sociales, en la manera de estar en
Europa, la izquierda debería ser capaz de llegar mucho más allá que la derecha.
Pero Sánchez niega el reconocimiento como socios a Unidas Podemos, y éstas,
bajo la tutela de Iglesias, siguen en la vía autodestructiva emprendida en
2016. Sánchez lleva puesta la melancolía del bipartidismo. Y para ello necesita
minimizar a Unidas Podemos. Quizás esta sea la razón del mal trato que les ha
dado. Muleta, sí; socios, no. Y después de las elecciones, ¿qué? Que Sánchez no
tenga que recordar la maldición de Iglesias: ‘Sin nosotros, no será presidente
nunca’”.
José Sacristán a Carmen Calvo: “Poneos de
acuerdo, por favor”.
“El actor José Sacristán –escribe en El Confidencial José Antonio Zarzalejos,
bajo el título ‘El síntoma del progresista, José Sacristán y el Rey’– tropezó
el martes pasado en la calle –¡qué foto!– con la vicepresidenta Carmen Calvo y
le instó a que el PSOE y Unidas Podemos se pusieran de acuerdo. El protagonista
del exitoso monólogo de Miguel Delibes ('Mujer de rojo sobre fondo gris')
aludió a la tradicional inquina entre socialistas y comunistas. Y así, quizás
sin quererlo, Sacristán daba la clave de por qué socialistas y morados no han
logrado un acuerdo para gobernar sea en coalición (algo que puede descartarse
por completo), sea en cooperación (todavía posible). Y es que la respuesta, al
menos en parte, está en la política comparada y en la historia mediata e
inmediata de España. Las coaliciones de gobierno son más difíciles entre
partidos ideológicamente cercanos que pescan en caladeros electorales
contiguos. En el inicio de la democracia española el PSOE y el PCE se
desconocieron olímpicamente pese a la legitimidad de los de Carrillo en la
oposición antifranquista. Luego, los socialistas abarcaron toda la izquierda
como lo hizo el PP de Aznar con la derecha a partir de 1990. Hubo un tiempo, el
de Julio Anguita como coordinador general de Izquierda Unida (antes fue
secretario general del PCE), en el que los neocomunistas obtuvieron (1996) más
del 10% de los votos y superaron los 20 escaños. Fueron aquellos años en los
que Felipe González sufrió la famosa ‘pinza’ del PP y de IU” (…)
Foto Reuters.
“Los historiadores
contemporáneos españoles –continúa Zarzalejos– deberían salir a la palestra pública para
contar, más todavía, cómo desde muy antaño las izquierdas en España se han relacionado
a la greña, mientras que las derechas en sentido amplio han sido más
pragmáticas o menos dogmáticas. Recordemos la Confederación Española de
Derechas Autónomas (CEDA), la Unión de Centro Democrático (UCD) y el PP
refundado tras Alianza Popular que absorbió a las familias huérfanas del
suarismo y a múltiples partidos regionales, a más de acoger con gran discreción
a la derecha dura, dejando que Blas Piñar liderase los restos del naufragio
extremista. Cuando emergió Podemos lo hizo con un propósito predador:
sobrepasar y sustituir al PSOE que, tras la gestión de Rodríguez Zapatero
durante la gran recesión, se encontraba en las horas más bajas de su historia
reciente, con registros electorales sin precedentes y con un desnorte del que
participaban todas las socialdemocracias en Europa. Pablo Iglesias entonces fue
un líder inclemente con los socialistas e, incluso cuando tuvo la oportunidad
de permitir que Sánchez fuese presidente del Gobierno en marzo de 2016, le negó
el apoyo de manera distinta pero no opuesta a como lo hizo el pasado 25 de
julio. En un ejercicio tan patético como excéntrico, ayer el responsable de
Podemos pidió desde La Sexta la mediación del Rey para la consecución de un
Ejecutivo de coalición. ¡Qué impotencia política! (…) Pero como el clamor
continúa y sigue la afectación sobreactuada de la izquierda por el ‘fracaso’ en
el entendimiento entre el PSOE y UP, Pablo Iglesias tiene una segunda
oportunidad, vigente hasta el martes, cuando concluyen las consultas del Rey,
que consistiría en aceptar un acuerdo de programa con el PSOE renunciando a la
coalición que no aceptó el pasado 25 de julio y dejando al margen de la
ecuación progresista a Felipe VI (“Cosas veredes, amigo Sancho”). Carmen Calvo
pudo explicarle a José Sacristán que debía pedirle a Iglesias que aceptase la
alternativa de la cooperación demostrando que son más importantes las políticas
que los cargos. Y es que este desencuentro de las izquierdas puede verse desde
la perspectiva del PSOE o de la de UP. Aunque hay una diferencia: los
socialistas ganaron las elecciones con 123 escaños (tenían 84) y UP pasó de 71
a 42, sin sumar mayoría absoluta. Por no hablar de los descrismados resultados
electorales de los morados el pasado 26 de mayo. Así, parece que el relato de
Moncloa y Ferraz no es arbitrario respecto del papel que ofrecen jugar ahora a
Unidas Podemos, después de su altivo desprecio el 25 de julio a una excelente
fórmula de cogobierno. Hay que saber pechar con las consecuencias de los
propios errores sin pedir árnica republicana al Rey”.
Pedro
Sánchez, presidente del gobierno español y Pablo Iglesias, secretario general
de Unidas Podemos. Óscar del Pozo/Agence France-Presse.
Sabina Pons comentaba en
Facebook el pasado miércoles:
“Mira, Pedro Sánchez, me
has tocado ya las gónadas, de verdad te lo digo, cansino, pesao, que no hay
quien te aguante.
DIPUTADOS PSOE: 123
DIPUTADOS UNIDAS PODEMOS:
42
“Es lo que hay. Si no te
gustan las cifras, ajo y agua. Claro que te encantaría gobernar en solitario
pero –sorpresaaaaaaa– no puedes porque no tienes
votos suficientes. Te fastidias y bailas. ¿Que Unidas Podemos es fea? Pues es
lo que hay. Si gobernaras mejor, te votarían más ciudadanos. Así que a tragar
quina y a darle dos ministerios a Podemos que es, más o menos, el porcentaje
que le corresponde. Y, en los próximos cuatro años, cuida la educación pública,
haz una ley de eutanasia, refuerza hospitales y centros de salud con más
personal y medios, articula un reparto justo entre autonomías (en vez de
hacerle la pelota a País Vasco y Navarra), protege más territorio, cuida de los
más vulnerables, aumenta los impuestos a los superricos, garantiza las
pensiones, saca a Franco del mausoleo, obliga a la banca a devolver la
millonada que les ‘prestamos’, acaba con el fraude a Hacienda, y ya verás,
Pedrito, como podrás gobernar tú solito en 2023.
“De nada. Y no te cobro”.
Imagen de Aute Retrato.
Dirigido por Gaizka
Urresti, con 98 minutos de metraje, “Aute Retrato”, aborda la obra de Luis
Eduardo Aute con capítulos dedicados a cada una de sus facetas creativas,
desveladas a través de sus testimonios y de los amigos, de colaboradores y de
autores que participaron en el concierto homenaje “Ánimo Animal”, celebrado en
2018. Urresti dirige este repaso por la vida del cantautor hace el retrato de
un hombre completo. Cantautor y mucho más. Letrista, cantante, pintor y poeta. Para
ello se empapa de la vida de su amigo para contárnoslo a todos en este
documental. Rescatando imágenes del pasado y entrevistando a muchos amigos del
mundo de la cultura. En este viaje al pasado asistimos a los tiempos de la
dictadura cuando un joven Aute cargaba de sentido a las letras de sus
canciones. Un tipo atractivo y extremadamente tímido que, en sus inicios, no se
atrevía a subir al escenario. Hasta que venció sus miedos, fue regalando sus
canciones a otros como Rosa León, Massiel. El documental está plagado del calor
y la admiración de amigos como Serrat, Sabina, Ana Belén y Víctor Manuel. Todos
ellos nos abren los ojos a un Aute auténtico y nos recuerda detalles de su
carrera que podrían haberse olvidado: su participación en el proyecto
Forgesound, que convirtió en canción el universo de Forges; su buena mano para
la canción satírica; su incursión en la ficción televisiva … “Aute retrato”
registra, asimismo, gestos reveladores y valiosos –su
palpable placer en sus últimos encuentros con el público como recitador– y evoca la insólita dicha de encontrar en la
industria discográfica a pasionales amantes de la música. El largometraje se
estrenó el pasado viernes, 13 de septiembre.
Pep Roig, publica hoy
mismo en “Ultima Hora” un artículo, con su fotocomposición, sobre “Los discursos pronunciados en el
Supremo” durante la apertura del año judicial. “Tengo la impresión, tal vez
errónea, de que algo no me cuadra si hacemos referencia a la Justicia y su
independencia e imparcialidad. Reitero mi ignorancia sobre asuntos judiciales,
pero me da la impresión, por lo leído en prensa, que jueces y fiscales tienen
como eje principal de su función lo que va a ocurrir después de anunciarse la
condena (digo condena porque todos los que escriben o tertulian lo dan por
hecho). Hasta la jefa de los fiscales ya advirtió que era indispensable que los
presos políticos (o presos políticos, según dicen otros) acataran y cumplieran
la sentencia del Tribunal del Supremo contra los autores de los seis segundos
de declaración de independencia de Catalunya. Pero es que no he leído que, en
ese acto, alguien se refiriera a la sentencia sobre los pisos que Ana Botella
vendió a un fondo buitre. O de los supuestos privilegios de determinados
políticos condenados, que sólo van a dormir en las celdas carcelarias. Ni de lo
absurdo del récord mundial de aforados, presuntos delincuentes que siguen en
sus cargos políticos y cobrando del erario público que han estafado y que
parece tener consideración circunstancial delictiva no grave, por lo
históricamente habitual y popularmente aceptada, si nos atenemos a que los
partidos que los acunan siguen siendo votados y gobiernan con toda desfachatez.
Digo que tengo la sensación de que se trata de un ‘todos a una’ contra los del
procés. Pero podría ser que yo estuviera equivocado, por ignorante”.
Fotomontajes, imágenes y
frases sorprendentes de esta última semana:
El
pasado jueves, los reyes se desplazaron a Sevilla para la inauguración de la
exposición que narra la primera vuelta al mundo capitaneada por Fernando de
Magallanes y Juan Sebastián Elcano, hace 500 años. Don Felipe y doña Letizia
presidieron antes la reunión de la Comisión Nacional para la conmemoración del
V Centenario de esta gesta en los Reales Alcázares. Luego, los monarcas se
desplazaron al Archivo General de Indias para inaugurar la exposición. Y,
mientras estrechaba sus manos con las de las personas que se agolpaban ante las
vallas, Letizia no se percató de un pequeño desnivel que casi la desequilibró.
“Que me caigo”, soltó la reina, alarmada, dirigiéndose a uno de sus
guardaespaldas a quien le recriminó su falta de previsión ante tal obstáculo. “No
me has avisado del escalón y casi me mato”, censuró al escolta. “¿No has visto
que hay un escalón? Mira”, remató agarrándole del brazo. Ni el tropezón ni la
posterior bronca real pasaron desapercibidos. Y los tuiteros reaccionaron entre
la coña y la indignación. Incluso hubo quien propuso que la reina contara, en
adelante, con un servicio de escoltas que le avisase de los jodidos escalones
que amenazan con desdibujar su figura.
Sánchez rechaza la última oferta de Iglesias en sólo 14 segundos, pulverizando así el Récord Guinness en rechazo de ofertas”
Alberto I° de España y V° de Tabarnia.
Vivir "en" o "de" un país.
De la publicación de Paqui Barceló.
Todo concuerda.
Evolución.
Cerezo, en Japón, de 200 años de edad.
Imágnes del Universo. Hay gente que gozan extinguiéndolas.
Imágenes del Universo. El el momento perfecto.
Imágenes del Universo. Por favor, no destruyáis mi hogar.
En humor en la prensa de
esta semana: Forges, El Roto, Peridis, Eneko, Manel F., Vergara, Pat, Enrique,
Malagón, Ferrán, Javirroyo, Atxe…
La carta en la manga de Sánchez no era un as.
El tarzán del diálogo.
Morir de amor.
Sin acuerdo.
El futuro.
La negociación (capítulo 8.375)
La oferta de Iglesias, rechazada.
¿Quién me ha robado el mes de abril?
La culpa es del otro.
Pep Roig, desde Mallorca:
Ley de vida, La gran cagada, Los votos a la basura, Alosuyo, ¡Pppppppppppp!, ¿Esquizofrenia paranoide?...
Los vídeos de esta semana: “Una mujer no puede dirigir una obra, solo hacen chapuzas”. |Gente Maravillosa
Bebo
https://youtu.be/WnizL_ASCcQ
https://youtu.be/WnizL_ASCcQ?t=86
Iñaki Gabilondo asegura que PSOE y Podemos “no tienen derecho a prolongar la farsa ni un día más”, porque la ciudadanía lo que percibe de las negociaciones para desbloquear la situación política es que “no hablan de nosotros, hablan de ellos”
La voz de Iñaki Gabilondo | 11/09/2019 | Acabemos con esta farsa .
La voz de Iñaki Gabilondo | 12/09/2019 | No nos moverán.
Imagen de 'Aute retrato' .
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